Es domingo y amanecemos con dolor en los pies y unas tremendas agujetas. Evidentemente, nos ha pasado factura el intenso ritmo que llevamos y es que hacer tres senderos y medio en esta isla (tres completos -2 de ellos bastante duros- y parte de otro) en solo dos días, además de intentar exprimir al máximo estas jornadas en las que hemos alquilado coche, nos han gastado las pilas.
Anoche no es que nos recogiésemos tardísimo, pero nos ha costado levantarnos y teníamos que hacerlo porque a las 10:30 debemos devolver el coche en la oficina. Desayunamos, como siempre, mucho y rico y nos preparamos para salir. Hoy vamos a descansar también de los bocatas y vamos a hacer una comida fuera para probar la famosa carne de ternera de la isla.
Como acordamos cuando nos llevamos el coche, debíamos devolverlo tal y como nos lo dieron: con el depósito de gasolina lleno. Nos pasamos por una gasolinera cercana a la oficina y nos sorprendimos por lo poco que habíamos gastado de combustible; y eso que hicimos casi 200 km (y con bastantes cuestas) y era gasolina 95. Apenas 11 euros entre los dos. Devolvimos el coche en Aguiatur; el chico que nos atendió durante estos días le dio un rápido repaso al coche para ver que todo estaba en orden y nos ofreció acercarnos al hotel, aunque declinamos la oferta porque queríamos pasear desde allí. Estaba algo preocupado porque, si bien no le hicimos ningún arañazo al coche ni nada por el estilo, estaba bastante sucio después de todos los sitios adonde habíamos ido. No nos dijeron nada.
Lugares de interés en Angra
Hoy el día está reservado para conocer Angra do Heroísmo, que no la hemos visto de día. Con el mapa de la ciudad en mano, nos dirigimos a ver todos los edificios y los señalados como punto de interés en el centro de esta ciudad, la primera del Atlántico, que cuenta con el status de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El primero de ellos es el Solar da Madre de Deus, situado frente al Centro Cultural y de Congresos. Es un ejemplo de casa señorial de los siglos XVII y XVIII con bonitos detalles azules. Después vemos los numerosos edificios de interés (conventos, casas señoriales, antiguos hospitales…) que hay entre el Alto das Covas y la Praça Velha, que son unos cuantos y tampoco creo que tenga demasiado sentido describir a cada uno, porque en el mapa turístico de Angra tendréis esa misma descripción y, en la mayoría de los sitios, hay una placa en la que te cuenta la historia del lugar. Sí os diré que entramos en la Igreja do Santissimo Salvador da Sé, la única catedral de las Azores, puesto que Angra es la sede del obispado de todas las Azores. Tiene dos torres y es bonita, aunque no es nada espectacular (de hecho, a mí me gustó más la Iglesia de la Misericordia, junto a la Marina). Había misa en el momento en que entramos y tampoco nos paramos demasiado; junto a la puerta, hay una estatua de Juan Pablo II, el único papa que ha visitado las Azores (en 1991).
Posteriormente llegamos a la céntrica Praça Velha, bonita y que acoge al edificio de la Câmara Municipal (ayuntamiento) y el Hotel Angra Garden, es donde empieza una cuesta que lleva al Convento de São Francisco, lugar donde se sitúa el Museo de Angra do Heroísmo, que procedemos a visitar. Gabri no es nada amante de los museos y yo estoy lejos de ser un entendido en algo relacionado con cualquier tipo de arte, pero sí que me gusta visitarlos.
Anoche no es que nos recogiésemos tardísimo, pero nos ha costado levantarnos y teníamos que hacerlo porque a las 10:30 debemos devolver el coche en la oficina. Desayunamos, como siempre, mucho y rico y nos preparamos para salir. Hoy vamos a descansar también de los bocatas y vamos a hacer una comida fuera para probar la famosa carne de ternera de la isla.
Como acordamos cuando nos llevamos el coche, debíamos devolverlo tal y como nos lo dieron: con el depósito de gasolina lleno. Nos pasamos por una gasolinera cercana a la oficina y nos sorprendimos por lo poco que habíamos gastado de combustible; y eso que hicimos casi 200 km (y con bastantes cuestas) y era gasolina 95. Apenas 11 euros entre los dos. Devolvimos el coche en Aguiatur; el chico que nos atendió durante estos días le dio un rápido repaso al coche para ver que todo estaba en orden y nos ofreció acercarnos al hotel, aunque declinamos la oferta porque queríamos pasear desde allí. Estaba algo preocupado porque, si bien no le hicimos ningún arañazo al coche ni nada por el estilo, estaba bastante sucio después de todos los sitios adonde habíamos ido. No nos dijeron nada.
Lugares de interés en Angra
Hoy el día está reservado para conocer Angra do Heroísmo, que no la hemos visto de día. Con el mapa de la ciudad en mano, nos dirigimos a ver todos los edificios y los señalados como punto de interés en el centro de esta ciudad, la primera del Atlántico, que cuenta con el status de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El primero de ellos es el Solar da Madre de Deus, situado frente al Centro Cultural y de Congresos. Es un ejemplo de casa señorial de los siglos XVII y XVIII con bonitos detalles azules. Después vemos los numerosos edificios de interés (conventos, casas señoriales, antiguos hospitales…) que hay entre el Alto das Covas y la Praça Velha, que son unos cuantos y tampoco creo que tenga demasiado sentido describir a cada uno, porque en el mapa turístico de Angra tendréis esa misma descripción y, en la mayoría de los sitios, hay una placa en la que te cuenta la historia del lugar. Sí os diré que entramos en la Igreja do Santissimo Salvador da Sé, la única catedral de las Azores, puesto que Angra es la sede del obispado de todas las Azores. Tiene dos torres y es bonita, aunque no es nada espectacular (de hecho, a mí me gustó más la Iglesia de la Misericordia, junto a la Marina). Había misa en el momento en que entramos y tampoco nos paramos demasiado; junto a la puerta, hay una estatua de Juan Pablo II, el único papa que ha visitado las Azores (en 1991).
Posteriormente llegamos a la céntrica Praça Velha, bonita y que acoge al edificio de la Câmara Municipal (ayuntamiento) y el Hotel Angra Garden, es donde empieza una cuesta que lleva al Convento de São Francisco, lugar donde se sitúa el Museo de Angra do Heroísmo, que procedemos a visitar. Gabri no es nada amante de los museos y yo estoy lejos de ser un entendido en algo relacionado con cualquier tipo de arte, pero sí que me gusta visitarlos.
Convento de São Francisco. En su interior se encuentra el Museo de Angra
Museo, Jardín Duque da Terceira y Alto da Memória
No es casualidad que vengamos hoy domingo; sabíamos que el precio era de 2 euros (1 para jóvenes de 15-25, mayores de 65 y docentes) pero que los domingos la entrada era gratuita. Ya que os cuento esto, os diré que el horario es de 9:30 a 17:00 en invierno (de octubre a marzo) y de 10:00 a 17:30 en verano (de abril a septiembre) de martes a domingo, permaneciendo cerrado los lunes. En su web podéis comprobarlo. Ciñéndonos a la visita, esta comienza en una sala de exposición de objetos arqueológicos bastante desordenados. Hay algunas galerías de pintura en la que no nos paramos mucho; a Gabri sí le interesó más la exposición de armas; yo me decanté por otra de carruajes pero lo más interesante es la detallada historia de la isla y de las Azores que encontramos en diferentes paneles y nos lo contextualizan con exposiciones de diversos personajes importantes de las distintas épocas. Una hora agradable que echamos en el museo que, sin ser el Louvre, es lo suficientemente amplio para pasar más o menos ese tiempo. Además, al estar situado en el interior de un antiguo convento, no está de más ver el claustro y la iglesia. Solo por eso ya te cobran los 2 euros en más de un sitio, así que merece la pena; aunque si queréis ahorrároslo ya sabéis que el domingo no pagaréis.
Tras salir del museo, bajamos en dirección a la Praça Velha para acceder al Jardim Municipal Duque de Terceira. Este parque botánico es maravilloso; y eso que cuando estuvimos se encontraba en obras para ser ampliado. Está todo muy cuidado y muy verde; no es especialmente grande así que fácilmente lo podemos recorrer a pie y descubrir todos sus rincones y especies, debidamente señaladas cada una de ellas. Existe una improvisada biblioteca, situada en una coqueta minicasita de madera con varios estantes con libros; en la que podemos leer alguno de ellos tranquilamente sentados rodeados de verde y paz. Siempre que veo este tipo de cosas me pregunto si sería posible su existencia en cualquier ciudad de España…
Tras salir del museo, bajamos en dirección a la Praça Velha para acceder al Jardim Municipal Duque de Terceira. Este parque botánico es maravilloso; y eso que cuando estuvimos se encontraba en obras para ser ampliado. Está todo muy cuidado y muy verde; no es especialmente grande así que fácilmente lo podemos recorrer a pie y descubrir todos sus rincones y especies, debidamente señaladas cada una de ellas. Existe una improvisada biblioteca, situada en una coqueta minicasita de madera con varios estantes con libros; en la que podemos leer alguno de ellos tranquilamente sentados rodeados de verde y paz. Siempre que veo este tipo de cosas me pregunto si sería posible su existencia en cualquier ciudad de España…
Jardim Duque da Terceira
Tras un par de fotos de postureo con los libros en el parque, le echamos un vistazo al monumento a Almeida Garrett, un escritor romántico y hombre influyente en el Reino de Portugal de la primera mitad del siglo XIX que pasó su infancia en Terceira y volvía frecuentemente a su isla; el monumento recoge unas palabras que le dedicó a la ínsula. A continuación, nos disponemos a subir hasta el Alto da Memoria, para ello tenemos que ascender por los varios “pisos” del jardín donde todo sigue siendo muy bonito y, al poco de llegar a la parte más alta, nos encontramos con un nuevo estanque. Finalmente, llegamos al lugar en el que se sitúa el obelisco, de forma piramidal y evidente influencia masónica. Tenemos unas excelentes vistas de la ciudad de Angra y del Monte Brasil desde este punto por lo que la subida es muy recomendable: primero por las vistas y segundo porque supone recorrer el parque.
Vistas desde el Alto da Memória
Tras hacer varias fotos de rigor, bajamos de nuevo hasta la Praça Velha y nos encontramos con el Palácio dos Capitães Generais, que es otro de los pocos sitios visitables en Angra. Le propongo a Gabri entrar aunque cuando le dije que en Internet encontré que valía 3 euros y que “no pone nada de que los domingos sea gratis” se negó en rotundo, me dijo que fuese yo si quería pero me daba cosa ir solo… Ni siquiera llegamos a entrar para preguntar. No hagáis como nosotros y visitadlo, que había leído que la visita era guiada y agradable (aunque dicen que no se pueden hacer fotos). Lamentable cada vez que me acuerdo de esto…
Forte de São Sebastião y comida
Bajamos por la Rua Direita (primera calle principal de Angra; llamada así por conducir “directamente” del muelle a la Praça Velha y a la casa del Capitán Donatario) hasta la Iglesia de la Misericordia; que es bastante bonita aunque no llegamos a verla por dentro. Como, después del desayuno que nos habíamos metido, todavía no teníamos ganas de comer y queríamos dejar el Monte Brasil para mañana, nos dirigimos al Forte de São Sebastião, reconvertido en una Pousada. Debe molar alojarse literalmente dentro de una fortaleza, aunque seguro que no es nada barato… Desde allí tenemos buenas vistas de la costa oriental de la isla y del islote de Cabras por un lado; y de la marina de Angra y el Monte Brasil del otro.
Forte de São Sebastião y comida
Bajamos por la Rua Direita (primera calle principal de Angra; llamada así por conducir “directamente” del muelle a la Praça Velha y a la casa del Capitán Donatario) hasta la Iglesia de la Misericordia; que es bastante bonita aunque no llegamos a verla por dentro. Como, después del desayuno que nos habíamos metido, todavía no teníamos ganas de comer y queríamos dejar el Monte Brasil para mañana, nos dirigimos al Forte de São Sebastião, reconvertido en una Pousada. Debe molar alojarse literalmente dentro de una fortaleza, aunque seguro que no es nada barato… Desde allí tenemos buenas vistas de la costa oriental de la isla y del islote de Cabras por un lado; y de la marina de Angra y el Monte Brasil del otro.
Forte de São Sebastião
Ya era buena hora para comer y hoy tocaba descansar de los bocatas; Gabri tenía más ganas que yo de, por fin, comer un día fuera (y luego no se quiere gastar 3 euros en visitar el palacio más importante de la ciudad; cada uno es como es…). Pese a que habíamos leído muchas sugerencias de diversos sitios, anoche le pedimos al recepcionista que nos recomendase algo para comer cosas típicas de aquí a buen precio y le hicimos caso cuando leímos algunas opiniones de TripAdvisor. El sitio elegido fue A Canadinha, situado en la Avenida Infante Dom Enrique, 24 (38.655304, -27.211556). Es en un polígono industrial y, en cualquier ciudad, sería un sitio bastante periférico pero, tratándose de Angra, está a 10 minutos a pie del centro. Yo quería probar la ternera de la isla y me decanté por Bifé Novilho, mientras que Gabri se pidió Bifé A Canadinha. Eran dos platos bastante similares: filetes de ternera con patatas fritas y arroz, solo que en el caso del de Gabri, tenía una salsa bastante peculiar con un gusto muy agradable; mientras que el mío tenía un aderezo con ajo, más simple. La relación calidad-cantidad-precio fue buena, puesto que las raciones eran abundantes, estaba todo rico y, con las bebidas, pagamos 8 euros cada uno. Aunque si os soy sincero, esperaba un sabor más sorprendente en la ternera de la isla.
Hora de descansar
Tras la comida, nos pasamos por el Adro Santo, que está junto al hotel y es una especie de conmemoración a una ermita existente en este lugar llamada Corpo Santo; y que fue una de las primeras construcciones de la isla en el entorno de los primeros asentamientos poblacionales, que era el último de los sitios de interés señalados en el mapa. Con la salvedad del Monte Brasil y de la fortaleza que se encuentra a sus pies, hemos visto todo lo interesante de Angra do Heroísmo en una sola mañana.
Después volvemos al hotel donde Gabri estaba muerto y solo quería dormir. Yo prefería ir al spa, pero al final también acabé volviendo a la habitación donde me quedé dormido. Tras 2 horas de siesta, me fui a la recepción para conectarme al wifi y poder escuchar el partido del Recreativo de Huelva (cada uno tiene sus vicios…). No os interesará, pero mi Recre ganó 1-0. Gabri apareció ya al final del partido y nos quedamos un rato vagueando en recepción. Pensamos que después de la gran siesta que nos echamos (Gabri durmió más de 3 horas) nos costaría dormir a la noche, pero nada más lejos de la realidad….
Volvemos a los bocatas para cenar, desechamos la idea de dar una vuelta (hoy domingo poca cosa habría) y a las 12 ya estábamos dormidos. La tarde-noche de hoy ha sido totalmente para descansar, que no nos ha venido mal con el ritmo que llevábamos desde que aterrizamos en Terceira. Además, desde las 19:00 o así hay unas rachas de viento brutales que se oyen perfectamente desde la recepción. Abrí una de las puertas que dan a la terraza de la recepción y enseguida noté el empujón y cerré de seguida así que, si había un día para descansar, era este.
Hora de descansar
Tras la comida, nos pasamos por el Adro Santo, que está junto al hotel y es una especie de conmemoración a una ermita existente en este lugar llamada Corpo Santo; y que fue una de las primeras construcciones de la isla en el entorno de los primeros asentamientos poblacionales, que era el último de los sitios de interés señalados en el mapa. Con la salvedad del Monte Brasil y de la fortaleza que se encuentra a sus pies, hemos visto todo lo interesante de Angra do Heroísmo en una sola mañana.
Después volvemos al hotel donde Gabri estaba muerto y solo quería dormir. Yo prefería ir al spa, pero al final también acabé volviendo a la habitación donde me quedé dormido. Tras 2 horas de siesta, me fui a la recepción para conectarme al wifi y poder escuchar el partido del Recreativo de Huelva (cada uno tiene sus vicios…). No os interesará, pero mi Recre ganó 1-0. Gabri apareció ya al final del partido y nos quedamos un rato vagueando en recepción. Pensamos que después de la gran siesta que nos echamos (Gabri durmió más de 3 horas) nos costaría dormir a la noche, pero nada más lejos de la realidad….
Volvemos a los bocatas para cenar, desechamos la idea de dar una vuelta (hoy domingo poca cosa habría) y a las 12 ya estábamos dormidos. La tarde-noche de hoy ha sido totalmente para descansar, que no nos ha venido mal con el ritmo que llevábamos desde que aterrizamos en Terceira. Además, desde las 19:00 o así hay unas rachas de viento brutales que se oyen perfectamente desde la recepción. Abrí una de las puertas que dan a la terraza de la recepción y enseguida noté el empujón y cerré de seguida así que, si había un día para descansar, era este.