Hoy tenemos previsto visitar la Residencia, imponente e inmenso edificio que fue la morada oficial durante siglos de los reyes de Baviera.
El palacio tiene cientos de salas, nosotros con el ticket de los 14 días tenemos derecho a visitarlas todas haciendo el recorrido largo, la sala del tesoro y el teatro Cuvilles, una refinada joya de estilo rococó. Además nos facilitan una audio guía.
Teatro Cuvillés
El contenido de la Residenz es poco menos que inabarcable. Aunque fue severamente dañada en la IIGM quedando en pie sólo unas pocas estancias, todavía deslumbra la riqueza del mobiliario, la decoración y los cientos de objetos atesorados a lo largo de los años.
De la visita destacaría la galería de los antepasados, las salas de piedra y sobre todo el Antiquarium, una enorme sala renacentista construida en el s XVI para albergar la biblioteca de Alberto V, Duque de Baviera, y reconvertido más tarde en salón de banquetes. El techo es una bóveda de cañón totalmente decorada con frescos y en las hornacinas y estanterías de los laterales se encuentran bustos en mármol de emperadores y generales romanos.
Galería de los antepasados
Atiquarium
A continuación visitamos el tesoro, que alberga la colección de joyas de los Wittelsbach, que abarca desde la Edad Media hasta el Clasicismo, formando una de las colecciones más importantes del mundo.
Invertimos más de 3 horas en la visita y aún podríamos haberla prolongado más escuchando íntegramente las largas explicaciones que nos facilita la audio guía, que contiene horas y horas y horas de grabación.
Después de tanto rato allí metidos necesitamos un poco de aire fresco. Nos vamos hasta el English garten para comer el picnic que llevamos preparado. Este es un inmenso parque en el centro de la ciudad, auténtico pulmón verde de Múnich, donde la gente va a tomar el sol, pasear e incluso bañarse y surfear en el río! En este momento hay muchísima gente, mucha más de la que pueda parecer debido a la gigantesca extensión (373 hectáreas).
Comemos frente al Monopteros, un templete griego en lo alto de una colina, y luego nos acercamos hasta la torre china bajo la cual se encuentra uno de los biergarten más grandes de Alemania y de la ciudad con capacidad para 7.000 personas, aunque en este momento está desierto. Comemos un helado y abandonamos el parque por el estanque japonés.
Monopteros
A las cinco estamos de nuevo en la Marienplatz para conectarnos al WIFI y aprovechamos para ver de nuevo el carillón del ayuntamiento. Después nos acercamos hasta la Asamkirche, horror vacui rococó contenido en una diminuta capilla creada en el año 1746 como oratorio privado por los hermanos Asam.
Dedicamos el resto de la tarde a entrar en las tiendas de la calle principal para hacer alguna compra. Estoy tan imbuida en el ambiente que me quedo con ganas de traerme a casa un traje de bávara..
A una hora prudente nos encaminamos hacia la Hofbräuhaus, la mayor y más antigua cervezera de la ciudad. Fue inaugurada en 1589 por el rey Guillermo V y fue durante siglos el proveedor oficial de la casa real. El local es enorme, repartido en dos plantas y abarrotado a todas horas. Una banda ameniza el ambiente con música tradicional.
A pesar de la increíble cantidad de gente el servicio es muy rápido, a nosotros nos toca compartir mesa con una pareja de locales y un grupito de japonesas. Pedimos codillo y salchichas muniquesas, nada del otro mundo a decir verdad, un pretzel XXL y dos jarras de litro, una rubia y otra tostada para probar ambas, y aquí entendemos la fama del lugar, pura ambrosía. Repetimos la tostada y en total pagamos 41,5€. Me atiborro de tal manera que me sienta fatal y esa noche no soy capaz de pegar ojo.
El palacio tiene cientos de salas, nosotros con el ticket de los 14 días tenemos derecho a visitarlas todas haciendo el recorrido largo, la sala del tesoro y el teatro Cuvilles, una refinada joya de estilo rococó. Además nos facilitan una audio guía.
Teatro Cuvillés
El contenido de la Residenz es poco menos que inabarcable. Aunque fue severamente dañada en la IIGM quedando en pie sólo unas pocas estancias, todavía deslumbra la riqueza del mobiliario, la decoración y los cientos de objetos atesorados a lo largo de los años.
De la visita destacaría la galería de los antepasados, las salas de piedra y sobre todo el Antiquarium, una enorme sala renacentista construida en el s XVI para albergar la biblioteca de Alberto V, Duque de Baviera, y reconvertido más tarde en salón de banquetes. El techo es una bóveda de cañón totalmente decorada con frescos y en las hornacinas y estanterías de los laterales se encuentran bustos en mármol de emperadores y generales romanos.
Galería de los antepasados
Atiquarium
A continuación visitamos el tesoro, que alberga la colección de joyas de los Wittelsbach, que abarca desde la Edad Media hasta el Clasicismo, formando una de las colecciones más importantes del mundo.
Invertimos más de 3 horas en la visita y aún podríamos haberla prolongado más escuchando íntegramente las largas explicaciones que nos facilita la audio guía, que contiene horas y horas y horas de grabación.
Después de tanto rato allí metidos necesitamos un poco de aire fresco. Nos vamos hasta el English garten para comer el picnic que llevamos preparado. Este es un inmenso parque en el centro de la ciudad, auténtico pulmón verde de Múnich, donde la gente va a tomar el sol, pasear e incluso bañarse y surfear en el río! En este momento hay muchísima gente, mucha más de la que pueda parecer debido a la gigantesca extensión (373 hectáreas).
Comemos frente al Monopteros, un templete griego en lo alto de una colina, y luego nos acercamos hasta la torre china bajo la cual se encuentra uno de los biergarten más grandes de Alemania y de la ciudad con capacidad para 7.000 personas, aunque en este momento está desierto. Comemos un helado y abandonamos el parque por el estanque japonés.
Monopteros
A las cinco estamos de nuevo en la Marienplatz para conectarnos al WIFI y aprovechamos para ver de nuevo el carillón del ayuntamiento. Después nos acercamos hasta la Asamkirche, horror vacui rococó contenido en una diminuta capilla creada en el año 1746 como oratorio privado por los hermanos Asam.
Dedicamos el resto de la tarde a entrar en las tiendas de la calle principal para hacer alguna compra. Estoy tan imbuida en el ambiente que me quedo con ganas de traerme a casa un traje de bávara..
A una hora prudente nos encaminamos hacia la Hofbräuhaus, la mayor y más antigua cervezera de la ciudad. Fue inaugurada en 1589 por el rey Guillermo V y fue durante siglos el proveedor oficial de la casa real. El local es enorme, repartido en dos plantas y abarrotado a todas horas. Una banda ameniza el ambiente con música tradicional.
A pesar de la increíble cantidad de gente el servicio es muy rápido, a nosotros nos toca compartir mesa con una pareja de locales y un grupito de japonesas. Pedimos codillo y salchichas muniquesas, nada del otro mundo a decir verdad, un pretzel XXL y dos jarras de litro, una rubia y otra tostada para probar ambas, y aquí entendemos la fama del lugar, pura ambrosía. Repetimos la tostada y en total pagamos 41,5€. Me atiborro de tal manera que me sienta fatal y esa noche no soy capaz de pegar ojo.