Vídeo de nuestro día en Skopje:
El viaje por carretera desde Sofía hasta el puesto fronterizo de Gyueshevo transcurrió sin ningún problema. Sorprende el buen estado de las carreteras bulgaras, siendo visibles los carteles en los que se informaba de que habían sido construidas con fondos europeos.
Pasamos el paso fronterizo sin ningún problema, y para sorpresa nuestra no nos sellaron el pasaporte. Un banda de moteros decidió saltarse toda la cola de coches, aunque cómo podéis imaginar, ningún conductor se atrevió a recriminarles nada. ¡Parecían los Sataneses del Infierno! Al entrar en Macedonia se te exigirá el Certificado Internacional de Seguro (carta verde) donde debe figurar FYROM. Nada más cruzar la frontera te encontraras una tienda donde puedas cambiar euros por denares e incluso comprar con euros, aunque es mejor que esperes hasta Skopje para sacar el dinero de un cajero.
Nosotros no lo cambiamos, y no tuvimos ningún problema para pagar los peajes utilizando euros. ¡Es exagerada la cantidad de peajes por la que pasamos!! Aunque eso si, el precio era ínfimo...
SKOPJE
Sí el viaje por Bulgaria fue placido, Macedonia nos recibió con una lluvia muy intensa, que unido al mal estado de la carretera, provocó que tuviéramos que extremar la precaución al volante.
Llegamos sobre las 14:00 a Skopje, por lo que nos fuimos directamente a un kebab, donde conocimos a un señor de unos 60 años, que se hacia llamar "Big Tony". Habló con nosotros en inglés, para preguntarnos cual era nuestro equipo de fútbol favorito. Esto fue una constante durante todo el viaje, ya que los guardias fronterizos al ver que eramos españoles nos preguntaban si eramos del Madrid o del Barça. Pues bien, Big Tony acabó cantando en un perfecto castellano la canción "Viva España".
Skopje no es una, sino que son dos ciudades. Por un lado, está la majestuosidad de una ciudad creada desde cero,y por el otro lado, está la Skopje vieja, la de los otomanos. ¡Ten cuidado con los carteristas! Uno intentó robar la cartera a uno de mis amigos... No te preocupes, son muy fáciles de identificar. Por lo demás, Skopje fue una ciudad que nos sorprendió gratamente por lo extraña que nos pareció...
Decidimos comenzar nuestra visita en el barrio viejo.
BARRIO VIEJO
Para llegar al barrio viejo cruzamos el Puente de Piedra, qué además de ser el nexo entre el barrio nuevo y el viejo, supone la frontera entre la comunidad cristina y musulmana de la ciudad.
Bazar de Skopke
El bazar de Skopje el segundo más grande de Europa tras el de Estambul. Sí, el bazar de Estambul se encuentra en el lado europeo del estrecho del Bósforo. Este bazar se creó cuando Skopje estuvo bajo dominio otomano. La mayoría de artesanos y antiguos oficios de tradición familiar han desaparecido y ahora abundan las tiendas de baratijas.
Afortunadamente, encontramos una tienda de antigüedades, donde vendían toda serie de objetos de la época de Yugoslavia. ¡Yo compre un banderín de un equipo de baloncesto!
Los Caravanserai
Los caravanserai eran las posadas donde los mercaderes que hacían las rutas entre Asia, y Europa paraban a descansar y reponer provisiones. El más grande y bonito de Skopje es el de Kapan Han, que ahora es una cafetería. Nos sentamos un rato en una agradable terraza. ¡Parecía que estábamos en Estambul!, ya que todos los locales tenían la bandera de Turquía y las teterías brotaban como setas.
Mezquita de Mustafa Pasha
Se encuentra en la parte más alta de la ciudad. Aunque su interior no es muy espectacular, la construcción es imponente. Desde esta zona se puede ver que Skopje tiene una importante comunidad musulmana, pues en el horizonte pudimos vislumbrar numerosos minaretes.
BARRIO NUEVO
Desde el año 2004 el gobierno de Macedonia puso en marcha un plan para embellecer la ciudad. Por ello, nos encontramos con un montón de estatuas y edificios "helenisticos" a lo largo de Skopje. Para algunos de mis amigos, Skopje les pareció una especia de Las Vegas balcánica, pero al resto nos encantó. ¡Desde luego no nos deja inadvertido!
Plaza de Macedonia
En esta plaza, que se encuentra al otro lado del puente viejo, se encuentra el monumento más llamativo de Skopje, la estatua de Alejandro Magno. La crearon para reivindicar el origen macedonio de Alejandro, aunque la llamaron oficialmente "Guerrero a caballo" para evitar mayores conflictos con Grecia. Grecia considera que las macedonios se quieren apropiar de su historia. No en vano el “macedonio” Alejandro Magno es un héroe nacional griego. Por ello, Grecia propuso como nombre el de República Eslava de Macedonia, pero el nombre fue rechazado debido a
que existe un porcentaje de la población macedonia que es de etnia albanesa. Otra propuesta fue de la de República de Skopje.
La verdad, es que a pesar de parecer un tanto kitsch, la plaza tiene su encanto.
Puerta de Macedonia
Inspirada en el Arco del Triunfo de París, fue inaugurada durante la multitudinaria recepción del equipo de baloncesto tras su fantástica participación en el último Eurobasket de 2013, dando alcanzaron las semifinales, la que fue la mayor gesta de la historia deportiva de Macedonia. Pocas semanas antes de nuestra visita, el RK Vardar de Skopje se coronó campeón de la Champions League de balonmano. El responsable del éxito fue su entrenador, un paisano nuestro, el vallisoletano y leyenda del BM Valladolid Raúl González.
Resulta muy curioso la mezcla de diferentes épocas qué puedes encontrar en los bajo relieves, pues puedes encontrar a guerreros macedonios junto a partisanos de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, han colado una placa de la Madre Teresa de Calcuta. Teresa de Calcuta nació en Skopje, pero sin embargo se crio en Albania, sus padres eran de procedencia albana.
Cenamos en la zona del bazar, donde probamos un plato típico, la Pleskavica, una especia de hamburguesa de medidas descomunales. El restaurante se llamaba París. Me llamó la atención que en casi todos los locales la gran mayoría de los clientes eran hombres.
Antes de llegar a nuestro apartamento, hicimos una parada en una pequeña tienda, ya que queriamos comprar comida para el día siguiente. Y nos ocurrió algo muy curioso... La cuenta resultó ser de unos 22€, nada extraño para nosotros. Sin embargo, una mujer macedonia nos pidió, hablando un perfecto inglés, qué le dejáramos echar un vistazo a la cuenta, ya que le resultaba muy extraño la cantidad de dinero que habíamos pagado. El salario medio en Macedonia es de 322 € al mes, por lo que 22 € no es un gasto pequeño.Tras comprobar que la cantidad era exagerada con relación a lo que habíamos comprado, nos pidió disculpas, pues se sentía avergonzada de que en su país la gente se aprovechara de los turistas. Además, nos dijo que existía un número de teléfono "anticorrupción" para denunciar estos hechos. Finalmente dejamos correr este problema... Pero esto no nos hizo cambiar nuestra opinión sobre Skopje: una ciudad segura y muy curiosa.