El trayecto de Hoi An a Hue no es demasiado largo, apenas 130 km, pero tiene una de las carreteras más escénicas de Vietnam: el Hai Van Pass, o paso de las nubes, que se hizo muy popular a raíz de salir en Top Gear. Desde entonces, se ha popularizado la “excursión Top Gear”. Se puede hacer en coche pero lo normal es hacerla en moto, ya que es como más se disfruta. Lo bueno de este trayecto es que se hacen varias paradas interesantes; lo normal es parar en las Montañas de Mármol, la playa de Danang,, el propio Hai Van Pass, la playa Lang Co y la “cascada del elefante”, más alguna parada en una “fishing village” que es sólo para hacer alguna foto y ya.
Nosotros habíamos reservado el tour con Hue Adventures ($45 por persona) después de leer muy buenas opiniones de ellos y de intercambiar varios emails. Nuestros dos conductores nos recogieron muy puntuales a las 8 de la mañana. Llevaban motos no muy grandes, de 125cc, pero eran bastante cómodas y se podían atar las mochilas grandes detrás y la pequeña delante (encima del depósito). La primera parada del día fueron las Montañas de Mármol, que están más o menos a mitad de camino entre Hoi An y Danang. Son cinco montañas (bueno, más bien colinas) que parece que salen de la nada (porque la zona es totalmente llana) y que tradicionalmente se han usado como cantera de mármol y piedra caliza, aunque hace poco se ha prohibido su explotación. Cada montaña tiene el nombre de uno de los elementos (tierra, fuego, agua, madera y metal), pero sólo Thuy Son (montaña de agua) puede visitarse.
Montañas de Mármol desde lo alto de Thuy Son
Eran las 8:30 pasadas cuando llegamos, pero ya había bastante gente. Los grupos grandes empiezan a llegar sobre las 9, así que queríamos ver todo lo posible antes de que aquello se llenara aún más de gente. Los conductores nos acompañaron a sacar las entradas (55,000D por persona, incluyendo la subida en ascensor) y nos dijeron que nos esperaban abajo y que tardásemos lo que quisiésemos. Lo del ascensor es opcional pero con el calorazo que hacía (y por los 5,000D que costaba) ni nos lo pensamos. La visita está bien, es curiosa, se visitan varios altares y pagodas, y varias cuevas al estilo de las Batu Caves en Kuala Lumpur, pero hacía tantísimo calor (yo creo que fue de los peores momentos de todo el viaje en ese sentido, nunca en mi vida había sudado tanto) que llegó un momento que yo casi estaba deseando irme. Creo que si pasas cerca y tienes tiempo no está de más la visita, pero tampoco me desviaría mucho (ni cambiaría otros planes) para incluirla.
Pagodas, dragones y cuevas en las Montañas de Mármol
A eso de las 10 de la mañana ya estábamos abajo tomándonos un té helado con los conductores (que nos invitaron, por cierto). Seguimos camino y la siguiente parada era ya en Danang, en China Beach, una playa kilométrica de arena blanca y, lo mejor de todo, sin gente. Yo iba en la moto viendo pasar kilómetros y kilómetros de playa vacíos y no me lo creía. Danang es un destino en pleno “boom” que está creciendo muchísimo, y se están construyendo multitud de resorts en la playa que la separa de Hoi An. Nosotros paramos ya al final de la playa donde están los barcos de pesca, los normales y los barco-cocos. Desde ahí se tiene una estupenda vista de la ciudad:
China Beach en Danang
Fue una parada breve, sólo para hacer alguna foto. El siguiente punto era ya el ansiado Hai Van Pass, pero primero había que salir de Danang. Qué grande es la ciudad!! Para salir atravesamos un puente gigantesco que me llamó mucho la atención, aunque no sería la única gran obra de ingeniería de ese estilo que nos sorprendería en Vietnam.
Habíamos tenido mucha suerte con el día que habíamos elegido para el tour, porque lucía un sol espléndido y radiante que hizo que el Hai Van Pass (y la playa de Lang Co) fueran la atracción estrella del día. Por lo visto es bastante común encontrárselo cubierto de nubes, incluso cuando en Danang hace bueno. Las vistas según vas subiendo son espectaculares, y se para en un mirador a mitad de camino a la cumbre desde donde se ve una playa preciosa a la que solo se puede llegar en barco (o despeñándose):
Hai Van Pass
Estábamos viendo muchas motos haciendo el trayecto por libre, así que es otra opción a tener en cuenta. El problema lo veíamos con las maletas, a parte del tema del carnet que os mencionaba en los preparativos, así que nosotros preferíamos que nos llevaran. Paramos en el mirador que hay en la cima, donde se visitan unos búnkeres americanos de la guerra, pero las vistas eran mejores desde el mirador anterior. A partir de aquí empezamos la bajada. Esta carretera “escénica” es sólo para motos, coches y ciertos camiones (creo que son los que transportan combustible o animales vivos), mientras que los buses, prácticamente todos los coches no-turísticos y el resto de camiones tienen que ir obligatoriamente por un túnel que atraviesa la montaña que se inauguró en 2005 y es el túnel más largo del sudeste asiático. Por eso se dice que para ir de Hoi An a Hue (o al revés) es mejor no ir en bus, porque te pierdes lo más interesante del camino. Hay un tren que va por arriba y dicen que tiene unas vistas maravillosas, pero lo malo es que el tren no llega a Hoi An y tienes que llegar a Danang para cogerlo, así que se hace muy largo.
Al otro lado de la montaña te recibe Lang Co Beach, que en esa foto se extiende hacia la derecha:
Lang Co Beach
Aquí teníamos parada programada en uno de los restaurantes de playa y podíamos quedarnos a comer si queríamos. El restaurante tenía como mini chiringuitos de madera en la playa con tumbonas, y nos dieron uno para nosotros dos solos mientras los conductores se sentaron en la parte general. No era de lujo ni mucho menos pero se estaba a gusto. Hacía tanto calor (y llevábamos tanto calor acumulado) que le pedí a mi conductor si podía sacar el bañador de la mochila. En un principio no había contado con bañarme porque no soy muy de playa, y la sal y la arena me acaban amargando, y ni me había molestado en meter el bañador en la mochila de mano. El tío, súper amable, me dijo que por supuesto, y me deshizo todo el tinglado de la maleta para que pudiera sacarlo. Había unos baños/duchas para cambiarse de ropa así que en cinco minutos estaba en el agua, que por cierto estaba buenísima y muy limpia. Había oído historias de playas sucias en Vietnam y esa era también parte de la razón por la que pensaba que no me bañaría, pero tengo que reconocer que estaba perfectamente. No sé si es que nos tocó un buen día, o si depende de las mareas, pero yo no tuve pegas (y soy muy especialita).
Lang Co con la montaña del Hai Van Pass al fondo
Chiringuito con vistas
Estuvimos un buen rato en el agua y al salir disfrutamos de unas buenas cervezas locales. Al final nos quedamos a comer allí porque estábamos la mar de a gusto, y pedimos un arroz con marisco y un calamar salteado con verduras, más otro par de cervezas (todo por 235,000D). No era gourmet pero estaba rico, y el sitio compensaba. La verdad es que con este rato en la playa y las vistas desde el Hai Van Pass ya habíamos amortizado el tour.
La siguiente parada era la Elephant Waterfall (entrada 15,000D por persona más 2,000D cada moto), que es no es más que unas piscinas naturales alrededor de un roca con forma de elefante. A mí me dio la sensación de que estaba muy orientado a backpackers y que era un poco aquópolis, y además el agua al ser de río estaba muy fría. No nos bañamos y de hecho estuvimos muy poco tiempo, no nos llamó nada la atención. Había bastante basura (aquí sí) así que hicimos un par de fotos y nos fuimos. Aquí ya estaba empeorando el tiempo y amenazaba con llover.
Elephant waterfall
Desde la elephant waterfall hasta Hue nos quedaba un rato, y esto quizás fue la parte más pesada del viaje. Cuando estábamos llegando a Hue paramos una última vez en el fishing village, pero es una parada en el arcén de la carretera para que te acerques un poco a ver cómo pescan en canoas:
Fishing Village
Tampoco me pareció para tirar cohetes. Volvimos a las motos y como estaba empezando a llover nos vistieron con el traje oficial del motorista bajo la lluvia: un sobrepantalón de plástico que daba un calor que ni os cuento, chubasquero y hasta unas bolsas para tapar los zapatos. Las mochilas también tenían sus chubasqueros. Y sí que llovió, sí. Llegamos a Hue bajo el diluvio universal a las 5 de la tarde, muy contentos con la experiencia.
Después de una ducha reponedora en el hotel (que por cierto estaba genial y muy céntrico), salimos a cenar y a decidir qué haríamos al día siguiente. La idea era alquilar una moto para acercarnos a ver las tumbas de las afueras de la ciudad, pero viendo que el tráfico de Hue no era el de Hoi An y pensando que quizás llovería al final desistimos y decidimos contratar la visita con conductor. Fiándonos de tripadvisor acabamos en el Café on Thu Wheels, donde nos pedían $58 por el coche con guía y $13 por persona por una moto con conductor. Nos decidimos por las motos y quedamos con ellos en que nos recogerían al día siguiente a las 8:30. Esa noche cenamos en el Hang Me Me, en plena zona de restaurantes, y probamos nuestras primeras delicatesen locales: Ban Beo (una especie de masa de arroz en un cacharrito individual con un topping de gamba seca, cebolla, corteza de cerdo y salsa de pescado) y Banh Ram It (una mini tortilla de arroz frita, con una pasta de arroz encima rellena de gamba y cerdo). La cocina de Hue es de las más apeciadas del país y una de las cosas más típicas son estas “tapas” de arroz glutinoso o pegajoso con gambas secas en sus múltiples variantes. La tradición culinaria de Hue viene dada por su pasado imperial y las comilonas de 52 platos que se metían los reyes. Nuestra primera experiencia con la cocina local fue buena (aunque es verdad que la textura de estas masas de arroz es un poco peculiar) y barata (115,000D con cervezas).
Hue cuisine: Ban Beo y Banh Ram It