Día 5 de agosto. Sábado
El día de hoy no tiene mucho que contar. Madrugamos porque teníamos un vuelo de Hervey Bay a Brisbane a las 6:45. La suerte fue que la trabajadora del hotel nos dijo el día anterior que no hacía falta madrugar tanto como yo tenía pensado, que el aeropuerto es muy pequeñito y se pasa los controles rápidamente. Por tanto a las 5:15 nos recogió un taxi y nos llevó rápidamente al aeropuerto. Allí lo de siempre pero sin apenas gente, por lo que tuvimos que esperar un poco. El vuelo operado por una subsidiaria de Qantas, nos dio desayuno y todo. Llegamos a Brisbane y comprobamos que la maleta de mi señora que ya estaba tocada, la habían reventado por abajo bastante. Además nuestro siguiente vuelo, que era a Mackay, había sido retrasado por lo que estuvimos 4 horas en el aeropuerto.
Llegamos a Mackay a las 13:15, recogimos las maletas y a por el coche de alquiler, con Hertz. Este sería el coche que tendríamos durante una semana, hasta que cogieramos otro vuelo en Cairns para ir a Adelaida. El de Hertz me vendió la moto y me metió más seguros de los que quería y al final la broma se fue hasta 880 AUD, unos 100 AUD más de lo que pensaba. El coche un Hyundai i30.
Llegamos a Airlie Beach un par de horas después. Mi mujer se atrevió a coger el coche y le gustó. Los primeros marsupiales muertos aparecieron por los arcenes de la carretera. Nuestro hotel para las dos próximas noches era el Whitsunday on the beach www.whitsundayonthebeach.com/ situado en la calle principal. El caso es que llegamos y justo esa calle estaba cortada y parecía que había fiesta o no sé qué. La agente de policía nos dijo que tendríamos que aparcar en un descampado próximo a un supermercado, que es lo que hicimos. Fuimos para el hotel, la dueña, muy amable decía que estaba preocupada porque no llegabamos (y eso que no era ni las 4 pm) y había contactado con María, de Cairns Unlimited para ver si sabía algo. Después nos comentó que cogieramos el coche para aparcar en el parking privado que tenía, que se lo dijeramos al agente de policía y nos dejaría pasar. Así que fuimos de nuevo a por el coche y de nuevo nos tuvimos que volver porque el agente dijo que no se podía pasar, así que de vuelta al descampado que estaba cada vez más petado. De hecho ni pudimos aparcar y estuvimos dando vueltas hasta que en una calle pillamos sitio.
La habitación era pequeñita, pero no estaba mal del todo. Además la parte trasera daba a la piscina de Airlie Beach, pero como estaba en obras, pues como si no existiera. Por otro lado nos enteramos que es que ese fin de semana había fiesta en el pueblo, el Reef Festival, y por eso estaba la calle cortada y petada de gente. Llevabamos mirando la previsión del tiempo unos días y ponía que para mañana, día que hacíamos el tour en las Whitsundays con snorkel y todo, había previsión de lluvia. Ante esta situación decidimos ir a la agencia y preguntarles si eso afectaba en algo. Nos dijeron que ellos salían siempre, que si no queríamos para ese día que nos lo cambiaban, pero le comentamos que solo disponíamos de ese día, así que a rezar para que no lloviera.
Ya era practicamente la hora de cenar y no habíamos hecho nada en todo el día. Anduvimos por los diferentes garitos y nos decidimos por uno que tenía actuación en directo. Un sitio ponía la comida, otro la bebida y luego había mesas comunitarias. Así que comiendo Pizza y ensalada y echandonos unas cervezas finalizó este día sin pena ni gloria.
Cenando con música en directo
Día 6 de agosto. Domingo
Nos levantamos sobre las 8, ya que a las 9 nos recogían los chicos de oceanrafting para realizar este tour 164 AUD por barba incluida la comida. Ha llovido algo por la noche, pero el cielo aunque nublado no está ahora descargando. Desayunamos en el Base Backpapers donde nos recogen y justo allí encontramos a la familia de Zaragoza que había hecho el tour con nosotros en la Isla Fraser. El chico mira su reserva y coincidencia, también hacen el mismo tour que nosotros hoy. Al contrario que nosotros ellos llegaron a Airlie Beach en coche, nada de aviones, cosa que para lo que al final hicimos nosotros podíamos haber hecho.
Tras el desayuno esperamos y a la hora fijada nos recogen en una furgo y nos llevan a la oficina de la agencia. Allí nos inscribimos en una tablet, pagamos la parte que nos quedaba y otros 8 dólares por el alquiler del traje de licra. Tras esperar un poco nos metemos en nuestra lancha. Una vez nos situamos todos, salimos del puerto y al poco rato empieza una llovizna. Nuestro problema es que la lancha es al aire libre y el agua con la velocidad parecen perdigonazos. Tenemos una tripulación de dos personas, un chico sudafricano y una chica que va con una cámara de acción haciendo de vez en cuando fotos. Nos dicen que el agua está plana (flat), algo raro por allí. Nos tiramos un buen rato en la barca, haciendo unas paradas la mar de interesantes por actividad ballenera. Y realmente fue lo mejor del día. No estuvimos tan próximos como en Hervey Bay, pero casi, casi. Lo que la hizo muy interesante es que las tres veces que nos paramos próximos a una pareja madre-hijo fueron experiencias distintas a las que habíamos experimentado. La primera vez porque es oíamos perfectamente el sonido de las ballenas que utilizan para comunicarse. La segunda porque vimos como una madre enseñaba a dar saltos al ballenato, y la tercera porque esta la madre dando de amamantar a la cría. La verdad es que fue una experiencia muy bonita.
Empieza a llover. Ballenas que nos deleitaron con sus sonidos. Ballenas saltando. Empepados en la barca.
El resto estuvo totalmente deslucido por la lluvia, que fue in crescendo y que nos empapó a pesar de los chubasqueros capitán iglo que nos dieron. El paisaje bonito, sin dudas, pero los colores que tiene el agua con el Sol los perdimos. Paramos un par de veces. Una en la isla Whithaven para subir a los miradores de la famosa estampa y otra en la isla Hook para comer, dentro de la barcaza debido a la lluvia que aunque no fuera intensa no remitía.
Bajando en la playa Whithaven. Vistas desde los miradores. Pedazo de araña de la zona. Haciendo snorkel en las frías aguas. Las dos últimas son en la Isla Hook mientras esperamos que la comida esté preparada
Por supuesto, también paramos para hacer snorkel, pero aunque yo me quedé estupefacto de la vida marina que se veía, no cabe duda que la falta de luminosidad deslucía lo suyo. Además estaba el agua bastante fría.
A las 16:30 estábamos de vuelta en Airlie Beach. Los chicos de Oceanrafting hicieron bien su trabajo e hicieron algunas virguerías con la lancha que tiene una potencia tremenda, aprovechando que apareció otra lancha de ellos y bueno, el oleaje que creaba una, la otra la aprovechaba para deslizarse por la ola que dejaba.
En definitiva, mala suerte por el tiempo, porque tanto el paisaje como la labor de la empresa estuvo muy bien.
Una vez en el hotel pues lo de siempre. Ducha, y a la calle a otro zona de mesas comunes con bebida y comida y actuación en directo. La verdad es que estuvo la noche muy animada y nos gustó el ambiente. Por supuesto, fue llegar y no llover más.
Otra actuación en vivo que amenizó la velada
Día 7 de agosto. Lunes
Los objetivos de hoy eran la cascada Wallaman, la que tiene mayor salto de toda Australia y los humedales Tyto. Este último fue buscando algo que hacer cerca de Ingham, ciudad en el que dormiríamos hoy.
También hoy era el día que más coche teníamos, ya que desde Airlie Beach se tarda unas 5h30' en llegar a Wallaman. El trayecto no se nos hizo largo, el paisaje acompaña y siempre estás atento por si ves algún animal, como así fue. Para empezar el número de rapaces sobrevolando estas tierras es tremendo, los ibis cada dos por tres los veías a lo suyo e incluso me pareció ver un emú.
Una de las rapaces (con algo en el pico) que pude cazar mientras conducíamos
Hasta Ingham fue mi señora la que condujo. Allí fue donde echamos gasolina (que por cierto subía el precio más y más cuanto más al norte estábamos) y donde abandonamos la Bruce Hwy. La carretera que nos llevó hasta la cascada fue aún más interesante. Al principio sin mucha historia, con las plantaciones de caña de azúcar, pero luego tras pasar unas señales de peligro por ganado doméstico, había que estar atento porque las vacas estaban al lado de la misma y muchas veces incluso en la carretera. Allí las vallas no existen. Tras pasar unos 15 km esquivando vacas empezamos a subir una montaña haciendo eses sin parar. Nos adentramos en el Girringun National Park.
La frondosidad nos iba rodeando e incluso había carteles avisando de posibles avistamientos de Casuarios. Llegamos al final parking de la cascada y nos pusimos en dirección a los miradores de la misma. La cascada una auténtica preciosidad tal como se ve en las fotos, pero realmente impresiona en vivo. Por los alrededores hay algunas rutas, pero nosotros decidimos realizar la que estaba más próxima al camping, la Bangurru walk, de poco más de 800 metros, donde es posible ver ornitorrincos si vas a una hora más próxima del atardecer, no como nosotros que estábamos ahí sobre las 14:30. El pequeño paseo nos encantó. Ver estas zonas tan frondosas que luego se abrió al río. Daban ganas de quedarse, pero había que estar en Ingham cuanto antes mejor, ya que necesitaríamos un par de horas en los humedales Tyto. El paseo no era en absoluto duro, pero yo sudé que no veas. Se nota el bosque tropical. De animales vimos los pavos salvajes y un par de veces la famosa mariposa Ulises, que con sus colores azul eléctrico llaman la atención. Un hombre del cámping nos dijo si habíamos visto un lagarto muy grande que había pasado por ahí hace menos de un minuto, pero no lo vimos. Supongo que sería un varano.
Cascada Wallaman. Fotos del Bangurru Walk
Ya en el coche, regreso a Ingham. Iba conduciendo la mar de feliz, justo cuando llegaba de nuevo a la zona de las vacas, cuando mi mujer me gritó ¡¡Para, un canguro!! Miré atrás por el espejo y frené. Efectivamente, ahí en el margen izquierdo había un canguro (bueno, creo que al final era un wallaby, pero era grandecillo) Lo bueno es que por la carretera no pasaba nadie y pudimos hacerle un buen reportaje. Al final, cuando decidió darse el piro, nosotros hicimos lo mismo con una sonrisa en la cara. Al fin, nuestro primer marsupial bien documentado. Hasta ahora solo habíamos visto un par de segundos a un wallaby gris en la Isla Fraser y unos cuántos muertos en la carretera.
Nuestro primer wallaby posando
Llegamos a Ingham con una sonrisa y lo primero que hicimos fue hacer el checkin en nuestro hotel de esta noche el Lees Hotel leeshotel.com.au/ 105 AUD por la noche. La habitación amplia y más que correcta. Tras dejar las maletas directos para la entrada a las Tyto Wetlands, que están bastante cerca. Aparcamos, cogemos nuestras cámaras y a ver qué tal.
Mapa de las Tyto Wetlands
Son las 16:20, tenemos un par de horas hasta que anochezca. Buenas horas para ver si vemos algún animal. Nada más entrar nos encontramos con un wallaby gris. Todo emocionados empezamos a echar fotos hasta que nos acercamos demasiado. Avanzamos un poco más y empiezan a aparecer wallabys por todas partes. Jo, llevabamos más de 10 días en Australia y no habíamos visto marsupiales y estamos aquí triunfando. Fotos, fotos, fotos. La zona es preciosa, todo muy bien cuidado, lleno de verde. Llegamos a un puente de madera muy bonito donde se ven garzas y unas aguas cubiertas de plantas acuáticas. Además vemos unas hormigas verdes ¿? Seguimos, totalmente asombrados por la belleza del lugar y por lo inesperado ya que fue un sitio de relleno, que no aparecía en ningún sitio. Llegamos a más zonas de agua, bordeamos la zona, hicimos muchas fotos, vimos pelícanos, patos, más garzas, unos pajarillos rojos chulísimos y muchas más aves, todo con una luz del atardecer que hizo que fuera el paseo que más nos gustó prácticamente de todo lo que llevábamos de viaje. Por supuesto vimos otra vez a los wallabies. Pasadas las 18 habíamos bordeado todo y nos pusimos dirección al hotel con una sonrisa en la cara.
Wallabíes en nuestro camino. Puente. Garza. Plantas acuáticas.
Pelícano con patos. Detalles del camino. Diamantes escarlata (Neochmia phaeton). Más wallabies.
Como era lunes e Ingham no tenía mucha marcha, decidimos comprar algo en el supermercado de al lado, junto a un paquete de 6 cervezas de la licorería (usualmente hay una cercana al super, ya que en ellos no se vende nada de alcohol) Así, tras pedir unos platos y cubiertos para la comida que nos habíamos preparado, nos quedamos en la cama cenando y viendo más capítulos de Orphan black.