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Se levantó un soleado día (hacia las 6.15 ya amanece), y empezamos el día dando una vueltecita por el parque Ueno. El estanque está cubierto de plantas invasoras pero en una parte libre esperan las barcas en forma de cisne, jeje. Es temprano así que aún no están disponibles.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras el paseo nos dirigimos al metro para llegar hasta el famoso mercado del pescado Tsukiji market. Se supone que hasta las 10 no se puede pasar pero nosotros nos estuvimos paseando por la lonja desde las 9.30 esquivando motocarros y nadie nos echó ninguna mala mirada. Muy curioso y entretenido de ver, con especies raras y diferentes, y gigantes atunes. Después lo típico es tomarse un desayuno de sushi en los puestecitos de la zona y así lo hicimos, aunque no en los de las colas interminables.
Continuamos en la línea hibiya (gris) hasta zona de la torre de Tokyo (metro Kamiyacho). Aunque no teníamos intención de subir nos gustó pasearse por la zona de esta imitación de la torre Eiffel tan colorida. Hay un parquecito cerca muy agradable con buena perspectiva de la torre y de los rascacielos cercanos.
Después cogimos el metro para llegar a la avenida “Icho Namiki”, donde “Icho” significa Ginkgo y “Namiki” significa “fila de árboles”; es la calle principal de entrada a los jardines de Meiji Jingu Gaien. El amarillo de las hojas de los ginkgos es una pasada durante esta época.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Y de allí ya nos dirigimos al punto fuerte del día, la famosa Tokyo Sky Tree tower. No habíamos subido el primer día por estar algo nublado así que hoy con el solazo que había nos parecía el día idóneo. Primero comimos unas ricas gyozas en el centro comercial Tokyo Solamachi que está junto a la torre. La oficina de billetes está en el 4º piso del complejo comercial. No había demasiada cola. Es la torre (no edificio) más alto del mundo. Recomiendan visitar la torre justo antes de que vaya a anochecer, así se podrá ver la ciudad aún de día y cuando se empiezan a iluminar las luces.
Tienes la opción de subir al mirador de los 350 m (Tokyo Sky Tree Tembo Deck) o con un billete un poco más caro subir a los 450 metros, nosotros decidimos comprar el de los 350 y fue una pasada, visita altamente recomendable. Eso sí, a pesar del buen día que hacía, el Monte Fuji sólo se dejó ver ya cuando estaba a punto de ponerse el sol.
Después ya tiramos para el hotel, que nos pillaba en metro a menos de 20 min del alojamiento. De hecho desde nuestra terraza se ve perfectamente la torre.
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