Hoy nos levantamos algo más tarde, nuestro bus con destino HaiPhong sale a las 11:30h con lo que podemos remolonear un rato más del habitual.
Tras el desayuno y el check out, pedimos a recepción que llamen a un taxi para llegar a la estación de autobús. Hemos comprado los billetes por Internet y no tenemos demasiado claro a qué estación tenemos que ir. Menos mal que el recepcionista del hotel llama a la compañía (Hoang Long) y pregunta dónde tenemos que ir. Él mismo se lo dice al taxista y nos lleva hacia allá, menos mal, porque nosotros íbamos tan felicianos hasta que nos han preguntado “¿a qué estación?”.
Fijaros bien cuando compréis cualquier billete (de tren o bus) porque las confusiones pueden ser fáciles.
Salimos del hotel a las 10h, y llegamos a la estación a eso de las 10:45h, ojito con el tráfico de Hanoi.
Una vez allí, vamos a buscar los billetes a la taquilla; allí vemos que los vietnamitas no siguen las colas ni el orden, se cuelan todo el rato, con lo que al final nos tenemos que plantar en la ventanilla sacando codos para poder hacer la gestión...
Con los billetes en la mano nos acercamos a los buses de la compañía y nos dicen que no son esos y nos echan haciendo gestos con las manos. No nos quedamos muy conformes y vuelvo a preguntar; a mi me tratan mejor y me dicen con media sonrisa que son los de ahí al fondo .
Para allá que vamos y sí, esos son, metemos las mochilas en el maletero y para arriba.
El bus no es demasiado cómodo pero tampoco es muy incómodo.
Salimos puntualmente a las 11:30h y todo el camino nos chupamos un programa de la TV vietnamita, una especie de La Voz Kids, se nos mete en la mollera la voz de pito de los niños cantando cancioncillas suyas... Durante todo el viaje, el bus va haciendo paradas para coger a gente en plena autopista, parando donde le viene en gana y obstaculizando el tráfico... las personas que suben al bus bajan también donde les peta, y le pagan en mano al revisor... vaya chanchullos tienen montados...
Llegamos a HaiPhong a las 14h, se ha hecho largo. Donde paramos podemos usar un baño y cambiamos a otro bus que nos tiene que llevar al puerto, un puerto que está en la auténtica conchichina, a otros 40 minutos de baches, y ya un poco desesperados... ¿¿¡¡dónde estamos yendo!!??
Solo quedamos ya 3 parejas de turistas y una mujer vietnamita que viaja sola; una chica francesa se está pegando un hartón a llorar, creemos que porque viendo la hora que es, el día se da por perdido montados en un bus... pero bueno mujer, tampoco es para tanto...
Una vez en el puerto (donde no hay ni un alma), subimos a un ferry, que nos lleva a la isla de Cat Ba en otros 30 minutos. No vemos ninguna vista, el trayecto es puro trámite.
Pero no os lo perdáis, al llegar a Cat Ba cogemos otro bus, que tarda unos 25 minutos en llegar a la ciudad de Cat Ba. Madre mía, qué viaje más interminable y cansino...
Este último trayecto si resulta algo más interesante, la isla pinta bonita, ya hay ganas de explorarla...
Finalmente, llegamos a destino a las 16h. 6 horas y media para recorrer unos 160 km. Bastante desesperante la verdad... El precio son 400.000 VND los dos (8 euros por persona), la mitad de lo que nos pedían si nos lo montaban desde el hotel (también en bus). Así que de precio está bien pero bastante fangoso...
Una vez en Cat Ba, no sabemos lo lejos que queda nuestro hotel, así que buscamos algún taxi para que nos lleve, pero ni uno. Después de dar unas vueltas por el paseo, al final decidimos preguntar a un hombre que está parado apoyado en su coche. Le preguntamos si nos puede llevar y dice que sí. Pactamos precio, al final queda la cosa en 50.000 VND. Nos lleva sin problema, al final resulta que el hotel se encuentra cerquita del centro, como a unos 10 minutos andando.
Nos alojamos en el Cat Ba Beach Resort, un complejo situado en la playa Cat Co 2, una de las mejores de la isla. El sitio está muy chulo, son todo cabañitas más o menos pequeñas, todo edificaciones bajas, respetando bastante el entorno. No es muy grande. Lo mejor, la playa con vistas a la bahía de Lan Ha, estamos deseando dejar las mochilas para probar ese agua... pero el tema se hará esperar, ya que al llegar a recepción nos dicen que ha habido un “problema” con nuestra reserva y que no tienen la habitación disponible. Flipamos en colores, le enseñamos nuestra reserva realizada meses antes. Nos vuelven a repetir con un inglés bastante mediocre que no, que no hay habitación. Es entonces cuando saco la fiera que llevo dentro y les canto las cuarenta. Tenemos reserva para las tres noches consecutivas allí, y allí dormiremos, que se busquen la vida como sea. Finalmente, nos ofrecen una habitación superior a la contratada para las primeras dos noches, y la tercera noche deberemos cambiar a una correspondiente a lo que hemos pagado.
Nos vamos entendiendo...
Nos da la llave de la habitación, los cheques del desayuno del día siguiente, 2 tickets para kayac gratis durante 30 minutos y entradas gratuitas al Cannon Fort. La habitación es grande, tiene dos camas de matrimonio, no es demasiado lujosa, pero está bien. Huele a citronela que te deja ko, tiene que haber mosquitos aquí por un tubo... Lo más gracioso es el baño, anexo a la habitación, con el suelo de pedruscos y todo muy rustico playero, la alcachofa de la ducha es un coco, para que me entendáis...
Tras el desayuno y el check out, pedimos a recepción que llamen a un taxi para llegar a la estación de autobús. Hemos comprado los billetes por Internet y no tenemos demasiado claro a qué estación tenemos que ir. Menos mal que el recepcionista del hotel llama a la compañía (Hoang Long) y pregunta dónde tenemos que ir. Él mismo se lo dice al taxista y nos lleva hacia allá, menos mal, porque nosotros íbamos tan felicianos hasta que nos han preguntado “¿a qué estación?”.
Fijaros bien cuando compréis cualquier billete (de tren o bus) porque las confusiones pueden ser fáciles.
Salimos del hotel a las 10h, y llegamos a la estación a eso de las 10:45h, ojito con el tráfico de Hanoi.
Una vez allí, vamos a buscar los billetes a la taquilla; allí vemos que los vietnamitas no siguen las colas ni el orden, se cuelan todo el rato, con lo que al final nos tenemos que plantar en la ventanilla sacando codos para poder hacer la gestión...
Con los billetes en la mano nos acercamos a los buses de la compañía y nos dicen que no son esos y nos echan haciendo gestos con las manos. No nos quedamos muy conformes y vuelvo a preguntar; a mi me tratan mejor y me dicen con media sonrisa que son los de ahí al fondo .
Para allá que vamos y sí, esos son, metemos las mochilas en el maletero y para arriba.
El bus no es demasiado cómodo pero tampoco es muy incómodo.
Salimos puntualmente a las 11:30h y todo el camino nos chupamos un programa de la TV vietnamita, una especie de La Voz Kids, se nos mete en la mollera la voz de pito de los niños cantando cancioncillas suyas... Durante todo el viaje, el bus va haciendo paradas para coger a gente en plena autopista, parando donde le viene en gana y obstaculizando el tráfico... las personas que suben al bus bajan también donde les peta, y le pagan en mano al revisor... vaya chanchullos tienen montados...
Llegamos a HaiPhong a las 14h, se ha hecho largo. Donde paramos podemos usar un baño y cambiamos a otro bus que nos tiene que llevar al puerto, un puerto que está en la auténtica conchichina, a otros 40 minutos de baches, y ya un poco desesperados... ¿¿¡¡dónde estamos yendo!!??
Solo quedamos ya 3 parejas de turistas y una mujer vietnamita que viaja sola; una chica francesa se está pegando un hartón a llorar, creemos que porque viendo la hora que es, el día se da por perdido montados en un bus... pero bueno mujer, tampoco es para tanto...
Una vez en el puerto (donde no hay ni un alma), subimos a un ferry, que nos lleva a la isla de Cat Ba en otros 30 minutos. No vemos ninguna vista, el trayecto es puro trámite.
Pero no os lo perdáis, al llegar a Cat Ba cogemos otro bus, que tarda unos 25 minutos en llegar a la ciudad de Cat Ba. Madre mía, qué viaje más interminable y cansino...
Este último trayecto si resulta algo más interesante, la isla pinta bonita, ya hay ganas de explorarla...
Finalmente, llegamos a destino a las 16h. 6 horas y media para recorrer unos 160 km. Bastante desesperante la verdad... El precio son 400.000 VND los dos (8 euros por persona), la mitad de lo que nos pedían si nos lo montaban desde el hotel (también en bus). Así que de precio está bien pero bastante fangoso...
Una vez en Cat Ba, no sabemos lo lejos que queda nuestro hotel, así que buscamos algún taxi para que nos lleve, pero ni uno. Después de dar unas vueltas por el paseo, al final decidimos preguntar a un hombre que está parado apoyado en su coche. Le preguntamos si nos puede llevar y dice que sí. Pactamos precio, al final queda la cosa en 50.000 VND. Nos lleva sin problema, al final resulta que el hotel se encuentra cerquita del centro, como a unos 10 minutos andando.
Nos alojamos en el Cat Ba Beach Resort, un complejo situado en la playa Cat Co 2, una de las mejores de la isla. El sitio está muy chulo, son todo cabañitas más o menos pequeñas, todo edificaciones bajas, respetando bastante el entorno. No es muy grande. Lo mejor, la playa con vistas a la bahía de Lan Ha, estamos deseando dejar las mochilas para probar ese agua... pero el tema se hará esperar, ya que al llegar a recepción nos dicen que ha habido un “problema” con nuestra reserva y que no tienen la habitación disponible. Flipamos en colores, le enseñamos nuestra reserva realizada meses antes. Nos vuelven a repetir con un inglés bastante mediocre que no, que no hay habitación. Es entonces cuando saco la fiera que llevo dentro y les canto las cuarenta. Tenemos reserva para las tres noches consecutivas allí, y allí dormiremos, que se busquen la vida como sea. Finalmente, nos ofrecen una habitación superior a la contratada para las primeras dos noches, y la tercera noche deberemos cambiar a una correspondiente a lo que hemos pagado.
Nos vamos entendiendo...
Nos da la llave de la habitación, los cheques del desayuno del día siguiente, 2 tickets para kayac gratis durante 30 minutos y entradas gratuitas al Cannon Fort. La habitación es grande, tiene dos camas de matrimonio, no es demasiado lujosa, pero está bien. Huele a citronela que te deja ko, tiene que haber mosquitos aquí por un tubo... Lo más gracioso es el baño, anexo a la habitación, con el suelo de pedruscos y todo muy rustico playero, la alcachofa de la ducha es un coco, para que me entendáis...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras acomodarnos y embadurnarnos de Relec, salimos a tocar el agua. No está muy fría, tampoco muy sucia, tampoco muy limpia.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras las esperas y los enfados, al final el sol ya está tan bajo que no da para bañarse. Conseguimos una mesa en primera linea en el bar, con la playa de Cat Co 2 a tocar, por fin una recompensa al día tan cansado de hoy...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Pedimos unas cervezas y cenamos pronto, hoy ni siquiera hemos comido y el hambre aprieta (recomendamos llevar algo para picotear el día que os trasladéis, nosotros ni pensamos). Estamos cenando a las 18h, unos noodles y otras 2 cervezas, en la que será la cena más mediocre y más caras de todo el viaje. Nos soplan 14 euros, no estamos acostumbrados a pagar cuentas de 2 cifras... a lo bueno se acostumbra uno muy pronto...
Nos preparan un cóctel gratis por ser hora feliz (19-20h), y nos zumbamos un par de vodkas con zumo de naranja la mar de a gusto (flojitos, eso sí).
Después de cenar, decidimos que no puede ser no estrenar el agua del Mar de China hoy, así que nos plantamos los bañadores y nos pegamos un remojón nocturno . El agua está caliente, hace más fresquito fuera del agua que dentro, lo disfrutamos bastante, uno no se baña en el mar de noche cada día... estamos solos, la playa es nuestra, pero cuando me roza la primera alga (espero que fuese eso...) me entra cague y salgo por patas... de noche todos los gatos son pardos...
Duchas y a la cama, que el día de mañana promete...
Nos preparan un cóctel gratis por ser hora feliz (19-20h), y nos zumbamos un par de vodkas con zumo de naranja la mar de a gusto (flojitos, eso sí).
Después de cenar, decidimos que no puede ser no estrenar el agua del Mar de China hoy, así que nos plantamos los bañadores y nos pegamos un remojón nocturno . El agua está caliente, hace más fresquito fuera del agua que dentro, lo disfrutamos bastante, uno no se baña en el mar de noche cada día... estamos solos, la playa es nuestra, pero cuando me roza la primera alga (espero que fuese eso...) me entra cague y salgo por patas... de noche todos los gatos son pardos...
Duchas y a la cama, que el día de mañana promete...