Etapa 1 – Viaje de ida, Catania, monte Etna y alrededores ✏️ Diarios de Viajes de Italia

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Día 1 (Viernes 11 de Septiembre)

El vuelo de ida es muy puntual. Sale a las 8h de Barcelona, y sobre las 9.40h estamos en Catania-Fontanarrosa.
Tenemos el coche reservado y pagado con InterRent (mediante rentalcars.com). Cogimos un todo riesgo por si acaso (78€ el seguro, y menos de 200€ el coche).

Pues bien, cuando llegamos a las oficinas (a las afueras del aeropuerto), la chica nos dice que ella no sabe nada de seguros por internet, y que si queremos un todo riesgo con ellos son 27€/día (es decir, 200€ más caro). Nos quedamos con cara de WTF!?. Ella nos dice que si no contratamos su seguro nos retiene 1200€ (lo que decían en los foros y es lo normal). Como no lo tenemos claro, tengo que llamar al teléfono de atención de rentalcars en Madrid. El chico amablemente me comenta que si el coche tiene cualquier percance, nosotros tenemos que pagar a InterRent y luego les pasamos la factura a ellos y nos devuelven el dinero. Le comentamos eso a la chica de InterRent y nos lo confirma (información que había omitido antes jeje).

Total, que una vez solucionado todo, me cogen los datos de la tarjeta (luego me cobrarán los 70€ de la sillita de la niña). Aparte, nos comentan que Catania es bastante chungo, que no dejes nada en el coche, que bloquees siempre las puertas, que lo metas en parking privado, que en algunas calles no lleves cámaras o la cartera a la vista… nos quedamos alucinados, y como acabamos de venir de un viaje de 10 días por las Sierras de Segura y Cazorla, en medio de la naturaleza y visitando pueblitos de cuatro casas, y tampoco nos apetece mucho meternos en ciudad, decidimos rápidamente cambiar el plan inicial. Luego mi cuñada y otra gente que ha ido a Sicilia nos comentó que no es tan peligroso, que sería como cualquier otra gran ciudad (Barcelona, Madrid, etc, pero ese día después del viaje y la movida en el aeropuerto no nos apetecía ningún problema, y no nos arrepentimos, la verdad).

Lo primero, coger el coche y meter las maletas. Nos dan un Fiat Panda de 5 puertas, pequeñito pero suficiente para meter la maleta grande, la pequeña, la mochila, y el carrito en el asiento de atrás. Luego nos alegraremos de llevar un coche pequeño. Vaya tela como conducen en este país (y en Roma es peor jaja), además de habernos encontrado muchas callecitas estrecha por los pueblos que hemos recorrido.

En fin, encendemos el TomTom que llevamos de casa con el mapa de Italia, y nos dirigimos a nuestro primer destino, la Azienda Trinitá en Mascalucia (65€/noche con desayuno) (Link).

En la ruta hacia allí, cuando entramos en la ciudad, nos encontramos con el primer contacto con la conducción italiana. Como decía antes, mi mujer y yo al principio alucinamos, y luego nos reímos. No respetan nada, ni líneas continuas, ni preferencias, ni STOPs, ni pasos de cebras, ni semáforos, y no ponen intermitente nunca. Incluso no tienen problema en aparcar el coche ocupando mitad arcén mitad calzada en las vías interurbanas O_oU . Vamos, un poco la selva. Pero me adapto rápido. No he tenido ni un susto en todos los días del viaje. He entregado el coche perfecto, tal y como lo dejamos.

En fin, llegamos al alojamiento, nos abren el portón de entrada (hold de door!!!!), y flipamos. Hay un bosque dentro de la finca. Árboles por todas partes, caminitos, estatuas, una piscina, animales (patos, gallinas, un pavo real, un par de perros muy simpático). Nos recibe un chico del servicio que nos lleva a nuestra habitación, muy tranquila y parece que bastante nueva, y enseguida nos montan la cuna de nuestra hija Candela.

Después de asearnos un poco, revisamos la Lonely y preguntamos al chico qué podemos ver por la zona ya que hemos decidido no ir a Catania. Él nos recomienda visitar el Etna, que está bastante cerca. Así que cogemos el coche, el tomtom, y nos dirigimos hacia allí. Vamos hacia el Refugio Sapienza (Nicolosi), en el Edna Sur. La carretera sube y sube, con curvas y más curvas, pero el asfalto es muy bueno.

Cuando llegamos allí está nublado y la temperatura ha bajado bastante (13º-15º). Nos ponemos todo lo que llevamos de abrigo, comemos unos bocatas y un arancini (mi hija se ha hecho superfan de lo que llama “croquetas graaaandes”) más una Coca-Cola Zero por 18€, y subimos a la parte de atrás que hay varios cráteres pequeños pero muy chulos. Hacemos varias fotos, y nos dirigimos a hacer una caminata por la vía marcada adonde llegó la lava de la erupción del 2002. El sitio es muy bonito, parece Mordor (me recuerda al Timanfaya en Lanzarote). Llego a hacer un par de fotos del volcán, ya que está bastante nublado (de hecho, durante el resto del viaje no volvemos a ver el volcán, siempre está rodeado de nubes, jeje).


Como cada vez hace más frío y se ha puesto el sol, decidimos volver hacia el coche (hemos estado un par de horas por allí). De camino paramos en un supermercado Conad (hay muchos por el país de esta marca), y compramos un poco de todo: galletas, agua, fruta, etc. Nos vamos a descansar un ratillo a nuestro alojamiento y nos echamos una siesta (hemos dormido menos de cinco horas esta noche para coger el avión a las 8h).

Al cabo de un rato, más recuperados, nos vamos a cenar al lado de la Azienda, restaurante recomendado por los chicos de la casa (se llama Ristorante Pizzeria La Carretteria). Nos sabe todo buenísimo. Pedimos una bruschetta, unos penne con salmón (con una salsita de crema de leche buenísima) y unos penne con pez espada y berenjena (melanzatta). Tremendo todo. Nos bebemos unas cervecitas para celebrar el buen primer día de vacaciones por tierras sicilianas (Moretti). Todo nos sale por 30€.
Damos una vuelta por el pueblo de Mascalucia. Llegamos al centro en 10 minutos, y nos volvemos tranquilamente. No hay casi nadie por la calle a pesar de no ser ni las 22h.


Día 2 (Sábado 12 de Septiembre)

Nos levantamos sobre las 9h y vamos a desayunar. Todo estupendo. Hay una mesa con un poco de todo: huevos cocidos, pan, bizcocho, prosciutto, queso, mantequilla, mermeladas, café, leche, nesquik, etc…
Sobre las 11h cogemos el coche y vamos al primer destino del día, Taor mina. Sobre una hora de camino. Leyendo la guía, decidimos aparcar en el Parking Porta Catania (hay un par en las afueras, en el centro no se puede acceder con el coche).

Vamos dando un paseo por el Corso Umberto I, desde la puerta Catania hasta la puerta Messina, parando en las diferentes placitas. Hay mucha gente, casi todos turistas. Esta ciudad es bastante turística, pero también muy bonita.


A mediodía paramos a comer en un sitio al azar (había dos que habíamos oído que estaban bien pero sólo abren para cenar, y en la Lonely no vemos nada destacable por poco precio, y como no teníamos internet y no habíamos buscado nada, pues vamos a ciegas). El sitio es “la Grotta di Ulisse”. Muy normalillo. Pedimos dos pizzas y dos birras por 29€. Una de las pizzas estaba quemada. En fin, es lo que pasa por no preparar nada jeje.

Seguimos con el paseo, y giramos por la calle que lleva al teatro griego, parando en la Pasteleria Minotauro, donde compramos tres cannolis (dos de ricotta, los tradicionales, y uno de chocolate para nuestra hija Candela). Buenísimos.

Cuando vemos las entradas del teatro (10€/pers) decidimos ir hasta la puerta de Messina y bajar para buscar el teleférico, pero cuando llegamos está cerrado por mantenimiento. Nos comentan que lleva un tiempo cerrado.

Así que desandamos el camino y volvemos al teatro griego. Pagamos las entradas y accedemos al recinto. La verdad es que no nos arrepentimos. Es muy bonito, y las vistas son espectaculares, pero como dije, se pasan un poco con el precio. Aún así, vale la pena.


De allí nos vamos hacia los jardines públicos de Taormina, preciosos. Un remanso de paz, vistas espectaculares, y una serie de edificaciones dignas del mismísimo Escher. La verdad es que la visita a estos jardines es superrecomendable. Y gratis. Para salir del bullicio del resto de esta ciudad.


Volvemos a coger el coche sobre las 19.30h, observando con alegría que el parking sólo nos ha costado 10€, habiendo estado casi unas 8 horas. Así da gusto.

Cogemos el coche de vuelta a la autopista con destino Acitrezza (que pertenece a Acicastello). Nuestra idea inicial era ir a cenar a Acireale (cerca del otro), pero leyendo la Lonely nos hizo más gracia este pueblecito de pescadores y decidimos ir allí. Menos mal. La salida de la autopista era Acireale, y cuando cruzamos este pueblo para ir a nuestro destino nos encontramos con que están de típicas fiestas veraniegas. Es una locura, coches por todas partes, gente por las calles. Pillamos un poco de caravana, pero dejamos atrás el follón y cogemos una carretera que va paralela al mar hasta llegar a Acitrezza. Aparcamos donde podemos, y caminamos 5 minutos hasta el paseo marítimo. Está todo lleno de restaurantes de pescado. Elegimos uno de los que sale (o el único, no recuerdo) en la Lonely Planet, llamado Trattoria Verga de Gaitano --- (link). No está mal. El plato de pescado un poco escaso en mi opinión, pero el arroz que pedimos y el vino que nos recomiendan están buenísimos; y el camarero super simpático con nosotros y con nuestra hija Candela. Un trato excelente. Todo por 40€.

De allí nos vamos a buscar una heladería, y entramos a mirar en el Caffe Visconti (link). Vemos que tienen los brioches que puedes rellenar de helado, cosa bastante típica de la isla. Pedimos dos (nos pasamos muchísimo, ya que llenan cantidad), y un helado para nuestra Candela. Los camareros inmediatamente se enamoran de nuestra hija y no paran de jugar con ella, sobre todo la camarera, una chica joven super simpática. Candela entra en el juego y se pasa todo el rato arriba y abajo. Nos lo pasamos genial en su terracita degustando ese helado tan tremendo. Nos regalan el helado de Candela, y nos cuesta todo 7€. Dejamos 2€ de propina porque nos ha encantado el lugar.

Cuando salimos de allí, con el estómago llenísimo, nos damos una vuelta por el paseo marítimo, y vemos que allí está todo el ambiente de la ciudad. La juventud está sentada en el paseo charlando. Vemos las famosas rocas llamadas Islas de los Cíclopes, hacemos algunas fotillos, y al cabo de un rato ya nos volvemos al coche y hacia casa.

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