Madrugamos, desayunamos, cargamos hielo en la nevera (hay máquina de hielo en el hotel) y antes de las 8h de la mañana ya estábamos en marcha a nuestra primera parada para grabar unas localizaciones que nos quedaban de la peli Licencia para Matar que veréis el próximo capítulo :).
Desde ahí, seguimos carretera de los Cayos hacía Miami y paramos en el parque estatal de Bahía Honda, una bonita playa paradisiaca al lado de un puente abandonado. Ojo, el parque es estatal y no vale el pase anual de parques porque es sólo para parques nacionales. La entrada a Bahía Honda cuesta 4,50$ por persona y tienes baños y duchas entre otros servicios totalmente gratuitos.
Después de visitar el parque y como no, pegarse un baño, salimos pitando a nuestra siguiente visita, con parada rápida para comer, el parque nacional de Everglades. Aunque es un parque nacional, al igual que pasa con Death Valley, no se paga entrada con lo cual tampoco es necesario el pase anual.
Tardamos en llegar más de lo previsto porque el tráfico en Miami es simplemente brutal, pero de eso ya hablaremos más adelante, jeje.
El tema era montar en un aerodeslizador (airboat) para visitar sus pantanos. Hay muchas empresas a lo largo de una carretera peto nosotros escogimos Buffalo Tigers Airboats que es la primera que se encuentra tras el cartel de entrada a la reserva de los indios Mikosuke. Lógicamente, está regentada por indios y nos costó 55$ por los dos. El Tour dura unos 45 minutos y es como estar metidos en un documental, una auténtica pasada. Encima, al llegar casi a la hora de cerrar, nos dieron un tour personalizado, sólo íbamos nosotros dos en la lancha como podéis ver en el vídeo :).
Próxima parada Miami Beach donde tenemos nuestro hotel para los próximos 2 días. Desde los everglades hasta nuestro hotel eran unos 40 kms poco más y tardamos dos horasssss. El tráfico a las 17h el Miami es mortal, bueno en realidad a todas horas, pero la tarde es mortífero.
Después de dos horas de desesperación llegamos al hotel, el James Hotel que tenemos que recomendar encarecidamente por varias cosas: ubicación (al lado de Española Way, Lincoln Road y la playa y a escasos 15 minutos andando de Ocean Drive), personal (son cubanos y son unos auténticos cracks), parking gratuito, baratísimo, nevera aislada en un cuarto para no comerte el ruido por la noche (detallazo), limpieza, originalidad y recién reformado. ¿Qué mas se puede pedir?.
Nos instalamos y salimos a ver Ocean Drive de noche para luego acabar cenando en Española Way como se puede ver en el vídeo.
Total, un día brutal, con un calor brutal y muy variado :).
Como siempre, muchas gracias por leernos y ver los vídeos y cualquier cosa no dudéis en preguntar en los comentarios.
Un saludo a todos y nos vemos en la próxima etapa con sabor a película donde veremos los Cayos desde otra perspectiva.