Escala en Canadá (22-25 julio) ✏️ Diarios de Viajes de Canada

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22 de julio

El vuelo de ida sale de la Terminal 2 del aeropuerto de El Prat, en Barcelona, a las 14:15. Por suerte no hay que madrugar demasiado. A las 10 recogemos a mis suegros y empezamos la aventura. Llegamos al aparcamiento de larga estancia del aeropuerto sobre las 11:30. Tenemos la reserva para 25 días por 72€, una ganga. Se reserva a través de la web: www.aena.es/ ...index.html.
El bus de cortesía nos lleva hasta la terminal, en la que, ansiosos por sacarnos de encima la maleta grande que tenemos que facturar, volamos hasta los mostradores de Air Transat. Después del trámite y de que nos den las tarjetas de embarque, vamos a comer algo a uno de los muchos restaurantes de la zona tras los controles de seguridad. Tras la comida, más o menos decente, nos dirigimos a nuestra puerta de embarque. Sabemos que por delante tenemos varias horas de asientos incómodos, comida nefasta, llantos de bebés...Nada nuevo que contar a los viajeros asiduos, verdad?Durante el vuelo, tenemos que comprar una manta, ya que Ada está congelada. La verdad es que a veces se pasan con el aire acondicionado en los aviones, supongo que es una estratagema para vender mantas (es compañía Low cost y no regalan nada). Aterrizamos en Toronto sobre las 17:00 hora local, aunque para nosotros ya son las 11 de la noche. Estamos acostumbrados a los vuelos largos, pero mis suegros (a partir de ahora, les llamaremos Tomàs y Carme, OK?)no tanto, aunque aguantan como unos campeones. Tras las largas colas en inmigración, conseguimos recoger el equipaje más de hora y pico después de desembarcar. Rápidamente, siguiendo las indicaciones del aeropuerto, nos vamos a recoger el coche al mostrador de Budget, dónde tenemos que hacer un cambio respecto a la reserva, pues teníamos inicialmente un coche pequeño, pero tenemos que coger uno bastante más grande. Pagamos un suplemento de 90€ por el "upgrade", eliminación de franquicia y GPS, nos dan un Cadillac XTS-4 casi nuevo. La reserva y prepago, a través de: www.rentalcars.com/ca/. Coste total final del alquiler 221€ por 3 días.


Cargamos el equipaje (sobra sitio, pedazo de maletero!), ponemos la dirección en el GPS, y: a conducir!!
Por la carretera, empezamos a ambientarnos al ver los flamantes camiones, enormes caravanas, y un montón de "pick up"; qué gozada conducir por aquí... A los 5 minutos te olvidas de una cosa llamada embrague o del cambio de marchas. Hora y media después, sobre las 8 de la noche, llegamos a Niagara Falls y vamos inmediatamente a dejar a Tomàs y Carme a su hotel, Quality Hotel Fallsview Cascades. Mientras ellos se instalan y relajan un rato, vamos a nuestro motel a hacer lo mismo, pero en plan cutre. El motel no está muy lejos, y tras dejar los trastos, para evitar problemas de aparcamiento, bajamos andando a recogerlos para ir a cenar y ver las cataratas de noche. Tenemos la inmensa suerte de que es día de fuegos artificiales.


Andamos hasta el paseo que discurre junto a las cascadas y buscamos algún sitio para cenar. Está todo lleno, y sólo hay sitio en un Tim Horton's en Queen Victoria Place, pero han acabado existencias y nos quedamos con las ganas (aunque pensándolo bien, casi mejor). Justo a la salida del Tim Horton's hay un chiringuito en el que hacen hot-dogs y nos apuntamos a hot dog y cerveza para celebrarlo.




Sentados en la hierba y contemplando los fuegos artificiales, nos zampamos como posesos la cena. Un breve paseo entre la marabunta de gente, unas cuantas fotos y nos volvemos a los respectivos hoteles para descansar, puesto que ya hace mella la diferencia horaria. Quedamos para mañana por la mañana y nos vamos a dormir, dando un paseo colina arriba.

Distancia conducida: 130 kms.
Alojamiento: Sunset Inn Motel. 90€, desayuno incluído (Booking).


23 de julio

Nuestra primera noche en norteamérica nos ha servido para más o menos descansar del largo viaje, pero de momento no hay noticias del temido "jet lag". Nos despertamos con tiempo suficiente para desayunar tranquilos en el motel, incluído en la tarifa. El desayuno consiste en un poco de café aguado y unas galletas que se sirven en un mostrador junto a la recepción, sin mesas ni sillas. Por suerte, en el exterior, hay unos bancos que nos permiten sentarnos a tomar el café viendo pasar el tráfico.
Recogemos los trastos, los metemos en el coche y bajamos hasta el hotel de Tomàs y Carme a cargar con su equipaje y disponernos a disfrutar un poco más de esta ciudad, que vive por y para el turismo de las cataratas. El tema del aparcamiento está complicado, así que decidimos no complicarnos y dejar el coche en el párking público del Travelodge. Por 20$ canadienses, podemos dejarlo todo el día.
Desde allí, bajamos andando hasta el paseo junto al río, desde dónde disfrutamos de una vista completa de las cataratas mientras esperamos nuestro turno para montarnos en el Hornblower, el barco que nos llevará hasta el mismo pie de las cataratas Horseshoe. El embarcadero del Hornblower está al pie de la calle Clifton Hill, cerca del Rainbow Bridge, por el que se llega a USA.


Las entradas ya las llevamos reservadas para ahorrarnos colas innecesarias (www.niagaracruises.com/). Nos hacen entrega de los impermeables para subir a bordo, mientras contemplamos como hay gente que baja por unas tirolinas unos cuantos centenares de metros a lo largo del paseo del río. Ada y yo nos citamos para subir después de montar en el barco.


El Hornblower va abarrotado de gente en las dos cubiertas. A medida que nos acercamos a las cataratas, el agua salpica y vamos quedando mojados a pesar de los chubasqueros, pero al llegar al pie de las Horseshoe, estamos absolutamente empapados. Os recomiendo llevar un recambio de ropa en una bolsa impermeable, junto con todo equipo electrónico que no sea sumergible (móviles, cámaras, llaves del coche...). Nosotros tenemos la cámara sumergible de Ada para estos casos. El paseo dura unos 20 minutos, pero es más que suficiente para quedar de agua hasta el moño, y sobretodo para vivir una experiencia única. Es impresionante el caudal de agua que se mueve sin parar.



Para ser sinceros, las cataratas del Niágara no son ni las más altas ni las más espectaculares del mundo, pero les saben sacar todo el jugo, sobre todo porque están en el sitio idóneo, entre Canadá y USA. Seguramente en algún otro país pasarían muy desapercibidas.

Al desembarcar, y como vemos que vamos a ir fresquitos bastante rato aún, nos ponemos a hacer cola para las tirolinas. Tras una espera de una media hora, llega nuestro turno de registro y nos dicen que no hay hora hasta las 3 de la tarde, cuando aún no son ni las 12, o sea que desistimos del intento, y nos reunimos con el resto de la familia para recorrer todo el paseo hasta las Horseshoe. El sol es implacable, y mucho antes de llegar a nuestro destino se nos ha secado la ropa. Por suerte, el paseo está lleno de jardines con césped y árboles que dan sombra.


Como nuestros planes son llegar a Toronto no muy tarde e intentar aprovechar algo hoy mismo, nos disponemos a comer en el primer sitio que encontremos. El lugar elegido es el restaurante Queen Victoria's Place, justo al lado del chiringuito de ayer. Nos podemos sentar en la terraza cubierta, así que disfrutamos de las vistas del río y las cataratas sin tostarnos por el sol. Una vez satisfechos, emprendemos el regreso, contándoles varias cosas a los "novatos" en norteamérica. Una de ellas nos lleva a hablar de la cadena Hard Rock, y allí nos dirigimos a tomar un café helado, entre guitarras autografiadas y fotos de grupos conocidos de varias épocas.
Ha llegado la hora de dejar Niagara Falls, y recorremos la corta distancia hasta el Travelodge para recoger el bólido y dirigirnos hacia Toronto. Por suerte, escogimos alquilar con GPS, pues el que llevamos de casa tiene los mapas de USA pero no de Canadá, y la verdad es que Toronto es una ciudad grande.
En primer lugar, al llegar a Toronto, nos encaminamos a la dirección de nuestro B&B, para poder dejar cosas y ya quedarnos en la zona del hotel de Tomàs y Carme, mucho más céntrica, para poder ver algo y cenar. El B&B está lejos del downtown, en la zona de York, y en coche son casi 20 minutos. Tenemos la mala suerte de que el propietario está ausente hasta las 7 de la tarde (son poco más de las 5), y no podemos entrar a descargar equipaje, así que nos montamos otra vez en el coche y nos vamos al Double Tree Hilton, en pleno centro del downtown. Dejamos el coche en el aparcamiento del hotel y procedemos a hacer el registro, ayudando con el idioma. El encargado en recepción nos dice que el párking son 15$ a pagar en un cajero que hay en recepción mismo, y que para otro día, lo dejemos en el párking de enfrente que está a mitad de precio.
Dejamos el equipaje de Tomàs y Carme en su habitación y salimos a dar una vuelta por el centro, viendo la Nathan Philips Square, con las letras de color cambiante de Toronto, y el ayuntamiento viejo y nuevo.



Estamos un poco cansados, y como empieza a oscurecer, nos metemos en el Duke of Richmond para cenar, justo al lado del viejo ayuntamiento.

Tras la cena, volvemos al Double Tree, recogemos el coche y conducimos hacia el BB. Esta vez sí está el propietario, que nos da la bienvenida, nos muestra como funciona la puerta que da a la calle (con un código numérico: nos pide que nos aseguremos de que quede bien cerrada al salir). Nos hace dejar el calzado en la entrada para no manchar o rayar el parqué, y nos muestra la habitación situada en el sótano de su casa. Tenemos el baño compartido con otra habitación, ocupada por un misterioso personaje. Nos instalamos, abusamos un rato de la conexión wifi, y nos ponemos a dormir. Mañana tenemos día entero en Toronto!

Distancia conducida: 170 kms.
Alojamiento: Toronto's favourite urban BB. 106€ dos noches, desayuno incluído (Booking)

24 de julio

Hoy es día de recorrer la ciudad. Queremos desayunar en el apartamento como quedamos con el propietario, pero se ha olvidado de dejarnos cosas en la cocina para comer, sólo podemos hacer café. Nos vamos a tener que ir sin desayunar. Al salir, no podemos dejar la puerta cerrada, pues se ha acabado la batería del teclado numérico para bloquearla, y el propietario ya no está en la casa. Nos vamos pues, dejando la puerta abierta. Por suerte, no da directamente a la calle, sino que hay que entrar en el jardín, aunque la puerta del jardín tampoco se puede cerrar...El barrio es muy tranquilo y nos vamos relativamente tranquilos, todo lo de valor lo llevamos encima (dinero en metálico, cámaras, teléfonos y pasaportes). Nos montamos en el Cadillac, y vamos a la zona del downtown, donde confiamos en encontrar algún sitio más o menos decente para tomar algo. Tal como nos dijo el recepcionista del Double Tree, dejamos el coche en el aparcamiento de enfrente, en la calle Chestnut. La tarifa en fin de semana, es de 7,5$ Cad por todo el día. No está mal. Eso sí, hay que pagar en efectivo, no aceptan tarjetas.
A pocos metros del párking, en Dundas St., encontramos un Starbucks, y nos parece una buena opción para tomar un café y unas pastas antes de ir a buscar a Tomàs y Carme (de ahora en adelante: T&C), que nos esperan algo preocupados, pues nos retrasamos unos 20 minutos de la hora convenida, y no solemos hacerlo.
Bajamos andando por el mismo sitio de ayer, atravesamos la plaza, y nos detenemos en un punto de información turística para ver si alguien habla español o francés que pueda ayudar a T&C en los días que estén solos. Afortunadamente, una de las chicas chapurrea español y les podría ayudar en caso de apuro. Seguimos por Bay st, entre rascacielos, encaminándonos hacia la torre CN, visible desde cualquier punto de Toronto. Pasamos por delante de Union Station, en Front St, donde hay un "mercadillo" básicamente de comidas y cervezas. A esta hora no nos apetece, y menos recién desayunados. Seguimos por Front y tenemos que dejar paso a una retahíla de coches peculiares y un montón de moteros, en un desfile más o menos organizado que baja de University Avenue.



Es día de partido de los Blue Jays (equipo local de baseball), y por la calle encontramos centenares de personas ataviadas con el uniforme azul del equipo: camisetas, gorras... Es fácil llegar al estadio, sólo hay que seguir a la gente de azul. Da la casualidad que el estadio Rogers Centre se encuentra junto/bajo la torre CN a la que nos dirigimos, o sea que vamos acompañados todo el camino. Antes de llegar a la torre propiamente dicha, entramos en una tienda de equipaciones de los Blue Jays a ver si Ada encuentra algo que le guste. Nada de momento...



Por fin llegamos a la plaza en la que se erige la CN Tower, de 457 metros de altura, construída en 1976. Durante varios años, ostentó el título de estructura más alta del mundo, hasta que la desbancó el Burj Khalifa de Dubai en 2007. Aún así, es el edificio más alto del hemisferio oeste (algo es algo). Vista desde debajo es bastante impresionante, seguramente más que las vistas que se tienen desde arriba, en la plataforma de observación. Desde abajo, vemos también a la gente que hace el "edgewalk", andar por la circunferencia exterior, suspendidos a 356 metros de altura, sujetos por arneses.


Nos ponemos a hacer una larga cola para entrar. La torre tiene más de 2 millones de visitantes anuales, lo que supone una media de 5500 diarios, imaginaos... Compramos entradas sencillas con acceso al Skypod para nosotros 3, y cogemos el City Pass para Tomàs y Carme, que seguro aprovechan los días que estarán solos por aquí. Les da acceso además de a la torre: Casa Loma, Zoo de Toronto, Acuario Ripley, Royal Museum y Museo de la ciencia. El skypod es un puesto de observación situado 33 pisos por encima de la plataforma grande que se ve en las imágenes.
En el control de seguridad de la entrada, me paran porque se me ha vuelto a olvidar que llevo la navaja multiusos en el bolsillo. Me ven cara de buen tipo y me la dejan pasar, con el consejo de que no la saque del bolsillo.
Nada más entrar, tienda de regalos, y más colas, para coger los ascensores que suben en menos de 1 minuto los 346 metros hasta la plataforma de observación. En esta plataforma, han tenido la genial idea de poner una parte (muy pequeña) del suelo de cristal, con lo que la sensación al mirar abajo es de estar flotando por encima del estadio de baseball, en el que están jugando ahora mismo.


La vista es absolutamente impresionante, se ve Toronto entero, con vistas privilegiadas de las islas de la bahía. De una de ellas, con una especie de aeropuerto, no paran de despegar aviones que se elevan ante nuestras narices, estando nosotros por encima!



Estamos bastante rato observando la ciudad, desde aquí y subiendo al skypod (más colas). Personalmente no conozco la sensación de vértigo, pero imagino que es un lugar muy propicio para tener algún ataque de vértigo, o sea que ojo!
Se nos ha hecho la hora de comer, y decidimos quedarnos a comer en el restaurante que por supuesto tiene la plataforma de observación. Se llama Horizons, y no está mal para ser Canadá.
Al bajar (más colas, muuuuy largas), nos pasamos por la tienda de souvenirs sin pena ni gloria, y salimos de la torre para meternos, justo al lado, en el Ripley's Aquarium, para completar la tarde: más colas.
T&C tienen la entrada incluída en el City Pass, pero nosotros tenemos que pagar (unos 30$Cad por cabeza).
Tiburones y rayas son las estrellas del acuario, como no. Todos los pasillos entre peceras están muy poco iluminados, la luz viene de los tanques en los que están los peces de todo tipo, medusas... Lo mejor, el túnel acristalado que atraviesa uno de los tanques grandes. Se puede ver como te pasa por encima un tiburón, una manta, un pez sierra...




Al salir, nos vemos forzados a comprar un "palo selfie" para Ada que nos va a ser de utilidad en algún momento, espero. Estamos todos un poco cansados, y tenemos un ratito de paseo para llegar al hotel de T&C. Mientras nos dirigimos a él, vamos buscando algún sitio para cenar que no sea hamburguesería o derivados. A nosotros nos va bien cualquier cosa, pero T&C no están acostumbrados a este tipo de "alimentación". Al final, nos metemos en el Shopsy's Quinns Steakhouse, en Richmond St., cerca del hotel. Tras la cena, les dejamos sanos, salvos y exhaustos en el hotel, recogemos el Cadillac y nos vamos a nuestro B&B. Conseguimos hablar con el propietario que nos pide disculpas por haberse olvidado del desayuno y nos promete que mañana no volverá a pasar. Le explicamos lo de la puerta y nos dice que ya la ha arreglado, sin tener que lamentar percances.
Mañana a mediodía tenemos que coger el vuelo hacia USA, no creo que por la mañana podamos hacer mucho, así que lo dejaremos todo a punto esta noche.

Distancia conducida: 20 kms.

25 de julio

Hoy dejamos Canadá y a T&C solos. Por una parte tenemos ganas de volver a pisar USA, pero por otro lado, nos da un poco de miedo dejarles solos en un país lejano y sin hablar nada de inglés. Ya se verá como acaba. Durante el rato que estemos juntos hoy, les vamos a dar consejos e instrucciones varias para "sobrevivir" y llegar al aeropuerto. Para ello vamos a contar con la colaboración del personal del hotel, con el que ya estuvimos comentando la situación durante el check in. Tienen bastante personal de habla hispana para resolver dudas, y ya les dejamos dicho que el día de check out, van a dejar el equipaje en consigna todo el día, pues su vuelo es por la noche. También les pedimos que a la hora indicada llamen a un taxi para que los lleve a la terminal adecuada del aeropuerto de Toronto.

Vamos al lío: nuestro anfitrión ha cumplido su palabra y nos ha dejado cosas para desayunar, entre ellas un bizcocho casero delicioso, fruta, pan para tostar con mantequilla, mermelada... No nos podemos quejar. Igual que ayer, no se encuentra en casa a la hora de marcharnos, así que nos vamos sin despedirnos. Cargamos todo el equipaje en el coche, y nos vamos al Double Tree. Ya vemos que no tendremos tiempo de mucho, así que dejamos el coche en el párking del hotel (entre semana el de enfrente es más caro), por 15$, aunque estemos solamente unas horas.
Salimos andando en dirección a Yonge-Dundas Square, en la que encontramos el puesto de venta de los tickets del autobús que hace el tour por la ciudad. Los días que estarán solos lo van a coger para recorrer a sus anchas Toronto. Nos informamos debidamente para transmitirles toda la información a T&C y les vamos explicando cómo moverse por las calles, reconocer su situación (los carteles con el nombre siguen la dirección de la calle que indican) y varias cosas más. Después nos metemos en la tienda de Adidas a comprar una gorra para Ada. Saliendo vamos regresando al hotel, pero nos paramos en el Starbucks a tomar un café (y que lo conozcan ellos, por si acaso) para matar el tiempo. También les encontramos un mini supermercado en el que pueden encontrar de todo (embutidos, fruta, zumos, comida para llevar...), por si se cansan de los restaurantes. Llegamos de nuevo al hotel, nos despedimos de T&C, y recogemos el coche para ir al aeropuerto. Antes de llegar, paramos a llenar el depósito, según lo acordado con la compañía (45$Cad por los 3 días, unos 360 kms). Tras la revisión de depósito y posibles arañazos, podemos proceder a facturar el equipaje. Para ello, tenemos que cambiar de terminal, cogiendo el tren que va de una a otra, pues los vuelos de Delta salen de la T3, y la devolución de coches la hemos hecho en T1. Menudo lío de subir y bajar pisos, cambiar de edificios, coger el tren... Suerte que les hemos dejado dicho que el taxi les lleve directamente a la T3 para ahorrar líos.
Tras hacer una cola infernal para facturar (20$ 1 maleta, no está incluído en la tarifa del billete), lo logramos, y podemos ir a comer antes de embarcar, en uno de los restaurantes de la zona tras los controles de seguridad, que suelen estar más vacíos. El vuelo Toronto-Phoenix, con escala en Salt Lake City, sale a las 16:00. Ahora sí: nos vamos a USA!!

Distancia conducida: 40 kms.

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