Hoy no nos obsesionamos con llegar a primera hora al templo plateado, nuestra primera visita del día, y la verdad que mejor. Llegamos hasta el Ginkaku-ji (500 ¥) en autobús desde una de las paradas de la estación de tren, como el día anterior; comprando un pase de bus diario (500 ¥).
Aunque menos espectacular que el templo dorado, a nosotros nos gusta mucho más, por su entorno, los preciosos jardines, la subida que tiene el recorrido desde donde se puede ver el templo desde arriba; y en definitiva, que lo podemos disfrutar mucho más tranquilos ya que no hay tanta gente. Nos encanta este templo!
Al salir, recorremos el camino del filósofo tranquilamente; se trata de un paseo al lado de un riachuelo, muy agradable.
Hay varios templos por el camino, pero de momento no entramos en ninguno. Después nos encontramos el templo Eikan-do. Dudamos si entrar, pero decidimos ir primero al Nanzen-ji, en el que algunas partes del recinto son gratuitas. Se puede ver la gran puerta sin pagar, si no se sube por dentro de la estructura, el acueducto y algunos edificios desde fuera.
Como aquí en cada visita hay que pagar por separado (puerta, jardines, etc.) decidimos retroceder y hacer la visita al Eikan-do (500 ¥), y qué gran acierto! Si el templo plateado nos ha encantado, este templo que apenas se menciona en las guías nos maravilla. Luego nos enteraremos que este templo lo están intentando mantener más “local”, por eso no es tan promocionado de cara al turismo. Aunque por otro lado, debe ser uno de los templos más visitados en otoño, para ver el momiji, los árboles con el tono rojizo del otoño, que en los jardines del Eikan-do debe ser espectacular.
Nada más entrar al edificio, nos quitamos el calzado, que no nos volveremos a poner hasta dentro de un buen rato, ya que el recinto es bastante grande. Lo primero que vemos es un estanque con ranas que no paran de croar. Hay una máquina de agua caliente para hacerse té, así que llenamos un par de tazas y nos sentamos al pie del estanque a disfrutarlo tranquilamente, esto sí que es un momento zen y no el del jardín del Ryoan-ji!
Después recorremos tranquilamente todo el templo. En una de las estancias hay una estatua famosa de un buda de pie mirando hacia atrás (Amida Buda). También tiene una pagoda y un lago, y los jardines son preciosos! El mejor templo de Kyoto de momento (y al final también lo seguiremos considerando así).
Al salir, cogemos un bus hasta el santuario Heian Shrine, pero antes de visitarlo vamos a comer en un restaurante que encontramos cerca, unos cuencos de ramen y un pequeño plato de sushi (2420 ¥).
Después de un heladito de postre, nos dirigimos al santuario.
Entramos a los jardines (600 ¥), lo que más nos apetecía ver. La verdad es que son súper bonitos, con varios lagos, diferentes plantas y flores…
En uno de los lagos hay unas piedras redondas estilo humor amarillo, aunque por suerte estas no se hunden, jejej!
En otro lago hay un puente de madera muy bonito, aquí es donde mucha gente aprovecha para descansar a la sombra.
A la salida, cogemos un bus al barrio de Gion, y lo primero que hacemos es buscar el mercado Nishiki. Es muy fácil encontrarlo en una de las galerías comerciales a las que se accede desde la calle principal, pero como entramos por la otra galería, tardamos un rato en encontrarlo, qué raro nosotros perdidos, jaja!
Después, damos una vuelta por la zona de geishas de Gion, no sabemos si es por la hora pero está lleno de turistas, y de las geishas ni rastro… Es una zona muy bonita, con todas las casas de geishas, de té y restaurantes de madera.
Luego vamos a Pontocho, es una callejuela muy estrecha y larga, llena de restaurantes a ambos lados. Tiene muchos restaurantes con terrazas encima del rio (los más caros, claro), pero también hay restaurantes asequibles.
Hacemos cola para entrar a uno que vemos de okonomiyaki (de nuevo!) (3390 ¥), hay que aprovechar para seguir disfrutando la comida japonesa que luego la echaremos de menos… Tras llenar la panza volvemos al hotel, cogiendo un bus hasta la estación, y luego andando. Penúltima noche en Kyoto!
Aunque menos espectacular que el templo dorado, a nosotros nos gusta mucho más, por su entorno, los preciosos jardines, la subida que tiene el recorrido desde donde se puede ver el templo desde arriba; y en definitiva, que lo podemos disfrutar mucho más tranquilos ya que no hay tanta gente. Nos encanta este templo!
Al salir, recorremos el camino del filósofo tranquilamente; se trata de un paseo al lado de un riachuelo, muy agradable.
Hay varios templos por el camino, pero de momento no entramos en ninguno. Después nos encontramos el templo Eikan-do. Dudamos si entrar, pero decidimos ir primero al Nanzen-ji, en el que algunas partes del recinto son gratuitas. Se puede ver la gran puerta sin pagar, si no se sube por dentro de la estructura, el acueducto y algunos edificios desde fuera.
Como aquí en cada visita hay que pagar por separado (puerta, jardines, etc.) decidimos retroceder y hacer la visita al Eikan-do (500 ¥), y qué gran acierto! Si el templo plateado nos ha encantado, este templo que apenas se menciona en las guías nos maravilla. Luego nos enteraremos que este templo lo están intentando mantener más “local”, por eso no es tan promocionado de cara al turismo. Aunque por otro lado, debe ser uno de los templos más visitados en otoño, para ver el momiji, los árboles con el tono rojizo del otoño, que en los jardines del Eikan-do debe ser espectacular.
Nada más entrar al edificio, nos quitamos el calzado, que no nos volveremos a poner hasta dentro de un buen rato, ya que el recinto es bastante grande. Lo primero que vemos es un estanque con ranas que no paran de croar. Hay una máquina de agua caliente para hacerse té, así que llenamos un par de tazas y nos sentamos al pie del estanque a disfrutarlo tranquilamente, esto sí que es un momento zen y no el del jardín del Ryoan-ji!
Después recorremos tranquilamente todo el templo. En una de las estancias hay una estatua famosa de un buda de pie mirando hacia atrás (Amida Buda). También tiene una pagoda y un lago, y los jardines son preciosos! El mejor templo de Kyoto de momento (y al final también lo seguiremos considerando así).
Al salir, cogemos un bus hasta el santuario Heian Shrine, pero antes de visitarlo vamos a comer en un restaurante que encontramos cerca, unos cuencos de ramen y un pequeño plato de sushi (2420 ¥).
Después de un heladito de postre, nos dirigimos al santuario.
Entramos a los jardines (600 ¥), lo que más nos apetecía ver. La verdad es que son súper bonitos, con varios lagos, diferentes plantas y flores…
En uno de los lagos hay unas piedras redondas estilo humor amarillo, aunque por suerte estas no se hunden, jejej!
En otro lago hay un puente de madera muy bonito, aquí es donde mucha gente aprovecha para descansar a la sombra.
A la salida, cogemos un bus al barrio de Gion, y lo primero que hacemos es buscar el mercado Nishiki. Es muy fácil encontrarlo en una de las galerías comerciales a las que se accede desde la calle principal, pero como entramos por la otra galería, tardamos un rato en encontrarlo, qué raro nosotros perdidos, jaja!
Después, damos una vuelta por la zona de geishas de Gion, no sabemos si es por la hora pero está lleno de turistas, y de las geishas ni rastro… Es una zona muy bonita, con todas las casas de geishas, de té y restaurantes de madera.
Luego vamos a Pontocho, es una callejuela muy estrecha y larga, llena de restaurantes a ambos lados. Tiene muchos restaurantes con terrazas encima del rio (los más caros, claro), pero también hay restaurantes asequibles.
Hacemos cola para entrar a uno que vemos de okonomiyaki (de nuevo!) (3390 ¥), hay que aprovechar para seguir disfrutando la comida japonesa que luego la echaremos de menos… Tras llenar la panza volvemos al hotel, cogiendo un bus hasta la estación, y luego andando. Penúltima noche en Kyoto!