Aunque amaneció muy nublado y lluvioso, continuación de la tormenta eléctrica que hubo toda la noche, hoy nos vamos a conocer una de la joyas de la zona: el Laghetto di Fié, pero antes paseamos por Fié allo Sciliar/Völs am Schlern. El sol y las nubes se alternan durante toda la jornada.
FIÈ ALLO SCILIAR/VÖLS AM SCHLERN
Escogemos esta pequeña población para conocer al menos uno de los pequeños pueblos que forman Alpe di Siusi. Aparcamos junto a la iglesia, en Dorfstrasse, gratuitos los primeros 90 minutos con la rueda horaria (la incluye el coche de alquiler); aparte de baños y una especie de albergue juvenil, el edificio tenía biblioteca y ludoteca infantil. A partir de aquí, se pueden seguir dos caminos: el que lleva al Rathaus o ayuntamiento (no le vimos nada de particular), donde había un mercadillo de ropa, o el que lleva a la iglesia de Maria Himmelfahrt y a su pequeño cementerio. En la calle Piazza Della Chiesa, que conduce desde la iglesia hasta la Porta, había puestos de embutidos y queso; compramos de distintos tipos y nos regalaron un kilo de manzanas.
En esta calle hay muchos de los hoteles en los que habíamos pedido presupuesto (nos gustó especialmente el Rose Wenzer, con unas vistas maravillosas y piscina cubierta, pero nos pareció alejado…); bajamos unas escaleras donde nos cruzamos con un grupo de músicos vestidos con ropa típica. Seguimos la señal del corto paseo Pfaffenbühl que nos llevó hasta una zona con árboles frutales desde la que se veía el castillo.
LAGHETTO DI FIÈ
Pongo la foto por fidelidad a mi niño , “porque yo también sé hacer fotos como papá”.
Al llegar hay una caseta de información y baños; se accede al parking tras pagar los 3€ que nos separan de la barrera. Hay letreros con indicaciones de distintos senderos. Al lago son unos 5 minutos; allí hay una cafetería (Schimmhütte), vestidor y taquillas. Es un entorno bañado de verde donde la gente disfruta de las vistas, del sol, que por fin salió, del baño, alquila barquitas, nadan los cisnes…
En la orilla de enfrente habíamos localizado una zona de juegos, aunque finalmente no llegamos a ir, porque teníamos previsto subir a la Malga Tuff o Tuffalm.
Tras pasar el Lago Hubber se puede subir por dos vías: por el camino que siguen los carros de caballos (en unos 40 minutos), muy sencillo, por el que se puede ir con carrito de bebé…
… o por otro más complejo, atravesando el bosque, con tramos de pendiente, algunas piedras grandes… Como no podía ser de otra manera, escogimos este (30 minutos de subida algo dura).
Una vez llegamos a la Malga Tuff y recuperamos el aliento, estamos amparados por el macizo del Schlern/Sciliar, con la punta Santner-Spitz encima de nosotros.
Unas vistas de sobresaliente y preparado para familias con niños: restaurante, minizoo con llamas y conejos, futbolín, arenero, tobogán y columpios.
Además, hasta allí llegan los coches de caballos, así que nos entretuvimos bastante viendo cómo bebían agua, cómo los remojaban y dando de comer a los animalitos…
FIÈ ALLO SCILIAR/VÖLS AM SCHLERN
Escogemos esta pequeña población para conocer al menos uno de los pequeños pueblos que forman Alpe di Siusi. Aparcamos junto a la iglesia, en Dorfstrasse, gratuitos los primeros 90 minutos con la rueda horaria (la incluye el coche de alquiler); aparte de baños y una especie de albergue juvenil, el edificio tenía biblioteca y ludoteca infantil. A partir de aquí, se pueden seguir dos caminos: el que lleva al Rathaus o ayuntamiento (no le vimos nada de particular), donde había un mercadillo de ropa, o el que lleva a la iglesia de Maria Himmelfahrt y a su pequeño cementerio. En la calle Piazza Della Chiesa, que conduce desde la iglesia hasta la Porta, había puestos de embutidos y queso; compramos de distintos tipos y nos regalaron un kilo de manzanas.
En esta calle hay muchos de los hoteles en los que habíamos pedido presupuesto (nos gustó especialmente el Rose Wenzer, con unas vistas maravillosas y piscina cubierta, pero nos pareció alejado…); bajamos unas escaleras donde nos cruzamos con un grupo de músicos vestidos con ropa típica. Seguimos la señal del corto paseo Pfaffenbühl que nos llevó hasta una zona con árboles frutales desde la que se veía el castillo.
LAGHETTO DI FIÈ
Pongo la foto por fidelidad a mi niño , “porque yo también sé hacer fotos como papá”.
Al llegar hay una caseta de información y baños; se accede al parking tras pagar los 3€ que nos separan de la barrera. Hay letreros con indicaciones de distintos senderos. Al lago son unos 5 minutos; allí hay una cafetería (Schimmhütte), vestidor y taquillas. Es un entorno bañado de verde donde la gente disfruta de las vistas, del sol, que por fin salió, del baño, alquila barquitas, nadan los cisnes…
En la orilla de enfrente habíamos localizado una zona de juegos, aunque finalmente no llegamos a ir, porque teníamos previsto subir a la Malga Tuff o Tuffalm.
Tras pasar el Lago Hubber se puede subir por dos vías: por el camino que siguen los carros de caballos (en unos 40 minutos), muy sencillo, por el que se puede ir con carrito de bebé…
… o por otro más complejo, atravesando el bosque, con tramos de pendiente, algunas piedras grandes… Como no podía ser de otra manera, escogimos este (30 minutos de subida algo dura).
Una vez llegamos a la Malga Tuff y recuperamos el aliento, estamos amparados por el macizo del Schlern/Sciliar, con la punta Santner-Spitz encima de nosotros.
Unas vistas de sobresaliente y preparado para familias con niños: restaurante, minizoo con llamas y conejos, futbolín, arenero, tobogán y columpios.
Además, hasta allí llegan los coches de caballos, así que nos entretuvimos bastante viendo cómo bebían agua, cómo los remojaban y dando de comer a los animalitos…