INTRODUCCIÓN
En octubre de 2009, pensando qué hacer en Fin de Año, se nos ocurrió la idea de pasar esas fechas en el extranjero, tal y como hicimos el año pasado en Londres. Así pues, empezamos a barajar diferentes destinos, decidiéndonos finalmente por Lisboa.
A partir de ese momento, me meto de lleno en el foro de los viajeros dedicado a Portugal y me empapo de todo lo que allí se ha escrito y comentado sobre Lisboa. De la misma manera, busco un hotel guiándome por opiniones de viajeros que ya han visitado la ciudad.
Agradezco muchísimo a toda la gente del foro, que con sus opiniones, diarios, consejos… me ha ayudado a planificar este especial viaje de Fin de Año a Lisboa. De hecho, la idea de crear este diario, tiene como objetivo principal el de ayudar a futuros visitantes, para que se puedan hacer una idea de qué visitar, cómo organizar el viaje, precios y algún consejillo basado en nuestra propia experiencia.
Así que sin más rollos os paso a relatar mi diario: “LISBOA. FIN DE AÑO CON ENCANTO”.
A partir de ese momento, me meto de lleno en el foro de los viajeros dedicado a Portugal y me empapo de todo lo que allí se ha escrito y comentado sobre Lisboa. De la misma manera, busco un hotel guiándome por opiniones de viajeros que ya han visitado la ciudad.
Agradezco muchísimo a toda la gente del foro, que con sus opiniones, diarios, consejos… me ha ayudado a planificar este especial viaje de Fin de Año a Lisboa. De hecho, la idea de crear este diario, tiene como objetivo principal el de ayudar a futuros visitantes, para que se puedan hacer una idea de qué visitar, cómo organizar el viaje, precios y algún consejillo basado en nuestra propia experiencia.
Así que sin más rollos os paso a relatar mi diario: “LISBOA. FIN DE AÑO CON ENCANTO”.
29/12/09
Salimos de Salamanca a las 8 de la mañana con la idea de aprovechar al máximo el tiempo en Lisboa (que conste que soy de Gijón, pero mi familia política es de Salamanca, así que aquí el hotel a parte de bueno, es bonito y sobre todo muy, muy barato).
Durante el viaje, la lluvia es nuestra compañera, lo que nos hace temer el tiempo que nos encontraremos en Lisboa. Llegamos a Lisboa a las 12 am hora local, y como no, tras perdernos con el coche, llegamos al hotel. Nuestro hotel es el HF Fénix Garden, situado junto a la plaza Marqués de Pombal. El hotel 100% recomendable, lo reservamos por internet a través de su propia página web (www.hfhotels.com ) y nos salió por 75 € la noche con desayuno incluido (y peazo desayuno). El hotel estaba muy limpio, buen servicio, el personal muy atento y amable y, sobre todo, bien situado con parada de metro y bus al lado.
Durante el viaje, la lluvia es nuestra compañera, lo que nos hace temer el tiempo que nos encontraremos en Lisboa. Llegamos a Lisboa a las 12 am hora local, y como no, tras perdernos con el coche, llegamos al hotel. Nuestro hotel es el HF Fénix Garden, situado junto a la plaza Marqués de Pombal. El hotel 100% recomendable, lo reservamos por internet a través de su propia página web (www.hfhotels.com ) y nos salió por 75 € la noche con desayuno incluido (y peazo desayuno). El hotel estaba muy limpio, buen servicio, el personal muy atento y amable y, sobre todo, bien situado con parada de metro y bus al lado.
El check-in era a las 14:00, así que como llegamos antes, dejamos el coche en el parking del hotel (9,9€/día) y fuimos a visitar lo que más cerca teníamos que era la estatua del Marqués de Pombal y el Parque de Eduardo VII. En lo alto del parque había un gigante árbol de navidad que por las noches se iluminaba y se veía muy bonito desde distintas zonas de Lisboa.
Una vez hecha nuestra primera incursión en la ciudad, volvimos al hotel a dejar las maletas en la habitación y tras adecentarnos un poquito, salimos de nuevo a patear la ciudad, pues ese día nuestra idea era visitar la zona centro de Lisboa (Baixa) y el Chiado. Así que cogimos la Avenida Liberdade y bajamos buscando un sitio para comer, pues había que reponer fuerzas ya que la tarde iba a ser dura (podía tener menos colinas la ciudad, porque con 7 no hicimos más que subir y bajar cuestas, jaja).
Siguiendo la recomendación de un forero de los viajeros, nos decidimos por un restaurante situado en la Rua da Conceiçao da Gloria (calle perpendicular a la Av. Liberdade), la Tasca do Marinheiro. A este sitio, si no te lo recomiendan, desde luego que no entras, porque glamour precisamente no tenía jeje. Yo iba con antojo de bacalao, pero debido a que era tarde e iban a cerrar la cocina no podían preparármelo; así que pedimos una sopa de primero para cada uno (uhmm… aviso: no os paséis con el picante que ponen para echarle) y luego cerdo a la portuguesa y chuletas de lomo acompañado todo ello de arroz y patatas; para beber agua. En total pagamos 12,5€. Casi todos los platos costaban entre 4 y 6 € y la verdad que la comida estaba bastante bien y abundante.
Siguiendo la recomendación de un forero de los viajeros, nos decidimos por un restaurante situado en la Rua da Conceiçao da Gloria (calle perpendicular a la Av. Liberdade), la Tasca do Marinheiro. A este sitio, si no te lo recomiendan, desde luego que no entras, porque glamour precisamente no tenía jeje. Yo iba con antojo de bacalao, pero debido a que era tarde e iban a cerrar la cocina no podían preparármelo; así que pedimos una sopa de primero para cada uno (uhmm… aviso: no os paséis con el picante que ponen para echarle) y luego cerdo a la portuguesa y chuletas de lomo acompañado todo ello de arroz y patatas; para beber agua. En total pagamos 12,5€. Casi todos los platos costaban entre 4 y 6 € y la verdad que la comida estaba bastante bien y abundante.
Una vez llenado el depósito, comenzamos en serio la ruta del día. Bajamos por Av. Liberdade y lo primero que vemos es el elevador da Gloria. Menuda cuesta, cómo para no tener ese elevador. Seguimos caminando, y nos encontramos con la plaza de Restauradores, una amplia plaza que conmemora la liberación del país del dominio español en 1640 (culturilla básica); en el centro de la misma destaca un obelisco. Justo al lado nos encontramos con la Estación de Rossio, con una fachada principal neo-manuelina muy bonita.
Seguimos avanzando y decidimos bajar por la Rua do Ouro hasta la Plaza del Comercio; qué pena que está en obras porque se ve una plaza amplia con la estatua ecuestre de D. José I, erigida en 1775 en el centro. Esta plaza, fue el terreno donde se asentó el Palacio Real de Lisboa durante más de 200 años. El lado sur, con sus dos torres cuadradas, está mirando al Tajo. Esa fue siempre la mejor entrada de Lisboa, donde llegaban los embajadores y la realeza. Para desembarcar utilizaban unos escalones de mármol. Todavía es posible ver esa entrada a Lisboa.
Pasada la desilusión por no poder ver la Plaza, subimos por la Rua Augusta, pasando por debajo del Arco da Rua Augusta. Esta calle peatonal con multitud de tiendas, tiene una animada vida, donde los camellos (y no me refiero a animales) hacen sus mejores negocios; es muy frecuente que se te acerquen y te ofrezcan “chocolate y otros dulces”. En esta calle hay numerosos comercios y la verdad que es agradable pasear por ella (salvo que por coincidencias del viaje, cada vez que pasábamos por ella, llovía). Caminando por la Rua Augusta nos encontramos a la derecha con el elevador de Santa Justa, en el que más tarde subiríamos. La verdad que impresiona verlo desde abajo, y aunque no parece muy alto, las vistas desde arriba son estupendas.
Avanzando por la Rua Augusta, llegamos a la Plaza del Rossio o de Pedro V; esta plaza, es el centro neurálgico de Lisboa desde hace varios siglos. En ella han tenido lugar juicios, espectáculos, festivales, desfiles militares y Autos de fe durante la Inquisición. Actualmente en ella tienen lugar encuentros políticos y sus sobrios edificios de estilo pombalino, están ocupados por tiendas de recuerdos, joyerías y cafeterías. En el centro se encuentra la estatua de D. Pedro IV, el primer emperador del Brasil independiente. En la cara norte de la plaza se encuentra el Teatro Nacional Doña María II.
Paralela a la Plaza del Rossio, se encuentra la Plaza da Figueira con la estatua del Rey Joao I.
Paralela a la Plaza del Rossio, se encuentra la Plaza da Figueira con la estatua del Rey Joao I.
Entre las dos plazas y con acceso a ambas se encuentra un “gran monumento”: La Pastelería Suiza. Todavía recuerdo el “bolo de mel y noces”, vamos, un muffin de miel y nueces que está de muerte. Hacemos en este monumento al colesterol una parada y tomamos dos cafés y dos pasteles por 4,8€.
Una vez dado cuenta de los pasteles, decidimos ir hasta una estación de metro en Plaza Restauradores, para sacar nuestra gran amiga “7 Colinas”. Con esta tarjeta puedes montar todas las veces que quieras en metro, autobús, elevadores y tranvías. Su precio es de 4,2€ la primera vez que la sacas y luego cada recarga 3,7€; la tarjeta se activa en el momento de ser utilizada por primera vez y tiene una validez de 24 horas.
Ya con nuestra tarjeta en la mano, volvemos hacia el elevador da Gloria para subir en él hacia el Bairro Alto y Chiado. El elevador se coge justo al lado de la Plaza de Restauradores y sube un desnivel importante, tanto que por momentos parece que no va a poder llegar arriba.
Una vez dado cuenta de los pasteles, decidimos ir hasta una estación de metro en Plaza Restauradores, para sacar nuestra gran amiga “7 Colinas”. Con esta tarjeta puedes montar todas las veces que quieras en metro, autobús, elevadores y tranvías. Su precio es de 4,2€ la primera vez que la sacas y luego cada recarga 3,7€; la tarjeta se activa en el momento de ser utilizada por primera vez y tiene una validez de 24 horas.
Ya con nuestra tarjeta en la mano, volvemos hacia el elevador da Gloria para subir en él hacia el Bairro Alto y Chiado. El elevador se coge justo al lado de la Plaza de Restauradores y sube un desnivel importante, tanto que por momentos parece que no va a poder llegar arriba.
Una vez arriba a mano derecha, nos dirigimos al mirador de San Pedro de Alcántara; ¡vaya vistas más bonitas de Lisboa! Con el castillo de San Jorge al fondo; lástima que ya era casi de noche y no se veía muy bien, pero la verdad que de día es precioso.
Damos una vuelta por la zona y siguiendo hacia arriba por la Rua Dom Pedro V, nos encontramos con unos de esos locales con encanto del que tanto hablan en el foro: el Pavilhao Chines. La verdad que el sitio es precioso, con una decoración impresionante, con multitud de detalles. Un buen sitio donde tomarse algo, aunque no es precisamente barato, pues un refresco normal cuesta 3€. Nosotros nos tomamos dos cócteles sin alcohol (pues no esperaba todavía la Ginja) por 10€. Los cócteles tenían un nombre original: Vaca-Branka y Poca-Onta.
[align=center]
Damos una vuelta por la zona y siguiendo hacia arriba por la Rua Dom Pedro V, nos encontramos con unos de esos locales con encanto del que tanto hablan en el foro: el Pavilhao Chines. La verdad que el sitio es precioso, con una decoración impresionante, con multitud de detalles. Un buen sitio donde tomarse algo, aunque no es precisamente barato, pues un refresco normal cuesta 3€. Nosotros nos tomamos dos cócteles sin alcohol (pues no esperaba todavía la Ginja) por 10€. Los cócteles tenían un nombre original: Vaca-Branka y Poca-Onta.
[align=center]
Volvemos sobre nuestros pasos y nos dirigimos hacia la Plaza Luis de Camoes, dando un paseo por el Chiado. Giramos a la izquierda y nos encontramos con la Cafetería A Brasileira, con la estatua de Pessoa en la terraza. Seguimos por la Rua Garret, que tiene mucha animación y giramos a la izquierda con la idea de bajar en el elevador-ascensor de Santa Justa; cuando nos queremos dar cuenta, estábamos abajo (no me digáis cómo) así que lo que hicimos fue subir en el elevador. Para subir esperamos una cola pequeña y utilizamos la 7 Colinas.
Una vez arriba vemos las bonitas vistas que desde allí se ven: precioso Lisboa iluminado. Justo al salir por la pasarela de salida del ascensor nos encontramos con el Covento do Carmo; La iglesia del convento, que era la mayor iglesia gótica de la ciudad, quedó en ruinas debido al Terremoto de 1755 y es uno de los principales recuerdos del desastre que asoló la capital portuguesa. Lástima que al ser de noche las fotos no salieran todo lo bien que quisiéramos.
Bajamos de nuevo en el ascensor y nos dirigimos hacia la Plaza del Rossio para tomarnos una ginja en “A Ginjinha”. La ginja es un licor de guindas que está muy bueno y que en días de frío te hace entrar bien en calor. El local para tomarlo es la calle, pues el sitio es tan pequeño que solo venden los chupitos y te los tomas fuera. El precio de cada chupito es de 1,10€. El licor está muy bueno y merece la pena hacer una parada para tomarse uno o dos o…
Damos un paseíto más por la zona de la Baixa, recorriendo sus calles centrales (Rua da Prata, Rua Augusta, Rua do Ouro) y viendo alguna tiendecita y como el cansancio ya nos podía, decidimos irnos al hotel para descansar, pues el día había sido movidito y mañana nos esperaba un día apretado, con visita a la zona de Belem y por la tarde visita al castillo de san Jorge y el barrio de Alfama.
Haciendo uso de nuestra amiga inseparable 7 Colinas, cogemos el metro en la estación Baixa-Chiado. Es la línea azul y en 3 paradas estamos en Marqués de Pombal, justo delante del hotel. El metro en Lisboa es muy sencillito (hay 4 líneas) y las paradas están muy cerca unas de otras, así que enseguida estás en el lugar deseado, incluso haciendo trasbordos entre líneas. La verdad que es muy cómodo moverse en el metro lisboeta.
Así pues, con los pies y las piernas reventados por la caminata, finaliza nuestro primer día y toma de contacto con Lisboa; arrastraríamos las agujetas y el cansancio durante el resto del viaje, pero como dicen: sarna con gusto no pica.