BREMEN- MINIATUR WÜNDERLAND (HAMBURGO) ✏️ Diarios de Viajes de Alemania

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Unos días antes saqué a través de internet los billetes para Bremen, sin problema porque la página de Bahn la puedes poner en español. Para viajar a Bremen necesitas el Niedersachsen Ticket, ida y vuelta los dos adultos 27 euros, Hugo no paga.
Tardamos una hora y cuarto en llegar. Elegimos este día para visitar Bremen porque, aunque ya en esas fechas allí no había mercados navideños, y al ser sábado pensamos que al menos veríamos el ambiente de las tiendas abiertas, restaurantes, luces y decoración navideña....
Pero no! al llegar allí nos enteramos que el 26 de diciembre es festivo en Alemania, bueno y en Austria y en la mayor parte de Suiza. Lo consideran el segundo día de Navidad y es festivo nacional. Esto significa que todo, absolutamente todo, estaba cerrado, incluso los restaurantes. Ohhh, bajón.... nosotros que íbamos ilusionados por comer en el Standige Vertretung, por ver la fábrica de caramelos artesanales de Bremen, incluso la tienda de Papá Noel....qué pena.
Aún así puedo decir que Bremen nos encantó, porque incluso con todo cerrado se respiraba ambiente navideño: luces en la preciosa Böttcherstrasse, árboles de Navidad, y algún que otro restaurante abierto en el barrio de Schnoor.

Bremen forma parte de la ruta de los Cuentos de Hadas o Deutsche Märchenstrasse, empieza o termina en esta bonita ciudad, donde los hermanos Grimm dejaron parte de su legado gracias al cuento Los músicos de Bremen, sus obras se han traducido a mas de 160 idiomas y creo que han llegado a los hogares de los niños de todo el mundo.

Bueno me centro, según sales la estación caminas de frente 5 minutos y encuentras a tu derecha el primer símbolo de Bremen: Mühle Am Wall
El Molino. Se utilizó como tal hasta 1950, y hoy en día aloja un restaurante (con precios desorbitados todo hay que decirlo). Sufrió dos incendios pero en ambas ocasiones fue reconstruído. Con la llegada de la primavera crean mosaicos de flores a su alrededor lo que le da un aire más holandés todavía.

5 minutos más de caminata y llegamos a la famosa "calle de las cerdas", en Sögestrasse, lugar por donde los ganaderos conducían sus piaras en la Edad Media:
Al caer la noche esta calle tiene una bonita decoración navideña.

En 10 minutos más escasos estábamos en la Marktplatz...
cola para fotografiarse con los famosos Músicos de Bremen, que realmente nunca llegaron a Bremen, sino que se quedaron en una casa deshabitada de la que echaron a los ladrones que la utilizaban como refugio de sus botines (en este viaje hemos visto los capítulos y escuchado la canción como cosa de 50 veces). ojo!debes agarrar las dos patas del burro, si solo agarras una para fotografiarte los Bremenses suelen decir hay dos burros saludándose...
No es la única referencia a los músicos, hay varias mas infantiles salpicadas por la ciudad

En la Plaza del Mercado podéis ver el Rathaus, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco junto con la estatua de Rolando, representante de las libertades y sobrino y caballero de Carlomagno.



La Catedral de Sant Petri, con sus torres que alcanzan los 99 metros de altura, y unas interesantes criptas con obispos momificados.

Y por último las fachadas del lado oeste:

En la Markt Platz empieza la preciosa Böttcherstrasse, que a pesar, como ya he dicho, que estaba todo cerrado, tenía cierto encanto.
Tiene la entrada dorada (representando una escena del apocalipsis) y paredes de ladrillo rojo, que sumado a la decoración y luces navideñas hacía de esta calle un lugar imprescindible para visitar. Además alberga el famoso Carrillón, que simboliza a través de sus 60 campanas de porcelana la tradición marinera de Bremen. En invierno el carrillón suena a las 12, 15 y 18horas.
En esta calle están como dije al principio la fábrica de caramelos artesanos de Bremen, y el famoso Ständige Vertretung, donde sirven uno de los mejores codillos...pero claro está...CERRADO TODO.

Al terminar Böttcherstrasse llegas a la rivera del río Wesser, donde puedes ver algunos barcos, hoy convertidos en restaurantes. A pesar de que dicen que es una zona muy animada aquel día estaba muerto, y eso que disfrutábamos de unos maravillosos 13 grados de temperatura.
A continuación nos dirigimos al barrio de Schnoor, un laberinto de callejuelas donde las casas parecen sostenerse unas en otras, y con callejones tan estrechos que a duras penas entraba una silla de paseo. Perderse por los mismos es transportarse a un cuento de hadas.
Schnoor estuvo poblado originariamente por pescadores y marineros y actualmente por artesanos y comerciantes, es el barrio más antiguo de la ciudad.
Aquí había algo más de ambiente, con alguna cafetería abierta y puestos ambulantes que ofrecían el famoso glüwhein...
Para decepción de mi peque la súper tienda de Papá Noel estaba cerrada claro.
Sólo os puedo poner esta foto porque en todas las demás salimos nosotros...

Allí al lado cruzamos el puente de Am Wall y nos adentramos en el barrio de Ostertor, que alberga el teatro de Bremen y multitud de restaurantes y casitas de colores.
En vistas de que era la única zona en la que íbamos a poder comer, elegimos estre precioso restaurante, donde probé la mejor hamburguesa que he comido nunca :
Además la decoración era preciosa, con vistas al teatro de Bremen. Como ya era tarde anocheció mientras comíamos (qué sensación tan rara) y antes de que fuera noche cerrada dedicamos un ratito a un parque para que Hugo se desfogase un poco. Tenía hasta tractor!! como en cada viaje por Europa me maravillo con los parques infantiles y las instalaciones que tienen...
Justo antes de cruzar el puente ya de regreso, sale una especie de pasarela que recorre un pequeño río. Es un paseo corto y muy bonito.

Volvimos sobre nuestros pasos para comprar en el único sitio abierto de prensa y billetes de tranvía, un imán como recuerdo de esta ciudad. Me propongo volver en otra época del año y disfrutar de un ambiente más animado.
Deshicimos el camino hasta la estación pasando primero por Sögestrasse ya iluminada y cogimos el tren de vuelta a Hamburgo...nos esperaba Miniatur Wünderland!!

Tengo que decir que en todos los trayectos en trenes regionales que hemos realizado ha pasado el revisor pidiendo los billetes...así que ojo con los españoles piratas que luego cogemos la fama que tenemos... Estos trenes regionales reservan los dos primeros vagones para carritos, sillas de ruedas y bicicletas.
Nos bajamos en la estación central e hicimos transbordo para coger la U-Bahn amarilla hasta Baumwall, parada del Miniatur.
También reservé las entradas (solo la reserva, sin pagar) desde España a través de su web. Entre otras cosas porque leí en varios foros que hay momentos del día en que se masifica y no se disfruta tanto la visita. De hecho para el lunes que era el día destinado a ir ya no había entradas. En cambio ese día 26 estaba vacío y además hacían descuento si ibas a partir de las 19:30h. Ah! los niños que miden menos de un metro no pagan, pero ni les miden ni nada, te preguntan la altura y ya está. Con la entrada te dan un folleto en español con el recorrido y la historia y explicaciones de la exposición.
También dispone de restaurante a buenos precios.

Miniatur Wünderland es el mundo en miniatura, desde la ciudad de Hamburgo hasta el Gran Cañón de Colorado, Escandinavia, Las Vegas...es la mayor maqueta de trenes del mundo, reproduciendo fielmente paisajes y rincones. Está en constante ampliación, ahora mismo estaban montando Italia.
Disfrutamos los mayores casi más que Hugo...para los peques hay botones cada poco que al pulsarlos ponen en funcionamiento las maquetas, los teleféricos, conciertos...incluso de vez en cuando anochece y todo se ilumina...una auténtica pasada.
Una de las cosas que más nos llamó la atención fue el aeropuerto, ver cómo despegan y aterrizan los aviones es increíble. La recreación de Suiza también nos maravilló, el Cervino ocupa casi 2 plantas!!
Creo que dedicamos a la visita alrededor de 2 horas y nos fuimos porque ya estábamos agotados pero se pueden pasar allí horas y horas...
O dejo solo una pequeña representación fotográfica que no quiero ser pesada...


Salimos y dimos un paseo por la zona de Landungsbrücken, no hacía nada de frío y fue espectacular ver toda la zona del puerto iluminada.
Regresamos a St. Pauli, cenamos y llegamos al hotel agotados. Mañana más!

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