Cada media hora desde Zurich HB, salen los trenes para Lucerna. El trayecto son 50 minutos. El viaje de Lucerna a la estación del Pilatus en Alpnachstad, son 19 minutos y también salen cada media hora. El precio del billete con la Half fare card de Zurich a Lucerna i/v son 23 €, y el de Lucerna a Alpnachstad i/v, 8 €.
En la misma estación de Lucerna está la Oficina de Turismo, donde proporcionan planos y mapas, e informan sobre rutas urbanas, o mejor dicho sobre "la ruta urbana", y sobre los puntos de interés de Lucerna, así como de todas las posibilidades de excursiones y transportes posibles desde la ciudad. Las más populares suelen ser estas,
-Monte Rigi www.rigi.ch
-Monte Titlis y valle de Engelberg www.engelberg.ch
-Lago de Lucerna o de los cuatro cantones www.lakelucerne.ch
... y la que hice yo,
MONTE PILATUS
Descrito de esta épica manera, "Señor del tiempo, morada del dragón, tierra de gigantes y sepulcro de monarcas: el Pilatus, la montaña insignia de Lucerna, es uno de los lugares más míticos de Suiza central, pero también uno de los más hermosos. En un día despejado, el Pilatus ofrece un panorama de 73 cumbres alpinas", la realidad es que, dejando de lado leyendas y mitos, es obvio que es la montaña insignia de Lucerna, ya que siempre está presente en cualquier recorrido que se haga por la bella ciudad. Tampoco hay duda de que el panorama, si la niebla es benevolente, desde las cumbres que lo forman, Tomlishorn, Oberhaupt, Matthorn, y Esel, no puede describirse de otra manera que espectacular.
También lo es el recorrido del histórico tren cremallera de 1889 que sube a la cima, considerado el que más se empina del mundo, superando pendientes máximas del 48%, y que como un ciempiés, recorre 4’5 kms atravesando paisajes deslumbrantes, bosques, prados, y precipicios.
En Alpnachstad, nada más llegar a la estación de tren, ya se ve al otro lado de la calle el dragón de la estación del cremallera que sube a la montaña. El precio del trayecto i/v en este volcado convoy es de 33 € con el pase del 50%, pero esta vía, solo es una de las varias maneras de coronar el Pilatus, en el corazón de Suiza:
-Desde Lucerna hasta Alpnachstad en tren, y el cremallera tal como he descrito anteriormente.
-Desde Lucerna hasta Alpnachstad en barco (embarcadero num 2) en trayecto 50-90 minutos, y el cremallera de nuevo.
-Desde Lucerna hasta Kriens en 15 minutos, tomando el bus num 1 (Centro-Pilatus) y 5 minutos a pie hasta la estación de las telecabinas panorámicas hasta Frakmuntegg, y luego allí el teleférico hasta la cumbre.
-De mayo a octubre, se puede contratar la "excursión total" de unas 6 horas llamada “La vuelta dorada”, en un sentido u otro, y que, dando la vuelta al Pilatus, incluye coger barco o tren de Lucerna a Alpnachstad, luego el cremallera a la cima; desde la cumbre teleférico “Dragon Ride” hasta el punto intermedio de Frakmuntegg; enlace con las telecabinas panorámicas hasta Kriens; y allí punto final con el bus num 1 a Lucerna. En barco sale por unos 100 €, y en tren por 76 €, y con la Half Fare Card, obviamente la mitad.
- A pie. Por supuesto hay varios senderos, más cortos o más largos, y con diversas categorías de dificultad, para subir/bajar al monte de 2119 metros de altitud. La duración aproximada es de 4-5 horas, dependiendo de la capacidad pulmonar del deportista. Dejo un folleto de los senderos.
Yo me divertí mucho en la subida del cremallera, y luego me dediqué a pasear por los caminos de la cumbre. Durante el trayecto, se veían senderistas en plena ascensión, o sentados cogiendo fuerzas, y bueno ... desde mi punto de vista se necesita una buena forma física porque era evidente que requería bastante esfuerzo la subida. En wikiloc la catalogación por los senderistas varía entre moderado y difícil.
Desde la cumbre, las vistas of course, son magníficas, ya que abarcan la inmensidad del Lago de los cuatro cantones + Lucerna + las montañas Rigi + el Titlis y el Stanserhorn + la Suiza central + los alpes berneses. Para repostar o descansar, teneis el Hotel Bellevue y el Hotel Pilatus Kulm, con restaurantes y bares ultrapanorámicos para comer, o para tomaros un trozo de una tarta de fresas insuperable, un café, y un agua, como hice yo.
Me vuelvo a divertir durante la bajada del cremallera, de pie en el compartimento detrás de la cabina de una experta conductora y su joven aprendiza. Se disfruta del paisaje, y a medida que se pierde altitud, la montaña se va alfombrando de hierba, y se ve alguna granja con lecheras en el exterior, y las vacas pastando a su aire por los alrededores.
Al llegar, dejo pasar un tren porque tiene una frecuencia de paso de ½ hora, y me acerco hasta el lago a los pies de la montaña a pasear por el muelle del embarcadero, y el sendero que lleva al recogido y pequeño puerto de la orilla. Mas alla, en una playa lacustre, veo una sombrilla de colores y gente tumbada en la arena. En el paseo, un hombre da alimento a unos patos, y en la montaña, el trenecito gusano rojo vuelve a trazar su parsimoniosa diagonal ascendente en dirección al Pilatos.
LUCERNA CITY
En la oficina de información turística, la ruta con los puntos de interés de la ciudad la tienen muy, muy clara. El circuito, trazado en el plano que te proporcionan, -dejo copia-, inicia recorrido en la plaza de la estación (Bahnhof-platz), donde está la oficina, y en sentido contrario a las agujas del reloj, tiene las siguientes paradas:
1.- KKL Luzern. En un lateral de la estación. El Centro cultural y de convenciones de Lucerna, obra del francés Jean Nouvel, es todo cristal y metal, y destaca sobre todo por su gigantesco techo de acero.
2.- Puente de la capilla (kapellbrucke). Desde la plaza, cogiendo la calle de la estación por la orilla del río Reuss, encontramos a pocos metros las escaleritas del puente, que cruza a la orilla de la ciudad vieja en el lado norte.
El kapellbrucke, uno de los dos puentes medievales distintivos de Lucerna, formaba parte de la fortificación de la ciudad a mitad del siglo XIV, y se le llama así por la cercana capilla de San Pedro. Es el puente de madera más antiguo de Europa, y son notables las pinturas de los techos que narran parte de la historia de la ciudad. En 1993 fue arrasado por un incendio y reconstruido. En 2016 está arrasado por iphones y smartphones y tablets y palo-selfies y cámaras y dientes ...
3.- La torre del agua (wasserturm). construida unos años antes que el puente, esta icónica torre octogonal del 1300 y 34 metros se encuentra a mitad de la pasarela, y era un punto de vigilancia de la ciudad, pues formaba parte de su fortificación. Posteriormente y hasta nuestros dias, sin haber sido tenida en cuenta su opinión, funcionó como archivo, cámara del tesoro, prisión, sala de interrogatorios y tortura, y modelo para postales.
4.- Convento de San Leodegardo. Fundado en el siglo VIII como monasterio benedictino, es el principal edificio religioso renacentista de Suiza, y un ejemplo para los que van a ser papás, de un nombre que no hay endosarle jamás al bebé que está en camino.
5.- El leon moribundo de Lucerna. Este conocido monumento, tallado en la roca a principios del siglo XIX, conmemora la masacre de los mercenarios de la guardia suiza durante la Revolución francesa, cuando defendían el Palacio de las Tullerías, choza de Luis XVI y Maria Antonieta, del asalto de los revolucionarios en agosto de 1792. El monumento, fue descrito dramáticamente por el gran Mark Twain como, “el trozo de piedra más triste y conmovedor el mundo”.
6.- Muralla Musegg. Parte de la fortificación de Lucerna del siglo XIV. A dia de hoy, es posible acceder a 3 de las torres abiertas al público. Vale la pena especialmente la Zytturm con el reloj más antiguo de la ciudad, fabricado en 1535, y que disfruta del privilegio de poder tocar las horas un minuto antes que los demás. Desde las tres torres se disfruta de una hermosa vista de la ciudad, las montañas de alrededor y el lago.
7.- Puente de los molinos (Muhlenbrucke tambien llamado spreunbrucke). Este anciano puente de 1408, se caracteriza por sus pinturas del siglo XVII, representando "la danza de la muerte" o "danza macabra" que le recuerdan a todo el mundo su inevitable destino.
8.- La presa de agujas. Construida en 1859, es una ingeniosa obra de ingeniería que aun hoy en día regula manualmente el nivel de las aguas del lago, introduciendo o extrayendo las "agujas", que en realidad son varas de madera. Esta presa sustituyó los antiguos diques del río Reuss, que canalizaban el agua hacia los molinos de la ciudad.
9.- Iglesia de los franciscanos (franciskanerkirche). Con el aire más sencillo y gótico de las edificaciones de esta orden, fue erigida a mitades del XIII, y posee el proclamado púlpito más decorado de Suiza, de estilo manierista, o sea del periodo incrustado entre los finales del renacimiento y los comienzos del barroco.
10.- Iglesia de los jesuitas (jesuitenkirche). primera iglesia barroca consagrada en Suiza, fue construida en el año 1666'66666...
Notas a mi recorrido, iniciado siguiendo obedientemente el trazado del folleto hasta el punto de interés número 1:
- Si a la enorme afluencia de turismo en el mes de julio a esta pequeña ciudad, le sumáramos que toda esta masa siguiera sin desviarse un trazado marcado en un plano en una misma dirección, para visitar unos lugares x,x1,x2,x3,x4, deteniéndose en ellos un tiempo variable necesario para realizar unas acciones que determinaran en ese momento su calidad de turista, obtendríamos como resultado una kilométrica romería circular con diversos nudos de embotellamiento humano.
Sin embargo, al introducir parámetros como la elección, la predilección, las limitaciones de los grupos organizados, las insolaciones, las decepciones, las riñas, el cansancio, la complejidad del caracter chino, el marketing, etcétera, nos encontramos con que los puntos intransitables e insufribles del recorrido son tres, a saber, el puente de la capilla, el leon moribundo, y el puente del molino.
- La comida, ensalada de pasta, una bandeja de fruta variada y una cerveza, comprada por 9 € en un Coop de Zurichstrasse, frente a la Lowenplatz (plaza del leon), la hice tranquilamente sentado en un banco del promontorio que hay en el parque del moribundo rey de la selva, fuera del alcance de la aglomeración existente en el espacio frente al monumento.
Al salir, en una cafetería de una esquina de Lowenplatz, exenta de turismo, me tomo sin prisas un café con hielo, antes de iniciar la parte del paseo que más disfruté, tras dejar atrás el área del monumento del león de Lucerna. El grato recorrido, va ascendiendo en paralelo a la muralla por la calle Museggstrasse, “la calle de los museos”, que se toma tras cruzar la intersección de las dos avenidas que hay frente a la Lowenplatz y girando hacia la montaña un par de manzanas más abajo.
Al final de la curva donde acaba Museggstrasse, ya casi en la orilla del Reuss, continuo el paseo girando a la derecha hacia la última torre de la muralla, la Nolliturm al borde del río, y rodeandola, cojo el bonito sendero llamado Luegislandegg, que discurre bajo la muralla por el otro lado, ascendiendo por la colina. Las vistas son espléndidas, y la única compañía que tengo son unas cuantas vacas Highlands pastando en los prados que rodean el sendero.
Reinicio caminata bajando de nuevo a la torre para cruzar al otro lado del río. Allí, comienzo el paseo por la otra orilla frente a la muralla, hasta que, tras rebasar el puente de los molinos, me esfumo por la calles de los alrededores de los jesuitas y los franciscanos. Al regresar al paseo, vuelvo a saludar a los patos desde el Puente de la capilla, rematando mi recorrido por la bellísima Lucerna a los pies del Pilatus.