TERCER DÍA EN LISBOA(31/12/09): SINTRA Y NOCHEVIEJA LISBOETA
Como el día anterior nos levantamos a las 7 am, pues hoy vamos a visitar Sintra y ya que vamos en tren, hay que madrugar para aprovechar el día allí.
Hoy las piernas están más cansadas aún, las 7 colinas están haciendo mella en nosotros, pero nada nos impedirá visitar Sintra, pues tenemos especial interés en conocer este pueblo y sus monumentos principales, pues hemos oído maravillas.
Lo que nos hace levantarnos con más ganas, es pensar en el “peazo” desayuno que nos espera al bajar al comedor del hotel. Cómo nos ponemos y es que hay que desayunar bien para aguantar las pateadas que nos metemos “pa´l cuerpo”.
Una vez salimos del hotel, nos dirigimos hasta el metro para coger la línea azul en dirección a Jardim Zoologico; trayecto rápido como siempre y una vez llegamos a la parada de metro, salimos por la boca del mismo y nos dirigimos a la estación de tren Sete Ríos, desde donde sale el tren hacia Sintra. También se puede coger en el Rossio, pero decidimos ir hasta Sete Rios, para ver más zonas de Lisboa. Pequeño paseíto hasta la estación donde sacamos el billete de ida y vuelta a Sintra (3,70€ por persona). El tren sale de la línea 2 y tenemos que hacer un trasbordo en la parada de Amadora a la línea 1.
Una vez asentados en el tren definitivo, vamos viendo el paisaje que separa Lisboa de Sintra, y la lluvia amenaza con chafarnos el día, pues hacia el interior se ve mucha oscuridad, pero confiamos que no diluvie, y podamos disfrutar de este pueblo montañoso.
Llegamos a la parada final y vamos directamente a la oficina de turismo de Sintra que está saliendo por la estación a la derecha; allí nos dan un plano del pueblo y nos informan de los horarios especiales de ese día (cierran la mayoría de los sitios a las 15:00). Nos llevamos un chasco pues también nos dijo que la Quinta Regaleira no abría durante ese día y era lo que más nos apetecía ver, pues íbamos bien equipados con linternas y todo para meternos en sus grutas, como bien recomendaba la gente del foro.
Eso no iba a impedir que disfrutásemos de nuestro día en Sintra, así que le preguntamos a la chica de información por el bus turístico y nos dice donde cogerlo y que número es. El bus es el 434 y el billete cuesta 4,50€ y hace el recorrido: Sintra-Castelo dos Mouros-Palacio de la Pena-Sintra. El recorrido es circular, digo esto, porque teníamos planeado visitar primero Pena y luego el Castelo dos Mouros, pensando que una vez en Pena iría de nuevo hacia el castillo; sin embargo no es así y tuvimos que bajar de nuevo al pueblo para coger el autobús otra vez hasta el castillo. No pagamos el segundo viaje, ya que el billete vale para todo el día.
Hecha esta aclaración, os sigo contando el día en Sintra: subimos en el bus turístico hasta el Palacio de la Pena y la carretera se las trae, ¡vaya curvas! (el bus tiene que hacer maniobras en alguna) y vaya subidita, aunque al conductor no debía parecerle tan chunga la carretera, porque no veais a la caña a la que íbamos.
Llegamos al Palacio sobre las 10am, buena hora pues no había mucha cola para sacar la entrada, así que os recomiendo ir temprano, porque a la salida la cola ya era un poco más larga. Nosotros sacamos la entrada combinada Palacio Pena-Castelo Mouros que cuesta 11€ por persona.
La primera impresión desde las taquillas es muy buena, menudas vistas se ven del Palacio y menuda cuesta hay que subir a pie hasta llegar a la puerta, así que por comodidad y por la salud de nuestras piernas, decidimos subir en el bus disfrazado de tranvía que nos evitó subir esa cuesta. Yo diría que andando son unos 10-15 minutillos pero no teníamos moral para caminar de más. El billete de este bus-tranvía cuesta 2€ ida y vuelta.
El Palacio Nacional de la Pena es una de las principales residencias de la familia real portuguesa durante el siglo XIX y a la vez constituye una de las máximas expresiones del estilo romántico del siglo XIX en Portugal. El palacio está asentado sobre grandes peñascos, presenta una mezcla de estilos arquitectónicos totalmente intencionada. Se pueden encontrar elementos que pertenecen al neo-gótico, neo-manuelino, neo-islámico, neo-renacentista y en menor medida a la arquitectura colonial. El motivo de esto es que la mentalidad romántica del Siglo XIX está enormemente fascinada por todo lo exótico
El exterior del Palacio hay que decir que es precioso, de lo que más me ha gustado en este viaje; por ponerle un pero, podían darle una manita de pintura, pues está bastante descuidado y con los colores más vivos, sería espectacular. Las vistas desde el Palacio son impresionates.
Entramos en el interior del Palacio (no se pueden hacer fotos) por una puerta que está al lado del famoso Tritón. El interior está muy bien cuidado, estando decorado en estilo catedralicio, según la moda de la época. El mobiliario y la ornamentación presentes en su interior, dan una gran muestra de ello. La visita se hace de forma lineal ya que vas siguiendo el camino que tienes marcado. En cada sala hay una breve explicación escrita de lo que en ella puede verse. Es interesante ver este mobiliario y las diferentes estancias.
Una vez hecha la visita interior salimos de nuevo para hacer más fotos (la verdad que aquí se pueden sacar fotos y fotos sin parar).
Cogemos el bus-tranvía y bajamos hasta las taquillas, para allí coger el bus para ir al castillo; ya he comentado antes lo que nos pasó en este sitio, así que bajamos al pueblo y volvimos a coger el bus para subir hasta el Castelo dos Mouros.
Una vez a las puertas del castillo, nos refugiamos unos minutos en las taquillas y aprovechamos para coger un mapa del castillo que nos servirá de guía.
Cuando paró la lluvia, empezamos nuestra visita al castillo. Erigido sobre un macizo rocoso, aislado en una de las cumbres de la Sierra de Sintra, desde sus murallas se disfruta de una vista privilegiada de la zona hasta el Océano Atlántico, solo que por la climatología las vistas no eran tan extensas como en días soleados.
Las murallas son constituidas por una cadena doble, interior y exterior; la muralla presenta cinco torres: cuatro de planta rectangular y una de planta circular coronadas por bases piramidales.
El fuerte viento hace que dé un poquito de miedo subir hasta el punto más alto, pero nos armamos de valor y allí subimos. Las vistas son impresionantes, y el castillo cumple con las expectativas que nos había creado.
Finalizada la visita al castillo, cogemos de nuevo el bus y nos bajamos al pueblo para comer. Hacemos una comida express de bocata y nos vamos a tomar un café y unos pasteles a la pastelería Piriquita, donde degustamos los postres típicos de la zona: traveseiros y queijoada; dos cafés y dos pasteles nos cuestan 4,35€.
Una vez repuestas las fuerzas, y como el plan que teníamos se nos había chafado (la idea era visitar la Quinta Regaleira después de comer), damos una vuelta por las calles de Sintra, viendo las tiendas típicas de souvenirs.
Concluimos nuestro día en Sintra, y bajamos hasta la estación de tren en el bus turístico y ponemos rumbo a Lisboa, para prepararnos para la Nochevieja lisboeta.
Una vez preparados, cogemos el metro (línea azul) hasta Restauradores y buscamos un restaurante donde cenar. Fuimos temprano para no tener problemas para encontrar sitio, pues no teníamos nada reservado. Habíamos echado el ojo a un italiano que tenía buena pinta y allí nos fuimos a preguntar. Como nos dijeron que había mesa (el sitio es enorme) allí nos quedamos.
El restaurante se llama Valentino, y está situado en la Rua Jardim do Regedor,38-45 (al lado de la plaza Restauradores). El sitio es muy bonito y tiene una bonita decoración navideña (vaya fotos haciendo el chorras con los ositos de coca cola, no las pongo porque vamos… ).
La carta es diferente al resto del año pues es especial para ese día. Nosotros pedimos una pizza (uhmm mamma mia como estaba), tagliatelle mar i monte, tiramisú y una copa de frutas con helado; para beber agua que es muy sana. El precio de la cena fue de 42€.
Como estaba lleno y había gente esperando para cenar, decidimos ir a tomar un café a otro sitio y después cogimos el metro a carreras para subir al hotel y tomar las uvas a la hora española con tv1 (con las ganas que tenía yo de ver a la Esteban en t5 jajaja) pues era la única cadena española que se veía. Después de las uvas, el champán correspondiente y de las llamadas y mensajes de rigor, volvemos a coger el metro a toda prisa para ir hacia Belem. Bajamos en la parada de Baixa-Chiado y de allí cogemos la línea verde hacia Cais de Sodre.
Una vez allí ya eran casi las 12 de la noche, y había unas colas enormes para ir hasta Belem, así que quedamos por la zona de Cais de Sodre y vimos los fuegos artificiales desde allí. Una pena no poder ir hasta Belem, ya que había gente del foro que había comentado para quedar allí, pero no pudo ser.
Vimos un poquito la noche lisboeta y decidimos volvernos al hotel, pues el día había sido agotador y estábamos muy cansados.
Además al día siguiente (ya ese día) teníamos planeado visitar la zona del Parque de las Naciones y dar nuestros últimos coletazos por Lisboa.
FELIZ AÑO NUEVO DESDE LISBOA