Ya que volábamos por la noche, nos decidimos a aprovechar bien el día, así que con la tranquilidad que te da tener tu propia moto y no tener que depender de autobuses urbanos, nos fuimos a por la ruta! (lo sé, en una isla de playas paradisiacas y nosotros nos vamos de ruta, tiene delito)
Nos llevó unas cuantas horas, siempre buscando el siguiente triangulo señalizador, pero había veces que no estaba… y la verdad es que no está tan mantenida como nos tenían acostumbrados en Nueva Zelanda (allí es exagerado)
Esta es la parte central de la ruta, la que la da nombre de hecho (y es el pico puntiagudo que os indiqué en la foto anterior desde el avión)
Al final de la ruta hay un premio, una fantástica laguna con su cascada para darte un refrescón. Desgraciadamente nosotros teníamos un vuelo que coger, y no podíamos demorarnos mucho
En conclusión es una ruta bastante recomendable para salir un poco de la dinámica típica de una isla de sol, relax, playa… ya que la ruta es muy frondosa, repleta de sombras, y al saltar numerosas veces el curso de riachuelos es bastante fresquita en general. No es muy exigente físicamente, pero tampoco es apta para todos los públicos no me malinterpretéis…
Para el camino de vuelta al punto de origen a por la moto, tras nuevamente esperar al bus un buen rato, optamos por el otro camino, el de hacer dedo! Y tuvimos mucha más fortuna ya que nos paró una camioneta y nos llevó amablemente de pie en la parte de atrás hasta el punto de partida, y además sin querer coger ni un solo dólar NZ.
Nueva hamburguesa de merienda cena en el Vily´s, reunión del pueblo con una fiesta donde vimos desde una distancia prudencial a unos 50-60 locales cantando canciones polinesias todos a coro que ponía la piel de gallina… que bonito broche final!
Posteriormente vino el vuelo de regreso, donde perdimos 12h al aterrizar, y al llegar de madrugada se hizo un poco complicado el coger un hospedaje cercano al aeropuerto o cercano a donde te dejaba el flybus como era nuestra idea original (si… error de planificación por nuestra parte)
Finalmente nos quedamos en el Airport Skyway Lodge.
Nos llevó unas cuantas horas, siempre buscando el siguiente triangulo señalizador, pero había veces que no estaba… y la verdad es que no está tan mantenida como nos tenían acostumbrados en Nueva Zelanda (allí es exagerado)
Esta es la parte central de la ruta, la que la da nombre de hecho (y es el pico puntiagudo que os indiqué en la foto anterior desde el avión)
Al final de la ruta hay un premio, una fantástica laguna con su cascada para darte un refrescón. Desgraciadamente nosotros teníamos un vuelo que coger, y no podíamos demorarnos mucho
En conclusión es una ruta bastante recomendable para salir un poco de la dinámica típica de una isla de sol, relax, playa… ya que la ruta es muy frondosa, repleta de sombras, y al saltar numerosas veces el curso de riachuelos es bastante fresquita en general. No es muy exigente físicamente, pero tampoco es apta para todos los públicos no me malinterpretéis…
Para el camino de vuelta al punto de origen a por la moto, tras nuevamente esperar al bus un buen rato, optamos por el otro camino, el de hacer dedo! Y tuvimos mucha más fortuna ya que nos paró una camioneta y nos llevó amablemente de pie en la parte de atrás hasta el punto de partida, y además sin querer coger ni un solo dólar NZ.
Nueva hamburguesa de merienda cena en el Vily´s, reunión del pueblo con una fiesta donde vimos desde una distancia prudencial a unos 50-60 locales cantando canciones polinesias todos a coro que ponía la piel de gallina… que bonito broche final!
Posteriormente vino el vuelo de regreso, donde perdimos 12h al aterrizar, y al llegar de madrugada se hizo un poco complicado el coger un hospedaje cercano al aeropuerto o cercano a donde te dejaba el flybus como era nuestra idea original (si… error de planificación por nuestra parte)
Finalmente nos quedamos en el Airport Skyway Lodge.