DOMINGO 20 DE MARZO
El día de hoy lo tengo ya ocupado. El hecho de que mi anfitrión no pueda estar conmigo, me ha dado libertad para buscar alternativas. En este caso, me he unido a un grupo de couchsurfing para hacer senderismo. Haremos un pequeño tramo del GR12 que va de Amsterdam a París. Concretamente, iremos de Epegem a Mechelem, 16 km.
Al ser domingo, opto por comprar un billete de ida y vuelta hasta Mechelen (el tren para en Eppegem antes) por 5'60€ (tarifa weekend). Como hemos quedado a las 12:00 en Eppegem, me lo tomo con calma. Allí nos reunimos más de cuarenta personas, dispuestas a pasar frío. Evidentemente no he podido hablar con tanta gente, más bien se van haciendo minigrupos y vas poco a poco intercalándote en otros. Así he andado con una señora belga (de flandes), dos iraníes, un australiano, un holandés, otro belga de Amberes,...
En definitiva, el recorrido ha sido una excusa (de cuatro horas) para conversar con gente diferente. Entiendo que no a todo el mundo le gusta este tipo de turismo, pero a mí particularmente me parece ideal, el hecho de estar en contacto con gente nueva; más allá de tener tiempo para visitar las poblaciones a donde se viaja.
Así lo he hecho, pues al llegar a Malinas les he dejado tomando unas cervezas para poder tener un poco de tiempo y visitar algunos puntos de la ciudad, antes de que anochezca.
Hemos llegado a la plaza de la ciudad, por supuesto, muy bonita, con sus edificios antiguos tan bien cuidados (reconstruidos).
Destaca el ayuntamiento, con tanta ornamentación como esperaba (aunque no llega al extremo de Lovaina).
Junto a la plaza está la torre de la iglesia. Una mole (muy poco atractiva en mi opinión), desde la que se puede divisar no sólo la ciudad, sino la región. Algunos dicen que incluso Bruselas (imagino que con telescopio). Yo no he subido, pues cerraba a las 16:30. El precio muy elevado:7€
La ciudad es preciosa. Casi tanto como Lovaina. Las calles adoquinadas, las casas bajitas, la tranquilidad y calma que se respira... Me están gustando más los pueblos que la gran ciudad. En Mechelen el beatario no está delimitado y no es ni de lejos tan chulo como el de Louven, pero merece la pena dar un paseo por el mismo.
El único inconveniente de la escapada de senderismo ha sido que al llegar a la ciudad era tarde y no se podía visitar ningún museo. Me he quedado con ganas (cierra a las 17:00) de entrar al relacionado con el holocausto.
Asimismo, un domingo por la tarde no hay vida en la ciudad, más allá de la grotte plaz, con bastante vida. Aún así merece la pena pasear por sus calles. Si hiciera buen tiempo y calorcito, sería la leche.
A media tarde me he vuelto ya para Bruselas y me he bajado en la estación de Schuman, para aprovechar que aún no estaba de noche y visitar el parque Leopold que no pude ver el viernes. Es pequeñito, pero acogedor. De nuevo el único problemilla el fresquito.
También he vuelto a pasar por el edificio de la comisión europea, esta vez sin gendarmes
Está muy cerca el parlamento europeo, así que me he acercado para saber dónde dirigirme mañana. El centro de visitantes está bien señalizado, si bien el parlamento es enorme.
Además he descubierto que la estación de Bruselas-Luxemburgo está justo pegando al parlamento, por lo que creo que mañana saldré directo hacia Gante desde aquí mismo. He consultado el blablacar, pero aquí da la sensación de que no se usa en exceso, pues no hay ofertas.
Ya de vuelta a casa, he esperado a Jos y Marcella, pues tenía pensado invitarles a cenar algo típico belga. Así para las 20:30 han llegado de su estancia en Francia y nos hemos dirigido en coche al centro de la ciudad. A la segunda hemos encontrado sitio en una tasca frecuentada por jóvenes belgas donde hemos degustado conejo a la cerveza de cereza y endivias rellenas de carne, también a la cerveza, por supuesto. Me he tomado mi primera cerveza (de cereza!) realmente rica y curiosa. Cuando he ido a pagar resulta que ya se me habían adelantado. No ha servido para nada mi cara de enfado... No tengo palabras para la generosidad de esta pareja.
En el camino a casa nos hemos dado una vuelta por Bruselas, mostrándome diferentes partes de la ciudad que no vería en las guías de viaje. Al llegar, sigue la conversación interesante y así se nos ha hecho la 1 de la madrugada, momento en el que aprovecho para actualizar el diario y escribir esto.
El día de hoy lo tengo ya ocupado. El hecho de que mi anfitrión no pueda estar conmigo, me ha dado libertad para buscar alternativas. En este caso, me he unido a un grupo de couchsurfing para hacer senderismo. Haremos un pequeño tramo del GR12 que va de Amsterdam a París. Concretamente, iremos de Epegem a Mechelem, 16 km.
Al ser domingo, opto por comprar un billete de ida y vuelta hasta Mechelen (el tren para en Eppegem antes) por 5'60€ (tarifa weekend). Como hemos quedado a las 12:00 en Eppegem, me lo tomo con calma. Allí nos reunimos más de cuarenta personas, dispuestas a pasar frío. Evidentemente no he podido hablar con tanta gente, más bien se van haciendo minigrupos y vas poco a poco intercalándote en otros. Así he andado con una señora belga (de flandes), dos iraníes, un australiano, un holandés, otro belga de Amberes,...
En definitiva, el recorrido ha sido una excusa (de cuatro horas) para conversar con gente diferente. Entiendo que no a todo el mundo le gusta este tipo de turismo, pero a mí particularmente me parece ideal, el hecho de estar en contacto con gente nueva; más allá de tener tiempo para visitar las poblaciones a donde se viaja.
Así lo he hecho, pues al llegar a Malinas les he dejado tomando unas cervezas para poder tener un poco de tiempo y visitar algunos puntos de la ciudad, antes de que anochezca.
Hemos llegado a la plaza de la ciudad, por supuesto, muy bonita, con sus edificios antiguos tan bien cuidados (reconstruidos).
Destaca el ayuntamiento, con tanta ornamentación como esperaba (aunque no llega al extremo de Lovaina).
Junto a la plaza está la torre de la iglesia. Una mole (muy poco atractiva en mi opinión), desde la que se puede divisar no sólo la ciudad, sino la región. Algunos dicen que incluso Bruselas (imagino que con telescopio). Yo no he subido, pues cerraba a las 16:30. El precio muy elevado:7€
La ciudad es preciosa. Casi tanto como Lovaina. Las calles adoquinadas, las casas bajitas, la tranquilidad y calma que se respira... Me están gustando más los pueblos que la gran ciudad. En Mechelen el beatario no está delimitado y no es ni de lejos tan chulo como el de Louven, pero merece la pena dar un paseo por el mismo.
El único inconveniente de la escapada de senderismo ha sido que al llegar a la ciudad era tarde y no se podía visitar ningún museo. Me he quedado con ganas (cierra a las 17:00) de entrar al relacionado con el holocausto.
Asimismo, un domingo por la tarde no hay vida en la ciudad, más allá de la grotte plaz, con bastante vida. Aún así merece la pena pasear por sus calles. Si hiciera buen tiempo y calorcito, sería la leche.
A media tarde me he vuelto ya para Bruselas y me he bajado en la estación de Schuman, para aprovechar que aún no estaba de noche y visitar el parque Leopold que no pude ver el viernes. Es pequeñito, pero acogedor. De nuevo el único problemilla el fresquito.
También he vuelto a pasar por el edificio de la comisión europea, esta vez sin gendarmes
Está muy cerca el parlamento europeo, así que me he acercado para saber dónde dirigirme mañana. El centro de visitantes está bien señalizado, si bien el parlamento es enorme.
Además he descubierto que la estación de Bruselas-Luxemburgo está justo pegando al parlamento, por lo que creo que mañana saldré directo hacia Gante desde aquí mismo. He consultado el blablacar, pero aquí da la sensación de que no se usa en exceso, pues no hay ofertas.
Ya de vuelta a casa, he esperado a Jos y Marcella, pues tenía pensado invitarles a cenar algo típico belga. Así para las 20:30 han llegado de su estancia en Francia y nos hemos dirigido en coche al centro de la ciudad. A la segunda hemos encontrado sitio en una tasca frecuentada por jóvenes belgas donde hemos degustado conejo a la cerveza de cereza y endivias rellenas de carne, también a la cerveza, por supuesto. Me he tomado mi primera cerveza (de cereza!) realmente rica y curiosa. Cuando he ido a pagar resulta que ya se me habían adelantado. No ha servido para nada mi cara de enfado... No tengo palabras para la generosidad de esta pareja.
En el camino a casa nos hemos dado una vuelta por Bruselas, mostrándome diferentes partes de la ciudad que no vería en las guías de viaje. Al llegar, sigue la conversación interesante y así se nos ha hecho la 1 de la madrugada, momento en el que aprovecho para actualizar el diario y escribir esto.