21 de Mayo, último día en Pekín ✏️ Diarios de Viajes de China

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21 de Mayo, último día en Pekín

Hoy es nuestro último día en Pekín. Lo tenemos reservado para ver el Templo de los Lamas y el Templo del Cielo.
Vamos a visitar primero el templo de los Lamas es el mayor templo budista fuera del Tíbet y recibe innumerable visitas de fieles y turistas es el templo mas visitado de Pekín porque el Templo del Cielo no es un templo de oración.


En cuanto salimos del metro nos damos cuenta que el ambiente cambia, se respira ese sosiego que acompaña al budismo y sus monjes. Se suceden las innumerables tiendas de artículos budistas con sus ruedas y banderas de oración, a los dos nos encantan y no podemos resistir comprar algunas para nosotros y para regalar.
Nada mas entrar al templo nos dan un paquete de incienso para quemar a la entrada del templo. Patio tras patio se enlazan uno con otro los distintos pabellones con sus preciosas tallas de Buda en diferentes estados, todos maravillosamente decorados con flores y vivos colores. Dedicamos un buen rato a visitarlo porque es el templo mas bonito que hemos visitado o al menos el que mas nos ha gustado por la paz que en el se respira.


Salimos y nos dedicamos a buscar el Templo de Confucio que esta cerca y por el camino hacemos una paradita en una tienda que es una improvisada terraza donde tomamos un yogur mongol que tanto nos gustan. Al estar alejado del centro turístico es la vida del Pekín autentico con sus hutongs (casas de planta baja con patio común) y de la vida día a día de los pekineses y vemos cuanto les gusta pasear en pijama y como los niños pequeños no llevan pañal sino un pantalón descosido para que cuando se agachan puedan hacer su cosas sin mancharse. Total que nos hemos quedado allí disfrutando del paisaje humano y decidimos que al Templo de Confucio no entramos que va a ser mas de lo mismo.
Nuevamente nos encaminamos al metro tiene una parada junto al mismo parque.
El templo se encuentra dentro de un enorme parque al que multitud de chinos van a pasear y a realizar sus aficiones favoritas. Hay gente bailando, practicando la escritura tradicional china en el suelo con agua y enormes esponjas con forma de pincel y también suele ser sitio de reunión para volar cometas ,pero nosotros no tenemos la suerte de presenciarlo.


Para acceder al mismo puedes sacar la entrada solo para el parque o la combinada que también te permite acceder a al Templo del Cielo y demás recintos cerrados.
Nos encaminamos a visitar el templo que en realidad no se trata de ningún templo en el que vayamos a encontrar gente rezando ni quemando incienso , pero si un precioso edificio circular encaramado en lo alto de una especie de plazoleta. Hay multitud de gente visitándolo y también es el sitio elegido por las parejas de novios chinos para sacarse la fotos, nos llaman mucho la atención porque en su mayoría van vestidas de rojo, lo cual nos resulta rarísimo. Continuamos por el parque y visitamos el Altar de la Luna y paseamos viendo a los chinos haciendo ejercicio pero comentamos que sin embargo corriendo no hay ninguno, la fiebre por el running todavía no ha llegado.
Muy cerquita del parque esta el otro mercado imprescindible de visitar el Mercado de las Perlas. Así que allá vamos, los dos tenemos claro que no vamos a buscar nada en particular pero si surge algún chollo no lo vamos a desperdiciar claro esta.


En este mercado hay menos gente que en el de la seda pero resulta igual o mas atractivo, la variedad es abrumadora, hay de todo lo habido y por haber, todo falso por supuesto, que queremos es China. En la última planta están todas las tiendas de perlas, de ahí su nombre, no puedo resistir comprar unos pendientes y algunas falsificaciones de Swaroski para regalar de recuerdo.
Fernando por su parte encuentra una mochila de fotografía por un precio irrisorio y también acaba picando jejeje. La verdad que visitar los mercados es divertido aun sin llevar idea de comprar, porque te abordan, te piden barbaridades para acabar ofertándolo por apenas nada, hacen que lloran, en fin un espectáculo.
Encantados con nuestras compras nos retiramos a dejarlo en el hotel y descansar un poquito para dar nuestra última vuelta por Pekín.


Nos encaminamos a Nanlougo Xiang, es una calle en la que los antiguos hutongs se han convertido en una animadísima calle comercial con multitud de tiendas, bares y puestos de comida. Abarrotada de gente, en su mayoría jóvenes, debo decir que a nosotros no nos gusto mucho la verdad, aquí solo queda de la autentica China los edificios porque el comercio es como en cualquier ciudad occidental. Así todo la recorremos entera y que sorpresa que al llegar al final de la misma nos encontramos con una estación de metro que en nuestra guía no aparecía.
Somos muy fieles a la guías de Lonely Planet y siempre es la escogida para todos nuestros viajes y la verdad siempre muy bien documentada pero en China hay que decir que nos jugó alguna que otra mala pasada, en esta ocasión se había comido una línea de metro enterita, con la consiguiente caminata que nos habría ahorrado.
Bueno, como tuvimos la suerte de toparnos con ella, aprovechamos y nos dirigimos por última vez a cenar y pasear por Wanfunjing Dajie.
Cenamos en el callejón de la comida exótica y después nos sentamos en una terraza a tomar nuestro último yogur mongol y disfrutar de la jungla humana.

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