Salimos de Madrid con una hora de retraso, el vuelo hasta los topes y overbooking. Varias personas que tenían como destino final Lisboa tuvieron que esperar al siguiente avión, pero los que teníamos conexiones no tuvimos problema.
El aterrizaje el Lisboa fue muy movido… seguro que a alguno casi se le sale el Pastel de Belem que nos dieron el vuelo, que duró 50 minutos.
Con 4 horas de escala que con el retraso y demás se habían quedado en 3, comimos en el McDonald’s de la terminal unas hamburguesas gourmet y pasamos el resto del tiempo conectados a las redes sociales para seguir el Barça-Madrid hasta que llegó la hora de embarcar.
Los aviones de TAP nos sorprendieron gratamente, muy nuevos, con pantallas individuales y con un buen servicio de comidas. Tres películas, una cena y un snack después, aterrizamos en Nueva York. Eran las 20:15 y yo firmaba estar en el hotel antes de las 11 de la noche pero la verdad es que tanto el trámite de inmigración como la recogida de maletas fue muy rápida y en algo menos de una hora estábamos camino del Air Train.
Pero resulta que aquel día no había servicio de Air Train en nuestra terminal, así que cuando nos enteramos, tuvimos que coger un bus gratuito hasta Federal Circle y cogerlo allí. No vimos taquillas en la estación y la trabajadora nos dijo que pagáramos en destino, Jamaica Center, pero una vez allí, los tornos estaban abiertos y nos indicaron que pasáramos sin pagar
Bajamos la metro y compramos las 2 Metrocards de 1 semana por 32$ cada una. Las máquinas se pueden poner en Español así que no hay problema para quien no domine el inglés. En dos de ellas se podía pagar con tarjeta y otra en efectivo. Nosotros llevábamos los dólares ya cambiados de España así que lo hicimos así.
La línea J y Z nos dejaban directamente en una de las paradas el hotel, pero el trayecto es largo… tardamos una hora, más que en los trámites de la aduana, pero por el camino, que es principalmente al descubierto, ya fuimos viendo el ambiente festivo que ya empezaba a reinar en la ciudad.
Una vez allí, hicimos el pago en recepción, esta vez con tarjeta, y dejamos las cosas en la habitación. Era lo que nos esperábamos: una estancia pequeña y básica, pero limpia, económica y bien situada.
Salimos a cenar por la zona. La mayoría de restaurantes asiáticos estaban ya cerrados y en Little Italy, todos tenían pinta de darnos el hachazo. A nosotros nos encanta comer bien y es una de las cosas en las que no escatimamos cuando viajamos, pero esa noche no tocaba. Se trataba de comer algo rápido y de irse a descansar, para los próximos días teníamos una buena lista de platos y restaurantes que probar.
Acabamos de nuevo en un McDonald’s en Canal St, sin complicarnos. Era la segunda hamburguesa del día pero, amigos, estábamos en EEUU y eso no había hecho más que empezar. Eso sí, escogimos unas de las especiales de las que no hay en España y os podemos asegurar que están lejos de calidad y sabor de todas las básicas. Nos sorprendieron mucho. Dos hamburguesas, que no menús, y una botella de agua fueron 20,40$.
Regresamos al hotel fijandonos en las primeras cosas típicas de la ciudad: señales de tráfico, taxis amarillos, semáforos, humo en las alcantarillas... todo nos fascinaba, pero teníamos que descansar para que lo bueno empezara al día siguiente. Nos duchamos y nos fuimos directos a descansar para estar en pie a primerísima hora. La Gran Manzana nos esperaba.
El aterrizaje el Lisboa fue muy movido… seguro que a alguno casi se le sale el Pastel de Belem que nos dieron el vuelo, que duró 50 minutos.
Con 4 horas de escala que con el retraso y demás se habían quedado en 3, comimos en el McDonald’s de la terminal unas hamburguesas gourmet y pasamos el resto del tiempo conectados a las redes sociales para seguir el Barça-Madrid hasta que llegó la hora de embarcar.
Los aviones de TAP nos sorprendieron gratamente, muy nuevos, con pantallas individuales y con un buen servicio de comidas. Tres películas, una cena y un snack después, aterrizamos en Nueva York. Eran las 20:15 y yo firmaba estar en el hotel antes de las 11 de la noche pero la verdad es que tanto el trámite de inmigración como la recogida de maletas fue muy rápida y en algo menos de una hora estábamos camino del Air Train.
Pero resulta que aquel día no había servicio de Air Train en nuestra terminal, así que cuando nos enteramos, tuvimos que coger un bus gratuito hasta Federal Circle y cogerlo allí. No vimos taquillas en la estación y la trabajadora nos dijo que pagáramos en destino, Jamaica Center, pero una vez allí, los tornos estaban abiertos y nos indicaron que pasáramos sin pagar
Bajamos la metro y compramos las 2 Metrocards de 1 semana por 32$ cada una. Las máquinas se pueden poner en Español así que no hay problema para quien no domine el inglés. En dos de ellas se podía pagar con tarjeta y otra en efectivo. Nosotros llevábamos los dólares ya cambiados de España así que lo hicimos así.
La línea J y Z nos dejaban directamente en una de las paradas el hotel, pero el trayecto es largo… tardamos una hora, más que en los trámites de la aduana, pero por el camino, que es principalmente al descubierto, ya fuimos viendo el ambiente festivo que ya empezaba a reinar en la ciudad.
Una vez allí, hicimos el pago en recepción, esta vez con tarjeta, y dejamos las cosas en la habitación. Era lo que nos esperábamos: una estancia pequeña y básica, pero limpia, económica y bien situada.
Salimos a cenar por la zona. La mayoría de restaurantes asiáticos estaban ya cerrados y en Little Italy, todos tenían pinta de darnos el hachazo. A nosotros nos encanta comer bien y es una de las cosas en las que no escatimamos cuando viajamos, pero esa noche no tocaba. Se trataba de comer algo rápido y de irse a descansar, para los próximos días teníamos una buena lista de platos y restaurantes que probar.
Acabamos de nuevo en un McDonald’s en Canal St, sin complicarnos. Era la segunda hamburguesa del día pero, amigos, estábamos en EEUU y eso no había hecho más que empezar. Eso sí, escogimos unas de las especiales de las que no hay en España y os podemos asegurar que están lejos de calidad y sabor de todas las básicas. Nos sorprendieron mucho. Dos hamburguesas, que no menús, y una botella de agua fueron 20,40$.
Regresamos al hotel fijandonos en las primeras cosas típicas de la ciudad: señales de tráfico, taxis amarillos, semáforos, humo en las alcantarillas... todo nos fascinaba, pero teníamos que descansar para que lo bueno empezara al día siguiente. Nos duchamos y nos fuimos directos a descansar para estar en pie a primerísima hora. La Gran Manzana nos esperaba.
GASTOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS
• Comida en McDonald’s Lisboa + postre: 18€
• Dos Metrocard de una semana: 64$
• Cena en McDonald’s: 20,40$