El día ha amanecido un poco nublado y con llovizna. Cogemos las bicis y nos vamos a Boca do Inferno, que está a 1,5 kilómetros de donde estamos.
BOCA DO INFERNO
A un par de kilómetros al oeste de Cascais por la costa encontramos la Boca do Inferno, unos pequeños acantilados y formaciones rocosas, con entrantes y salientes que permiten la entrada del agua a pequeños huecos formados en la zona de rocas. El nombre le viene del sonido que produce el mar golpeando con ellas. Se puede ir andando perfectamente desde el centro de Cascais.
Un poco más hacia el oeste nos encontramos con la playa de Guincho, una de las mejores playas en los alrededores de Lisboa. Está enclavada junto a un paisaje de dunas, con protección natural, y eso hace que el entorno esté sin urbanizar. Es una playa excelente: enorme, de arena fina, no demasiado abarrotada de bañistas y con un agua de fantástica calidad. Es, también una delicia para los aficionados al surf, al windsurf y al kitesurf. Tiene sólo un problema: cuando el viento sopla fuerte puede ser demasiado molesto para bañarse, pero aun así merece la pena. Para llegar a ella bastan cinco minutos en coche desde Cascais o un breve recorrido en autobús urbano.
Los acantilados son bonitos pero muy pequeñitos, los alrededores dejan un poco que desear, están al lado de un restaurante, y toda la zona está llena de colillas, botellas vacías y suciedad en general.
Vamos a recorrer en bici la zona de costa en dirección a Cascais, hay un carril bici muy cómodo, con unas cuestas poco pronunciadas. Hemos hecho paradas para hacer fotos a los acantilados y el mar. Menos mal que el día ha salido nublado, con lo que se está de maravilla para hacer ciclismo. Nuestro objetivo es pasear sin más, sin hacer muchos kilómetros. Al final entre ida y vuelta habremos hecho unos 14 kilómetros. Hay mucha gente con bici y haciendo footing, y la ventaja es que dentro del carril bici hay dos zonas: una para peatones y otra para bicicletas.
Nos vamos a Cascais, para ver el pueblo.
CASCAIS
Cascais es una ciudad a pocos kilómetros al oeste de Lisboa. Era un antiguo pueblo de pescadores y tiene también muchas mansiones de veraneo preciosas. Además, cuenta con algunas playas y parajes naturales relevantes.
Vamos a pasear por el centro de la ciudad. Es un pueblo bastante turístico, con restaurantes y tiendas de souvenirs, pero las calles de su parte central son tranquilas y agradables.
En el centro de la ciudad nos encontramos aún con los restos de lo que era el pueblo de pescadores. En la zona de Praia dos Pescadores, en pleno casco histórico, podemos ver algunos barcos de pesca. En esta playa podemos también bañarnos, aunque es demasiado pequeña, para eso mejor que nos alejáramos un poco y fuéramos a la Praia do Guincho, a pocos kilómetros.
A la vuelta de ver el pueblo, y cuando ya nos disponíamos a ir, nos ha venido un señor en la zona de aparcamiento donde teníamos la autocaravana diciendo que estábamos ocupando tres plazas de aparcamiento y que no la podíamos dejar allí, y si no nos marchábamos iba a llamar a la policía a que nos multaran o nos inmovilizaran la autocaravana. A todo esto, nos había dejado una nota manuscrita en el parabrisas diciendo lo mismo. Como no queríamos discutir, que para eso estamos de vacaciones, nos hemos ido a la parte de atrás de la urbanización para poder comer tranquilamente.
Terminamos de comer y nos vamos a Sintra.
Conforme nos vamos adentrando al interior de Portugal, nos encontramos con mucha niebla.
SINTRA
Lo mejor para poder visitar la ciudad en autocaravana, es dejarla en un parking que hay viniendo de Cascais a la entrada del pueblo. Está un poco retirado, a una media hora andando y cuesta arriba (se hace un poco largo), pero es que en el pueblo no hay mucho espacio para dejar un vehículo tan grande y además en plena temporada de verano, está muy concurrida. Los parking son muy estrechos, las calles también y hay mucha circulación. Hemos dado muchas vueltas sin éxito, hasta que hemos encontrado este parking.
El pueblo tiene palacios y casas muy bonitas, de la antigua nobleza de Lisboa, que venía aquí a veranear. Para ir al Castillo de los Moros o al Palacio de la Peña hay que coger el coche, ya que está un poco retirado del casco urbano, o bien un tren turístico que te lleva. Nosotros al final no hemos ido, también por la hora, ya que era un poco tarde y cerraban ya.
Es un sitio muy turístico, por lo que hay muchos restaurantes y tiendas de obsequios.
La pena es que no está diseñado para ir con autocaravana, por la lejanía del parking. Entre ir y venir tienes que andar una hora de subidas y bajadas, tanto al ir como al volver, con lo que el palizón te lo das en las dos andadas.
Nos vamos de Sintra para poder ir a dormir a Cabo Peniche. Nos vamos por autopista, ya que el trayecto por carretera nos lleva por toda la zona de costa, y nos llevaba una hora más. Es un poco tarde y nos apetece llegar medianamente pronto para descansar.
PENICHE
Se trata de una península de unos 10 kilómetros de perímetro, cuyo extremo se denomina Cabo Carvoeiro. Es aquí donde vamos a dormir.
Es un cabo precioso, está justo al lado del faro, hay un furgoperfecto donde estamos unas cuantas autocaravanas y muchos coches para visitar esta zona porque es espectacular. Tiene unas formaciones geológicas verdaderamente bonitas. Hoy dormiremos mirando la puesta de sol en estos preciosos acantilados.
Junto a la costa de Peniche se encuentra la isla de Berlenga, una de las reservas naturales más bonitas de Portugal.
Los lugares de visita obligada de este destino son: Forte de Peniche, Cabo Carvoeiro, Fonte do Rosário, y el Forte de São João Batista, ubicado en la isla de Berlenga.
Peniche tiene playas magníficas, las más bonitas son Playa Baleal, Playa Medão y Playa Gambôa.
Parking en Sintra N 38°47'01.9" W 9°22'31.3” 0,00 €
Pernocta en Cabo Peniche N 39°21'36.1" W 9°24'29.2" 0,00 €
Pernocta en Cabo Peniche N 39°21'36.1" W 9°24'29.2" 0,00 €