Nuestra primera sorpresa al llegar a Xakanaxa (impronunciable, por cierto, con ese click al principio!) fue que nos habían vuelto a colar a los ingleses en nuestra parcela, pero esta vez no era en un ladito y sin molestar como la noche anterior, sino en todo el centro. Tampoco es que fuera un drama, porque la parcela era grande y eran majos, pero entonces deberíamos pagarla entre los cuatro, no? Pues no. Es una práctica bastante común, por lo visto, y de poco sirve quejarse, aunque en este caso nos hicieron caso y después de mucho insistir al final les mandaron a ellos a otra parcela y nosotros nos quedamos en la que teníamos asignada. Nos preparamos una comida rápida e inmediatamente nos pusimos de nuevo en marcha, siempre a la búsqueda de los famosos depredadores de Moremi. Esa tarde yo tenía pensado preguntar en el embarcadero los precios de las barcas. Estaba dudando entre coger una barca allí o el mokoro en Mboma. Son experiencias distintas, y aunque me apetecía más el mokoro, nos venía peor por tiempo. Nos acercamos al embarcadero y nos recomendaron preguntar por el camping a ver si alguien se animaba a compartir la barca (y el gasto) con nosotros, porque se paga por barca y no por persona. Siento no poder deciros cuánto era, porque no lo apunté y no lo recuerdo, pero el precio que venía en la guía (Bradt) era bastante aproximado, si os sirve de algo. Fuimos preguntando a nuestros vecinos campistas pero nadie se animaba, y uno de ellos, un señor mayor muy majete, nos dijo que lo había hecho el día anterior pero no le había terminado de convencer. Nos recomendaba hacer el mokoro, mucho mejor que la barca según él, así que al final desistimos. También nos estuvo contando que para llegar a Third Bridge tendríamos que cruzar agua y nos dio algunos consejos, entre ellos bajar la presión de las ruedas otra vez porque en Third Bridge nos encontraríamos bastante arena.
Desistimos de la barca y decidimos ir hacia Dead Tree Island, una de las zonas de Xak. En épocas más húmedas todos los caminos alrededor de camping son prácticamente impracticables, pero cuando estuvimos nosotros estaba todo sequísimo, y de hecho los caminos eran bastante mejores que lo que nos habíamos encontrado en Kwai. Creo que Xak fue la zona que más nos gustó de Moremi, si tuviera que elegir, aunque es verdad que es muy difícil encontrar animales porque la vegetación es bastante densa en algunos puntos, pero eso también añade belleza al paisaje.
Llegamos sin problemas a Dead Tree Island siguiendo el GPS y el mapa Shell, pero sólo vimos algún elefante solitario entre esqueletos de mopanes, así que buscamos un nuevo rumbo: Jessie’s Pools, pero para nuestra sorpresa (o no tanto, la verdad), la pool estaba seca sequísima y solo vimos unos marabúes (posiblemente uno de los pájaros más feos que existen) y unas águilas:
Jessie’s Pool
Dimos alguna vuelta más, pero estábamos ya un poco cansados de tanto esfuerzo para no perderse, para no encallar, tantas horas en el coche para no ver nada interesante. Tengo que reconocer que los ánimos flaquearon un poco. A ver, no os penséis que no veíamos animales, lo que pasa es que cuando llevas tantos días de safari y has visto ya tantos herbívoros, y Etosha y Chobe te han malacostumbrado, pues al final las cebras, elefantes y antílopes que vas viendo es como si no existieran. Y mira que me gustan las cebras:
Xakanaxa
A eso de las 5, ya casi anocheciendo, entrábamos al camping y… casualidades de la vida, lo más interesante que veríamos en todo Moremi nos vino a buscar a nosotros, y no al revés. Llegando a nuestra parcela nos encontramos no uno, ni dos, ni tres, ni cuatro, sino cinco! licaones paseando tranquilamente y disfrutando del solete del atardecer. Tan panchos, tirados en medio del camino tomando el sol! Estaban acompañados de un elefante que se iba paseando entre los coches acampados (fijaos en la primera foto), pero nadie hacía ni caso al pobre elefante y todos los que a esa hora ya estábamos recogiditos estábamos flipando con los perros salvajes.
Licaones!
Los licaones son unos animales fascinantes. Se les considera el depredador más eficaz, ya que su porcentaje de éxito en cacerías es el más alto (90%). Esto se debe sobre todo a que cazan en grupo y son bastante listos. Lamentablemente, durante muchos años fueron aniquilados sin piedad por granjeros que los consideraban una peste, y solo en los últimos años se ha empezado a hacer un esfuerzo real de concienciación y protección de la especie. Se calcula que solo quedan unos pocos miles de ejemplares en el continente, y Moremi es uno de los mejores sitios para verlos. Al igual que las hienas, son tirando a feíllos, pero estos son bastante más parecidos a los perros y resultan mucho más agradables de ver. Son hasta graciosos! Viéndolos ahí jugando y retozando al sol a mí me daban ganas de bajar del coche y achucharlos, pero me contuve…
Nos quedamos allí haciéndoles fotos hasta que finalmente se fueron por donde habían venido. Emocionados, se nos olvidó echarnos relec y esa tarde me picaron varios mosquitos entre que salimos del coche y fuimos a la ducha. Parecía que estaban esperándome!
Esa noche transcurrió sin incidentes a pesar de que tuvimos un visitante a altas horas de la noche que decidió ponerse a comer del árbol bajo el que estábamos durmiendo, y que nos mecía levemente el coche al moverse. La verdad es que despertarse en medio de la noche y saber que tienes un elefante de varias toneladas al otro lado de la tienda impresiona.
A la mañana siguiente salimos a las 7 de la mañana con ganas renovadas en busca de más fauna. Dimos varias vueltas por los caminos de Xakanaxa, pero lo más interesante que vimos esa mañana fue un jabirú (saddle-billed stork) pescando en Hamerkop Pan creo recordar, y siendo robado inmediatamente después por una ágil águila pescadora que le quitó el pez al vuelo y se lo subió a un árbol. Todas las “pans” hasta llegar a Hamerkop estaban secas. También vimos algunos hipos en Maya Pan, pero poco más.
Xakanaxa
Decidimos irnos a probar suerte a Third Bridge, donde dormíamos esa noche. Para llegar allí primero hay que pasar por Fourth Bridge, que es otro de esos puentes traqueteantes que da respeto cruzar, porque además es largo.
Fourth Bridge
El camino del cuarto al tercer puente es bastante arenoso, más que lo que habíamos dejado atrás en Xakanaxa, y nos alegramos de haber desinflado las ruedas. A las 10:45 de la mañana ya estábamos en Third Bridge. Nuestra estancia en Moremi se acababa!!!