Aprovechando que Manuel descansa el fin de semana, decidimos hacer una escapadita a Bélgica y así de paso él también disfrutaba de lugares nuevos. Aquí comenzaba la pesadilla de los trenes, esto era sólo el principio.
Habíamos comprado billetes de autobús con FLIXBUS desde La Haya hasta Gante, 13,50€ por persona y un trayecto de 3 horas, hasta aquí todo perfecto. De Leiden a La Haya hay unos 14min de tren que no habían sido problema de no ser porque el tren que teníamos que tomar a las 6:25 venía con retraso y nos hacía perder el autobús. La única solución que nos quedó fue tomar un taxi que nos cobró 47€ por llevarnos hasta La Haya, mientras que el tren costaba unos 3€.
Una vez en el autobús nos enteramos que estaban haciendo obras en algunas vías, por eso se había retrasado el tren. Aquí yo ya empecé a pensar en el camino de vuelta del día siguiente y pillé un bla bla car por si acaso, pero eso lo dejamos para mañana.
Vamos a ver Gante que es lo que nos interesa. Llegamos sobre las 10 de la mañana y comenzamos a andar en dirección al centro desde la estación de trenes, que es donde nos dejó el autobús. Lo primero que nos encontramos fue un puerto deportivo que con la luz de la mañana se veía precioso, comenzamos bien.
Una calle nos fue conduciendo hasta el corazón de la ciudad, la Catedral de San Bavón. Cómo dato histórico deciros que en esta ciudad fue donde nació el Emperador Carlos V y en esta catedral se realizó su bautizo. Entrar a la catedral es grjatis y más que recomendable, si se quiere visitar el cuadro del La adoración del cordero místico hay que pagar 4€, nosotros nos conformamos con ver la catedral.
En esta plaza nos tomamos un café sentados en un banco que estaba al sol, que bien se estaba en esta plaza. Tres cafés 10 euros. A las 11 salían dos free tours en español desde esta plaza, pero decidimos ver la ciudad a nuestro aire e ir más relajados.
Desde aquí fuimos callejeando por el centro de la ciudad hasta llegar al Castillo de los Condes, uno de los lugares más bonito de la ciudad. Hacía un día buenísimo y Gante nos gustaba más a cada paso que dábamos.
En esta plaza del castillo se encuentra la oficina de turismo, aquí nos pillamos un mapa muy útil en el que te venía sugerida una ruta para ver los lugares principales.
Cuando se fue acercando la hora de comer comenzamos a mirar los precios de los bares y restaurantes y madre mía, los platos de pasta rondaban los 15€ y la carne estaba por 28€, nosotros nos veíamos comiendo un cartucho de papas fritas. Pero de casualidad nos encontramos un lugar muy chulo, Soup Lounge. Un bar en el que hacen 4 o 5 sopas diferentes y a un precio realmente barato, el menú consistía en 1litro de sopa, pan con mantequilla y una manzana por 5€. La sopa de calabaza estaba tremenda y con el frío que hacía entraba de maravilla.
Otra parte preciosa es la zona del río Lis a su paso por las calles Graslei y Korenlei. La vista del río con las casas gremiales y la catedral de fondo es para no parar de hacer fotos.
No nos cansamos de recorrer calles y esquinas, me habría gustado dar un paseo en barco, estaban a muy buen precio 7€ por persona, pero no sé porqué al final no lo hicimos. Para mí Gante ha sido quizás la ciudad más bonita de las que hemos visto en este viaje, me encantó desde el primer minuto.
Poco antes de las 6 de la tarde nos fuimos a la estación de tren para marcharnos hasta Amberes. Un recorrido de algo menos de 1 hora, en teoría. Precio del billete 9,50€ por persona. Cuando llevamos unos 25 minutos de camino nos dicen que hay una vía cortada por obras, que tenemos que dar un rodeo y tardaremos una hora y media más. Por fin sobre las 8 de la tarde llegamos a la estación de trenes de Amberes, que por cierto es preciosa.
De aquí nos fuimos hasta el albergue que habíamos reservado, Antwerp Central Youth Hostel, precio para habitación de tres camas 108€ por una noche. Al llegar no pude pagar con tarjeta porque tenían el datáfono estropeado, y lo más fuerte, había que comprar toallas a 6€ y tampoco nos daban champú, te lo vendían a 1€. Es la primera vez que veo lo del champú. Por lo demás el albergue estaba bien.
Después de tanto lío con trenes, el madrugón de esta mañana, el taxi… estábamos con ganas de descansar. Cenamos en una hamburguesería cercana y nos fuimos a la cama.
Habíamos comprado billetes de autobús con FLIXBUS desde La Haya hasta Gante, 13,50€ por persona y un trayecto de 3 horas, hasta aquí todo perfecto. De Leiden a La Haya hay unos 14min de tren que no habían sido problema de no ser porque el tren que teníamos que tomar a las 6:25 venía con retraso y nos hacía perder el autobús. La única solución que nos quedó fue tomar un taxi que nos cobró 47€ por llevarnos hasta La Haya, mientras que el tren costaba unos 3€.
Una vez en el autobús nos enteramos que estaban haciendo obras en algunas vías, por eso se había retrasado el tren. Aquí yo ya empecé a pensar en el camino de vuelta del día siguiente y pillé un bla bla car por si acaso, pero eso lo dejamos para mañana.
Vamos a ver Gante que es lo que nos interesa. Llegamos sobre las 10 de la mañana y comenzamos a andar en dirección al centro desde la estación de trenes, que es donde nos dejó el autobús. Lo primero que nos encontramos fue un puerto deportivo que con la luz de la mañana se veía precioso, comenzamos bien.
Una calle nos fue conduciendo hasta el corazón de la ciudad, la Catedral de San Bavón. Cómo dato histórico deciros que en esta ciudad fue donde nació el Emperador Carlos V y en esta catedral se realizó su bautizo. Entrar a la catedral es grjatis y más que recomendable, si se quiere visitar el cuadro del La adoración del cordero místico hay que pagar 4€, nosotros nos conformamos con ver la catedral.
En esta plaza nos tomamos un café sentados en un banco que estaba al sol, que bien se estaba en esta plaza. Tres cafés 10 euros. A las 11 salían dos free tours en español desde esta plaza, pero decidimos ver la ciudad a nuestro aire e ir más relajados.
Desde aquí fuimos callejeando por el centro de la ciudad hasta llegar al Castillo de los Condes, uno de los lugares más bonito de la ciudad. Hacía un día buenísimo y Gante nos gustaba más a cada paso que dábamos.
En esta plaza del castillo se encuentra la oficina de turismo, aquí nos pillamos un mapa muy útil en el que te venía sugerida una ruta para ver los lugares principales.
Cuando se fue acercando la hora de comer comenzamos a mirar los precios de los bares y restaurantes y madre mía, los platos de pasta rondaban los 15€ y la carne estaba por 28€, nosotros nos veíamos comiendo un cartucho de papas fritas. Pero de casualidad nos encontramos un lugar muy chulo, Soup Lounge. Un bar en el que hacen 4 o 5 sopas diferentes y a un precio realmente barato, el menú consistía en 1litro de sopa, pan con mantequilla y una manzana por 5€. La sopa de calabaza estaba tremenda y con el frío que hacía entraba de maravilla.
Otra parte preciosa es la zona del río Lis a su paso por las calles Graslei y Korenlei. La vista del río con las casas gremiales y la catedral de fondo es para no parar de hacer fotos.
No nos cansamos de recorrer calles y esquinas, me habría gustado dar un paseo en barco, estaban a muy buen precio 7€ por persona, pero no sé porqué al final no lo hicimos. Para mí Gante ha sido quizás la ciudad más bonita de las que hemos visto en este viaje, me encantó desde el primer minuto.
Poco antes de las 6 de la tarde nos fuimos a la estación de tren para marcharnos hasta Amberes. Un recorrido de algo menos de 1 hora, en teoría. Precio del billete 9,50€ por persona. Cuando llevamos unos 25 minutos de camino nos dicen que hay una vía cortada por obras, que tenemos que dar un rodeo y tardaremos una hora y media más. Por fin sobre las 8 de la tarde llegamos a la estación de trenes de Amberes, que por cierto es preciosa.
De aquí nos fuimos hasta el albergue que habíamos reservado, Antwerp Central Youth Hostel, precio para habitación de tres camas 108€ por una noche. Al llegar no pude pagar con tarjeta porque tenían el datáfono estropeado, y lo más fuerte, había que comprar toallas a 6€ y tampoco nos daban champú, te lo vendían a 1€. Es la primera vez que veo lo del champú. Por lo demás el albergue estaba bien.
Después de tanto lío con trenes, el madrugón de esta mañana, el taxi… estábamos con ganas de descansar. Cenamos en una hamburguesería cercana y nos fuimos a la cama.