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Al de nada de ponernos de nuevo en ruta, cruzamos los límites de la provincia de New Brunswick. Si, si… no nos hemos equivocado. Para llegar al Confederation Bridge, puente que une Prince Edward Island con el continente, tuvimos que recorrer unos cuantos kms. por New Brunswick.
Al llegar al puente era noche cerrada. Sabíamos que había que pagar, pero a pesar de que fuimos con mucho ojo no vimos ninguna cabina de peaje. La verdad es que nos quedamos con la mosca detrás de la oreja ya que no nos apetecía que nos llegara algún tipo de multa por no haber pagado por cruzar el puente.
Cuando llegamos al B&B (desde el puente tardamos media hora) casi lo primero que hicimos tras presentarnos a la dueña de la casa, fue preguntarle cómo iba el pago del puente. Nuestra anfitriona nos tranquilizó al explicarnos que el pago se debía realizar a la salida de la isla. ¡¡Una preocupación menos!!
Y mientras estábamos descargando las fotos, vimos por internet que hoy era el día del eclipse lunar tan especial llamado Eclipse superlunar total. Cuando estamos en España estas cosas siempre ocurren a horas intempestivas y además al vivir en el norte, las posibilidades de que el cielo esté nublado son muchas. Sin embargo, al estar en Canadá, la diferencia horaria jugaba a nuestro favor y encima había una noche estrellada. ¿Para qué quieres más?
Salimos a ver dónde nos podíamos poner para intentar sacar alguna foto y resultó que al lado del porche de la casa teníamos una vista limpia y encima estábamos resguardados del viento. Entramos a la casa y avisamos a la dueña de la casa de que íbamos a estar fuera mientras durara el eclipse, por sí suponía algún problema. Al final ella también se animó y estuvo con nosotros mientras se produjo el eclipse. A pesar de no ser unos expertos en el tema, las dos horas que estuvimos observando, lo pasamos como enanos.
Al llegar al puente era noche cerrada. Sabíamos que había que pagar, pero a pesar de que fuimos con mucho ojo no vimos ninguna cabina de peaje. La verdad es que nos quedamos con la mosca detrás de la oreja ya que no nos apetecía que nos llegara algún tipo de multa por no haber pagado por cruzar el puente.
Cuando llegamos al B&B (desde el puente tardamos media hora) casi lo primero que hicimos tras presentarnos a la dueña de la casa, fue preguntarle cómo iba el pago del puente. Nuestra anfitriona nos tranquilizó al explicarnos que el pago se debía realizar a la salida de la isla. ¡¡Una preocupación menos!!
Y mientras estábamos descargando las fotos, vimos por internet que hoy era el día del eclipse lunar tan especial llamado Eclipse superlunar total. Cuando estamos en España estas cosas siempre ocurren a horas intempestivas y además al vivir en el norte, las posibilidades de que el cielo esté nublado son muchas. Sin embargo, al estar en Canadá, la diferencia horaria jugaba a nuestro favor y encima había una noche estrellada. ¿Para qué quieres más?
Salimos a ver dónde nos podíamos poner para intentar sacar alguna foto y resultó que al lado del porche de la casa teníamos una vista limpia y encima estábamos resguardados del viento. Entramos a la casa y avisamos a la dueña de la casa de que íbamos a estar fuera mientras durara el eclipse, por sí suponía algún problema. Al final ella también se animó y estuvo con nosotros mientras se produjo el eclipse. A pesar de no ser unos expertos en el tema, las dos horas que estuvimos observando, lo pasamos como enanos.
Pocos minutos después de las 00h del día 28 recogimos todos los bártulos y nos fuimos los tres a dormir. !!el día había acabado muy, pero que muy bien!!.
*** final del día 18 ***
Ridgewind Farm B&B, Clyde River (PEI)
Web: http://www.ridgewindfarm.com/
Precio: 62,5€ por noche (impuestos incluidos)
Ubicación: Cerca de la capital de la provincia, Charlottetown.
Estado: B&B muy bien cuidado. La habitación enorme con un baño de revista. Decoración acorde con la actividad de la finca.
Servicios: Desayuno muy bien, parking y Wifi.
Trato recibido: Muy bueno.
Calificación: (9 sobre 10)
Aunque la noche anterior nos habíamos acostado bastante tarde, no quisimos desaprovechar la mañana así que a las 7h30’ estábamos desayunando. El cielo estaba totalmente despejado y la temperatura muy agradable, rondando los 13°C. Como sólo íbamos a estar un día en Prince Edward Island, pensamos que recorrer parte de la costa de faro en faro era una buena forma para conocer la isla.
Poco más tarde de las 8h nos pusimos en marcha en dirección a Point Prim donde se encuentra el faro del mismo nombre. Fue construido en 1845 y es el más antiguo de Prince Edward Island, además de tratarse de uno de los pocos faros circulares de ladrillo de Canadá.
Desde mediados de junio hasta la mitad de septiembre hay visitas guiadas ($3,50) donde te cuentan la historia de la zona y del faro, y además te dejan subir hasta la sala de la lámpara. Una pena que no llegáramos a tiempo. Aun así estuvimos un rato disfrutando del paisaje de la costa y su curioso color rojizo del mar.
Poco más tarde de las 8h nos pusimos en marcha en dirección a Point Prim donde se encuentra el faro del mismo nombre. Fue construido en 1845 y es el más antiguo de Prince Edward Island, además de tratarse de uno de los pocos faros circulares de ladrillo de Canadá.
Desde mediados de junio hasta la mitad de septiembre hay visitas guiadas ($3,50) donde te cuentan la historia de la zona y del faro, y además te dejan subir hasta la sala de la lámpara. Una pena que no llegáramos a tiempo. Aun así estuvimos un rato disfrutando del paisaje de la costa y su curioso color rojizo del mar.
Los dos siguientes faros que visitamos fueron los de Wood Island Point y el de Beach Point, ambos construidos de madera y de forma cuadrada. El faro de Wood Island fue construido en 1876 y mide 18 mts. Es de los pocos faros que mantiene intacta la casa del farero, reconvertida en museo.
Como no pudimos visitarlos por dentro, sólo estuvimos el tiempo necesario para sacar unas fotos de los alrededores y de los propios faros.
Como no pudimos visitarlos por dentro, sólo estuvimos el tiempo necesario para sacar unas fotos de los alrededores y de los propios faros.
Tras estas fugaces visitas, llegamos a Murray Harbour donde paramos para dar un paseo ya que mientras lo cruzábamos en coche nos pareció bonito. Aprovechamos también para comprar la comida.
Al reemprender la marcha, vimos unas barcas cerca de la orilla que estaban pescando. Sin pensarlo mucho, paramos en el arcén y retrocedimos andando. Lo que nos pareció curioso fue la forma en que lo estaban haciendo, con una especie de rastrillos que metían en el fondo (poco profundo). Como uno de los pescadores estaba muy cerca le preguntamos qué era lo que estaban pescando. Nos repitió un par de veces el nombre y nos debió de ver cara de no estar entendiendo a qué se estaba refiriendo, porque nos lanzó un ejemplar y pudimos comprobar que era una especie de ostra. Le agradecimos la explicación y le dejamos seguir con su trabajo.
Al reemprender la marcha, vimos unas barcas cerca de la orilla que estaban pescando. Sin pensarlo mucho, paramos en el arcén y retrocedimos andando. Lo que nos pareció curioso fue la forma en que lo estaban haciendo, con una especie de rastrillos que metían en el fondo (poco profundo). Como uno de los pescadores estaba muy cerca le preguntamos qué era lo que estaban pescando. Nos repitió un par de veces el nombre y nos debió de ver cara de no estar entendiendo a qué se estaba refiriendo, porque nos lanzó un ejemplar y pudimos comprobar que era una especie de ostra. Le agradecimos la explicación y le dejamos seguir con su trabajo.
A las 14h llegamos a Panmure Island donde sabíamos que había un faro que sí podíamos visitar. Conocido también como Panmure Head, fue construido en 1853, y es el faro con forma octogonal más antiguo de Prince Edward Island. Mide 18,6 mts. de altura y su luz blanca es visible hasta 19 millas náuticas. El faro guarda la entrada a la bahía de Cardigan y al puerto de Murray.
Antes de subir hasta la sala de la lente, pudimos ver unos cuantos artilugios que había en el pequeño museo que tiene en la base del faro. La entrada nos costó $5 a cada uno, que se dedicaba exclusivamente al mantenimiento del faro así que los pagamos muy a gusto. La recepción que hace a su vez de tienda de regalos, está regentada por la hija de un farero que había vivido en el faro de pequeña.
Antes de subir hasta la sala de la lente, pudimos ver unos cuantos artilugios que había en el pequeño museo que tiene en la base del faro. La entrada nos costó $5 a cada uno, que se dedicaba exclusivamente al mantenimiento del faro así que los pagamos muy a gusto. La recepción que hace a su vez de tienda de regalos, está regentada por la hija de un farero que había vivido en el faro de pequeña.
Tras la visita, pusimos intención de comer los sándwiches que habíamos comprado en unas mesas que había junto al faro, pero en cuanto nos pusimos a comer, aparecieron unas molestas avispas y como les tengo muchísimo respeto (también llamado miedo), acabamos comiendo dentro del coche.
La playa invitaba a quitarse las zapatillas así que no lo pensamos mucho y dimos un paseo por donde también había unas bonitas vistas del faro.
Antes de dar por finalizada la visita, aparecieron tres caballos que se pusieron justo delante del faro pidiendo y parecía que pedían una foto, así que nos entretuvimos un ratito intentando atraer su mirada… ¡¡no hubo mucho éxito!!!
Tras echar gasolina (27,62L x $1,04 = $28,75) cambiamos de costa y nos dirigimos hacia el norte, por encima de la capital Charlottetown. En la guía habíamos leído que el pueblo de North Rustico merecía una visita. Pero antes de llegar, disfrutamos de unas magníficas vistas de las coloridas casas de French River. Y casi sin querer, nos encontramos con el faro, así que sin otro remedio, paramos para sacarle una foto, jajajaja.
Como nuestra llegada a North Rustico coincidió con el atardecer, aprovechamos para dar un paseo por el puerto y disfrutamos de un espectacular color rojo en el cielo. Muy cerca del puerto está el faro que guarda la entrada a la bahía y aunque ya no quedaba mucha luz, no quisimos dejar pasar la ocasión para sacar una foto. El faro de North Rustico fue construido en el verano de 1876 y tuvo un coste de $1700.
Para acabar el día, nos acercamos al Blue Mussel Cafe. Cuando entramos al comedor la mayoría de la gente se estaba poniendo las botas comiendo langosta, pero nosotros nos decidimos por un rico salmón. La cena para los dos, nos costó $55,86.
*** final del día 19 ***
El día de hoy iba a caracterizarse por el largo camino hasta llegar a nuestro nuevo destino. Dejábamos Prince Edward Island y nos dirigíamos a Florenceville-Bristol en New Brunswick, pero antes de abandonar la isla, queríamos hacer una parada para visitar el faro de West Point, situado en la punta oeste de la isla.
Como ya sabéis que unos puñados de km. extra no nos asustan, madrugamos un poco y a las 7h15 ya estábamos desayunando. Previamente habíamos cargado todo en el coche, así que en cuanto acabamos, nos despedimos de nuestra anfitriona y nos pusimos en ruta. En la calle había 12°C y en el cielo compartían espacio las nubes con los claros.
Como ya sabéis que unos puñados de km. extra no nos asustan, madrugamos un poco y a las 7h15 ya estábamos desayunando. Previamente habíamos cargado todo en el coche, así que en cuanto acabamos, nos despedimos de nuestra anfitriona y nos pusimos en ruta. En la calle había 12°C y en el cielo compartían espacio las nubes con los claros.
La noche anterior habíamos calculado que tardaríamos algo menos de dos horas en llegar al faro y más o menos lo cumplimos porque poco antes de las 10h estábamos en Cedar Dunes Provincial Park donde se encuentra el faro de West Point.
Fue construido en 1875 y actualmente es el faro más alto de Prince Edward Island con 20 mts. de altura. Lo automatizaron en 1963 y comenzó una nueva vida como museo, alojamiento rural y tienda de artesanía. El museo alberga una extensa colección de maquinaria y accesorios de faros que se no se pueden encontrar en ningún otro lugar del este de Canadá. Desgraciadamente sólo está abierto durante la temporada de verano (junio-septiembre), así que nos tuvimos que conformar con sacarle unas fotos desde la playa.
Con un poco de pena por no haber podido visitar el faro por dentro, nos pusimos de nuevo en camino. Teníamos que deshacer lo recorrido hasta llegar aquí y luego cruzar el Confederation Bridge que nos llevaría a New Brunswick. Antes de dejar la isla, paramos para repostar (35,08L x $1,04 = $36,51). Las señales de la carretera nos anunciaban el importe a pagar y sale un pico ($45,50).
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