RELATO 3: Con la gente al natural, Contradictoriamente Feliz en CentroÁfrica ✏️ Diarios de Viajes de Centro Africa R.Como ya dije, República Centroafricana fue mi primer país en África, por lo que las sensaciones iníciales fueron muy marcadas por la sorpresa. Y no porque hayan ruinas fastuosas o monumentos gloriosos, sino por cientos de cosas y ocurrencias...Diario: Andando 3 ciudades de Rep. Centroafricana en 7 días efectivos⭐ Puntos: 4.3 (3 Votos) Etapas: 6 Localización: Centro Africa R.Como ya dije, República Centroafricana fue mi primer país en África, por lo que las sensaciones iníciales fueron muy marcadas por la sorpresa. Y no porque hayan ruinas fastuosas o monumentos gloriosos, sino por cientos de cosas y ocurrencias anecdóticas para contar. Como no me canso de repetir(me) el espectáculo más maravilloso de Africa es su gente. Ver lo que hace la gente y como se desenvuelve en su rutina cotidiana, especialmente para quienes no somos de la zona y viajamos desde lugares remotos. Su inocencia, frescura y alegría a pesar de las adversidades. Puedo garantizar que aunque lo que vi no estaba en ninguna guía turística, de seguro valía la pena de apreciar para quien sepa valorar el descubrimiento que trae cada viaje. Sin maquillajes, simplemente ganando perspectiva para colocar algo que no tiene que ver con las ruinas congeladas en el pasado, ni con los desarrollos artificiales que juegan a alcanzar cuanto antes el futuro, simplemente aprendes a valorizar la población del presente en estas tierras: vi la existencia humana de una cultura diferente en estado puro. Con todo lo magnífico y horrible que ello pueda tener. Asumiendo que se sale por tierra (cosa que hice solo una vez, pues los otros viajes fueron por avión), al hacer el trayecto algo largo que conduce de la frontera sur pegada al Congo, hacia la norte en contacto con Tchad y Sudan, puede verse el bello espectáculo de apreciar el cambio de la naturaleza entre la floresta tropical y la sabana sub-sahariana. El viaje puede durar unas 6-7 horas y el trayecto es bastante agotador, pero no porque el trayecto por carretera sea muy largo, sino por el pésimo estado de la carretera, debido a lo cual hay que detenerse a descansar cada cierto tiempo. Pero la gente es muy amable y acogedora, y no faltan frutas para el camino. En consecuencia, conforme te alejas de Bangui (la capital) la vegetación va raleando, hasta hacerse menos tupida, y el clima se hace menos húmedo. Incluso pueden apreciarse algunas extensiones semi-desérticas, no tanto por efecto de la naturaleza, sino por la mano del hombre que sin ningún control ha sido realmente devastadora. Contaba un amigo local que hasta hace unos 50 o 60 años habían jirafas, elefantes, hipopótamos y otros animales en la zona, pero entre los agricultores que eliminaban hábitats naturales para hacer sembradíos y los cazadores que arrasaban con los animales cuyas pieles y otros elementos podían comerciase, la vida salvaje fue literalmente extinguida. Cuando sales de la capital puedes ver la configuración del país en su esencia primigenia. África como ha sido desde hace siglos, con pocas modificaciones producto de la relativamente reciente colonización. La población es casi en el 95% de raza africana. Curiosamente, el menos de 5% (calculó aproximadamente) que son de etnia distinta son representantes de etnias árabes, quienes desde tiempos inmemoriales atravesaron el Sahara y se asentaron mayoritariamente al Tchad y Sudan. Como ellos habían sido toda su vida nómades, esta vez hicieron sus circuitos de migración temporal en el área sub-sahariana y eventualmente llegaron a estas tierras. Los descendientes de esta minoría pueden ser claramente notados pues tienen rasgos raciales nítidamente diferentes y su cultura es casi esencialmente la misma cultura de los hombres del desierto. Sin embargo ellos no forman un grupo aislado, y eso me resultó uno de los fenómenos más interesantes que pude constatar en mis viajes. Pude ver que aunque en esta zona la población anteriormente citada era una franca minoría, la comunidad musulmana ere de aproximadamente la mitad (o poco menos) de la población vigentes. Esto significa que una fracción importante de esta comunidad está constituido por gente de raza africana. Ello para mi resultó muy interesante. Su diferencia no es racial, sino cultural. Unos usan ropa colorida, los otros usan túnicas de un solo color, preferentemente blanco. Unos van la iglesia y respetan las tradiciones cristianas, otros van a la mezquita y cumplen a rajatabla con las oraciones y el modo de vida islámico. Aunque la mayoría de hombres llevan gorro en la cabeza, los cristianos tienen el típico multicolor, mientras que los musulmanes llevan el típico gorrito blanco en forma de cilindro plano. Las mujeres cristianas usan los típicos pañuelos multicolores amarrados a la cabeza, haciendo volumen. Pienso que un poco funcionan como ornamento y otro poco para disimular el cabello poco abundante de las mujeres de esta etnia. Las musulmanas usan el típico atuendo cobertor de cabello, aunque tal vez por estar lejos de los grandes centros religiosos islámicos, me pareció que el respeto a las prendas de vestir y a la sumisión a los hombres se relajaba un poco. Algo que supongo es bueno. La población parece estar en perfecta conexión con la naturaleza, y aunque hay algunas extensiones agrícolas y la mayor parte de la gente está dedicada a esta actividad en pequeña escala (produciendo básicamente yuca y algunas legumbres), en diversa medida aún siguen sobreviviendo como sus ancestros hace siglos: son cazadores, recolectores (los pues ver con sus palos enormes buscando frutos todo el tiempo) y en cierta medida criadores de animales pequeños, especialmente cabras. Kabo era un poblado prácticamente de una sola calle principal, y manzanas de lotes (“quartiers”) distribuidas más o menos caóticamente. N´dele ya tenía más cara de población y tenía varias calles confluyentes en la principal. Las casas son pequeñas y en gran cantidad hechas apenas con palos en los laterales, que sirven de tejido para recibir el barro, formando una masa compacta, que se me hace semejante a la quincha, usada antiguamente en Latinoamérica. Los techos son de paja. Aunque es todo rústico uno puede ver arte en su desarrollo (con destaque para los armatostes donde ponen a las gallinas para no ser devoradas por los animales salvajes). Algo misterioso y encantador a pesar de la pobreza. Esta característica contrasta con lo que ves en la ciudad, donde es abundante la cantidad de niños, ancianos y población discapacitada acostumbrada a pedir con insistencia. Ellos saben que da un poco de remordimiento no darles nada ya que sabes que viven en niveles por debajo de la subsistencia digna, sin embargo es una posición difícil pues dar implica ayudar a perennizar este hábito. Como quiera que sea, una buena salida me la dio un amigo: dar frutas u otros alimentos. Aunque no es seguro que esto sea bien recibido puede ser una salida intermedia interesante. El problema: habría que salir con algunos kilos en la mochila :-D. Pero cuando estas en el interior del país esta situación es un poco menor. No que no te demanden alguna ayuda insistentemente, pues si lo hacen, pero no es tan asfixiante como en la ciudad. En estos poblados medianos del interior, especialmente en los días de feria y los domingos, la actividad de estos poblados es febril, cuando los vendedores y compradores habituales se juntan con los cientos de pobladores llegados a las villas desde las aldeas aledañas, trayendo sus productos para vender. La actividad se desarrolla tanto en los mercados o como ambulantes por la calle principal. Por fuera del trabajo, la familia pasa mucho tiempo juntos. Trabajando, cantando, compartiendo historias, simplemente conversando de todo un poco. Algo que no puede dejar de notarse es la cantidad de gente que todo el tiempo está ocupada cargando leña o llevando agua. Lo más elemental continúa ocupando una parte importante de su jornada. Esto ya no se ve tanto en las ciudades donde en un estilo de vida más urbano la gente trabaja en el comercio o los servicios públicos, semejando en mucho el estilo occidental, aunque guardando sus arreglos sociales propios. Algo pintoresco que verán, especialmente si circulan por Bangui cualquier día en hora punta, es que se pueden ver enormes filas de gente caminando temprano para ir al trabajo y a los centros de estudios…miles de personas andando al lado de la carretera con aire festivo…me hacía recordar a los días de huelga de bus o metro en las grandes ciudades (es un buen modo de imaginárselo)… pero no, no es ninguna huelga… es la rutina de todos los días de mucha gente que decide usar sus dos piernas ante la falta de medios masivos y baratos de viaje interurbano. Y claro, no todo es fantasía mágica, también hay mucho sufrimiento. Tanto que en realidad suena un poco contradictorio que la gente sonría tanto o se tome las cosas tan a la ligera, como si flotaran por encima del bien y del mal. En este país, sumando la pobreza y la ambición surge la guerra, y ello genera más pobreza, muertes prematuras, enfermedades dolorosas y/o discapacitantes. Entonces aquí podemos ver desnutrición en niveles que jamás creería poder ver, VIH-SIDA, todo tipo de enfermedades tropicales, heridos y muertos por las guerras. Sin embargo, no todo es sufrimiento. En realidad el sufrimiento de la gente es solo una pequeña parte de lo que se experimenta aquí. Un poco de tantas vivencias que lamentablemente no se pueden resumir en unas cuantas líneas y me sería imposible transmitir ni aunque escribiera una enciclopedia o hablara de esto durante horas. Para mi ello es la magia que se siente al respirar África. ------ Para ver relatos de esta y otras travesías y fotos sobre mis viajes, ver el blog complementario "Vistazos de un Largo Viaje”, explorando en el menú de “Relatos” y “Galerías de Fotos”. [Editado moderador] Índice del Diario: Andando 3 ciudades de Rep. Centroafricana en 7 días efectivos
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