Tras unas 12 o 13 horas, ya no lo recuerdo bien, llegamos a Ninh Binh a las 4:45 de la madrugada, todavía era de noche y la guesthouse en la que habíamos reservado tres noches se encontraba a 5 km desde donde nos dejó el autobús. Como no teníamos nada mejor que hacer a estas horas, decidimos llegar andando hasta nuestro alojamiento.
Llegamos bastante cansados de todo el viaje, así que este primer día lo dedicamos a descansar. Por la tarde nos dimos una vuelta en bicicleta por los alrededores y comenzamos a darnos cuenta que la zona iba a ser increíble.
A la mañana siguiente alquilamos una moto y nos pusimos rumbo a las montañas que se veían en el horizonte. Nos fuimos metiendo por todos los caminos que salían a nuestro paso y a cada pocos metros teníamos que hacer una parada porque los paisajes eran increíbles.
En lugar de hacer el recorrido en barca de Tam Coc, siguiendo las recomendaciones de nuestra casera nos decidimos por el recorrido en barca de Trang Ahn y aquí nos quedamos sin palabras. No sé cómo va a ser Halong Bay pero creo que lo que hemos visto y sentido recorriendo estas montañas y cuevas desde esta pequeña barca va a ser muy difícil de superar.
Por la tarde nos acercamos hasta Hoa Lu, la que sobre el año 1000 fue la capital del país. Para nuestra sorpresa centenares de niños nos estaban esperando en la inmensa plaza central.
Ellos se encontraban ensayando bailes y canciones para un festival que se llevaría a cabo pocas semanas después, nos comentaron que Hoa Lu sigue siendo un lugar espiritual muy importante para la gente de la zona y por eso en su plaza se celebran multitud de actos y ceremonias con bastante frecuencia.
El día siguiente seguimos visitando nuevos lugares de la zona. Un lugar con mucho encanto y alejado de turistas es el templo de Bich Dong, nosotros lo descubrimos gracias a una foto que Vanesa encontró en internet muchos meses antes de que comenzáramos nuestra aventura. El lugar es perfecto para relajarse y disfrutar de la naturaleza que nos rodea.
Para rematar el día nada mejor que subir hasta el mirador de Mua Cave, las vistas seguramente son de las mejores del mundo, un paisaje de los que te dejan sin habla. Después de varios meses viajando hay pocos sitios que te impresionen hasta este punto y el mirador de Mua Cave es uno de ellos.
Muchas son las veces que en Viet Nam te pedirán dinero por aparcar tu moto cerca de la entrada a algún templo o lugar turístico, con la práctica nosotros hemos ido aprendiendo a evitarlos, normalmente es suficiente con aparcar a unos cien o doscientos metros de la entrada al lugar. Normalmente te piden muy poco, pero si vas sumando al cabo del día puedes pagar 4 o 5 dólares fácilmente. En el mirador de Mua Cave no hay que hacer caso a un hombre que te para y te dice que ese es el parking, hay que llegar con la moto hasta la entrada al mirador y el parking es gratis.
Lo mejor de ir en moto es que te permite recorrer muchos kilómetros con la libertad de parar cuando te dé la gana, así nos hemos encontrado con muchas situaciones de la vida diaria de estas montañas, gente recogiendo o sembrando arroz, pastores de búfalos de agua, niños que en cuanto te ven corren a saludarte y muchas más estampas que se quedarán en nuestra memoria.
Para nosotros ha sido sin duda uno de los lugares que más nos han impactado en todo Vietnam.
Llegamos bastante cansados de todo el viaje, así que este primer día lo dedicamos a descansar. Por la tarde nos dimos una vuelta en bicicleta por los alrededores y comenzamos a darnos cuenta que la zona iba a ser increíble.
A la mañana siguiente alquilamos una moto y nos pusimos rumbo a las montañas que se veían en el horizonte. Nos fuimos metiendo por todos los caminos que salían a nuestro paso y a cada pocos metros teníamos que hacer una parada porque los paisajes eran increíbles.
En lugar de hacer el recorrido en barca de Tam Coc, siguiendo las recomendaciones de nuestra casera nos decidimos por el recorrido en barca de Trang Ahn y aquí nos quedamos sin palabras. No sé cómo va a ser Halong Bay pero creo que lo que hemos visto y sentido recorriendo estas montañas y cuevas desde esta pequeña barca va a ser muy difícil de superar.
Por la tarde nos acercamos hasta Hoa Lu, la que sobre el año 1000 fue la capital del país. Para nuestra sorpresa centenares de niños nos estaban esperando en la inmensa plaza central.
Ellos se encontraban ensayando bailes y canciones para un festival que se llevaría a cabo pocas semanas después, nos comentaron que Hoa Lu sigue siendo un lugar espiritual muy importante para la gente de la zona y por eso en su plaza se celebran multitud de actos y ceremonias con bastante frecuencia.
El día siguiente seguimos visitando nuevos lugares de la zona. Un lugar con mucho encanto y alejado de turistas es el templo de Bich Dong, nosotros lo descubrimos gracias a una foto que Vanesa encontró en internet muchos meses antes de que comenzáramos nuestra aventura. El lugar es perfecto para relajarse y disfrutar de la naturaleza que nos rodea.
Para rematar el día nada mejor que subir hasta el mirador de Mua Cave, las vistas seguramente son de las mejores del mundo, un paisaje de los que te dejan sin habla. Después de varios meses viajando hay pocos sitios que te impresionen hasta este punto y el mirador de Mua Cave es uno de ellos.
Muchas son las veces que en Viet Nam te pedirán dinero por aparcar tu moto cerca de la entrada a algún templo o lugar turístico, con la práctica nosotros hemos ido aprendiendo a evitarlos, normalmente es suficiente con aparcar a unos cien o doscientos metros de la entrada al lugar. Normalmente te piden muy poco, pero si vas sumando al cabo del día puedes pagar 4 o 5 dólares fácilmente. En el mirador de Mua Cave no hay que hacer caso a un hombre que te para y te dice que ese es el parking, hay que llegar con la moto hasta la entrada al mirador y el parking es gratis.
Lo mejor de ir en moto es que te permite recorrer muchos kilómetros con la libertad de parar cuando te dé la gana, así nos hemos encontrado con muchas situaciones de la vida diaria de estas montañas, gente recogiendo o sembrando arroz, pastores de búfalos de agua, niños que en cuanto te ven corren a saludarte y muchas más estampas que se quedarán en nuestra memoria.
Para nosotros ha sido sin duda uno de los lugares que más nos han impactado en todo Vietnam.