El Calafate : Excursión al Chaltén
Al levantarnos por la mañana, el tiempo no era malo, así que decidimos ir al Chaltén. El autobús sale a las 8h00 de la mañana y se pueden comprar los billetes hasta las 7h45 en la misma estación de autobús. La compañía se llama "Caltur". Al ser el 1 de Septiembre, habían subido los precios de 30%. Teníamos previsto gastarnos 100 pesos por persona para el viaje, pero nos salió por 130 pesos cada billete.
El Chaltén es la capital argentina del trekking donde se puede observar el Fitz Roy, una montaña de ascensión muy complicada por sus fachadas bastante verticales.
El trayecto se hace bastante pesado ya que se tardan unas 3 o 4 horas en llegar, una parte del recorrido se hace por camino de ripio, pero en estas fechas estaban asfaltando poco a poco la carretera. Además, nos sentamos en la primera fila, y el conductor no sabía ni donde se activaban las escobilla para limpiar el parabrisas. Así que nos asustamos un poco. Luego se paro a recoger a su madre y a su novia que estuvieron preparándole el mate durante todo el viaje. Pero eran muy simpáticas y compartieron el mate con nosotros.
En medio del trayecto, el autobús hace una parada donde podíamos comer tarta y tomar bebidas.
Llegamos al Chaltén sobre las 12h00 bajo un temporal de nieve. Nos paramos una primera vez en el refugio de los guardabosques para que nos den las informaciones de seguridad. Tal como nos lo esperábamos, todos los senderos estaban intransitables por culpa de la nieve, salvo el que llevaba al Chorrillo del Salto. Se trata de una caminata fácil que se adentra en el bosque bajo de ladera hasta llegar a una hermosa cascada de 20 metros de altura. Dado la cantidad de nieve, nos costó seguir el camino, pero al final, después de una horita, llegamos bien hasta el chorrillo. Era precioso.
*** Imagen borrada ***
El Chorrillo del Salto
Al nevar muy fuerte (ver los puntos blancos en la foto) y teniendo que comer nuestros bocadillos, nos refugiamos en un hueco de la montaña. No fue muy agradable en ese mismo momento, pero nos queda ahora un recuerdo muy divertido de la situación. Después de comer, echamos un último ojo al salto y volvimos hasta el pueblo. La vuelta fuer horrible debido al viento fuerte y la nieve que nos caía de frente. Llegamos al pueblo congelados así que nos refugiamos en un albergue (el Hostel HI Rancho Grande) para tomarnos un café con leche (5 pesos) bien calentito y esperamos a la hora de regreso del autobús (las 17h00). Había otro sendero que se podía hacer, el del mirador del cóndor, que tarda 40 minutos ida. Pero no teníamos mas fuerza ni ganas de hacerlo.
La vuelta en autobús fue....caótica. Entre que dejó de funcionar la calefacción, y que el autobús se quedó encallado en el barro, y tardó media hora en salir de allí, no tuvimos tiempo de aburrirnos. En la parada a medio camino pudimos ver un pequeño guanaco domesticado.
*** Imagen borrada ***
Un guanaco joven
Al final no vimos ninguna montaña ni nada, pero fue divertido debajo de tanta nieve, sobre todo para mi novio, que no está acostumbrado a ver nevar así.
Llegamos cansadísimos, así que optamos por comprar comida hecha en el supermercado. Como no quedaban cubiertos de plástico, uno de los empleados nos saco 3 sueltos, regalados. Los argentinos son así de simpáticos.