Warnemunde y Rostock ✏️ Diarios de Viajes de Baltico y FiordosBuenos días a todos, hoy nos hemos despertado cuando la naturaleza lo ha decidido porque el barco atraca en este puerto desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde así que es una escala larga y hay tiempo para ver muchas cosas. De todas...Diario: Crucero Tierras de los Vikingos.⭐ Puntos: 4.9 (9 Votos) Etapas: 9 Localización: Baltico y FiordosBuenos días a todos, hoy nos hemos despertado cuando la naturaleza lo ha decidido porque el barco atraca en este puerto desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde así que es una escala larga y hay tiempo para ver muchas cosas. De todas formas estamos a las 8,30 desayunando y a las 9,30 estamos de camino a la estación para ir a Rostock y ver la ciudad por la mañana y luego, por la tarde, visitar Warnemunde. Nada más salir del barco y pasados los controles están esperando dos autobuses de esos de 2 pisos, uno rojo que hace la visita a Warnemunde y otro amarillo que lleva hasta Rostok y nos trae de vuelta a los mismos pies del barco pero no cogemos este bus porque tarda una hora en salir y porque regresa a las 4 de la tarde y queremos regresar al barco para comer y descansar un poco. El personal de estos autobuses nos indica amablemente como llegar hasta la estación que está a menos de 5 minutos del puerto, facilísimo llegar andando. Una vez en la estación pretendemos comprar los billetes en una taquilla pero no hay, sólo existen máquinas expendedoras pero no hay problema porque se puede elegir el idioma, así que elegimos español y conseguimos sacar los billetes, aunque tuvimos un serio problema porque hay muchas estaciones que se llaman Rostock y no sabíamos cual debíamos elegir, al final cogimos la que mas rabia nos dió. Justo a tiempo porque el tren llega en apenas 2 minutos, así que no tenemos que esperar y subimos al tren directamente, un tren amplio, limpio, lleno de ciclistas y con asientos libres. Hay un empleado al que le preguntamos en cual de las estaciones debemos bajar para ver la ciudad y nos indica que es ROSTOK BANHOFEN y en 20 minutillos estamos en la ciudad. Había leído en internet que para llegar había que coger la calle Rosa Luxemburgo que te lleva directamente al centro y así fue, otros 20 minutos andando y llegamos al Mercado Nuevo, en el mismo centro de la ciudad, al lado de la catedral. Por el camino había un montón de edificios señoriales de finales del XIX o principios del XX que nos hicieron agradable el paseo. Y también nos paramos en una antigua puerta de la muralla. No es que se conserve mucho de esta muralla, pero quedan retazos y 3 puertas, una de ellas se encontraba en nuestro camino. Hoy era día de mercado y había un montón de puestos vendiendo hortalizas, productos ecológicos, quesos, dulces, flores, etc. Me entretuve un ratito paseando y echando una ojeada y me asombré al ver los precios, las fresas se vendían a 3,50€ el cuarto. ¡qué pasada! . Y la plaza es muy bonita, con edificios antiguos pintados de suaves colores y terracitas. Muy maja. Bueno, por fin estamos en la catedral toda de ladrillo rojo, preciosa con su tejado de cobre cubierto de verdín y sus altos ventanales de estilo gótico y sus arcos ciegos y sus dibujos hechos con el propio ladrillo y mezclando el mortero para conseguir juegos de colores. Preciosa de verdad, me encantó. Y qué decir de su interior, magnífico, unas naves altísimas que lo parecen mucho más por estar pintadas de blanco y sin un adorno en toda su extensión; un órgano impresionante, barroquísimo y enorme; un púlpito labrado con unas esculturas finas y delicadas; un retablo portátil antiguo y muy bonito con la imagen de la crucifixión en el centro y las imágenes de los apóstoles en los laterales todos ellos reconocibles incluyendo a San Pedro y San Juan Bautista, todas excepto un obispo que se ha colado en el conjunto y que sospecho que fue el que ordenó hacerlo o el que lo pagó, sea cual sea el retablo es muy bonito; y lo mejor de todos su reloj astronómico con un calendario hasta el 2017 y que da las horas, los días, el mes, la fase de la luna, el santo del día, etc. Muy, muy bonito y, además, tiene un carillón que suena con las horas y a las 12 salen los apóstoles y se dan un garbeo por la parte alta pero no nos pudimos quedar a verlo porque queríamos regresar a comer. Después estuvimos recorriendo la ciudad buscando las torres de la iglesias hasta las 12 de la mañana que calculamos que era la hora perfecta para llegar a comer pues nuestro restaurante cierra a las 13,30 y nos gusta mucho su comida. Esta vez cogimos el tranvía en la misma plaza del mercado nuevo (se pueden coger el 6 o el 5 indistintamente) y también compramos los billetes en las máquinas de fuera. A la hora de saber en que parada te tienes que bajar no hay duda, en la primera parada en la que el tranvía para en un subterráneo y te deja en la misma estación, luego sigues los letreros y ya está, no hay problema porque estén en alemán ya que Warnemunde se entiende sin problemas. Hoy la seguridad para entrar en el barco corre a cargo de las autoridades alemanas y más exhaustiva que otras veces además, están embarcando los que suben hoy a bordo por primera vez y hay mucho lio para entrar así que no pasamos por la habitación y nos vamos tal cual a comedor y llegamos 10 minutos antes del cierre. ¡Menos mal, hoy comeremos bien! Esta vez tomo varias cazuelitas del bufe de aperitivos y una sopa y de segundo unas brochetas de gambas y sepia, todo muy rico. Y ahora a descansar un rato y luego a la ciudad. Por la tarde salimos dispuesto a visitar Warnemunde, esta vez con mas parsimonia y nos fijamos en unos preciosos ¿cuadros? ¿esculturas? de arena que se conservan junto al muelle, pero no están en el suelo sino expuestos en vertical. ¿cómo los conservarán? Para ir a Warnemunde hay que ir hasta la estación pero en vez de tomar el tren simplemente se pasa por la calle que hay al lado de las vías y ya estás en la ciudad. Bueno, mas que una ciudad es un pueblo de veraneo no excesivamente grande. Vamos a ver la iglesia lo primero de todo y es una iglesia de ladrillo rojo muy bonita, del estilo de la de Rostock pero mas pequeña y después paseamos por las animadas calles que hay alrededor del puerto, me tomo un helado por la mísera cantidad de 1 euro, llegamos hasta la playa y vemos que hay gente bañándose. La verdad es que hace bueno incluso calor pero vamos, tanto como para bañarse no diría yo y, además, el agua debe estar helada pero estos alemanes son duros. Y vamos a visitar el faro antiguo, también de ladrillo pero blanco, muy bonito y se puede subir a lo alto y todo. Después paseamos por las orillas del rio y nos sentamos un rato en los bancos de la calle a mirar y descansar y me fijo en que toda la calle está llena de tiendas de ropa y de todo, vamos como en Benidor o en Marbella y luego paseamos por el puerto de pescadores, a un lado terrazas muy animadas y al otro unos kioskos con nombre, curioso, verdad?, pues el nombre coincide con el del barquito que hay atracado a su lado y es en donde cada pescador vende las capturas de la noche. Y ya estamos cansados, nos duelen las piernas y es hora de volver al barco y descansar que hoy a que hacer la maletas. Y, como todos los días, nos asomamos al balcón a ver el desatraque y podemos hacer esta foto, que a mí me encanta, con los dos pequeños faros que hay a la entrada del puerto, de diferentes colores, uno para babor y otro para estribor. No me digáis cual es cual, que bastante tengo con diferenciar mi mano derecha de la izquierda. He decidido despedirme con un buen baño aunque se me adelanta mi marido y yo me pongo a leer mientras y, al cabo de un rato, oigo ¡Charucaaaaaaaa!, ¡Charucaaaaaaa! Y yo me digo, que pesado es este hombre que no puede bañarse solito y voy a ver que pasa y me le encuentro con la espuma desbordando por encima de la bañera y entonces le digo ¡suelta el agua! Y él, si ya no queda, esto solo es espuma. El muy pasmao había echado “solo unas gotas, de verdad” de gel en el agua y claro, con los chorros del jacuzzi se había montado la que se había montado. Menos mal que la bañera tiene mampara porque en caso contrario habríamos tenido que andar sobre la espuma. Y después de la aventura nos vamos a cenar a una hora decente y nos despedimos con un entrante de atún, lingüinis de primero y de segundo carpaccio de bacalao y de postre una tarta de ricota que estaba buenísima. Yo creo que he engordado durante este crucero. Y ahora toca lo peor, hacer las maletas y dejarlas en la puerta para que se las lleven. El camarero nos trae las etiquetas que debemos poner en nuestras maletas y una hoja con los lugares de encuentro para la excursión.Ya nos despedimos con tristeza pero me consuela que mañana tenemos una excursión por Copenhagen y luego nos llevan al aeropuerto, ya os contaré. Hasta mañana, sed buenos. Índice del Diario: Crucero Tierras de los Vikingos.
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