Se va acercando el final de nuestros días en Viñales. Lo decimos con un poco de pena porque fue de los sitios que más nos gustaron de nuestro viaje.
Este último día, mi cumpleaños, lo aprovechamos para acercarnos a uno de los dos cayos más visitados de la zona de Viñales: Cayo Jutías.
Dudábamos si ir a Cayo Levisa, así que preguntamos en la agencia de viajes de la calle principal y, en resumen, nos comentaron que Cayo Levisa es un poco menos transitado porque hay que cruzar en ferry para llegar, por lo que es más económico ir a Cayo Jutías. Las playas son igualmente bonitas, de arena blanca y agua cristalina paradisíaca. Así que le hicimos caso y contratamos con ellos al taxista que nos llevase hasta la playa.
Normalmente estos taxistas, para que resulte más económico, suelen hacer el viaje con 4 o 5 personas en el coche. En nuestro caso, fuimos con 3 alemanes muy simpáticos que no hablaban español. Nos convertimos en el viaje de ida en traductores improvisados entre el taxista, que nos explicaba cosas durante el camino, y ellos. Precio para los dos 30CUC.
El viaje nos pareció entretenido a pesar de que era algo largo. La carretera estaba en muy muy malas condiciones ya que a medida que te vas acercando a la playa no hay nada alrededor que no sean casas aisladas. Salimos a las 9 de la mañana y no nos aconsejaban volver más tarde de las 5. Si pinchábamos una rueda o si acontecía algo en el camino, los que estuviesen por la carretera, nos podrían ayudar. Cuanto más tarde volviésemos, menos posibilidades tendríamos de encontrarnos con alguien por el recorrido de vuelta.
El conductor nos estuvo explicando que al principio, la carretera estaba muy mal debido al tránsito de camiones de madera que rompían del peso el asfalto. Un poco más adelante, vimos unas minas de oro y otros minerales que, por lo que se cuenta, están siendo explotadas “con ayuda” de los canadienses. Cerca de la mina había bastante seguridad. A los ocupantes del coche se nos ocurrió que tenían visita de las altas esferas de la política cubana. Nos quedará la duda.
Pasados los mil socabones del camino, por fin llegamos a destino: Arena blanca y fina. Aguas verdes clarito super cristalinas. Tranquilidad y un sol rico rico hasta las 4:30 de la tarde. A esa hora se formó una super nube negra que descargó en 5 minutos y, tan pronto como vino, se fue. Igualmente ya habíamos recogido para estar puntuales en el lugar de recogida de nuestro amigo el taxista.
Al llegar al aparcamiento de la playa junto a las dos cabañas que ofrecen almuerzos, sándwiches y cócteles, decidimos caminar por la orilla, ya que nuestro amigo nos contó que a unos 5 kms hay una playa con estrellas de mar. Al haber llegado tan temprano, prácticamente nos encontramos solos por la playa. A medida que caminábamos, nos íbamos encontrando más troncos varados en la orilla, por lo que en algunos tramos tuvimos que entrar por entre los árboles junto a la playa. Para nuestra sorpresa, estábamos entrando en territorio plagado de cangrejos! Una especie roja que nunca había visto (no es que sea difícil ya que tengo poco mundo) porque tenían como una de las pinzas enorme y blanca! Solo una de ellas, la otra era normal. Íbamos haciéndonos hueco por el camino cada vez menos marcado y sorteando ermitaños y cangrejos a cada paso. Fue flipante. Sobre todo al llegar a un charco que parecía de lluvia o de haber subido la marea y haber dejado bastante agua estancada. Era una pasada.
Como os podréis imaginar, a parte de cangrejitos monos, lo que habían era una cantidad ingente de mosquitos! Aviso serio para navegantes: No perdáis tiempo en echaros antimosquitos europeo. Me eché 4 capas de camino antes de llegar y se posaban en nosotros como si fuéramos miel. Tanto fue así que a mitad de camino, llenitos de picaduras, optamos por deshacer el recorrido y volvernos a la zona del bar. Mira que me podían las ganas de ver estrellitas de mar y playa desierta, pero no era normal la de picaduras que llevábamos ya, y aun nos faltaba medio camino…
Encontramos al señor de las Hamacas. Aprovechando que era mi cumple le alquilamos un par de ellas (3CUC cada una). Nos lanzamos al bar a pedir una cerve y una limonada (12CUC incluyendo unos sándwiches y otra ronda mas de bebidas, baratísimo).
Así que entre fotos, chapuzones, idas y venidas al bar y un rato de moreneo, se nos pasó la tarde hasta que llegó la gran nube y nos marchamos del paraíso.
Al llegar de vuelta de nuestra excursión, aprovechamos que estábamos en la calle principal para comprar los billetes del viazul que no llevábamos comprados desde casa: El trayecto del día siguiente que nos llevaría hasta Playa Larga. Es un pequeño local que está junto a la agencia de viajes donde contratamos la excursión al cayo. Fue el trayecto más caro, 48CUC los dos.
Al día siguiente iba a ser un camino bastante largo en bus, por lo que pensamos que tendríamos que llevar algo de comida para el camino por si nos entraba el gusanillo. Decidimos entrar en el supermercado del pueblo. Es posible que fuese porque estaba a punto de cerrar pero las estanterías estaban bastante vacías. No quedaba nada atractivo para llevarse así que terminamos cogiendo unas galletas y botellas de agua. Nos dimos cuenta de que las etiquetas de cada producto venían con precios en CUP y en CUC. Así que en el caso de que tengáis pesos cubanos, podéis usarlos en los supers que seguro que os saldrá todo más barato. Por no complicarnos la vida, nosotros solo llevábamos CUCs. Eso sí, la atención de las chicas del super, fatal. Imagino que las pillamos en ese terrible momento de cerrar la puerta para que no entre ni un cliente más y se encuentran con la tienda llena de guiris dando vueltas y ellas queriendo marcharse. Pero no veas qué poco tacto al decirse las unas a las otras a grito pelado que se querían ir ya a sus casas, que estaban hasta el moño. 4 CUC toda la trapallada que cogimos.
Como la noche anterior no nos impresionó lo suficiente la cena en el Olivo, optamos por volver a nuestro sitio de siempre ya que bajamos a cenar en hora punta y estaba todo bastante concurrido. La cena fueron 19 euros esta vez.
La estancia total de los 3 días con desayunos en la casa en Viñales fueron 95 CUC. De momento, no nos alejamos mucho del presupuesto marcado. Buen trabajo contable