Amanece un día soleado. No hace falta recurrir al plan B (visita catedral Peterborough). Vamos a desayunar rápidamente. Éste se sirve en una cafetería cercana y a diferencia de otros Premier, el capuchino no está incluido y hay menos tipos bollería para elegir. También puedes pedir huevos, champiñones, salchichas o black porridge (semejante a nuestra morcilla) y esperar que te lo preparen.
Ya estamos preparados para ir a Burghley House. Debemos tomar el bus 201 (Delaine buses, www.delainebuses.com), que viene desde la estación de Peterborough. Sólo tenemos que cruzar la carretera frente al hotel donde tiene una parada. En 30 minutos nos deja frente la casa.
Ya estamos preparados para ir a Burghley House. Debemos tomar el bus 201 (Delaine buses, www.delainebuses.com), que viene desde la estación de Peterborough. Sólo tenemos que cruzar la carretera frente al hotel donde tiene una parada. En 30 minutos nos deja frente la casa.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La visita se puede realizar por tu cuenta con un audio-guía o con algunas de las visitas guiadas gratuitas en inglés (preguntar horarios a la entrada). Esta última fue nuestra opción y la recomendaría. Aunque la entrada es cara (18 libras) se amortiza si pasas todo el día.
Como tenemos bastante tiempo primero iremos a ver los magníficos jardines con estatuas y otra parte dedicada a los niños con fuentes donde estos se pueden dar un remojo en un día como hoy.
Como tenemos bastante tiempo primero iremos a ver los magníficos jardines con estatuas y otra parte dedicada a los niños con fuentes donde estos se pueden dar un remojo en un día como hoy.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Vayamos ahora con un poco de historia sobre esta mansión rural. Burghley House fue construida entre 1555 y 1587 y sobre todo diseñada por William Cecil (1520-1598), primer Lord de Burghley. Este personaje desempeñaba la función de Lord Tesorero Mayor y Primer Ministro de la Reina Isabel I.
El interior comenzó a ser remodelado durante la segunda mitad siglo XVII en estilo barroco por John Cecil (1648-1700), primer gran coleccionista de la familia. Su bisnieto, Brownlow Cecil heredó la casa en 1754 y contrató a Lancelot Brown (más conocido por Capability Brown), paisajista y arquitecto británico, para organizar la el jardín, el parque de los alrededores y diversos aspectos de la propia casa.
El interior comenzó a ser remodelado durante la segunda mitad siglo XVII en estilo barroco por John Cecil (1648-1700), primer gran coleccionista de la familia. Su bisnieto, Brownlow Cecil heredó la casa en 1754 y contrató a Lancelot Brown (más conocido por Capability Brown), paisajista y arquitecto británico, para organizar la el jardín, el parque de los alrededores y diversos aspectos de la propia casa.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Dentro de la mansión destacan el salón Paraíso, encargo del quinto conde lord Exeter al italiano Antonio Verrio que decorara el techo y las paredes durante el siglo XVIII. A él también se deben los magníficos murales y techo de la escalera del Infierno que lleva al salón Paraíso. Las paredes fueron pintadas un siglo más tarde por Thomas Stothard (1755-1834).
Salón Paraiso (Abajo)
Escalera del Infierno(Izquierda)*** Imagen borrada de Tinypic ***
Como se puede, ver la casa está bien cuidada. Todo el personal es muy atento y agradable. En esta casa se han rodado algunas películas y series de época (Orgullo y Prejuicio, Elizabeth: la edad de oro).
Sobre las seis de la tarde ya estábamos en Peterborough. La estación de autobuses es otra cosa. Hay más movimiento y ya no ve ven elementos extraños. Dado que el día era perfecto había que aprovechar para sacar algunas fotos de la catedral. Las mejores fotos de su fachada principal se toman a partir de las 14:00 ya que entonces tienes el sol por detrás.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Ya sobre las 7, con nuestro estómago aclimatado al horario inglés, ya teníamos hambre y nos acercamos a Cote Brasserie (4 Church Street). Restaurante cercano a la catedral. Los camareros debían de tener poca experiencia, porque iban bastante desorientados sirviendo a los clientes y eso que el local no estaba nada concurrido. La comida no poseía demasiado sabor. El rissoto, más que al dente al molar, yacía en una salsa blanca insustancial y pese a estar hambrientos no hubo forma de acabárselo. El pollo, pues eso, un poquito mejor que el pollo hospitalario. Las cervezas fresquitas, se agradecieron en una tarde calurosa. Nunca habíamos estado en un restaurante en el que en la factura incluían la sugerencia de la propina que debías dejar, cierto porcentaje sobre el importe de lo consumido. Han de mejorar su cocina o fuimos en un mal día del cocinero.