Día 6: L 14/12/2009: ESQUEL-BARILOCHE Y LAGO GUTIÉRREZ
Este día nos tocaba coger otro autobús, bastante más breve que el anterior, para desplazarnos de Esquel a Bariloche. Había varios horarios, el primero salía a las 7:15 y llegaba a las 11:30, pero como preveíamos que a estas alturas estaríamos cansadillos de madrugones decidimos tomárnoslo un poco más relajado y cogimos el de las 10:00, que llegaba a Bariloche sobre las 16:15. Las compañías que cubren el trayecto son Don Otto y Andesmar, y el billete lo compramos una vez allí el día antes, en la estación de autobuses por 120$ cada uno. La información de los trayectos la obtuvimos directamente por teléfono con las compañías desde España, para llevarlo todo atado y bien atado.
El camino que recorre el autobús es bastante pintoresco y pasas por pueblos como El Bolsón, que también puede ser una buena parada si te sobran los días o quieres dedicarle más tiempo a la zona.
Llegamos puntualmente y de nuevo cogimos un taxi (la estación queda algo retirada del centro, sobre todo si vas con maletas) para llegar al hostel escogido:
CÓNDOR DE LOS ANDES – BARILOCHE
2 noches (in 14/12/09, out 16/12/09), una habitación doble (desayuno incluido)
Precio: $135/noche siendo socios de HI (total de la estadia: $270)
Tel. / Fax: 02944-522448
Dirección: Neumeyer 34 Bariloche
Sitio Web: www.condordelosandes.com
e-mail: condorbariloche@gmail.com
Se suponía que pertenecía a Hostelling Internaional, pero al llegar nos dijeron que aunque están a punto de entrar en la asociación aún no les han concedido la licencia o como se llame, pero que como nos habían dicho que sí, nos hacían el descuento de todas maneras. Sin carnet salía a 150$ la noche, osea que el descuento es de 15$ por noche y a estas alturas el carnet de alberguista ya estaba amortizado de sobra. En cuanto al sitio, es otro muy buen albergue ubicado supercéntrico y con buenas instalaciones. No sabemos si por disponibilidad o porque, el caso es que nos dieron un pedazo de habitación que más parecía un apartamento, con cocina privada incluida (que al final no usamos, pues preferimos la que había en los espacios comunes).
Como nos dijeron que el coche que habíamos apalabrado unos días aún tardaría una hora y pico en llegar, nos fuimos a comer y a dar una vuelta. Dimos un paseo por el centro y por recomendación en recepción acabamos en el restaurante “La fonda de tío”. Está algo alojado del centro tirando por la calle Mitre hacia adelante, pero creo que vale la pena la caminata. Es muy popular en el amplio sentido de la palabra, la cocina es sencilla y barata, y las vistas al lago impresionantes. Comimos milanesa y trucha por unos 55$ entre los dos, incluyendo bebida (coca-cola). Lo de la trucha fue más que nada por probar el pescado, dado que lo íbamos a catar poco en el viaje y nos gusta mucho. El resultado fue más bien decepcionante, es asalmonada y no nos gustó demasiado…mi consejo es que os limitéis a la carne, que tiene difícil competencia en relación calidad/precio.
Vistas del lago Nahuel Huapi desde el restaurante La Fonda del Tío (con Marta en medio)
Ya de vuelta en el albergue el coche estaba esperándonos. Rellenamos todo, formalizamos los contratos y consultamos en recepción (previamente habíamos pasado también por la oficina de turismo, que está en el centro cívico) qué hacer ese rato por la tarde, para aprovechar que ya al auto ya pagado. Nos recomendaron que ya que no teníamos mucho tiempo (eran las 5 de la tarde pasadas) nos acercáramos al Lago Gutiérrez, que queda al sur muy cerquita de la ciudad (ver en el mapa). Cogimos el coche y cuál fue nuestra sorpresa cuando comprobamos: a) no tenía aire acondicionado, y b) no tenía dirección asistida. Tocaba tirar de brazo y pasar calor durante un par de días. Al devolverle el coche a la tipa dos días después le montamos un pequeño pollo, pero nos dijo que si queríamos que incluyera eso había que especificarlo y que entonces hubiera salido más caro. También nos dijo que eso es habitual en Argentina, que hay que pedirlo, no sé si es cierto pero no nos pasó en los otros dos casos de coches alquilados. En cualquier caso, ante la duda preguntadlo siempre, porque salvo que seáis expertos camioneros acabáis con el brazo hecho trizas.
Así que cogimos el coche y salimos en la dirección que nos habían indicado, hacia el Lago Gutiérrez. No se tarda nada, en media hora estás ahí, y como excursión cortita para media tarde es lo mejor. Primero bordeamos el lago bajando por la orilla Este, en la que nos habían dicho que había unas lindas panorámicas. Mirando las fotos tal vez no lo parezcan pero en estos casos las fotos suelene quedarse cortas, aparte de que nuestra cámara no permite grandes florituras.
Vistas desde la orilla Este del Lago Gutiérrez
Después volvimos sobre nuestros pasos, dimos la vuelta al lago y bajamos por una carretera de ripio (transitable pero muy trabajosa sin dirección asistida) por la orilla oeste del lago en dirección al que era nuestro auténtico objetivo: la cascada de los duendes. Conviene preguntar la dirección correcta después de pasar un puentecito porque hay varios caminos que se cruzan y a partir de ahí no hay casi nadie. Después de perdernos un par de veces dejamos el coche muy cerca de un camping y echamos a andar.
El paseo por entre los bosques es precioso, estas sólo y vas todo el rato al lado de una corriente de agua. Tiramos varios fotos y por fin llegamos al salto de agua. No es una pedazo catarata pero tiene mucho encanto y el paseo es agradable. Además te puedes subir a lo alto de la cascada y que te hagan fotos desde abajo asomado al borde.
De camino a la Cascada de los Duendes
La Cascada de los Duendes
Después de un rato volvimos y tiramos para arriba hacia un mirador que había indicado. Ojo, el camino está bien pero es algo duro, la pobre Marta las pasó canutas, hay tramos de subida muy escarpados y aunque las vistas son buenas no vale la pena si no te gusta cansarte. Una vez arriba disfrutamos de la vista, tomamos fotos y de vuelta.
Subiendo al mirador
En el mirador
Día 7: x 16/12/2009: CIRCUITO GRANDE
Desayunamos rapidito y salimos en coche (el desayuno estándar de albergue HI), porque pretendíamos hacer el circuito grande y el día prometía ser largo. El circuito grande empieza saliendo de Bariloche hacia el este como si fueras al aeropuerto, por la orilla sur del Nahuel Huapi, después sube bordeando el río Limay hasta más o menos Confluencia, ahí se gira al oeste para llegar al Lago Traful y Villa Traful, y un poco más adelante se baja pro el Lago Correntoso, se pasa por Villa La Angostura y se continúa hasta Bariloche para completar la vuelta. Evidentemente se puede hacer en este sentido o en el opuesto, eso a gusto del consumidor. Un día da para hacerlo de sobra, incluyendo actividades diversas como las que contaré después.
Tras salir de la ciudad lo realmente bonito (aparte del Nahuel Huapi) empieza en la orilla del río, con zonas en las que el color del agua parece imposible para ser un río y los paisajes recuerdan a los de las quebradas del noroeste (que aún no habíamos visto), especialmente en unA zona que llaman el Valle Encantado. Ahí van algunas fotos.
El Valle Encantado
Una vez giramos hacia el este para atravesar la zona de Traful empezó lo duro: a partir de ahí hay como 60 km (creo recordar, a lo mejor eran 40 o 50) de ripio bastante pesadito, y más el coche que llevábamos. Los paisajes son magníficos pero cansa tanto que puffff…pasamos por Villa Traful, que en realidad son un conjunto de cabañas vacacionales a la orilla del lago, atravesamos puentes, paramos en miradores, subimos cuestas con el motor del coche a punto de rendirse…todo muy Indiana Jones y muy emocionante pero agotador y nada recomendable en pleno diciembre sin aire acondicionado ni dirección asistida.
Ruta bordeando el Lago Traful y miradores
Después de salir de la zona del Lago Traful hay un pequeño tramo, por la ruta 234 bordeando el Lago Correntoso, que se supone que estaba asfaltado y fue que no. Osea que otros 15 kilómetros de ripio. Total que cuando por fin llegamos a Villa La Angostura estábamos molidos…y nos quedaba lo peor, pero eso ya fue por gusto. En total fueron más de dos horas conduciendo por ripio.
En Villa La Angostura está la Península de Quetrihue (mirad el mapita), donde se encuentra el bosque de arrayanes, unos árboles finitos de color canela que a mí me recuerdan mucho a Japón (y eso que no he estado). Para internarse en el bosque hay varias posibilidades. La mayor concentración de arrayanes (y yo diría que es casi la única zona donde los hay) está en la punta de la península, a la que se puede llegar por una sendero de 12 kilómetros. Lo malo es que toca volver andando y llevaría demasiado tiempo. La segunda opción es alquilar una bici y hacer lo mismo pero pedaleando, y la tercera es tomar un barco en Villa La Angostura que te lleva a la punta de la península, allí te dan un paseíto con los demás turistas del redil y te traen de vuelta.
Península Quetrihue y bosque de arrayanes
Nuestra opción favorita era en principio la bici, porque andando era demasiado tiempo y el barco era una turistada carísima, pero como Marta no está tan acostumbrada a la bici como un servidor decidimos hacer un remix: alquilamos un par de bicis (al lado del puerto donde se toma el barco), las montamos en el barco pagando un pequeño recargo y dejamos que nos llevaran al bosque de arrayanes. Allí estuvimos un rato dando una vuelta con la gente de grupo, y después agarramos las bicis y a pedalear de vuelta. 12 kilómetros no parecían mucho, en una y hora y media contando paradas debíamos estar de vuelta.
Los precios son los siguientes:
Alquiler de dos bicis: 100$. Son bicis decentes, con marchas, nada de bicis de paseo o lo lamentaréis. Y que os den también casco, os hará falta.
Dos pasajes de barco sólo ida: 140$. La ida sólo eran 70$, la ida y vuelta 150$. Es una pasta, un auténtico timo para turistas que alguien debería encargarse de arreglar porque no está para nada en relación con los precios del país, ni siquiera hablando de precios para turistas. ¿Cómo puede costar casi lo mismo este jodido barquito más que el avistaje de ballenas?
Recargo por montar las dos bicis en el barco: 10$.
En el barco camino de la península
Después del paseíto en barco con la típica tía dando la chapa por los altavoces y la aún más típica tía haciendo fotos para luego intentar vendértelas, desembarcamos en el bosque propiamente dicho. Nos dimos el paseíllo de rigor por el bosque con todo el grupo siguiendo las explicaciones de la guía, un poco surrealistas en algunos detalles pero bueno, ya que estaba…el bosque es realmente lindo y hay partes en las que todo lo que ves es naranja. Mirad las fotos y decidme si no parece Japón. Entre las cosas que nos contó la guía está que en realidad los arrayanes no son árboles, sino arbustos (por si alguien conoce al diferencia, yo no). También se puede ver la casita en la que se supone se inspiró Walt Disney para la casita de…no recuerdo que película (tal vez Blancanieves y los 7 enanitos, tal vez Bambie…), aunque la guía tuvo la honradez de ponerlo en duda.
El bosque de arrayanes
Bien, pues terminado el paseíllo nos calzamos los cascos y nos pusimos de camino. 12 kilómetros no parecían mucho, y el desnivel tampoco era demasiado. Media hora después habíamos avanzado cosa de un kilómetro y los que iban andando iban más rápido que nosotros. El camino es una senda boscosa que sube y baja y, sobre todo, está atravesada de raíces todo a lo largo. Durante los primeros 2 o 3 kilómetros no debimos ir montados más de 50 metros seguidos, porque cada tres pedaladas tocaba bajarse y cargar un rato con la bici. Las subidas son demasiado empinadas, sobre todo teniendo en cuenta que es una senda de montaña irregular y de poco agarre. Para colmo las bajadas también son demasiado empinadas y peligrosas como para bajarlas montando sin arriesgarte a partirte la crisma, y también tocaba bajarse. Y conste que no es que sea un crack, pero monto en bici habitualmente en plan deportivo por montaña.
Pasado ese rato, calculamos que unos 3 kilómetros después, la cosa mejora mucho y hay 6 o 7 kilómetros seguidos en los que vuelas, el camino es divertido y puedes ir a toda leche por el medio del bosque. Esta parte sí vale mucho la pena, es toda una experiencia si te gustan esas cosas. Lo digo porque si alguien se aventura y después de una hora tiene ganas de tirar la bici al agua y volver nadando que aguante, que después se suaviza la cosa.
Al final tocó volver a sufrir, porque el último kilómetro, cuando ya parece que llegas. Es primero una subida acojonante que toca subir cargando bici al hombro, y luego una bajada por escalones. Pero bueno, como ya estás llegando y te lo has pasado bien te lo tomas mejor que al principio.
Marta volviendo en bici desde el bosque de arrayanes a Villa La Angostura. Ni Perico en sus mejores tiempos
Por fin de vuelta devolvimos las bicis y nos fuimos a tomar un heladito a una terraza. Ahí fue cuando comprobamos lo increíblemente pijo que es el pueblo, porque nos cobraron por dos helados lo mismo que por cenar en algunos sitios. En fin, cosas de ser turista y no enterarse, yo os recomiendo no tomar nada en este lugar que parece hecho para sacarte los cuartos sin piedad.
Por fin cogimos el coche y volvimos a Bariloche. Con la paliza que nos habíamos dado pensamos que nos merecíamos un homenaje y fuimos a comer carne a un sitio que nos habían recomendado por varios sitios: El Boliche de Alberto, muy céntrico y creo que con el mejores bife de lomo que comimos en todo el viaje. Total, 120$.
Y con esto y con lo que había dado el día de sí, nos rendimos y caímos en la cama pidiendo tiempo muerto.
Día 8: J 16/12/2009: CIRCUITO CHICO Y BARILOCHE - EL CALAFATE
Este día, como a las 16:25 cogíamos el vuelo a El Calafate, lo habíamos reservado para hacer el circuito chico, más corto que el circuito grande (atentos a la tontería que acabo de decir) y que podíamos hacer en medio día. Antes fuimos a comprar algo del famoso chocolate de Bariloche a una de las tiendas recomendadas en las guías: Frantom, muy cerquita del Centro Cívico. Compramos varias variedades, entre ellos su mítico (siempre según las guías) chocolate en rama casero, una auténtica delicia. Además tuvimos ocasión de coincidir con uno de esos grupos de adolescentes que van a Bariloche a celebrar la graduación (la ciudad estaba plagada de ellos, nosotros como somos profesores nos sentíamos como en casa y con ganas de reñir a alguien).
El circuito chico parte de Bariloche hacia el oeste bordeando (oootra vez) el Nahuel Huapi, pasa por Playa Bonita y Puerto Pañuelo, continúa hasta Cerro Campanario y de ahí a la Península de Llao Llao, volviendo por Colonia Suiza. Nuestro mayor interés era ver el famoso hotel Llao Llao, el más caro de Argentina, y las vistas desde Cerro Campanario, que según la guía trotamundos son las más espectaculares de todos los cerros circundantes).
Y la verdad, no sé cómo serán desde Cerro Catedral o Cerro Otto. Pero desde Campanario quitan el hipo (mirad las fotos). Hay que dejar el vehículo en la base y tomar un telesilla (30$ por barba), aunque los intrépidos pueden subir andando, que tampoco será para tanto. Arriba le echaréis un rato porque hay varios miradores a cual más impactante. Desde aquí se aprecia todo lo que ofrece la región, que no es poco por más que no sea temporada de esquí.
Vistas desde Cerro Campanario
Tras bajar en el telesilla seguimos en coche y nos dirigimos a la Península de Llao Llao y el hotel del mismo nombre. Se puede entrar al aparcamiento y ver el hotelito desde muy cerca, aunque las vistas más impresionantes se obtienen de lejos, desde unos puestecitos hippies que quedan un poco más adelante. Se debe estar bien ahí dentro para relajarse unos días a 500 dólares la noche pero la verdad, donde estén mis hostels de HI…
Hotel Llao Llao
Al volver nos saltamos Colonia Suiza, porque la verdad es que no teníamos demasiado interés y andábamos con el tiempo un poco justo. Comimos en el centro de Bariloche un par de hamburguesas que vendían en un puesto callejero a 5$ la unidad, y salimos directos al aeropuerto, donde habíamos quedado con la %&!$+* que nos había alquilado el coche. Tuvimos una pequeña discusión con ella que no sirvió para nada y tomamos el avión hacia El Calafate con puntualidad británica. No tuvimos que pagar tasa de aeropuerto.
En el aeropuerto de El Calafate estaban esperándonos con cartel con nuestro nombre y todo, porque habíamos reservado el transfer por teléfono el día antes. ¡Por una vez nos sentíamos como en grupo organizado en los que te traen y te llevan y no tienes que pensar mucho (más cómodo pero mucho menos divertido). Costaba 26$ cada uno, osea en total 52$, aunque como siempre si sois tres un remix sale mejor, y para dos casi lo mismo.
El albergue de El Calafate es:
Hostel Lago Argentino
Campaña del Desierto 1050 (9405) El Calafate - Santa Cruz República Argentina
(a 100 m de la terminal de Ómnibus y a 200 m del centro comercial)
Tel.: (02902) 491423
E-mail: hostellagoargentino@cotecal.com.ar; alagoargentino@hotmail.com
www.losglaciares.com/lagoargentino
Por una vez no era de HI pero sí del mismo estilo, y estaba realmente muy muy bien. Tiene zonas con dormitorio común y las habitaciones privadas están en un edificio aparte, al otro lado de la calle. Son 180$ la noche, un muy buen precio para el sitio que es, el desayuno es algo mejor que en el resto de albergues (sin ser ninguna maravilla) y está bien ubicado, a dos pasos de la estación de autobuses y a 3 del centro. Cuidado con la situación del hotel en El Calafate, porque es más extensa de lo que parece.
El personal del albergue no es que sea servicial, es que casi te arropan por la noche. Después de aconsejarnos y contarnos todas las opciones para ver el Perito con precios (más o menos lo sabíamos, pero no está de más) nos sacó el mismo los tickets para el minitreking el día siguiente con la empresa Hielo y Aventura sin recargo alguno (supongo que les dan comisión): nada menos que 450$ cada uno. Un rato después teníamos los tickets en recepción. Además, como teníamos que salir para El Chaltén al día siguiente nos dijo que saliéramos en el primer turno (empezando a las 7:00) para estar seguros de llegar a tiempo, y nos reservó los billetes de autobús telefónicamente, tanto para la ida (Calafate-El Chaltén) como la vuelta (El Chaltén-aeropuerto). Un cielo de gente, sólo por eso vale la pena ir.
Nos fuimos al centro, compramos cosas de comer en el super para unos días y fuimos a cenar a uno de los peores sitios de todo el viaje: La Cocina, en la calle principal. Según la guía era uno de los mejores para comer pasta, y si es así menuda pasta mala hacen aquí, pero sobre todo que nadie se pida una pizza porque son lo peor. Y todo por 126$...en fin, no se puede acertar siempre.
Y por fin a dormir, que el día siguiente prometía ser laaaaaargo.
Conclusión de Bariloche
Si me pongo a decir que imprescindible al final va a parecer que todo lo es, y aunque probablemente sea cierto lo que quiero aquí es priorizar unas zonas sobre otras: Bariloche les encantará a los que amen la montaña y la naturaleza, y dejará fríos al resto, que se quedarán con la idea de que, como dice mucha gente, en Europa hay paisajes parecidos (yo no los he visto, pero suponogo que existen). Evidentemente en la lista de sitios de los que no puedes prescindir en un viaje a Argentina están primero cosas como glaciares o cataratas, difíciles de encontrar en otras zonas, pero Bariloche no es para nada más de lo mismo por más hayas estado en los piríneos un montón de veces. Los paisajes son increibles y la cantidad de gente no es exagerada (aunque más que en Esquel). Quien diga que aquí no hay nada que hacer fuera de temporada de esquí se equivoca.
Lo que ya no sé si vale la pena es alejarse demasiado de la zona de Bariloche. Alrededor de la ciudad, sin alejarte más de un par de horas en coche, tienes paisajes y cosas distintas que ver para estar una semana. No conozco San Martín de los Andes ni la Ruta de los 7 Lagos, pero sinceramente, en viajes en los que quieres ver la mayor cantidad de sitios en pocos días, quedarás saciado de lagos con un par de días alrededor de la ciudad. A lo mejor San Martín es muy distinto o mucho más espectacular, pero lo dudo. Mi consejo es que estéis un par de días en Bariloche, con coche de alquiler, y hagáis todas las excursiones que podais a las zonas de alrededor, las que yo hice u otras. Eso sí, sin coche estás vendido.