1er Día. Llegada a Mallorca, dedicado a conocer Cala d’Or.
Pasadas las 8 llegamos al aeropuerto del Prat, buscamos la zona de facturación de Spanair, y nos dirigimos al mostrador de facturación rápida, ya que habíamos hecho el checkin por internet y llevábamos los billetes impresos y los asientos reservados. Había un montón de gente haciendo varias colas en los otros mostradores, pero en ésta no había nadie, así que en un plis plas, teníamos las maletas facturadas y a esperar la hora del embarque. Como es normal en los vuelos regulares, salvo en casos por todos conocidos(huelga, mal tiempo, etc), los horarios son puntuales, no así en los charter, por lo menos es la experiencia que nos ha tocado vivir a nosotros.
El vuelo cortísimo, ni media hora. No nos dimos cuenta que ya estábamos volando por encima de la Serra de Tramuntana. Pudimos ver Formentor, Port de Pollença , la bahia d’Alcúdia y toda la plana interior de Mallorca, hacía un día precioso. Mientras descendíamos nos íbamos familiarizando con los lugares que ya conocíamos y comenzando hacer boca de los lugares por donde íbamos a pasar.
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Aquí os dejo una buena vista de la bahía de Pollença y el cabo Formentor desde el avión
Aquí os dejo una buena vista de la bahía de Pollença y el cabo Formentor desde el avión
Así que desembarcamos nos dirigimos a buscar las maletas, mientras uno se esperaba a que salieran, otro iría a tramitar el alquiler del coche, pues no hizo falta, las maletas ya estaban dando vueltas, habían llegado primero ellas, que rapidez.
Las compañías de alquiler de coches se encuentran (casi todas) al fondo a la derecha, de donde salen las maletas. Es mejor, si es posible, ir rápido pues si está muy solicitada, como era nuestro caso con GOLDCAR, tienes un buen rato de espera.
Un truco: Las agencias de alquiler tienen ventanillas de atención por la parte interior de llegadas y también fuera de donde se recogen las maletas, si hay mucha gente esperando dentro y veis que no atienden a nadie al otro lado, podéis salir de la zona de llegadas y os dirigís al mostrador externo, os atenderán rápidamente. Pero tener en cuenta que luego no podéis volver a entrar.
Mientras nos explicaban los diferentes suplementos que teníamos que pagar, por el depósito de gasolina lleno y lo teníamos que devolver vacío, por ampliación del seguro a todo riesgo, este viaje queríamos visitar el máximo de calas y playas, y dejar el coche en según que lugar, puedes encontrarte con alguna desagradable sorpresa a la vuelta. (Como pude leer en el hilo de alquilar coche en Mallorca, a una forera el sablazo que le pegaron por una rallada y un golpe en el espejo). Al ver que el todo riesgo anunciado, era muy limitado solicitamos la ampliación. Pero claro todo esto te lo encuentras de sopetón. Y te queda una cara de tonto, en ese momento no sabes como reaccionar y por no perder el tiempo y no quedarte sin coche, pues aceptas y te largas.
Les pedimos un plano de carreteras de la isla y no tenían, (la primera vez que me ocurre esto) nos enviaron a una Oficina de Información y Turismo que había justo delante de ellos.
Aquí si, muy amablemente nos dieron uno y un montón de folletos que nos fueron de perlas. Había uno en especial, muy interesante y que lo recomiendo, se llama Visitas, donde aparecen la mayoría de lugares turísticos de interés, con sus horarios, precios y breve explicación del lugar. También hay un mapa de carreteras gratuito muy completo, es el de los parques acuáticos Aqualand y Marineland.
Después salimos en dirección al edificio del parking, siguiendo las indicaciones rápidamente llegamos al aparcamiento de Goldcar y buscamos la matrícula del coche alquilado, estaba detrás de una furgoneta enorme, vaya diferencia de éste con el nuestro , después de conseguir abrir el mini maletero y colocar las maletas que mi pareja se creía que tendríamos que llevar arrastrando con una cuerda (cabían perfectamente). El coche tenía 1200 Km., era nuevecito.
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Viajando por la Serra de Tramuntana, detrás Valldemossa.
Viajando por la Serra de Tramuntana, detrás Valldemossa.
Pusimos el cta. Km. parcial a cero, para controlar el consumo y los Km. Puse una posición de la palanca de cambio y acelerando suavemente el coche comenzó a andar, intentamos familiarizarnos con el cambio y su funcionamiento, al ver que no era tan fácil fuimos a buscar ayuda a la oficina, nos enviaron un joven africano que simplemente chapurreaba algo de español, y las cuatro cosas que entendí nos sirvió para comenzar a circular. Este modelo tiene cambio automático, pero también cambio sincronizado, tan solo tocando un botón pasas de un cambio al otro, una pasada. Hasta que no me di cuenta de como funcionaba casi todo ya habíamos pasado Llucmajor, Campos y llegábamos a Santanyí, cuando descubrimos que el techo era de cristal, había una cortina que la corrimos y nos quedó todo el cielo azul encima de nuestras cabezas , subimos un poco más el aire acondicionado (el sol pegaba de valiente) y a disfrutar del viaje como si fuéramos en un descapotable pero más fresquitos.
Llegamos a Cala d'Or y lo primero que vimos a la entrada es un hipermercado Eroski, que nos fue de maravilla durante nuestra estancia, estuvimos dando unas cuantas vueltas por la zona intentando encontrar el hotel hasta que vimos a alguien que no tuviera pinta de guiri para poderle preguntar, resulta que estábamos a una calle del hotel, así que llegamos fui a sacar la llave del contacto y bajar las maletas, pero no había manera de poderlo hacer. Estábamos más que desesperados hasta que no se que hice que salió la llave, luego más tarde descubrí que si no ponía la palanca en posición neutra no se desbloqueaba la llave. La de sorpresas que nos estaba dando el cochecito (hay que agradecer la valiosa información que no nos dio la agencia de alquiler del coche que les alquilamos ). Desde luego lo peor de nuestro viaje fue el trato de esta compañía, GOLDCAR.
La primera impresión de la zona, es que se veía un lugar muy turístico, con todo lo típico de estos sitios, terrazas de bares, restaurantes, tiendas con todo de productos para la playa. Los edificios no son muy altos, por todas partes hay pinos enormes, incluso por el medio de la calzada, pero lo que más nos llamó la atención es que si no eran todos, casi todos los edificios eran de estilo ibicenco. Parecía de verdad que estábamos en Ibiza y no en Mallorca. Más tarde nos enteramos que "el fundador de esta urbanización" por los años 30 de Cala d'Or era un ibicenco, y que todavía está su chalet en la plaza Ibiza (por supuesto), es donde ahora hay un buen restaurante el Café Fernando (aunque él se llamaba Antonio Costa)y que después todos los demás siguieron ese estilo, si lo lee paradis y no está de acuerdo que me rectifique porfa.
El hotel era como ya he comentado de la cadena Sol, un aparthotel de 3*, también de estilo ibicenco, de un blanco impoluto, tres pisos de altura y con cuatro alas, quedando la piscina en el centro, rodeada por todo el edifico.
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En recepción nos informaron que el estudio nos lo habían cambiado por un apartamento, sin costo alguno . Nos indicaron el camino que era atravesando la piscina (llenita de gambas inglesas tumbadas al sol y con los crios jugando por la piscina) en el ala de enfrente. Teníamos el apartamento en el piso superior, abrimos la puerta y nos encontramos con que en vez de una planta, eran dos, la decoración tiene sus años, se notaba por el mobiliario, la puerta de entrada, la cocina, pero estaba recién pintado y muy limpio todo. En la primera planta a mano izquierda la cocina, con todo lo necesario para cocinar y comer, a mano derecha una escalera que subía a la habitación, en frente la sala de estar y comedor, con un sofá cama rinconera enorme y un armario empotrado. También se podía salir a una terraza bastante amplia con una mesa y varias sillas de exterior, que daba a la piscina. Arriba la habitación abuhardillada muy grande pero con el inconveniente de según que zonas con la altura del techo, hay una pequeña habitación tipo vestidor, con un montón de perchas. El lavabo normal, pero tal vez era donde se le notaban más el paso de los años, los grifos, los azulejos, pero eso sí todo muy limpio, por cierto con aire acondicionado en las dos habitaciones, aunque no lo utilizamos porque el calor no era tan agobiante en esas fechas como para usarlo.
Cumplía y de sobras con lo que queríamos, no buscábamos ni lujo, ni actividades, ni vida hotelera, nuestra idea era tener un campo base para movernos a nuestro antojo por la isla. Si estaba lleno de ingleses no nos importaba (hasta el fin de semana no hubo ningún otro español en el hotel), pues no pensábamos pasar mucho tiempo por allí. Está cerquita de donde hay mas ambiente en Cala d'Or y para salir un rato por la noche es perfecto, y si le añadimos la mejora de habitación y el precio pagado, hizo que quedáramos encantados.
Abrimos las maletas, nos pusimos los bañadores, cogimos la bolsa de playa que ya llevábamos preparada con las toallas, las gafas de buceo, las cremas solares, etc. etc. y el mapa que nos dieron en la recepción del hotel de Cala d'Or por un lado y de Mallorca por el otro y nos fuimos caminando en busca de la primera cala. Tened en cuenta que en Cala d'Or hay 8 calas y un puerto. O sea que hay donde elegir.
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Cala Gran en Cala d'Or
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Cala Gran en Cala d'Or
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La primera que nos encontramos bajando la calle del hotel fue Cala Gran, como ya he comentado todo está llenito de pinos por todas partes, quedando los apartamento y los chalets disimulados junto a ellos, dando una imagen más natural del lugar. En la parte de atrás estaban las tumbonas con los parasoles, a los lados diferentes bares y chiringuitos. Nos dimos cuenta que ya era hora de comer, porque comenzábamos a salivar viendo los turistas almorzar. Dimos una vuelta por la cala, había muchísima gente, tanto en el agua como tomando el sol, eso que era martes y principios de junio.
Decidimos ir a comer algo y luego ya nos iríamos a descansar a la playa y a tomar el sol, después del madrugón y el cansancio del viaje.
Subiendo de Cala Gran nos encontramos una plaza con bastantes restaurantes alrededor , entramos en uno de ellos que tenía una terraza con unas sillas muy chulas y había bastante gente comiendo, La Cafetería Marfil, no queríamos comer demasiado así que pedimos una ensalada a repartir y dos pìzzas con dos jarras de cerveza y dos cafés nos costó 20,60 €, la ensalada muy bien presentada y colorida, las pizzas finitas como nos gustan, buen servicio y muy buen precio (la pizza no llegaba a los 6 €).
Después de reponer fuerzas seguimos las indicaciones del plano hasta llegar a la Cala d’Or, bonita cala, más escondida, más pequeña, nada masificada como la anterior, sacamos las toallas y nos estiramos, con la tripa llena y el cansancio de todo el día, la dormida estaba asegurada, nos protegimos con crema solar pues el sol pegaba de lo lindo y una buena siesta. Cuando nos despertamos había más gente que había venido a pasar la tarde, nos fuimos a dar el primer chapuzón en esas aguas tan cristalinas, hufffff que friaaaa. Se notaba que era primeros de junio y no estaba el agua para demasiados baños largos, pero si para refrescarse durante un ratito, tenía ganas de coger las gafas de buceo para ver el fondo marino pero la temperatura del agua me tiró hacia atrás . Ese día .
Al fondo se ve la silueta del Fortín,
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días más tarde fuimos a visitarlo y contemplamos una puesta de sol preciosa.
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Peciosa también, Cala d'Or
Al fondo se veía una fortificación y que la gente se acercaba caminando a verla, se trata d’Es Fortí, otro día nos acercaríamos a verla. Otra cosa que nos fijamos es que no paraban de pasar embarcaciones por enfrente de la cala, cuando nos fuimos, siguiendo las indicaciones del mapa, dirección a la Marina, supimos a qué se debía, en frente de esta cala está la entrada al puerto natural de la Marina de Cala d’Or, al principio destacan sus casitas de pescadores con sus amarradores tan particulares de las Baleares.
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Las barcas de pescadores varadas frente sus casetas
Las barcas de pescadores varadas frente sus casetas
Y a continuación un puerto deportivo que era una pasada, hacía tiempo que no veía embarcaciones tan grandes y lujosas, además a su alrededor una de las zonas de mas ambiente de Cala d’Or, con bares, pubs y restaurantes de todo tipo, pero sobretodo de pescado.
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Pedazo yates y detrás el Yacht club Cala d'Or
Pedazo yates y detrás el Yacht club Cala d'Or
Después de quedarnos boquiabiertos de tantos veleros y yates como había, nos dimos un paseíto por las terrazas de los restaurantes para localizar alguno de los recomendados en el foro por paradis y que llevábamos apuntados en una chuleta que me hice, nos encontramos con el rest. Botavara, uno de los que se recomiendan. Luego subimos la cuesta dirección al hotel (si algo hay en este lugar a parte de un montón de calas son cuestas), hasta que llegamos a la Avda. de Bélgica, centro neurálgico de la movida (nocturna) en esta población, con un montón de restaurantes, bares con unas terrazas muy bien ambientadas, habían loros por todas partes y figuras de animales y otros seres para las fotos de rigor, heladerías, pubs, etc, etc. Por este lugar encontramos el resto de restaurantes recomendados y que más adelante detallaré.
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Animales de todo tipo, ambientes muy chulos, pero clientes ninguno.
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Animales de todo tipo, ambientes muy chulos, pero clientes ninguno.
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Acabamos de pasear por la zona hasta llegar al hotel, todavía quedaban ingleses tomando el sol en la piscina, el color de su piel ya era de gamba a la plancha, suerte que muchos se quedan en las piscinas de los hoteles sino no cabríamos todos en las calitas del lugar.
Nos arreglamos y fuimos a comprar al Eroski que vimos al entrar. Los precios parecidos a la península, algún producto fresco algo más caro, como la fruta y las verduras, sobretodo cargamos de bebida, fruta y cosas para picar, como unos pistachos gigantes que estaban buenísimos.
Después de descargar la compra salimos a cenar, nos quedamos parados, casi no había nadie, nos dirigíamos al Rest. Barlovento se encuentra en una calle peatonal paralela a la Avda. de Bélgica, como teníamos que atravesar todo el lugar, esta vez si que nos arrastraban al interior de los restaurantes vacíos cuando pasábamos por delante de ellos, nos sentamos en la terraza, como todos, este restaurante se convirtió en uno de nuestros favoritos, el precio muy ajustado, la carta muy extensa, desde comida mallorquina, hasta comida italiana, buena presentación y generosos en los platos, con una grandiosa terraza.
Después de cenar esperábamos encontrar más gente, una vez hubieran terminado de cenar en sus hoteles, pero nada, seguía todo bien tranquilo (me imagino que por agosto la cosa cambia), así que decidimos volver al hotel a descansar de este día tan movidito. Pero nuestra sorpresa fue mayúscula, resulta que al otro lado del parque que había enfrente de nuestro apartamento, hay un local que se dedican a hacer actuaciones en directo con dobles de cantantes ingleses. Cantar cantan bien, pero a toda potencia y eso que había una buena distancia. Llamamos a recepción mosqueados, pero nos dijeron que el bar karaoke se encuentra en la entrada del hotel, al otro lado de nuestro apartamento y que ese bar a las 12 cerraban. Así que nos cogimos unas cervezas de la nevera y como no faltaba mucho nos sentamos en nuestra terraza, a escuchar la actuación de Elton John y a las 12 en punto se hizo el silencio.
Buenas noches y hasta mañana.