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Llegados a este momento y como último día del viaje, nos lo tomamos con un poco más de calma a la hora de levantarnos. Cuando bajamos a desayunar eran las 9h. En calle había 16 °C y cielo estaba nublado y con niebla baja. !!Menos mal que la visita a la CN Tower la habíamos hecho el día anterior porque si subimos hoy probablemente no hubiésemos visto nada!!
A las 10h30 bajamos a la recepción del hotel para hacer el ‘check-out’ y saldar las deudas pendientes (nos faltaba de pagar el día de parking, $10). Como el vuelo lo teníamos por la tarde preguntamos a ver si nos podían guardar las maletas hasta la hora de ir al aeropuerto. No nos pusieron ninguna pega.
Salimos a dar el último paseo por la ciudad. No sé si os pasa a vosotros, pero el último día siempre tenemos una sensación rara en el cuerpo. Por un lado, no queríamos que acabara el viaje, pero por otro lado, sabiendo que teníamos que volver, si o si, queríamos que llegara la hora de ir al aeropuerto para volver a casa.
Mientras Anna se quedó en unas tiendas que había visto los días anteriores, yo me fui callejeando hasta el Rogers Centre, estadio de los Toronto Blue Jays, el equipo local de béisbol, que, por cierto, juega en la liga de la costa este de Estados Unidos junto con los Yankees de Nueva York.
A las 10h30 bajamos a la recepción del hotel para hacer el ‘check-out’ y saldar las deudas pendientes (nos faltaba de pagar el día de parking, $10). Como el vuelo lo teníamos por la tarde preguntamos a ver si nos podían guardar las maletas hasta la hora de ir al aeropuerto. No nos pusieron ninguna pega.
Salimos a dar el último paseo por la ciudad. No sé si os pasa a vosotros, pero el último día siempre tenemos una sensación rara en el cuerpo. Por un lado, no queríamos que acabara el viaje, pero por otro lado, sabiendo que teníamos que volver, si o si, queríamos que llegara la hora de ir al aeropuerto para volver a casa.
Mientras Anna se quedó en unas tiendas que había visto los días anteriores, yo me fui callejeando hasta el Rogers Centre, estadio de los Toronto Blue Jays, el equipo local de béisbol, que, por cierto, juega en la liga de la costa este de Estados Unidos junto con los Yankees de Nueva York.
Sobre las 12h30, pensamos que igual era buena idea volver y pedir un taxi para ir al aeropuerto. Además, el tiempo no había mejorado apenas y seguía nublado y lloviznado. Tampoco era cuestión de andar vagabundeando sin rumbo fijo sabiendo que había bastante tráfico para entrar y salir de la ciudad y no nos apetecía tener problemas de última hora.
Pasadas las 13h30 llegamos al aeropuerto (el taxi nos costó $55) y fuimos directamente al mostrador de Lufthansa para ver, a pesar de que quedaba bastante tiempo para nuestro vuelo, sí nos dejaban facturar las maletas.
Pasadas las 13h30 llegamos al aeropuerto (el taxi nos costó $55) y fuimos directamente al mostrador de Lufthansa para ver, a pesar de que quedaba bastante tiempo para nuestro vuelo, sí nos dejaban facturar las maletas.
Con la tranquilidad de tener el equipaje facturado, comimos en uno de los restaurantes del aeropuerto y luego pasamos el control de seguridad para ir a la puerta de embarque. Una sorpresa muy agradable es que junto a las puertas de embarque había zonas de estar con mesas y iPads para hacer más amena la espera. Como las mesas estaban junto a un bar, un cartel aclaraba que no era necesario consumir nada para poder sentarse y utilizar los dispositivos.
A la hora prevista, nos llamaron para hacer el embarque y pudimos subir al Airbus A330-300 que nos llevaría hasta la ciudad alemana de Munich. El avión tenía la configuración de 2-4-2 y como habíamos hecho el ‘check-in online’ con tiempo, habíamos podido escoger asiento en una de las zonas laterales.
Mientras realizábamos las maniobras de posicionamiento en la pista de despegue, fuimos sacando alguna foto y pudimos comprobar que el aeropuerto de Toronto tiene mucho tráfico y estábamos en ‘hora punta’.
A las 19:45, ya con el cielo completamente negro, nos trajeron la cena. Pasta con ensalada y un trozo de tarta de postre. Tenemos que decir que no estuvo nada mal.
Mientras trasteábamos con las aplicaciones que teníamos en la pantalla, vimos como sobrevolábamos Terranova. ¡¡Vuelta a la nostalgia!!!
Como pasa siempre que se vuela por la noche, después de cenar apagaron las luces y nos pidieron que cerráramos las ventanillas. Nosotros nos pusimos a ver una peli que nos llevó un par de horas y luego dormimos un ratillo.
A las 6h30 encendieron las luces, estábamos ya sobrevolando Francia. Nos dieron desayunar café con un bollo y yogur.
Como pasa siempre que se vuela por la noche, después de cenar apagaron las luces y nos pidieron que cerráramos las ventanillas. Nosotros nos pusimos a ver una peli que nos llevó un par de horas y luego dormimos un ratillo.
A las 6h30 encendieron las luces, estábamos ya sobrevolando Francia. Nos dieron desayunar café con un bollo y yogur.
Y sobre el horario previsto, a las 7h45 aterrizamos sin incidencias en el aeropuerto de Munich. No sabemos si es que en el control de pasaportes tardamos mucho o es que llegamos con retraso. La cuestión es que cuando vimos una de las pantallas información, nuestro vuelo estaba embarcando ya.
Nunca habíamos tenido que correr para llegar a una puerta de embarque, pero alguna vez tenía que ser la primera y no queríamos oír nuestros nombres por megafonía del aeropuerto, así que fuimos todo lo rápido que pudimos.
Cuando llegamos a la puerta, la mayor parte del pasaje ya había embarcado así que a pesar de las ganas que teníamos de pasar por un baño, tuvimos que aguantarnos hasta que el avión volvió a coger la altura de crucero.
Llegamos a destino y nos recibió la familia.
Para finalizar, un pequeño resumen con lo que más y con lo que menos nos ha gustado de este viaje.
Lo que más
- Los paisajes costeros. A pesar de vivir en el norte, nos han sorprendido gratamente.
- Los faros. Nos encanta recorrer las carreteras en busca de los faros situados en los lugares más inhóspitos. Desde el principio teníamos esa idea porque son totalmente diferentes y nos parece que tienen magia propia.
Lo que menos
- A pesar de que los precios de los B&B y hoteles han sido precios de temporada alta, hemos encontrado demasiados sitios cerrados para ser septiembre.
- Quizás hemos hecho demasiados kilómetros en coche, pero es que lo tiene querer ver un montón de cosas.
Estar de vacaciones, cambia la perspectiva por completo. A la vuelta y analizándolo todo, piensas que igual hubiese sido mejor hacer algunas cosas de otro modo. Pero ya están hechas y quizás haya otra oportunidad en el futuro para profundizar en lo que se quedó “a medias”. Terranova, es nuestra asignatura pendiente en este viaje.
Como siempre, esperamos que os haya gustado el diario, pero sobre todo esperamos que sirva de ayuda para otros viajer@s que quieran visitar las provincias atlánticas de Canadá. Os animamos a ello. No os va a defraudar.
¡Nos vemos en nuestro siguiente viaje! Viajaremos en grupo de tres a Japón, pero esa será otra pequeña aventura… ¡¡qué largas se hacen las esperas!!!
Saludos,
Anna & Oskar
Cuando llegamos a la puerta, la mayor parte del pasaje ya había embarcado así que a pesar de las ganas que teníamos de pasar por un baño, tuvimos que aguantarnos hasta que el avión volvió a coger la altura de crucero.
Llegamos a destino y nos recibió la familia.
Para finalizar, un pequeño resumen con lo que más y con lo que menos nos ha gustado de este viaje.
Lo que más
- Los paisajes costeros. A pesar de vivir en el norte, nos han sorprendido gratamente.
- Los faros. Nos encanta recorrer las carreteras en busca de los faros situados en los lugares más inhóspitos. Desde el principio teníamos esa idea porque son totalmente diferentes y nos parece que tienen magia propia.
Lo que menos
- A pesar de que los precios de los B&B y hoteles han sido precios de temporada alta, hemos encontrado demasiados sitios cerrados para ser septiembre.
- Quizás hemos hecho demasiados kilómetros en coche, pero es que lo tiene querer ver un montón de cosas.
Estar de vacaciones, cambia la perspectiva por completo. A la vuelta y analizándolo todo, piensas que igual hubiese sido mejor hacer algunas cosas de otro modo. Pero ya están hechas y quizás haya otra oportunidad en el futuro para profundizar en lo que se quedó “a medias”. Terranova, es nuestra asignatura pendiente en este viaje.
Como siempre, esperamos que os haya gustado el diario, pero sobre todo esperamos que sirva de ayuda para otros viajer@s que quieran visitar las provincias atlánticas de Canadá. Os animamos a ello. No os va a defraudar.
¡Nos vemos en nuestro siguiente viaje! Viajaremos en grupo de tres a Japón, pero esa será otra pequeña aventura… ¡¡qué largas se hacen las esperas!!!
Saludos,
Anna & Oskar
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