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Hoy me ha tocado el norte. De nuevo con Cau y las turistas portuguesas. Y recogida puntual, como ayer, a las 0840h. Mismo precio, 40 eur (55eur con comida) Direis que por qué no contrataba la comida...y si no lo decís os lo cuento: tengo alergia al anisakis, una bacteria que está en el pescado y desconozco si los peces saotomenses tienen anisakis. Y aquí lo que se come principalmente es pescado. Y me da un poco de miedo fastidiarme las vacaciones si tengo que buscar un hospital por una reacción alérgica. Sí, tengo seguro médico pero...prefiero no arriesgar. Así que, bocata otra vez.
La primera parada es la roça Bela Vista que tiene a la entrada una guardería.
Como ya dije, impresionante la cantidad de niños que se ven en este país. Pregunto a Cau con qué edad empiezan a tener hijos. Me dice que con 15. Le pregunto cuántos hijos de media; me dice que 5
Y eso que las campañas de planificación funcionan porque hace años se tenía una media de 12 hijos.Los críos de la guardería son una ricura. Primero nos miran con cara de susto. Nos miran a nosotras, miran nuestras cámaras, todo con cara de curiosidad. Otros niños más mayores que andan jugando por la roça se acercan también. Entramos en un aula y nos cantan una canción. Son adorables.
De allí vamos a la zona donde producen el café. Todo manual. Es impresionante. Todo. Y qué bien huele!
De allí salimos hacia la roça Agostinho Neto, antes llamada Rio de Oro. Esta sí que parece una auténtica miniciudad. Tiene hasta un hospital que dejó de funcionar en el año 1991 y que ahora se cae a pedazos. Es una de las roças más grandes e importantes de la isla y no debeis perderosla!
Salimos en dirección hacia las playas de Tamarindo, Morro Peixe y Lagoa Azul. Solo puedo decir que los paisajes son realmente espectaculares. Morro Peixe es un pequeño puerto de pescadores donde también tienen un proyecto destinado a cuidar la pesca artesanal y a las tortugas. Aquí no nos bañamos pero se pueden hacer fotos realmente bonitas.
En Playa Tamarindo sí que nos dimos un baño. Al llegar la zona estaba bastante sucia de papeles, latas y porquería varia pero mientras nos bañábamos el gran Cau lo ha recogido todo. Y además he probado el tamarindo, muy ácido pero muy rico. También gracias a Cau que nos lo baja de un árbol.
En la lagoa azul también nos hemos bañado, es una cala pequeña pero al parecer un paraíso para el esnorquel porque sus aguas son muy claras. Y hay varios pescadores. Y se pueden hacer unas fotos maravillosas.
Tras el baño, el grupo comió en Mucumbli, un lugar encantador donde yo pude sentarme al sol mientras Cau y las portuguesas comían y pude disfrutar de las vistas increíbles del lugar.
Después de la comida vamos a la roça de Diogo Vaz. También es un lugar bien interesante ya que tiene su escuela dentro y está explotada por una empresa camerunesa. Llena de niños que jugaron con Cau a hacer música con una lata. Todo un personaje este Cau. Él mismo se crió en una roça de la isla de príncipe. Quizás por eso tiene esa química especial con los chavales.
Por último fuimos a Neves y tras cruzar la ciudad bajamos a la zona del mar, donde se ve mucha pobreza. Vuelvo a insistir en que nadie nos pidió nada, ni mayores ni adultos. Ni siquiera si les haces fotos. Muchas veces te piden que les hagas fotos y piensas "ahora me piden dinero por la foto" y no, les gusta posar y que le enseñes la imagen. Sonríen. Ríen. Las niñas se sienten coquetas.
Otras mujeres no quieren, ven la cámara y te dicen "fotos no"! Y luego también sonríen. Los saotomeses son un pueblo absolutamente encantador. ¿Seguirá siendo así cuando el turismo llegue en masa? Porque llegará, seguro. A una joya como esta, llegará. En Portugal ya se está poniendo de moda como destino de luna de miel.
Solo puedo decir que ha sido espectacular. Las roças son realmente interesantes y los paisajes de la costa, impresionantes.
Ahora me queda encontrar la forma de conocer el sur. Dicen que es más bonito pero veo difícil superar en belleza estos paisajes del norte!
Llego a mi casa y noto cómo se me caen los pantalones y el anillo me baila. Estoy adelgazando y no me extraña. Tengo que decir que la semana anterior estuve en Azores y, salvo el famoso cocido de Furnas, tampoco comí demasiado bien. Y pienso que ahora que aún es casi de día voy a salir a cenar. Voy al parque popular, al B24 y pido pollo. Me ponen medio pollo a la brasa que literalmente devoro junto con las patatas fritas. Está riquísimo. El pollo y la cerveza 110.000 dobras.
Regreso a mi habitación, ya de noche cerrada. Todo tranquilo. Algún "shssss shssss belleza, eh, tudo bem?" y sana y salva a casa.
Mientras me tomo una cocacola en la estupenda terraza de mi alojamiento llega Kiko, un turista que vive en Angola y pasamos un rato muy agradable charlando. Aunque habla portugués para mi sorpresa le entiendo bastante bien. Me enseña sus cientos de fotos de Angola, espectaculares! Su hobby es la fotografía y bien que podría ganarse la vida con ellas porque son alucinantes.
Y tras una buena charleta con Kiko, me voy a descansar. Mañana no tengo planes, no he visto a Edner y sigo sin saber si me ha encontrado grupo para el sur y Cau, desgraciadamente no tiene grupo en los próximos días
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