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El día comenzó como tantos otros en tren, despertando mínimo media hora antes de la supuesta de llegada y estando pendiente de las ventanas para ver el nombre de las estaciones. Llegamos a las 7:20, con una hora de retraso y a salir de la estación, aunque recibimos el habitual acoso, pudimos comprobar que se trataba de una ciudad mucho más tranquila y eso ya nos dió buenas sensaciones.
Como veníamos haciendo, elegimos un tuk tuk con conductor joven que tenía internet en el móvil para poder indicarle el hotel. No teníamos ninguna reserva, pero el día anterior habíamos mirando un par de ellos por Booking a buen precio y la intención era llegar allí mismo para intentar conseguir una rebaja, ya que al fin y al cabo no íbamos a pasar la noche porque a las 23:15 partíamos de nuevo en tren a Delhi. Podríamos haber dejado las maletas en las taquillas estación, pero por una cantidad ridícula al cambio, preferíamos dejarlas a buen recaudo en un hotel, donde además podríamos darnos una ducha nada más llegar y antes de partir de nuevo y descansar un poco. Así, nos dirigimos al Inda Paying Guest House. El conductor resultó no tener ni idea de la dirección incluso con GPS, y terminamos dando vueltas por la tranquila ciudad, casi desierta aún a esas horas. Visto lo visto, nos intentó vender el hotel de un amigo suyo por 400R y que sí sabía donde estaba, pero dijimos que ya teníamos pagada la reserva en el nuestro. Nos terminó cabreando con tanta vuelta y le acabamos amenazando con bajarnos, pero finalmente lo encontró.
Nos ofrecen la habitación a 450R y consigo sacarla por 350R. Es sencilla, pero espaciosa, con baño privado y una máquina de aire acondicionado, todo lo que necesitábamos.
Además, desde el balcón se tenían unas inmejorables vistas del fuerte.
Pagamos las 80R pactadas al conductor con un billete de 100R y nos dijo que no tenía cambio, así que después de la tardanza y el vacile le digo que o lo vaya a buscar él y no le pago nada. Al final consiguió cambio en nuestra guest house y nosotros nos dimos una reparadora ducha y descansamos un par de horas dando tiempo a que abrieran los puntos turísticos.
Después fuimos andando al fuerte a pesar del calor, pues está bastante cerca. A simple vista nos pareció impresionante, no tan grande como el Amber, pero sí más cuidado. Esta opinión se consolidó durante la visita, porque fue de lo más amena. A mi novio le cobraron la entrada a 600R y yo conseguí colar de nuevo el Carnet Joven, aunque el taquillero dudó, y al final fueron 400R. Lo bueno de estas entradas es que además incluyen audioguía y puedes ir recorriendo todas las estancias del fuerte escuchando la interesantísima historia de su familia de Marajás.
Tienes que pagar un permiso para poder hacer fotos, así que nosotros guardamos las cámaras y tomamos algún suelta con la GoPro. Las salas eran preciosas, mucho mejor conservadas y cuidadas que las del Amber, los grabados de las fachadas eran espectaculares, casi al nivel de los Havelis de Jaisalmer.
Desde las alturas, pudimos ver la parte azul de Jodhpur, que no es la zona principal de la ciudad sino otra en la parte de atrás del fuerte.
A la salida y teniendo en cuenta el calor para ir andando, negociamos una ruta con un tuk tuk por 450R. La primera parada fueron los cenotafios Jaswant Thada, un lugar tranquilo y poco visitado que nos encantó conocer. Muchos lo llaman en Taj Mahal de Jodhpur, pero aunque sea un sitio bonito, la comparación es demasiado exajerada. Pagamos 30R cada uno por la entrada.
A continuación, le pedimos a nuestro chófer que nos llevara a un restaurante que llevábamos anotado por las excelentes opiniones: Jhankar. El lugar tiene una decoraciónmuy cuidada y atractiva y una bonita azotea, pero nosotros con el calor preferimos comer dentro. Lo cierto es que una vez allí, la carta nos decepcionó un poco. Tenía bastante variedad… pero resulta que, de nuevo, era un restaurante vegetariano y nosotros continuábamos con ganas locas de pollo. Pedimos Chatni Wala Aloo (patatas tikka rebozadas) y Royal Sahi Paneer (guiso cremoso con queso y anacardos) , con agua, un cheese naan y una paratha. La comida estaba bastante buena, eso sí, pero tardaron más de media hora en servirnos a pesar de que el local estaba prácticamente vacío. De postre, nos frotamos las manos al ver que había gulab jamun, pero al pedirlo el camarero dijo que no les quedaba y pedimos la cuenta, que fue de 630R.
Al reunirnos con el taxista, le comentamos lo mucho que nos gustaba el gulab jamun y el hecho de habernos quedado con las ganas en el restaurante. Preguntó el precio, y le dijimos que 80R por dos unidades y le pareció un escándalo, porque está a 380R el kilo. Le preguntmos so conocía algún sitio y nos paró en una pastelería, donde pedimos 4 piezas por 40R. Un precio de locura, pero no estaba igual de bueno que el del restaurante de Jaipur.
Nos dirigimos entonces al Umaid Bhawan Palace, situado a las afueras de la ciudad. El panorama cambiaba completamente: Urbanización rica y moderna con mansiones dignas de jeques árabes.
La entrada al recinto es gratuita y disfrutamos ampliando nuestros conocimientos de la familia de Maharajás que ha gobernado Jodphur a lo largo de los siglos. La figura de Umaid Singh es interesantísima y esencial para el desarrollo de la ciudad, y si me apuráis, incluso de la India, ya que su afición a la aviación propició la construcción del aeropuerto de Jodhpur y que fuera él el primero en recibir un vuelo internacional en toda la India, además de popularizar el cricket.
El Palacio tiene un aparte de hotel, que no se puede visitar a no ser que te alojes a precio prohibitivo… pero, para compensar, puedes ver una exposición de coches de lujo, auténticas joyas propiedad del actual maharajá.
Al la salida, el conductor nos contó la milonga de ir a comprar a un mercado de antigüedades con productos de calidad, porque supuestamente quedaba de camino de vuelta a la ciudad. Mentira. Entramos y salimos y le dijimos que nos dejara en la Plaza del Reloj como habíamos acordado.
El ambiente allí nos encantó. Había gran actividad, sin ser bullicios, todo con una atmósfera de pueblito. Aprovechamos para curiosear en varias tiendas y para comprar tés y especias, como buenos amantes de la mesa que somos.
Dejamos que el dueño de la tienda que elegimos nos camelara, porque dejamos que nos vendiera prácticamente de todo. Por el estómago se nos gana. Nos hizo un par de catas de té y acabamos llevándonos especias tandoori, varios packs de masala chai, cardamomo, té de menta y té de lichi…. Por 1020R. Creía que sería más barato, pero lo cierto es que las especias siempre han sido un bien caro.
Pasamos el resto de la tarde disfrutando y callejeando por sus agradables calles, e incluso volvimos a coincidir con el matrimonio de Jaisalmer. Aprovechamos también para sacar algo de efectivo para la recta final del viaje, 100€ por los que nos cobraron 200R de comisión.
Al final de la tarde, regresamos al hotel para ducharnos y descansar un rato hasta que se hiciera la hora de la partida. No teníamos demasiada hambre para cenar en restaurante, así que aprovechamos que la guest house tenía servicio de cocina para encargar unos sándwiches para llevar que nos costaron 200R y nos despedimos del fuerte iluminado.
En esa zona, algo alejada de la plaza del reloj para ir con maletas, no había tuk tuks, pero bajando un poco conseguimos que uno nos llevara por 100R a la estación, donde esperamos en la sala VIP con aire acondicionado a la salida del tren, que por primera vez salío puntual a las 23:15. Nos esperaban 12h de trayecto hacia Delhi, pero afortunadamente íbamos sólos en nuestro compartimento de AC1 y nos aseguramos de todas las formas posibles que esa vez sí íbamos en el vagón correcto. Jodhpur nos había dejó muy buen sabor de boca.
GASTOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS
- Hotel Inda Paying Guest House: 350R
- Entradas al Fuerte: 1000R
- Entradas a Jaswant Thada: 60R
- Comida: 630R
- Total Tuk Tuks: 630R
- Cena: 300R
Total: 2340R (Souvenirs Aparte)
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