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Mira que habíamos leído veces sobre la escasez de cajeros en Senegal, y que convenía llevar bastante efectivo encima, ya que ademas en muy pocos lugares aceptan pagos con tarjeta de crédito... pues nos dimos cuenta que nos habíamos quedado apenas sin fondos, y en nuestra siguiente etapa, Dangane, no había cajeros, y desde allí tendríamos que hacer otro gran viaje hasta el País Bassari. Por lo que nos tocó volver a MBour, para luego volver a Joal, y desde ahí partir hasta Dangane.
Teníamos que pagar la novatada de ir y volver a MBour a sacar dinero, pero bueno, se suponía que perderíamos alrededor de 1h entre ida y vuelta, y llegar hasta Dangane eran unos 45 minutos, así que nada grave. Pero no tuvimos en cuenta el factor "Senegal", donde en cada momento puede salir un imprevisto. Tuvimos la mala suerte de pillar un taxi, (bueno, o un señor que pasaba por allí con su coche y vio a dos blancos que buscaban transporte), y que nos parara la policía en un control rutinario... el caso es que el hombre debería tener algún problema legal y tuvo que sobornar al policia, y después del control, para evitar controles adicionales (y más sobornos), decidió abandonar la carretera principal e ir por los caminos de tierra en mitad del campo... como imaginaréis la velocidad se redujo drásticamente, además de que el tío iba perdido. Tuvo que recoger a un lugareño que le iba indicando el camino, aunque tampoco parecía muy orientado jaja Al final el viaje una pesadilla, casi 2h para llegar a Mbour, se nos acabó la paciencia y estuvimos discutiendo con el hombre... apunto estuvimos en un momento dado de bajarnos del coche en mitad del campo
A todo esto, el tio repitiendo todo el rato que no eran malas personas ni ladrones jaja imaginad el panorama, el tío saliéndose del camino principal y aventurándose por mitad del campo, nosotros un poco en alerta sí que nos pusimos... aunque como íbamos sin dinero... Finalmente llegamos a Mbour, sacamos dinero, y el hombre se comprometió a llevarnos de vuelta por la carretera principal. Acabamos negociando el precio incluso hasta Dangane, donde terminamos haciendo las paces y se nos disculpó. Lo cierto, como he comentado antes, es que de Senegal nos llevamos la sensación de que la gente era muy honesta y honrada, con sus fallos y sus formas de hacer las cosas distinta a lo que estamos acostumbrados, pero al final siempre con una sonrisa e intentando ser amables. Tras este pequeño contratiempo, llegamos a Dangane. Allí nos alojamos en Campement Le Cormoran, 37€ la noche, unos pequeños bungalows, y con piscina. El pueblo en sí no tiene nada, lo interesante de la visita es el parque nacional del Delta del Saloum, que se tiene que realizar contratando un cayuco. Creo que nos salió por unos 20€ la excursión de unas dos horas.
No sé muy bien porqué, pero no teníamos muchas expectativas con la excursión, pero quizás gracias a esto nos llevamos una muy buena experiencia. Recorrer los manglares, por la tarde, fue muy bonito, además de que la temperatura acompañaba. Una tranquilidad y soledad absoluta, la sensación de desconexión con el mundo y conexión con la naturaleza fue total.
Nuestro conductor-guía nos llevó a una zona (no sabría decir si era isla o costa, entre tanto manglar te acabas desorientando), con un pequeño poblado. Nos indicó (no hablaba ni inglés ni español) que exploráramos la zona... nosotros nos limitamos a ver un par de casas en la playa, volvimos a los 5 minutos al cayuco y el muchacho que tenía intención de echarse la siesta puso cara de "estos blancos no se enteran", y nos acompañó. Atravesamos una zona de árboles por un caminito, y un descampado donde decenas de chavales estaban jugando al futbol:
Llegamos finalmente al verdadero pueblo, donde una vez más vimos iglesia y mezquita, y donde se hacía evidente que convivían ambas religiones perfectamente.
El entorno natural era muy bonito, y tras dar una vuelta por el poblado, volvimos al cayuco a seguir con nuestro paseo por los manglares.
Nosotros sólo estuvimos una noche aquí, pero Dangane ofrece más actividades para quién quiera pasar unos días (excursiones en quad por ejemplo). Tiene un par de restaurantes que no están mal, en uno de ellos nos tomamos una pizza, ya con ganas de variar un poco la rutina de arroz con carne jaja
Durante el paseo por los manglares, también observamos varios chaletazos, con su propio amarre. Así que parece que la gente de pasta (no sé si locales o extranjeros) se viene a esta zona a desconectar y descansar.
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