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* Seaside
Tras un sueño reparador, nos despedimos de Kaylin y sus amigos caninos y fuimos en busca de un lugar para desayunar.
Exterior de casa de Kaylin
A pesar de lo mucho que hablamos la noche anterior, nos olvidamos de preguntarle por un lugar para desayunar. Como habíamos decidido hacer caso de la recomendación de Kaylin de la noche anterior y echar un vistazo a los Seaside Outlets, decidimos que sería el primer destino del día. Una vez allá, buscaríamos un lugar para desayunar y luego iríamos de tiendas a ver si veíamos algo interesante.
Cuando llegamos, nos encontramos que aún no habían abierto las tiendas y, por muchas vueltas que dimos, no encontramos ningún sitio para desayunar, así que decidimos irnos al centro de Seaside. Seguro que allá tendríamos más suerte.
Lo que vimos de Seaside no tenía mucho encanto. Por Seaside pasa un canal y al cruzarlo puedes obtener alguna imagen atractiva, pero por lo demás nos pareció el equivalente a cualquier localidad costera turística española.
Canal de Seaside
Llegamos a lo que parecía la calle más principal y vimos un par de sitios donde desayunar. El que nos hizo más gracia fue el Pig 'n Pancake (323, Broadway St.), pero había una cola tremenda, así que acabamos entrando en el local de al lado: el Twisted Fish Steakhouse and Sports Lounge (311, Broadway St.). El desayuno no estuvo mal (28$), aunque no fue de los mejores. Además era un local que no tenía especial encanto. Evidentemente era muy turístico, pero en aquellos momentos no encontramos una opción mejor en los alrededores y teníamos hambre, así que no le quisimas dar muchas vueltas más al tema.
Una vez más aprovechamos el momento del desayuno para concretar la ruta del día.
Teníamos varios puntos seleccionados a lo largo de la costa, pero curiosamente no nos apetecía mucho seguir con el turismo de naturaleza. Teníamos mono de ciudad.
Este fue otro de aquellos momentos en que, cuando estás en casa planeando posibles rutas, encontrando montones de cosas a visitar, tienes claro qué harás. Pero una vez que estás allí, por los motivos que sean, te encuentras en que te apetece más hacer otra cosa totalmente diferente a la que tenías planeada.
Así que tener diferentes planes posibles nos permitió elegir el que más nos apetecía en aquellos momentos.
Y si este cambio de planes no era lo suficientemente raro en nosotros, tomamos otra decisión más inédita todavía.
En el foro he dicho varias veces que cuando viajamos, para nosotros las compras son el último objetivo. Incluso he expresado no entender cómo la gente puede sacrificar horas o incluso algún día de su viaje para comprar. Pues no sé si fue el tanto hablar de compras la noche anterior con Kaylin o su insistencia en que visitáramos un outlet. La cuestión es que decidimos ir hacia Portland, pero pasando antes por los Premium Outlets Woodburn.
* Premium Outlets Woodburn
Casi 3 horas nos llevó llegar a los Premium Outlets Woodburn. Todo hay que decir que encontramos muchísimo tráfico, lo que ocasionaba reiteradas retenciones. Pero aún así no renunciamos a nuestra fiebre compradora y mantuvimos el destino.
¡Qué decir de estos Outlets! Pues que encontramos unas ofertas geniales y que nos compramos montones de cosas. De hecho, pasamos bastante más tiempo de lo esperado con lo que, sumado a lo mucho que habíamos tardado en llegar, nos consumió buena parte del día.
Una de las grandes ventajas de cualquier tienda en el estado de Oregón es que no hay impuestos, con lo que sólo por ese motivo ya merece la pena comprar.
Encontrarás montones de tiendas y estoy seguro de que algo encontrarás de tu gusto. De lo que compramos, lo que más ilusión me hizo fueron unos Levis por menos de 10$. Alucinante.
* Portland
Satisfecha nuestra repentina fiebre consumista, nos dirijimos a Portland. El problema fue que, lo que inicialmente habíamos decidido que se convirtiera en un día para visitar tranquilamente la ciudad, se había convertido en una breve tarde.
De la visita a Portland, lo que más ilusión me hacía era visitar la librería más grande del mundo: Powell's (1005 W Burnside St). Y es que, a parte de viajar, soy un enfermo de la lectura, así que no me podía perder conocer este paraíso de los libros. Así que, con el poco tiempo que teníamos, lo primero que hicimos fue buscar un aparcamiento cerca de la librería y de cabeza a ella. De hecho aparcamos en un párking que está en el mismo edificio y que, presentando un ticket de compra, creo que tenías la primera hora gratis.
Powell's es sencillamente gigantesca. Para que te hagas una idea, dispones de mapas para orientarte por la tienda. Y créeme cuando te digo que lo necesitarás porque sino te perderás seguro.
Powell's. Atención a la original columna.
Interior de Powell's
Tienen de todo y más. Encontrarás tanto libros de segunda mano, como nuevos y de todo los temas. Me gustó mucho que por todas partes encontrabas recomendaciones de los trabajadores de la tienda, pero no se limitaban a un cartelito de "Recomendado" sinó con un texto escrito a mano por el empleado en el que te detallaba el porqué de la recomendación. Es una auténtica locura. Eso sí de las buenas.
Sólo decirte que la gente iba con pequeños carros como los de los supermercados y los iba llenando de libros. Creo que es una suerte que en Barcelona no haya una librería así porque sería mi perdición.
Si te gustan los libros, te aseguro que disfrutarás un montón.
Yo me compré una biografía de Katherine Hepburn por 0,50$.
Disfruté mucho en esta visita, pero también he de reconocer que sentí cierta decepción, ya que me había hecho a la idea de que tendría un aspecto más de librería de viejo y no es así. Es una librería como las que podemos encontrar en nuestras ciudades, pero enorme. A pesar de ello, recomiendo la visita sin ninguna duda.
Cumplida la visita imprescindible en Portland, nos fuimos con el coche hacia el centro para, desde allí, descubrir la ciudad a pie.
Lo primero que hicimos tras aparcar fue localizar el Voodoo Doughnut (22 SW 3rd Ave), una tienda famosa por la originalidad de sus donuts.
Localizamos el local por la cola que había en la entrada. Pero la cola iba bastante rápida y mereció la pena. Aquí el principal problema es elegir con qué "pecar". Nosotros lo hicimos con el Voodoo Doll Doghnut (de chocolate, relleno de mermelada y con forma muy divertida) y el Bacon Mapel Bar Doughnut, con frosty de sirope de arce y bacon, el súmum de las calorias. (5,50$ los dos). La combinación de sabores del último fue sorprendente. Eso sí, era guarro, guarro, guarro...
Nuestra compra
Y si estos no te convencen, te aseguro que alguno encontrarás que sí lo haga. De hecho, entre sus variedades, tenían incluso alguno dedicado a Juego de Tronos.
Os dejo el link de su web por si queréis echar un vistazo a las guarradas que venden: voodoodoughnut.com/
Y ahora sí empezamos la visita de la zona. Como os podréis imaginar, el tiempo de visita se nos había quedado en nada. De hecho ya estaba atardeciendo cuando iniciamos nuestro paseo. Hicimos un recorrido que encontramos en una de las guías que llevábamos y que en un principio recorría los puntos más importantes del centro de la ciudad.
El recorrido empezó acercándonos al paseo que bordea el río Willamette. El río estaba cruzado por numerosos puentes de estilo industrial que le daban carácter a la ciudad. Nos gustaron mucho.
Uno de los puentes sobre el Willamette
Otro de los puentes sobre el Willamette
Por la zona ya empezamos a notar la gran cantidad de gente sin techo que había en Portland. Fue una imagen que nos acompañó durante todo el recorrido y que, en ciertos momentos, nos causó cierto desasosiego.
En nuestros viajes por Estados Unidos, la gente sin hogar era un hecho que ya habíamos visto en las grandes ciudades, especialmente en San Francisco, pero no esperábamos que en una ciudad del tamaño de Portland, la cantidad de personas que se ven obligadas a vivir de esta manera fuera tan alto. Creo que es un indicativo de que algo no fuciona en las políticas sociales del país. Con esto no quiero decir que en España no pase, pero creo que no es un fenómeno tan generalizado.
Seguimos adelante con la ruta.
Luminoso de Portland
Nos acercamos hasta el Barrio Chino de la ciudad, pero no nos pareció que tuviera mucho encanto. Nada que ver con el de Nueva York, San Francisco o Boston.
Puerta del Barrio Chino de Portland
El recorrido nos llevó hasta Pioneer Square, una plaza con algún punto atractivo pero tampoco nada del otro mundo.
Rascacielos en Pioneer Square
Pioneer Courthouse, con un original letrero con las distancias a diferentes ciudades del mundo
Detalle del letrero
En la plaza nos encontramos con una actuación musical y nos sentamos un rato a verla. Tras acabar la actuación musical iniciaron una representación teatral. Empezamos a notar que la historia que representaban estaba llena de moralina y es que al poco nos dimos cuenta de que el espectáculo estaba montado por un grupo religioso.
La verdad es que Portland nos nos causó una buena impresión. Dicho esto, estamos convencidos que esto se debió a un acúmulo de circunstancias, entre ellas la hora y la falta de preparación en profundidad de la visita a la ciudad. Así que ante todo aclarar que no desaconsejamos visitar la ciudad. Estamos convencidos que preparándola bien y dedicándole más tiempo para "vivir" la ciudad y no sólo buscar monumentos o imágenes bonitas, se puede encontrar una ciudad muy atractiva.
Volvimos al coche y fuimos en busca de nuestro alojamiento, una vez más a través de AirBnb. El lugar se llamaba Closest OHSU & Heart of the city. (77€).
La vivienda estaba localizada en una zona residencial, saliendo del centro de la ciudad, con lo que el paisaje urbano varió considerablemente. Nos resultó una zona muy atractiva.
El chico que nos recibió se llamaba Eimery. Fue súper amable y no tardó en aconsejarnos varios sitios por la zona donde poder cenar. De hecho en la habitación disponías de un dossier con varios sitios tanto para cenar como para tomar algo, con su correspondiente plano para llegar.
La habitación era sencilla y, aunque el baño era compartido con otras habitaciones (Eimery tenía varias habitaciones disponibles para alquilar), tuvimos la suerte de que aquella noche éramos los únicos inquilinos, con lo que el baño fue sólo para nosotros.
Casa de Eimery
Habitación
Para cenar elegimos una hamburguesería que nos recomendó Eimery. Para ello tuvimos que cruzar por una pasarela sobre unas vías de tren pero en menos de 10 minutos ya estábamos en el local.
Se trataba del Great Little Burguer (3704 SW Bond Ave) (19$), que ofrece unas hamburguesas no muy grandes pero que cunden mucho (son bien gorditas y rellenan todo el interior del bollo) y unas patatas fritas muy ricas y en gran cantidad. No dejaba de ser un fastfood, pero aún así es muy recomendable. Hay varios locales por la ciudad, así que si no quieres gastar mucho, es una buena opción.
Tras la hamburguesa volvimos a "casa". Al llegar nos encontramos al gato de Eimery que nos vino a recidibir. Tras desearlo buenas noches, nos fuimos a dormir.
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