Día 1: Trujillo. ✏️ Diarios de Viajes de España

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Este año decidimos pasar parte de las vacaciones visitando la comunidad de Extremadura y la provincia de Huelva. Era una zona que teníamos pendiente y nos han encantado los paisajes llenos de robles, castaños, cerezos, olivos, alcornoques, las piscinas naturales, y, sobre todo, su gastronomía.
Éste es el enlace con información turística www.extremadura-turismo.es
Salimos de nuestra ciudad y llegamos a mediodía a Trujillo donde tendríamos durante 4 días nuestro campamento base para conocer parte de Extremadura. Nos alojamos en el hotel Eurostar Palacio Santa Marta, que, como su nombre indica, antaño fue un palacio, antigua residencia de los Marqueses de Santa Marta. Se trata de un palacio renacentista que fue modificado en el siglo XVIII, que destaca por su portalada neoclásica. Un acogedor hotel situado en pleno centro histórico y con vistas a la Plaza Mayor.
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Dejamos las cosas y nos dirigimos a comer a un restaurante recomendado por Trip advisor,”La Alberca“, donde a mediodía día disponen de un menú muy recomendable. Probamos entre otras cosas gazpacho de cerezas y migas extremeñas, todo muy bueno.
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El restaurante se encuentra cerca de la antigua Alberca y de la iglesia de San Andrés. La Alberca, es una cisterna de agua que debió ser un baño público romano de la época del Emperador Augusto, un natatorium romano. Los tres tramos de anchas escaleras de piedra bien labradas para acceder hasta el fondo y una zona para sentarse y tomar el sol parecen confirmarlo. Más tarde, los árabes la reutilizaron para regar los prados de San Juan mediante una extensa conducción subterránea y como abrevadero para dar de beber al ganado.
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Cavada en la propia roca desde la mitad hasta lo más profundo, la otra mitad hasta la superficie está revestida de fábrica, mide 11 metros de profundidad desde la pared, oscilando el nivel del agua, casi sin alteración, entre 6 y 7 metros. Se llena con el agua de tres manantiales que están constantemente manando en el fondo de la pared frente a las escaleras y nunca ha llegado a secarse.
Por la tarde nos dedicamos a recorrer la ciudad de los conquistadores Francisco de Pizarro, descubridor del Perú y Francisco de Orellana, que tras participar en la conquista del Imperio Inca, fue el organizador de la expedición que terminaría por descubrir el Río Amazonas.
Empezamos por la Plaza Mayor, de origen renacentista, y llena de edificios señoriales. Destaca la estatua a caballo de Francisco Pizarro, una obra de bronce que pesa unos 6.500 kg., obra del escultor estadounidense Carlos Rumsey. Existe otra estatua gemela que regalaron a la ciudad de Lima. Representa a Pizarro como a un caballero armado en actitud militar, espada en ristre, los penachos del casco al viento, cabalgando en su caballo que va al paso, sobre pedestal granítico. Constituye la seña de identidad de Trujillo y su imagen ha dado ya la vuelta al mundo.

La estatua queda por delante de la escalinata que sube a la parte alta de la plaza y donde se encuentra la Iglesia de San Martín.
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Llama la atención la cantidad tan numerosa de nidos de cigüeñas que en cualquier sitio se pueden ver. *** Imagen borrada de Tinypic ***
De los edificios renacentistas destacan:
El Palacio de los Duques de San Carlos.
Es un edificio todo de sillería. La puerta principal es de decoración renacentista enmarcada entre columnas jónicas. El bello balcón de esquina tiene un busto en altorrelieve flanqueado de angelotes con cornucopias. Sobre el mismo encontramos el escudo de la familia, la banda de los Carvajal y las tres ondas de los Vargas, sustentado por un águila bicéfala, privilegio que les concede Carlos V porque un miembro de esta familia intervino muy activamente para que Carlos V fuera nombrado Emperador.
El Palacio de los Marqueses de Piedras Albas.
Sobre lo que eran los soportales «del pan”, encontramos el edificio de tres arcos corvados. Esta galería está flanqueada por dos ventanas protegidas con rejas de hierro de forja, cuyos barrotes tienen forma de huso de hilar. Una crestería de decoración gótica labrada en granito corona este palacio renacentista edificado en el siglo XVI por Pedro Suárez de Toledo, cuyas armas, el ajedrezado, campean en la fachada; dos cupulitas que sobresalen del tejado son los remates de las escaleras de caracol que estos edificios suelen tener para acceder a los pisos superiores
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Palacio de los Marqueses de la Conquista es un edificio construido sobre las casas de Gonzalo Pizarro, padre del Conquistador, la fachada porticada está orientada a la plaza Mayor. Fue esta la residencia de Hernando Pizarro y de la hija del conquistador, Francisca. Sus tres pisos están decorados con bonitas ventanas cada vez más pequeñas.
Destaca el balcón esquinero de estilo plateresco, donde encontramos los alto relieves con los bustos de Francisco Pizarro, Inés Huylas Yupanqui (princesa inca y esposa de Pizarro), Francisca Pizarro Yupanqui (hija de los anteriores y conocida como la primera mestiza de Perú) y Hernando Pizarro (hermano del conquistador de Perú).
También destaca el escudo superior de relieve donde vemos escenas como la llegada de los barcos a Túmbez, las murallas de Cuzco o Atahualpa y los caciques incas.
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Subimos por la cuesta de Ballesteros es una de las calles de Trujillo que conserva el nombre del antiguo gremio que la ocupó. Hacia la mitad de la misma, esta la Torre del Alfiler.
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Por esta calle, girando hacia la derecha, se sube al Castillo. Si caminamos de frente por esta calle llegamos a la Puerta de Santiago por donde se entra al Trujillo medieval.
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Seguimos el recorrido por las murallas de Trujillo y llegamos a la antigua Alcazaba, también conocida como el Castillo de Trujillo. Es una de las tres grandes alcazabas árabes puramente militares. Se trata de un edificio del siglo X con amplios muros, almenas y de aspecto fortificado. Las vistas desde aquí son especialmente bonitas.
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También visitamos la iglesia de Santa María la Mayor. Fue una mezquita árabe pero cuando los cristianos reconquistaron la villa construyeron un templo sobre ella. Es gótica aunque quedan algunos elementos románicos y el coro es plateresco. En esta iglesia se celebraron solemnes funerales por Juan II de Aragón, padre del rey Católico. Era el año 1479 y se encontraban los Reyes Católicos en Trujillo para terminar con el asedio del castillo y la guerra civil con la Beltraneja. A estas exequias asistieron destacadas personalidades del clero y de la nobleza.
A finales del siglo pasado, para prevenir el cólera y la peste los edificios públicos se encalaban con cal y azufre, esta iglesia se enjalbegó y hace unos cuarenta años que se quitó la cal, por eso aparece la piedra tan limpia como recién trabajada.
La torre es lo único que queda de la primitiva iglesia que tras la conquista de Trujillo en 1232 allí se levantó. Esta torre se resintió ya en 1521, pero se acabó de caer en 1755 con el último terremoto de Lisboa y ha sido restaurada en este siglo, en la década de los setenta.
Como anécdota, contar que durante la restauración, un cantero trujillano que trabajó en ella puso el escudo del Athletic de Bilbao en el capitel de la columnilla que toca ya la cornisa, en el ángulo que da a la plazuela de los Moritos, pero no se puede ver a simple vista.
Se puede subir a las dos torres.
El retablo mayor es una de las grandes joyas de Trujillo. Data de finales del s. XV y es una obra de Fernando Gallego.
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Observamos también, varios sepulcros de importantes nobles de la ciudad de Trujillo.
Todas las iglesias se visitan previo pago.
Seguimos nuestro paseo pasando por la Casa de Francisco de Orellana, convertida hoy en hotel, la esquinera Casa de los Chaves-Calderón y, enfrente, la Casa de los Rol Zárate y Zúñiga, que es conocida como Casa de las Palomas, por las tórtolas existentes en el escudo familiar.
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Caminando llegamos a la puerta de San Andrés.
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Otro de los edificios que vimos es el Palacio Juan Pizarro de Orellana, que fue también antiguo Ayuntamiento y Palacio de Justicia, entre las múltiples funciones que ha desarrollado a lo largo de su historia. La historia explica que en esta residencia se hospedó Miguel de Cervantes durante una de sus visitas a la ciudad de Trujillo. Desde los años 50 está dedicado a la enseñanza y es la Casa Madre del Colegio del Sagrado Corazón.
Construido sobre un edificio militar propiedad de los Vargas, era también una casa defensiva con dos torres. Entre sus dos torres rectangulares de los siglos XIV y XV con sus almenas desmochadas, en una de las cuales, la de la derecha, destaca un bello balcón renacentista, se abre una galería cuyo dintel está sostenido por columnas con capiteles y zapatas y su antepecho es de finos balaustres unidos por el sogueado. En ella, el escudo de los Orellana (diez monedas o roeles) y el de los Pizarro (dos osos y un pino) están sostenidos por dos angelotes. .
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Saliendo del Palacio Juan Pizarro-Orellana, hacia la izquierda, por un medio arco, se entra en el «Cañón de la Cárcel», llamado así porque es una especie de túnel estrecho cubierto en su último tramo con bóveda de medio cañón de granito, con una hornacina donde había una imagen de la Virgen y todas las noches ardían lámparas de aceite por ser la entrada al Concejo. Es llamado de la «Cárcel» porque a este callejón da la puerta de la cárcel pública que entonces era una dependencia del mismo Concejo que allí estuvo hasta el siglo pasado.
Una vez pasado este estrecho túnel, salimos y nos encontramos con la Plaza en todo su esplendor. En la misma, hay numerosos restaurantes nosotros estuvimos en algunos y deciros que la calidad-precio no nos gustó, solamente recomendaríamos” La alberca “que se encuentra subiendo hacia el castillo.

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