Pues nada, como daban todas las predicciones: llovía, y mucho!! Así que no teníamos ninguna prisa por bajar a desayunar. Nos preparamos tranquilamente y reorganizamos la ruta porque había que ser realistas y no podríamos aprovechar el día como pretendíamos.
Cuando parecía que llovía con menos intensidad salimos del hotel.
El plan era visitar la zona de las sinagogas. Y hacia allí nos fuimos.
Decidimos ir primero a la sinagoga española porque habíamos leído que era la más bonita y queríamos verla sin mucha gente. Objetivo conseguido. Creo que cuando entramos había otras 6 personas en ella
Antes de hablaros de la Sinagoga os diré que con el día tan lluvioso que había, decidimos comprar el ticket más completo, el que incluye la Sinagoga Vieja-Nueva. Fueron 480CZK cada uno y los compramos en la misma Sinagoga Española.
Si queréis información más detallada sobre esto nuestra compañera Nari ha elaborado un tip muy completo y que os recomiendo que leáis.
Sinagogas en Praga
Volviendo a nuestra visita, hay que decir que el emplazamiento donde ahora se encuentra la sinagoga anteriormente estaba ocupado por la que fue la sinagoga más antigua de Praga, conocida como Escuela Vieja. Ésta fue derribada en 1867, inaugurándose la Sinagoga Española al año siguiente.
Para decorar su interior se inspiraron en la Alhambra de Granada, y debido a su marcado estilo morisco se la empezó a conocer como Sinagoga Española.
Aunque no es la única sinagoga con ese mismo estilo en Praga. Está también la sinagoga de Jerusalem, pero esta, por desgracia, no pudimos visitarla ya que de noviembre a marzo permanece cerrada
De aquí nos fuimos a la Sinagoga Vieja-Nueva. Y seguía lloviendo
Esta visita encarece bastante las entradas, pero para mi es digna de visitar.
Llegó a ser el principal centro religioso para los judíos gracias a dos rabinos; el rabino Low y el rabino Landau.
Como todo en Praga, la sinagoga Vieja-Nueva también está rodeada de leyendas.
Cuenta una que el rabino Low encontró la fórmula para crear vida a partir de materia inerte. Así creo al Golem, escribiendo en su frente la palabra "Emet" (que significa verdad en hebreo). También introduce en su boca las palabras de la Torá y así es como cobra vida.
En principio el Golem era muy práctico ya que ayudaba a los judíos en sus trabajos diarios. Eso sí, había que ser muy concreto en sus órdenes, ya que carecía de cerebro.
Pero su misión principal no era ayudar a los judíos en sus quehaceres, sino protegerlos de los ataques a los que eran sometidos, ya que por aquella época estaban encerrados en el gueto judío.
El Golem debía descansar cada Sabbath (el día sagrado para los judíos), pero un sábado la hija del rabino enfermó y éste olvidó retirar de su boca las palabras de la Torá por lo que el Golem enloquece y está fuera de control.
Imagen cogida de internet
Viendo el peligro que suponía ese ser, el rabino borra una letra de su frente, la primera "E", por lo que ahora se podía leer "Met" o lo que es lo mismo, muerte.
Desde entonces el Golem descansa en el altillo de la Sinagoga, así que si la visitáis tened cuidado de no despertarlo
Cuando salimos de allí seguía lloviendo así que nos dirigimos hacia la Sala Ceremonial y después a la Sinagoga Klausen. Deciros que en la sala ceremonial nos dijeron que si no teníamos ticket de fotos no podríamos fotografiar nada. En el resto de sitios nadie nos dijo nada por hacerlas.
Viendo que el día no mejoraba, nos decidimos por ir al cementerio judío aunque nos mojáramos.
Entramos primero en la Sinagoga Pinkas. Aquí se rinde homenaje a todas las víctimas checas fallecidas en el Holocausto. Impresiona bastante ver los nombres de unas 80000 personas en las paredes.
De aquí pasamos ya al cementerio judío. Una pena tener que visitarlo con algo de prisa por la lluvia, pero bueno.
Cuando ves el espacio tan reducido del cementerio es casi imposible creer que allí haya más de cien mil judíos enterrados, pero así es. Lo que hacían era realizar nuevos enterramientos sobre los ya existentes, llegando a contabilizar en algunos lugares hasta 12 capas de enterramientos. Esto también explicaría el "desorden" de las casi 12.000 lápidas que hay colocadas.
El cementerio es, para mi, una de las visitas imprescindibles en Praga.
A estas alturas yo ya estaba empapada hasta los huesos, pero queríamos terminar de ver toda la zona y nos acercamos hasta la Sinagoga Maysel.
Yo no se si fue por el frío, o por qué, pero a mi esta última visita... ni fu ni fa.
Decidimos que era hora de volver hacia el hotel, pero de camino, nos encontramos abierta la Iglesia de San Nicolás, así que entramos.
Ya que estábamos tan cerca probamos suerte con la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, la cual nos la habíamos encontrado cerrada los días anteriores, y... bingo! Estaba abierta.
Aquí pagas la voluntad y no se pueden hacer fotos.
Callejeamos por un sitio diferente hacia el hotel y nos topamos con otra iglesia abierta, así que entramos. Era la Basílica de San Juan, que está situada en el nº7 de Malá Stupartská.
Ahora sí que emprendimos el camino hacia el hotel a ponernos ropa seca porque estábamos helados.
Como no se podía hacer gran cosa, bajamos a tomar una cerveza en el bar que estaba al lado del hotel, el Prague Beer Museum, que por cierto, tiene Wifi.
Ese día comimos en un bar que nos recomendaron en el hotel, Hastalsky Derek. Calidad-precio normal. La comida estaba rica aunque no fuera muy abundante.
Como el día no mejoraba nos fuimos a dar una vuelta al centro comercial porque las predicciones meteorológicas decían que a las 5 mejoraba la cosa.
Cuando nos cansamos nos fuimos al Starbucks a tomar un café y a cotillear por las tiendas de recuerdos.
Llegamos a una plaza con muchas luces y puestecitos navideños. Paseamos un rato por allí y emprendimos la vuelta hacia la Plaza de la ciudad vieja.
Nos comimos unas salchichas y nos tomamos un vinito caliente y de postre un Trdlo con nutella y mmmmmmmm.
De camino al hotel vimos un puestecito de gominolas que nos dieron tanta envidia que compramos unas cuantas para cuando llegáramos al hotel.
Habíamos llevado un pincho con unos cuantos capítulos de "Narcos" así que nos entretuvimos hasta que nos quedamos fritos
Ese día no salió como teníamos planeado, puesto que la idea principal era aprovechar la mañana para hacer el tour gratuito de la ciudad nueva y por la tarde visitar las sinagogas, para el jueves acercarnos hasta Kutna Hora.
Pero no pudo ser, así que el tour lo tendríamos que dejar para la mañana siguiente.