Las expectativas eran muy altas respecto a esta isla. Nos dio muchos quebraderos de cabeza en la planificación, ya que inicialmente íbamos a realizar la excursión de un solo día que te trae desde Rarotonga a primera hora, te enseña la laguna azul principalmente y te trae de vuelta por la tarde, pero costaba un pastón… y por un poco más, basándonos en los consejos de los entendidos que en este foro se hallan, y en unos cuantos reportajes externos… nos convencimos de que ya que estábamos aquí, debíamos echar el resto.
Y la cosa no empezó mal, espectacular amanecer, a un palmo de una de las mil playas de la isla, y con la moto preparada alquilada directamente al dueño del lodge.
Nos fuimos a explorar la isla y tras unas vueltas hicimos la primera parada en una de sus solitarias y paradisiacas playas
La verdad es que la isla cumple con lo prometido, y lo digo yo, que no soy especialmente amigo de las playas…
Aitutaki es super tranquila, no tiene un núcleo claramente marcado como “capital” o centro poblacional que llame la atención sobre el resto, está todo disuelto por toda la extensión, pero es tan poco, que prácticamente pasa imperceptible.
Nos fuimos a uno de los picos de la isla (uno echa de menos rápidamente las alturas) y vimos desde otro ángulo lo espectacular del lugar donde nos encontrábamos
A destacar la zona donde nos habíamos alojado, ya que teníamos a tiro de piedra un par de sitios muy buenos donde cenar a buen precio, además pillamos justo el día que había karaoke en uno de ellos! Y también otro diferente para desayunar, el Koru Café.
Y la cosa no empezó mal, espectacular amanecer, a un palmo de una de las mil playas de la isla, y con la moto preparada alquilada directamente al dueño del lodge.
Nos fuimos a explorar la isla y tras unas vueltas hicimos la primera parada en una de sus solitarias y paradisiacas playas
La verdad es que la isla cumple con lo prometido, y lo digo yo, que no soy especialmente amigo de las playas…
Aitutaki es super tranquila, no tiene un núcleo claramente marcado como “capital” o centro poblacional que llame la atención sobre el resto, está todo disuelto por toda la extensión, pero es tan poco, que prácticamente pasa imperceptible.
Nos fuimos a uno de los picos de la isla (uno echa de menos rápidamente las alturas) y vimos desde otro ángulo lo espectacular del lugar donde nos encontrábamos
A destacar la zona donde nos habíamos alojado, ya que teníamos a tiro de piedra un par de sitios muy buenos donde cenar a buen precio, además pillamos justo el día que había karaoke en uno de ellos! Y también otro diferente para desayunar, el Koru Café.