Nos levantamos sin prisa, desayunamos y comenzamos nuestro viaje a Istria, a disfrutar de nuestro tramo final del viaje de relax. La idea era llegar pronto a la casa y aprovechar la tarde en la playa.
Todo iba bien hasta que de repente y sin previo aviso el coche perdió fuerza y se nos encendió la luz roja de motor.
No me voy a enrollar mucho aquí y básicamente después de hablar con los seguros y que una grúa nos llevara a Rijeka, milagrosamente hacia las 5 de la tarde el coche estaba arreglado.
Fueron unas horas de mucha tensión, en las que mi máxima preocupación era como volver con la perra a España. Los seguros (llevabamos 2) nos confirmaban que nos repatriaban a los 3 sin problemas.
Llegamos a la casa donde nos esperaba el dueño y no la gestora con la que había hablado para la reserva. Todo fenomenal, la casa nos gustaba más de los pensado.
Como no estaba el horno para bollos, decidimos pasar el resto de la tarde en las hamacas de la casa y pillar algo para la cena en el super de Krsan.
El resto de días lo dedicamos a la playa y a descansar.
Estuvimos en dos zonas:
El primer día, y siguiendo las indicaciones que nos habían dado en nuestra casa fuimos dirección Plomin y acabamos en la playa cerca del hotel Flanona. Para llegar hay que pasar el pueblo y al llegar a este hotel-restaurante; una vez aquí hay que girar inmediatamente a la derecha por un camino hasta llegar al final. El coche se puede aparcar en el lateral del camino. Después hay que seguir bajando por un caminito unos 15min hasta llegar a una playita pequeña.
Está limpia, por supuesto sin ningún servicio. Ningún problema para ir con la perra. Aquí conocimos a una pareja que nos recomendó ir a Rabac.
Sinceramente creo que no la recomendaría. Es bastante coñazo el camino desde donde dejas el coche, empinado y sinuoso.
Los siguientes días solo fuimos a la zona de Rabac, pero estuvimos en dos zonas.
Rabac es principalmente un pueblo turístico. Lo que nosotros hicimos fue seguir la carretera a lo largo del pueblo hasta llegar al parking de pago. Allí continuamos hasta el final y a través de un pequeño sendero se accede a la pista que sigue la costa.
El primer día simplemente continuamos por la izquierda y nos pusimos en una zona de rocas más o menos plana; tiene unas escaleras de acceso de hormigón y está algo acondicionado. es una zona sin a penas gente, muy tranquila. Sin problemas con la perra aquí.
Después descubrimos que yendo a la derecha está la parte más urbanizada, y donde hay una playa para perros. Por cierto, que junto a la playa de perros está la parte nudista; no permiten ni perros en la zona nudista, ni nudistas en la de perros...