Yo llevaba ya día y medio en Hoi An, pero en realidad este era el “día uno” de nuestras vacaciones. Nos lo tomaríamos con calma: paseos por el centro histórico de Hoi An, compras, masaje y comer, sobre todo comer
Seguíamos teniendo suerte con el clima. El día amaneció perfecto y después de desayunar nos montamos en las bicis y nos fuimos hacia el centro. Una de las primeras paradas fue el Templo de la Congregación China de Fujian, quizás el templo más conocido y visitado de Hoi An.
Templo de la Congregación China de Fujian
La visita a este templo entra dentro del billete turístico del Old Town, que permite acceder a hasta 5 sitios históricos a elegir entre más de 20 ofrecidos. Nosotros lo consideramos pero al final decidimos no cogerlo y simplemente pasear por las calles. Creo que cuesta 150,000D y en algunas calles de entrada al Old Town te lo intentan vender diciendo que es necesario simplemente para acceder a esa parte de la ciudad, pero no es cierto. Sólo es necesario para acceder a ciertos templos o casas antiguas.
Nos dedicamos a pasear por el centro. Había muchísima gente, aunque no tanta como por la noche. Se notaba que los turistas de Hoi An suelen hacer tours o actividades durante el día y aprovechan la noche para ver la ciudad iluminada. Nuestros pasos nos llevaron al puente japonés, quizás una de las estampas más famosas de Hoi An, pero que sinceramente a mí no me decía mucho. Estaba abarrotado de gente y en la entrada nos pidieron el billete turístico para poder cruzarlo. Como yo el día anterior ya lo había cruzado, sabía que no siempre te pedían el billete, así que nos fuimos a la otra entrada y cruzamos en el otro sentido sin ningún problema.
Estampas de Hoi An
Además de muchísimas agencias de viajes y tiendas de souvenirs, en Hoi An hay infinidad de restaurantes y cafeterías donde descansar del calor y de tanto patear. Nosotros nos tomamos un zumo buenísimo de sandía y maracuyá y un coconut coffee (el primero de muchos, vaya descubrimiento!) por 135,000D.
Reponiendo fuerzas
Seguimos paseando y acabamos comiendo en uno de los restaurantes que llevaba apuntados, Ms Ly. Probamos el Cao Lau, un plato típico de Hoi An con fideos, cerdo y verdura, unos rollitos fritos y unos white rose (los dumplings de gambas que también son típicos de Hoi An). El Cao Lau estaba muy bueno, aunque era un platito pequeño, pero los rollitos no estaban muy allá. Nos costó 295,000D (unos 11€), bastante caro para lo que fue el resto de comidas del viaje, e incluía un 5% de service fee que nos clavaron. Fue el único restaurante de todo el viaje donde nos hicieron esto. Se nota que la dueña es americana!! Como curiosidad, si vais, entrad al baño. Es el único restaurante que he visto que para llegar al baño se atraviesa la cocina. Tal cual.
Cao Lau, White Rose y rollitos en Ms Ly
Después de comer seguimos paseando y aprovechamos para comprar el tour de My Son para el día siguiente. Hay muchísimas agencias que lo ofrecen, pero al final hay solo un puñado de operadores, y puedes acabar pagando mucho más (o mucho menos) que el resto de personas en el tour, dependiendo de dónde lo contrates. Lo mejor es preguntar en varios sitios, y sobre todo regatear!!! Nosotros queríamos el sunrise tour, que no es que veas amanecer desde allí, pero sí llega muy muy pronto y te evitas el calor y las multitudes. Para la vuelta te ofrecen dos opciones: o bien volver en el mismo bus en el que vas, o volver en barco por el río. El sunrise con vuelta en bus lo encontramos a unos 150,000D por persona, y con vuelta en barco a 200,000D. Tened en cuenta que estos precios no incluye la entrada a My Son, que son otros 150,000 por persona. Finalmente nos dejamos engatusar y cogimos la opción del barco, pensando que sería un paisaje bonito y bucólico. Spoiler alert: no merece la pena.
Como ya estábamos hartos de pasear sin rumbo, y el calor apretaba, nos fuimos al hotel, pero de camino paramos en una de las muchísimas sastrerías a preguntar precio para unos pantalones de lino. Me daba pena irme de Hoi An sin hacerme algo a medida, pero tampoco quería nada muy elaborado, así que me hice unos pantalones de lino largos y unos cortos, que tras mucho regatear se quedaron en 700,000D. Tampoco era una ganga, pero era más un recuerdo que otra cosa. Nos dijeron que los tendrían listos al día siguiente, así que pagamos la mitad como señal y nos fuimos al hotel a descansar y darnos un bañito en la piscina, que tuvimos para nosotros solos.
Como teníamos tiempo todavía antes de la cena, decidimos darnos un masaje. Miramos un poco en tripadvisor a ver qué sitio podría estar bien, porque hay demasiada oferta y yo había leído que algunos sitios es mejor evitarlos, y que Vietnam no es Tailandia en cuanto a masajes. Nos decidimos por un spa llamado White Rose que tenía muy buenas críticas. Elegimos el masaje “Asian Blend” de 60 minutos por 350,000D cada uno (unos 13€) y nos lo dieron a los dos en la misma habitación. No estuvo mal pero definitivamente los masajes de Vietnam no son los de Tailandia. A mí me pareció, por ejemplo, que las sábanas de las camillas estaban sucias, y que los masajistas (dos hombres, por cierto) no se esmeraron demasiado. Y este era un sitio con muy buenas reviews, no quiero pensar como es uno malo!
Justo frente al spa está el Military Bank que yo ya había usado el día anterior. Aprovechamos para volver a sacar y hacer acopio de dongs para los próximos días. Este cajero fue el único del viaje que nos permitió sacar tanto dinero: 10 millones de dong en una sola operación y sin comisión. Ya se había hecho casi de noche así que pudimos disfrutar de la Hoi An realmente bonita: la de los farolillos iluminados. Nos dimos un paso antes de cenar y pudimos comprobar que la ciudad gana encanto por la noche. Y el puente japonés, también! Cruzamos el río para ver el otro lado, y nos encontramos con mucho ambiente y un mercado nocturno con todo tipo de souvenirs y puestos callejeros de comida de todo tipo: desde helados y noodles a saltamontes y arañas fritas. En ese lado del río también encontramos varios restaurante que ofrecían la famosa Bia Hoi vietnamita: cerveza casera, hecha en el día, y muy muy barata: 5,000D (menos de 20 céntimos!) el vaso, que según el restaurante podía ser como una caña o algo más grande. Ni qué decir tiene que nos bebimos un par para hacer hambre para la cena… y sí, estaban muy buenas.
Farolillos…
…y más farolillos
El Puente Japonés definitivamente gana puntos por la noche
Para cenar nos decantamos por el Cargo Club, que es de los mismos dueños que el Morning Glory. Nos costó decidirnos pero sabíamos que el Cargo Club tiene mesas en la azotea con vistas al río, y eso nos convenció. Fue una de las cenas más caras del viaje (410,000D, unos 15€, que además pudimos pagar con tarjeta sin recargos y sin service fee), pero los pagamos con gusto porque estaba todo buenísimo: pato asado con verduras y una especie de curry de gambas servido dentro de un coco. El hecho de que 15€ fuera “caro” os dará una idea de los precios de la comida en Vietnam…
Pato y gambas-en-coco en el Cargo Club
Con esto dimos por terminado el día y nos fuimos a dormir, que al día siguiente teníamos un buen madrugón para el sunrise tour: nos recogerían a las 4:45 de la mañana en el hotel…