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Salimos del apartamento a las 8:30 h. camino del Castillo de Turaida.
Son unos 60 km. por la A-2 (E-77). Algo menos de una hora.
Al final hemos tardado una hora y media porque para salir de Riga la calle/avenida “Brīvības gatve” está entera de obras y estamos atascados: el problema es que hacen la obra de 3 km. seguida 9no por tramos como en España). Además levantan a la vez los dos sentidos. Eso unido a que siguen pasando tranvías y autobuses con sus paradas y todos debemos ir detrás. Se juntan los cruces con sus semáforos y atascos.
Compruebo en Google Map que en agosto de 2014 la obra estaba muy similar a como está ahora. Así que en dos años no han avanzado mucho. Avisados quedáis.
CASTILLO DE TURAIDA:
En realidad como veis es algo más que solo el Castillo. Es una especie de parque o complejo al aire libre que componen varios jardines, paseos, edificios y rincones. Destacando especialmente su Castillo.
Es el complejo museístico más visitado de todo Letonia. Más de 50.000 visitas al año.
Existe un parking (1,5 €). Coordenadas aproximadas: 57°11'10.5"N 24°50'41.1"E
La entrada para los 5 (Family ticket) nos costó 10,70 €.
El paseo por el complejo a esta primera hora de la mañana es muy agradable. Luego se va llenando de grupos de turistas.
Según la leyenda, vemos el tilo plantado encima de la tumba de la princesa, amante del jardinero del Castillo.
Finalmente llegamos al castillo.
Es interesante el interior, la subida a su torreón, y alguna de las exposiciones interiores.
Pero sin duda lo que más impresiona son sus vistas del río Gauja y su situación en medio del Parque Nacional de Gauja.
El Parque Nacional es espectacular.
Entre el retraso que llevábamos por la salida de Riga, el tiempo dedicado al Castillo, el miedo a retrasarnos mucho ya que teníamos mucho viaje por delante y que a las personas que me acompañaban no les apetecía mucho ver más castillos, seguimos ruta hasta Estonia saltándonos Sigulda y Cesis que están relativamente cerca, y que era el plan inicial que tenía. Luego se revelaría que fue un acierto.
CONSEJO: Si tenéis tiempo podéis visitar los castillos de Sigulda y de Cesis. Y si disponéis de un día entero incluiría senderismo y alguna de las muchas actividades al aire libre que proporciona el
PARQUE NACIONAL/NATURAL DE GAUJA:
Las carreteras hacia Turaida y de salida hacia la frontera con Estonia son increíbles ya que atraviesan este Parque. Un enorme bosque que en esta época del año está precioso.
Salimos a la A3 (E-234). ¡QUÉ HORROR!
Por esto digo que fue un acierto no parar en Sigulda y Cesis. Para hacer 108 km tardamos dos horas y cuarto.
Los últimos 45 km. estaban todos en obras y tardamos en hacerlos algo más de una hora. No van por tramos. Están “levantados” los 45 km. seguidos. Abren un carril, así que tienes que ir parando cada dos por tres un buen rato para que pasen los de frente y luego un “semáforo de obra” te da paso a ti. Pero cuando nos daban paso…Este es el firme que tiene el tramo que mejor (por ahí circulan coches, trailers y autobuses).
CONSEJO: Tomad como alternativa la A2 y P24 (E-77). Comprobad antes que tampoco estén de obras
. Recodad que las obras en carreteras en estos países duran varios años.Tras haber comido polvo y estrés llegamos a
VALGA:
Este pueblo tiene la mitad de sus calles en Letonia y la otra mitad en Estonia.
Nos paramos en el pueblo a comer lo que llevábamos comprado en el supermercado.
La verdad que el pueblo no tiene nada.
Como no hay un mísero bar abierto continuamos y a unos 4 o 5 km al salir del pueblo, en el lado izquierdo de la carretera entramos en un bar de carretera pequeñito. Familiar. Con 4 mesas fuera. Además de ir al aseo tomamos la Coca-Cola más barata, a 0,80 € la de medio 500 cl (en contraste de la más cara, el año pasado en el bar de la Torre Eiffel, 5 €). Los platos de comida rondaban como 1,5 a 2,5 €.
De Valga a Tartu hay 85 km. (ya sin obras). Por la E-264. 1 hora y 15 minutos.
TARTU:
Segunda ciudad de Estonia. Universitaria. Aparcamos frente al museo. Zona azul. 2 €/2 h.
MUSEO DEL JUGUETE:
Lutsu str 8.
Esa cierto que esta ha sido interesada porque vamos con niños. Especialmente por la de 9 años. Pero no es menos cierto que es el museo más conocido de Tartu y unos los principales de Estonia y de los Países Bálticos.
La entrada (Family Ticket) nos cuesta 13 € para los 5.
El lugar es entrañable. Son varios edificios rehabilitados y unidos entre sí.
La visita costa fundamentalmente de tres espacios:
El museo, con cientos de juguetes de todos los lugares del mundo
incluida nuestra típica flamenca:
La piezas son mucho más interesantes que las de las fotos.
La habitación de jugar. Un espacio enorme con dos pisos: en el de abajo hay mogollón de juguetes para que los niños (y no tan niños) disfrutes el tiempo que quieran jugando. Hay cocinitas, peluches, patinetes, casitas de muñecas, balancines, puzles, etc.
En el piso de arriba hay un motón de disfraces y marionetas para poder hacer mil y una representación teatral o soñar en convertirte en tu héroe favorito.
El último espacio es otro edificio al principio de la calle (se incluye con la entrada) con un teatro y un museo de títeres y marionetas. No entramos por falta de tiempo.
Después de pasar un rato en el museo, nos vamos a pasear por Tartu.
Conocemos su famosa universidad. Entramos dentro.
La ciudad tiene unos edificios muy bien conservados. Algunos con sus famosas gárgolas para canalizar el agua, con motivos de dragones.
Llegamos a la plaza principal de la ciudad. Con el edificio del Ayuntamiento al fondo.
Aquí está la famosa estatua del “beso de los estudiantes”.
Continuamos hasta la parte moderna.
Destaca también esta bonita casa inclinada.
A las 17:30 h. salimos para Tallin. Capital de Estonia.
Aquí los Stop son con “2 P”
Son unos 185 km. Por la carretera 2 (E-263). Se tarda como unas 2 h. Vamos rápidos, pero lleno de radares fijos.
Entrando a la capital, desde el aeropuerto, hay varios enormes y modernos centros comerciales.
Cargo el coche. El litro de diésel a 1,054 €. Parecido a España. Hemos hecho unos 1.000 kim. Entre los tres países. Un solo deposito. Ha consumido el Golf unos 4,5 l./100 km.
. Es cierto que todo son rectas. Sin repechos. La velocidad media unos 80 km. Como en el centro de Tallin no se puede aparcar y por los alrededores está también restringido y con tarifas caras… dejo el coche (hasta mañana por la mañana que lo devuelvo) en el parking subterráneo del centro comercial Solaris, junto al apartamento y en pleno centro.
El apartamento es excelente: Grande, equipadísimo, en el mismo centro, limpísimo y hasta con juegos para los niños. Uno de los más demandados de Tallin.
Pero como una imagen vale más que mil palabras. Estas son las vistas que tenemos desde el apartamento:
Está lloviznando, pero como son aun las 21:00 h. y estamos en el mismo corazón de Tallin, vamos a dar una vuelta y cenar algo.
TALLIN:
Esta ciudad es totalmente diferente a todas las anteriores. Un buen “final de fiesta”.
Retrocedemos 500 años y paseamos por una ciudad medieval increíble.
Llegamos a su conocida plaza del Ayuntamiento.
Está jalonada de edificios de época, magníficamente conservados.
Se la ve concurrida, especialmente por esta zona.
Ya tenderemos tiempo de cenar mejor en sus numerosos restaurantes. Esta noche unas buenas pizzas.
Pizza Grande (Väike-Karja 6), está dentro del patio de una casa. Las hacen en el momento y el comedor de madera es muy frecuentado por la gente de la ciudad. Con una de 7,90 € (6 ingredientes) comen de 2 a 3 personas.
Esta ciudad creo que nos va a gustar…
Antes de acostarnos, sentados junto a la ventana y soñando en lo que nos quedan aun por ver…
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