Hoy nos levantamos con un sabor amargo, como todos los últimos días de cualquier viaje donde has disfrutado. Ya se acababa todo y tocaba volver a casa, eso sí, con la maleta llena de nuevos recuerdos y experiencias por contar. Fuimos a desayunar y luego recogimos las maletas y las dejamos en las mismas consignas que las dejamos el primer día que llegamos.
Todavía disponíamos de algunas horas para poder ir al parque y terminar de hacer algunas compras que nos quedaban pendientes. Además vimos que a primera hora en Adventureland iban a estar Peter Pan y sus amigos y queríamos hacernos las últimas fotos del viaje con personajes Disney. Al final Peter Pan no estuvo, aunque si su enemigo máximo el Capitán James Garfio y su fiel compinche Smith. Como cualquier malo que se precie no se iban a comportar debidamente. Mi querido capitán Garfio se encargó de quitarme las orejas y de despeinarme completamente, así como de darnos abrazos un poco más fuertes de los deseados.
Luego fuimos a la casa de Mickey ya que estaba allí nuestro amigo, pero al llegar vimos la cola que había y viendo el tiempo que teníamos decidimos que, al haberlo visto ya en días anteriores, por esta vez lo íbamos a dejar pasar.
Aprovechamos, viendo que esta vez sí apenas había cola, para montarnos en la atracción de Peter Pan y nos volvimos a montar también, para despedirnos, en el Space Mountain. Ya estábamos casi listos para despedirnos.
Una de las tiendas de dentro del castillo era exclusivamente de artículos navideños
Terminamos de comprar algunos recuerdos más y nos fuimos al hotel a recoger las maletas. Hay varias opciones para ir de Disney al aeropuerto. Nosotros decidimos coger un autobús transfer Disney, que se coge en la misma puerta del parque y se paga en el mismo autobús. Cuesta unos 20 euros por persona. Nos decantamos por esta opción por varios motivos. Primero que nuestra tarjeta Navigo ya no nos servía para hoy, así que nos tendríamos que gastar dinero en el RER, luego en el metro en París y finalmente en el autobús que nos llevaba hasta Orly, el aeropuerto donde salíamos. Era más barato que el transfer, pero la diferencia no era tan grande. Preferimos por ello disfrutar un poco más de tiempo en Disney e ir tranquilos en el autobús. Tenía muy buenos horarios y llegó puntual, apenas cinco minutos estuvimos esperando. Además ofrecía servicio Wifi gratuito. Tardamos aproximadamente una hora en llegar, con tiempo suficiente para poder comer algo tranquilamente antes de volver a casa.
La vuelta fue muy tranquila, vamos, que me dormí tanto en el autobús como en el avión. Y llegamos a Sevilla sin ningún tipo de inconveniente.
Y hasta aquí llegó nuestra aventura parisina y quería agradecer desde aquí a todas esas personas que en cierta medida nos han ayudado en cualquier aspecto de viaje, tanto con experiencias como consejos, así como a todos aquellos que gastan su preciado tiempo en compartir diarios en el blog que nos ayudan y nos hacen más amena la llegada del próximo destino.