Suena la alarma a las 4 am. Hemos pasado la noche acompañados por una lagartija que no fuimos capaces de invitar a salir de la habitación durante la noche, al principio ojos abiertos por si se colaba en la cama pero al ver que iba a la suya, caímos muertos...
El colega sigue con la tripa un poco así así, así que se toma su tiorfan de rigor y se lleva un buen surtido de anti iarreicos por si le da parraca en el barco...
Antes de marcharnos, vamos a recepción a pedir el desayuno (que apalabramos ayer con la recepcionista). No encontramos por ningún lado a nadie, está todo apagado y nadie a la vista, pero ayer nos aseguraron que tendríamos el desayuno preparado... tras insistir a voces con “helloooooos?" varios, aparece un chico de un cuartillo donde claramente estaba dormido a pierna suelta. Nos dan un montón de bolsas con comida y podemos marchar, dejando las mochilas preparadas para la vuelta en recepción.
En la puerta nos espera el hombre al que ayer tarde le contratamos la excursión.
Son las 5am, en la calle ya hay gente, aun es noche cerrada. Andamos junto a Mr. Triet, que así se llama el hombrecillo, unos 10min aprox. hasta llegar al puerto de Can Tho.
Seguimos a Mr. Triet y tras atravesar un callejón y sortear barcas, llegamos a la que parece va a ser la nuestra. Es noche cerrada y no se ve un pijo, pero parece bastante rudimentaria. Para subirnos tenemos que trepar por otras barcas que están aparcadas y casi nos la metemos, no vemos na de na y el rio está movidillo.
Conocemos a nuestra barquera, una señora bastante mayor.
El barco, como decíamos, es bastante zarrapastroso, no demasiado cómodo y muy viejo, pero bueno, mientras no nos hundamos...
Nos sorprende ver como Mr. Triet sube a la barca con nosotros y se coloca justo atrás nuestro. Le preguntamos si viene, y dice que sí, que el “young men” le ha fallado y que él será nuestro guía hoy.
A las 5:15h estamos ya en marcha. Al principio la barquera usa los remos, pensamos que como sea todo el rato a remo no llegamos ni a cruzar el río, la pobre mujer hace lo que puede, ya querríamos muchos...
Una vez se aleja del puerto le da al motor, que por cierto, hace un ruido bastante infernal.
Empieza a amanecer, y el cielo está nublado muy mucho. Le preguntamos al hombre si va a llover (que parece más que obvio), y nos dice que bueno, que quizás “algo”.
El colega sigue con la tripa un poco así así, así que se toma su tiorfan de rigor y se lleva un buen surtido de anti iarreicos por si le da parraca en el barco...
Antes de marcharnos, vamos a recepción a pedir el desayuno (que apalabramos ayer con la recepcionista). No encontramos por ningún lado a nadie, está todo apagado y nadie a la vista, pero ayer nos aseguraron que tendríamos el desayuno preparado... tras insistir a voces con “helloooooos?" varios, aparece un chico de un cuartillo donde claramente estaba dormido a pierna suelta. Nos dan un montón de bolsas con comida y podemos marchar, dejando las mochilas preparadas para la vuelta en recepción.
En la puerta nos espera el hombre al que ayer tarde le contratamos la excursión.
Son las 5am, en la calle ya hay gente, aun es noche cerrada. Andamos junto a Mr. Triet, que así se llama el hombrecillo, unos 10min aprox. hasta llegar al puerto de Can Tho.
Seguimos a Mr. Triet y tras atravesar un callejón y sortear barcas, llegamos a la que parece va a ser la nuestra. Es noche cerrada y no se ve un pijo, pero parece bastante rudimentaria. Para subirnos tenemos que trepar por otras barcas que están aparcadas y casi nos la metemos, no vemos na de na y el rio está movidillo.
Conocemos a nuestra barquera, una señora bastante mayor.
El barco, como decíamos, es bastante zarrapastroso, no demasiado cómodo y muy viejo, pero bueno, mientras no nos hundamos...
Nos sorprende ver como Mr. Triet sube a la barca con nosotros y se coloca justo atrás nuestro. Le preguntamos si viene, y dice que sí, que el “young men” le ha fallado y que él será nuestro guía hoy.
A las 5:15h estamos ya en marcha. Al principio la barquera usa los remos, pensamos que como sea todo el rato a remo no llegamos ni a cruzar el río, la pobre mujer hace lo que puede, ya querríamos muchos...
Una vez se aleja del puerto le da al motor, que por cierto, hace un ruido bastante infernal.
Empieza a amanecer, y el cielo está nublado muy mucho. Le preguntamos al hombre si va a llover (que parece más que obvio), y nos dice que bueno, que quizás “algo”.
La barca sigue por el medio del Mekong, un río bastante ancho, marrón; vemos varios barcos de turistas más VIP (que van con asientos de tela y todo el rollo, en plan golondrina), también vemos muchos barcos transportando mercancía y de pescadores.
De momento, no es muy bonito.
A eso de las 6:30h se pone a llover. Mr. Triet saca el “toldo” de la barca, que supuestamente nos tiene que cubrir del agua. Pero lo que cae entre esa hora y las 8h no es agua, es EL DILUVIO UNIVERSAL. Madre mía, lo que llegó a cayer allí no tiene nombre. No nos sirvió el impermeable, ni el toldo, ni ná de ná. Calaos hasta los huesos. Nuestra ropa interior acabó mojada como si se hubiera caído al río. No fuimos capaces de coger la cámara y hacer un vídeo de ese momento, porque no nos queríamos mover ni un milímetro de nuestra posición, ya que cada vez que te movías, el agua alcanzaba lugares que “podían” estar secos...
Se mojó todo, incluidos los pasaportes, y eso que llevábamos bolsa estanca.
Llegamos al primer mercado a visitar, el de Phong Dien, a eso de las 7:45h. Se encuentra a unos 20km de Can Tho. Sigue lloviendo pero no con la misma intensidad, pero claro, el mercado no se ve igual, llueve para todos... Vemos varias barcas que intercambian productos unos con otros, con una agilidad se suben y se bajan con pesos importantes de un barco a otro (cargados de sacos de patatas, por ejemplo).
De momento, no es muy bonito.
A eso de las 6:30h se pone a llover. Mr. Triet saca el “toldo” de la barca, que supuestamente nos tiene que cubrir del agua. Pero lo que cae entre esa hora y las 8h no es agua, es EL DILUVIO UNIVERSAL. Madre mía, lo que llegó a cayer allí no tiene nombre. No nos sirvió el impermeable, ni el toldo, ni ná de ná. Calaos hasta los huesos. Nuestra ropa interior acabó mojada como si se hubiera caído al río. No fuimos capaces de coger la cámara y hacer un vídeo de ese momento, porque no nos queríamos mover ni un milímetro de nuestra posición, ya que cada vez que te movías, el agua alcanzaba lugares que “podían” estar secos...
Se mojó todo, incluidos los pasaportes, y eso que llevábamos bolsa estanca.
Llegamos al primer mercado a visitar, el de Phong Dien, a eso de las 7:45h. Se encuentra a unos 20km de Can Tho. Sigue lloviendo pero no con la misma intensidad, pero claro, el mercado no se ve igual, llueve para todos... Vemos varias barcas que intercambian productos unos con otros, con una agilidad se suben y se bajan con pesos importantes de un barco a otro (cargados de sacos de patatas, por ejemplo).
Solo vemos compra venta de productos vegetales, no vemos carnes ni pescados, mejor que mejor. Nos cuenta el hombre que al hacer hoy tan mal tiempo, hay mucha menos actividad que habitualmente, además, los barcos van tapados con lonas y pierde mucha gracia, la verdad, pero bueno, ahí estamos.
Los vendedores nos miran con cara de “mira estos pringaos, calaos hasta los huesos...”, esa es la cara que tienen todos los que reparan en nosotros. La verdad es que es pa vernos; mojaos de arriba a abajo, inmóviles como palos, con cara de pocos amigos, con nuestros pasaportes y nuestro desayuno mojados...
Vemos como nuestra barquera compra 10kg de boniatos a un barco por 30.000 VND.
Hemos tardado en llegar unas 2 horas hasta allí, cayendo la mundial, y no sabemos cómo, pero la barquera y Mr Triet no estan muy mojados... será que nos habrán dejado el sitio más chungo del barco...o que a los vietnamitas el agua no les moja...
Tras la visita al mercado, la barquera nos dirige a una zona de canales, donde no nos encontramos con ningun barco. Todo para nosotros. Esta es la parte que más nos gusta, la que teníamos en la cabeza cuando decidimos visitar el delta del Mekong. Deja de llover, incluso sale algo de sol, y ahí empezamos a gozarlo. Muchas aves, vegetación alrededor del río, ese contraste marrón-verde es precioso
Hemos tardado en llegar unas 2 horas hasta allí, cayendo la mundial, y no sabemos cómo, pero la barquera y Mr Triet no estan muy mojados... será que nos habrán dejado el sitio más chungo del barco...o que a los vietnamitas el agua no les moja...
Tras la visita al mercado, la barquera nos dirige a una zona de canales, donde no nos encontramos con ningun barco. Todo para nosotros. Esta es la parte que más nos gusta, la que teníamos en la cabeza cuando decidimos visitar el delta del Mekong. Deja de llover, incluso sale algo de sol, y ahí empezamos a gozarlo. Muchas aves, vegetación alrededor del río, ese contraste marrón-verde es precioso
Vemos algunas casas a orillas del Mekong;
Muy humildes, todo a la vista, usan el río para todo (cocinar, WC, lavar la ropa....) y claro, entre eso y la suciedad que sale de los barcos que habitan el delta, la única pega que le encontramos a la zona, es que el río está bastante sucio. Un montón de restos de plásticos, bolsas, cartones... habitan las aguas del Mekong.
De hecho, nos sorprende ver como de vez en cuando, el motor de la barca parece fallar y es porque se ha enganchado una bolsa de plástico o algo de basura en él, y la barquera para la barca, coge la basura con un palo de madera y luego, la vuelve a tirar al río... vemos que lo hacen todos, no solo nuestra barquera. Nos pone algo de mala leche esta manera de hacer... es una pena.
Sobre las 9h llegamos al mercado flotante de Cai Raing, a unos 6km de Can Tho.
Este es de los más visitados del delta, por la cercanía a la ciudad y por ser el más grande del delta.
En este, vemos más movimiento, barcas mucho más grandes, y se agradece que no llueva.
De hecho, nos sorprende ver como de vez en cuando, el motor de la barca parece fallar y es porque se ha enganchado una bolsa de plástico o algo de basura en él, y la barquera para la barca, coge la basura con un palo de madera y luego, la vuelve a tirar al río... vemos que lo hacen todos, no solo nuestra barquera. Nos pone algo de mala leche esta manera de hacer... es una pena.
Sobre las 9h llegamos al mercado flotante de Cai Raing, a unos 6km de Can Tho.
Este es de los más visitados del delta, por la cercanía a la ciudad y por ser el más grande del delta.
En este, vemos más movimiento, barcas mucho más grandes, y se agradece que no llueva.
No se comercia con el pescado, solo algo de carne y sobretodo vegetales y frutas. Nos hace mucha gracia el barco “cafetería” que vende todo tipo de bebidas y café calentito.
Aprovechamos este momento para desayunar algo que quede seco de nuestro desayuno.
No vemos turistas, no sabemos si será por el día intempestivo o por la época del año, pero el movimiento es local y vemos como compran y venden, como pesan la mercancía con unas hiperbalanzas y como comercian.
No vemos turistas, no sabemos si será por el día intempestivo o por la época del año, pero el movimiento es local y vemos como compran y venden, como pesan la mercancía con unas hiperbalanzas y como comercian.
Es curioso como identificar qué producto vende cada barco; en el mástil pinchan lo que venden. Si el barco vende calabazas, pues calabaza en lo alto, bien visible, así todo el mundo sabe lo que vende ese barco. Muy curioso.
Tras curiosear por Cai Raing un buen rato, Mr. Triet nos pregunta si queremos visitar la fábrica de noodles. Le preguntamos si merece la pena y él nos dice que “el no iría, que es mejor el paisaje”, así que le hacemos caso y pasamos de la fábrica.
Seguimos el paseo por canales desiertos, disfrutamos de algún rayo de sol que nos ayuda a secarnos algo y de hecho, hay momentos en los que casi nos quedamos dormidos, solo se escucha algún pajarillo y el ruido de los remos en el agua. Es muy muy relajante.
Tras curiosear por Cai Raing un buen rato, Mr. Triet nos pregunta si queremos visitar la fábrica de noodles. Le preguntamos si merece la pena y él nos dice que “el no iría, que es mejor el paisaje”, así que le hacemos caso y pasamos de la fábrica.
Seguimos el paseo por canales desiertos, disfrutamos de algún rayo de sol que nos ayuda a secarnos algo y de hecho, hay momentos en los que casi nos quedamos dormidos, solo se escucha algún pajarillo y el ruido de los remos en el agua. Es muy muy relajante.
Tras un buen rato de canalear y de charleta con Mr Triet, quien nos explica diferencias entre el norte y el sur de Vietnam; al parecer, el gobierno invierte en el norte pero el sur está algo abandonado en todos los aspectos, y si que es cierto que esa es nuestra sensación lo poco de sur que hemos visto.
Volvemos al puerto de Can Tho sobre las 11h. Llevamos 6h en el barco, nuestro culo está carpeta modo on y nos apetece estirar piernas y sacarnos la ropa mojada.
Pagamos a Mr Triet y le damos una propina a la barquera. Nos despedimos del señor, ha sido muy gracioso el hombre y nos ha contado algunas cosillas de la situación del país que desconocíamos. Nos explica que el quiere ir a ver Málaga, le decimos que nada, que Málaga le espera
Volvemos andando al hotel, donde nos cambiamos de ropa y nos aseamos algo en el WC de recepción.
Como aún es pronto, salimos a dar un último paseo por la ciudad; acabamos de nuevo en el mercado y en el paseo.
Comemos en un restaurante de un hotel, con una terraza con vistas al puerto. No comemos mal, pero algo caro a lo que estamos acostumbrados (unos 9 euros...).
Al salir de comer, vuelve a llover. Estoy hasta el higo de mojarme hoy, así que me planto el chubasquero saco molón. Voy andando decidida, hasta que una mujer me para y me dice no se qué. Me quedo loca, la mujer me mira y se parte, no entiendo qué quiere. Hasta que me pega un ostion cariñoso en la espalda (si, pero un ostion) y entiendo que me está llamando exagerada por taparme tanto por cuatro gotas. Si señora, ¡¡pero usted tiene las bragas secas!!! El colega se descojona
Hemos quedado con el conductor a las 14h en la recepción del hotel, y allí estamos desde las 13:30h. El tío se retrasa y a mi me entran los siete males, mira que si no viene...
Pero si, viene a las 14:10h y marchamos dirección Saigón.
El trayecto de vuelta se nos hace muy pesado; muy mala carretera, muchos baches, mucho tráfico y mucho cansancio acumulado.
A media hora de llegar, el conductor hace su parada de rigor, que tiene huevos que por media hora no tire ya de directo.
Para con todos sus cataplines en un área de servicio y se pone a cenar el tío, media hora!.
Aprovecho para comprar té de loto para casa y esperamos como buenos chicos, mientras nos acribillan los mosquitos.
Por fin, llegamos al Distrito 1 de Saigón cerca de las 18h.
Nos depedimos del personaje y vamos al Beautiful Saigon Boutique Hotel, al ladito del An An Hotel, donde dormimos la primera noche en Ho Chi Minh.
Hacemos el check in y bueno, la habitación bien, pero después de la experiencia, el An An fue mucho más barato y casi que me quedo con él.
Salimos a cenar algo cerquita del hotel, y bueno, para que innovar, acabamos de nuevo en el Asia Kitchen, en la misma calle del hotel. Cenamos un Claypot Tofu (qué maravilla) y un Bun Cha vegetal (rollitos fritos + noodles + hierbas y verduras varias), además, como es prontito, pillamos la Saigon Green Happy Hour,y ahí si que lo gozamos, 12.000 VND una birraca fría de 450ml. Madre que lujuría de lugar.
Tras la rebuena cena y 3 Saigons de medio, caemos en el hotel en coma irreversible.
Volvemos al puerto de Can Tho sobre las 11h. Llevamos 6h en el barco, nuestro culo está carpeta modo on y nos apetece estirar piernas y sacarnos la ropa mojada.
Pagamos a Mr Triet y le damos una propina a la barquera. Nos despedimos del señor, ha sido muy gracioso el hombre y nos ha contado algunas cosillas de la situación del país que desconocíamos. Nos explica que el quiere ir a ver Málaga, le decimos que nada, que Málaga le espera
Volvemos andando al hotel, donde nos cambiamos de ropa y nos aseamos algo en el WC de recepción.
Como aún es pronto, salimos a dar un último paseo por la ciudad; acabamos de nuevo en el mercado y en el paseo.
Comemos en un restaurante de un hotel, con una terraza con vistas al puerto. No comemos mal, pero algo caro a lo que estamos acostumbrados (unos 9 euros...).
Al salir de comer, vuelve a llover. Estoy hasta el higo de mojarme hoy, así que me planto el chubasquero saco molón. Voy andando decidida, hasta que una mujer me para y me dice no se qué. Me quedo loca, la mujer me mira y se parte, no entiendo qué quiere. Hasta que me pega un ostion cariñoso en la espalda (si, pero un ostion) y entiendo que me está llamando exagerada por taparme tanto por cuatro gotas. Si señora, ¡¡pero usted tiene las bragas secas!!! El colega se descojona
Hemos quedado con el conductor a las 14h en la recepción del hotel, y allí estamos desde las 13:30h. El tío se retrasa y a mi me entran los siete males, mira que si no viene...
Pero si, viene a las 14:10h y marchamos dirección Saigón.
El trayecto de vuelta se nos hace muy pesado; muy mala carretera, muchos baches, mucho tráfico y mucho cansancio acumulado.
A media hora de llegar, el conductor hace su parada de rigor, que tiene huevos que por media hora no tire ya de directo.
Para con todos sus cataplines en un área de servicio y se pone a cenar el tío, media hora!.
Aprovecho para comprar té de loto para casa y esperamos como buenos chicos, mientras nos acribillan los mosquitos.
Por fin, llegamos al Distrito 1 de Saigón cerca de las 18h.
Nos depedimos del personaje y vamos al Beautiful Saigon Boutique Hotel, al ladito del An An Hotel, donde dormimos la primera noche en Ho Chi Minh.
Hacemos el check in y bueno, la habitación bien, pero después de la experiencia, el An An fue mucho más barato y casi que me quedo con él.
Salimos a cenar algo cerquita del hotel, y bueno, para que innovar, acabamos de nuevo en el Asia Kitchen, en la misma calle del hotel. Cenamos un Claypot Tofu (qué maravilla) y un Bun Cha vegetal (rollitos fritos + noodles + hierbas y verduras varias), además, como es prontito, pillamos la Saigon Green Happy Hour,y ahí si que lo gozamos, 12.000 VND una birraca fría de 450ml. Madre que lujuría de lugar.
Tras la rebuena cena y 3 Saigons de medio, caemos en el hotel en coma irreversible.