SÁBADO 19 DE MARZO
Hoy toca hacer una visita a la ciudad y a la tarde otra relámpago a Lovaina.
La verdad es que no he madrugado mucho, disfrutando del calorcito de la cama.
Un poco antes de las 10:00 estaba a las puertas de la inmensa catedral de Bruselas.
Por fuera es bonita, pero por dentro me ha impresionado. Tal vez porque es la primera muestra del gótico de la zona que he visto en mi vida y no me lo esperaba. Tiene unas vidrieras magníficas, de las más bellas que he visto, llena de colores y detalles. El trabajo del púlpito es increíble. Después he comprobado que debe de tratarse de una constante en las iglesias de la zona.
El recorrido lo he seguido hacia el Centro belga de la "bande dessinée". Vamos, del cómic. La entrada es prohibitiva, desde mi punto de vista: 10€. Sólo para especialistas o frikies. Sin embargo, está ubicado en un edificio Art Noveu de Horta y el vestíbulo (así como la cafetería y la tienda) es gratuito. Merece la pena.
He seguido el recorrido hacia la plaza central pasando por las Galerías Saint-Hubert, donde puedes deleitarte en un montón de tiendas de chocolate y bombones, carísimas. El edificio en sí es bonito.
Claro que lo espectacular es dónde termina: Grand Place
Es realmente sensacional. Pero de vez en cuando no puedes sino concluir que es demasiado ostentosa. Vamos, que se les fue un poco la mano hace unos siglos.
Edificio del ayuntamiento
Buscando a los meones me he perdido y he dado con otro edificio grandioso, la bolsa
Con el GPS he llegado a las estatuillas (son minúsculas)
El recorrido lo he seguido hasta llegar a la Iglesia de la Chapelle, más sencilla, pero con los mismos elementos:
Para subir a la zona alta, siguiente destino, he tomado el ascensor público que deja en el Palacio de Justicia
Un mamotreto de piedra que me ha desilusionado. Se supone que es un conjunto arquitectónico de dimensiones superiores a San Pedro, pero a mí no me ha dicho nada. También influiría que tiene andamios en unos laterales. Desde aquí , desde la explanada próxima, se tienen vistas de la ciudad. No obstante, Bruselas no es una ciudad para contemplar desde las alturas en mi opinión.
La siguente parada me lleva hasta la iglesia de el Sablon. De dimensiones proporcionadas, es otro bello ejemplo.
Nuevamente me han gustado mucho las vidrieras.
Como todas las iglesias, de acceso libre. Ni un euro, vamos. Ya pueden aprender en España.
Para terminar el recorrido me he acercado al palacio real.
Creía que era de entrada libre, pero no se permitía. Así que me he dirigido al próximo Museo de los Instrumentos Musicales (8€)
Es el único museo al que tenía pensado entrar en Bruselas, por consejos de los foreros. Está dentro de otro bonito edificio de Horta. La entrada incluye un audioguía. Está muy bien organizado y es completísimo. Jodé, si hasta he podido escuchar un Txistu, con tamboril y todo. Sin embargo, a pesar de haberlo disfrutado, si valoramos un museo por la probabilidad de volver a visitarlo... este suspende.
Algo que me ha gustado un montón de la ciudad han sido los murales que puedes encontrarte en cualquier parte. A continuación una pequeña muestra.
El que más me ha gustado:
Bueno pues ya era hora de hacer la escapada a Lovaina.
Si alguien esperaba alguna pifia por mi parte o creía que ya tardaban en llegar...
En la estación central compro billete i/v (al ser fin de semana es un 2x1) para Louvain la Neuve. Monto al tren y para allí que me voy.
Sí, posiblemente has visto que ese sitio no es el Lovaina al que tenía que dirigirme...
Bueno, me he dado cuenta al de un buen rato, así que me he desandado el camino y con la suerte de que ningún revisor ha pasado, he llegado (una hora más tarde) a Leuven, que es como se dice en flamish Lovaina.
Tenía menos tiempo del que quería, así que he descartado el jardín botánico, así como otros sitios alejados del centro como el castillo. Lo primero que he visitado ha sido la biblioteca universitaria, situada en un pedazo palacio del siglo yyoquésénimeimporta de tan chulo que es.
Sí, lo del globo no he conseguido enteder qué pintaba ahí, junto a la biblioteca.
Lo más representativo de Lovaina es su ayuntamiento, en la plaza central.
Es imponente. Más incluso que el exagerado de por sí, de Bruselas.
Junto a la plaza había un mercadillo de productos del agro belga... a unos precios escandalosos. Así que me he quedado con las ganas.
Tanto hoy como ayer ha hecho un día nublado, sin llover, pero con un aire frío cortante. Y eso se nota en las terrazas, como en la de Olde Markt en el centro histórico de Lovaina.
Sin embargo, lo que más me ha gustado de la ciudad aún estaba por llegar. El Begijnhof. El beatario de Lovaina, un oasis en la ciudad. Ahora es residencia de estudiantes, profesores y colaboradores de la universidad. Es Patrimonio de la humanidad de la UNESCO. Es adentrarse en ella y olvidarte de que estás en pleno siglo XXI, en medio de una ciudad moderna.
No puedo dejar de comentar el hecho de que en Lovaina me he encontrado, por primera vez, una ciudad tomada por los ciclistas, no importa la edad. Todo eran bicicletas arriba y abajo. Esto, junto a que tiene un ambiente juvenil, estudiantil (y que es muy chula, la verdad) me hace recomendar como visita obligada si estás en Bruselas.
En el tren de vuelta a Bruselas el interventor me ha dicho no sé qué (me habrá llamado tonto para arriba por confundir los nombres de la ciudad), me he hecho el tonto como si no me hubiese dado cuenta y no ha ido a mayores...