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Después de un buen desayuno en nuestro B&B Nostos , en el que abundaban los embutidos y bollería , y una deliciosa leche de mandorla , almendras, nos dirigimos hacia Catania, aparcando en un parking al aire libre vigilado , cerca del centro que nos recomendó Mario .
Entramos paseando por la Vía Etnea , majestuosa por su longitud y con la vista al final de ella el imponente Etna, que aunque el día estaba algo nublado en la cumbre , se distinguía arrojando fumarolas continuas.
Catania es una ciudad con mucho ruido, con el mismo caos circulatorio de la isla y con
bastante suciedad, pese a todo ello es una ciudad viva con un centro histórico Patrimonio Mundial de la Unesco, lleno palacios, de plazas donde el barroco rebosa y una población joven , pues su Universidad llama a muchos de ellos. La ciudad fue fundada en el siglo VIII a.c , siendo una gran potencia regional y dominada a lo largo de su historia por todos los pueblos que invadieron Sicilia, romanos, bizantinos, sarracenos, normandos y finalmente dominada por el Reino de Aragón. Hasta
finales del siglo XVII fue un centro mercantil de primer orden pero la erupción del Etna en 1669 , que sepultó la capital y se cobró 12.000 vidas y el terremoto de 1693 que mató a 20.000 mas, hizo que la ciudad se rehiciera de nuevo, con nuevo trazado , vías de huida. la vía Etnea por ejemplo, y utilizando la lava negra en su reconstrucción.
Pasando por la Piazza de la Università , grande y hermosa, con los Palazzo de la Università y el de San Giulliano, llegamos a la Piazza del Duomo, con la Catedral de Sant'Agata , patrona de la ciudad, con su impresionante fachada de mármol , decorada con dos órdenes de columnas sustraídas del anfiteatro romano , se encuentran las reliquias de la patrona de la ciudad. En el exterior se encuentran las fontanas dell'Amenano y Elefante, que se cree que data de la época romana, está esculpido en basalto negro, mientras que la base de la escultura es de mármol blanco y el obelisco, de posible procedencia egipcia, de granito.
Entramos paseando por la Vía Etnea , majestuosa por su longitud y con la vista al final de ella el imponente Etna, que aunque el día estaba algo nublado en la cumbre , se distinguía arrojando fumarolas continuas.
Catania es una ciudad con mucho ruido, con el mismo caos circulatorio de la isla y con
bastante suciedad, pese a todo ello es una ciudad viva con un centro histórico Patrimonio Mundial de la Unesco, lleno palacios, de plazas donde el barroco rebosa y una población joven , pues su Universidad llama a muchos de ellos. La ciudad fue fundada en el siglo VIII a.c , siendo una gran potencia regional y dominada a lo largo de su historia por todos los pueblos que invadieron Sicilia, romanos, bizantinos, sarracenos, normandos y finalmente dominada por el Reino de Aragón. Hasta
finales del siglo XVII fue un centro mercantil de primer orden pero la erupción del Etna en 1669 , que sepultó la capital y se cobró 12.000 vidas y el terremoto de 1693 que mató a 20.000 mas, hizo que la ciudad se rehiciera de nuevo, con nuevo trazado , vías de huida. la vía Etnea por ejemplo, y utilizando la lava negra en su reconstrucción.
Pasando por la Piazza de la Università , grande y hermosa, con los Palazzo de la Università y el de San Giulliano, llegamos a la Piazza del Duomo, con la Catedral de Sant'Agata , patrona de la ciudad, con su impresionante fachada de mármol , decorada con dos órdenes de columnas sustraídas del anfiteatro romano , se encuentran las reliquias de la patrona de la ciudad. En el exterior se encuentran las fontanas dell'Amenano y Elefante, que se cree que data de la época romana, está esculpido en basalto negro, mientras que la base de la escultura es de mármol blanco y el obelisco, de posible procedencia egipcia, de granito.
Por la Porta Uzeda se accede, bajando unas escaleras, a uno de los mercados mas
populares de Sicilia : La Pescheria. No es un mercado para el turismo y aunque somos muchos los que empezamos en él, los gritos y los olores hacen que desistan muchos en hacer un recorridocompleto. A la sombra de sus estrechas calles, los puestos de pescado destacan sobre el resto, pues sus productos como el pez espada, la estrella del mercado, que destaca por su enorme cabeza y afilada “espada” , gambas, todo tipo de almejas, atún rojo, pez sable e infinidad de otros
desconocidos peces , inundan con su colorido, olor y restos de agua que les arrojan continuamente para mantenerlos frescos. Todo haría pensar que el olor nos puede echar para atrás , pero todo huele a limpio y fresco, por supuesto también a pescado . Hay carnicerías , en las que cuelgan cabezas de cordero , tripas para hacer guisos similares a los callos y ristras de chorizos . Abundan también tiendas con enormes quesos y muchos puestos de frutas de temporada.
Callejeando llegamos al cruce de la calle Vittorio Emanuelle II y la Vía Crociferi donde se encuentra la Chiesa de San Francesco , una iglesia barroca cuyo actual edificio data del siglo XVIII, aunque la fachada, construida en piedra caliza, fue terminada a principios del siglo XIX en las que destacan seis de los once "candelore", enormes candelabros, que desfilan en la Fiesta de Santa Águeda. Subiendo por Vía Crociferi, y pasando el arco de San Benedetto nos encontramos con la iglesia del mismo nombre a mano izquierda y hoy en obras y la de San Giuliano a mano derecha y que destaca por su fachada convexa.
Al llegar a la Vía Gesualdo Clementi nos dirigimos a la izquierda hasta llegar a la Chiesa di San Nicolo all'Arena, la mayor iglesia de Sicilia , inacabada por el terremoto con sus extraordinarias dimensiones 105 m. de largo 48 m. de ancho y 62 m. de altura. Anexo a la Chiesa está el monasterio del mismo nombre , hoy sede de la Universidad, y con un claustro majestuoso y hermoso. Entrar como si supierais donde vais , todo está lleno de estudiantes y seguro que alguno de ellos te indicará.
A la salida , en la misma plaza, en un pequeño bar lleno de estudiantes, nos paramos a tomar unas cervezas que nos supieron a gloria , aunque para podernos sentar en las mesas al aire libre , el dueño echó sin miramientos a unos estudiantes que debían de llevar bastante tiempo. Que corte.....
Era hora de comer y nos dirigimos Vía Vittorio Emanuelle hacia el centro , hasta la Vía
Biondi 19, perpendicular a la que veníamos , a la Trattoria Casalinga lugar humilde y discreto , frecuentado por oficinistas de la zona , donde nos recibió en camiseta el propio dueño, disculpándose de su pinta y ofreciéndose a continuación a ayudarnos en escoger la comida. Empezamos por un antipasto en buffet que tenia en una esquina donde abundaban las verduras , pimientos, berenjenas , tomates asados y secos , que estaban deliciosos. Después continuamos con pasta casera con verduras y a la norma y un pez espada espectacular. Acabamos con unos cannoli , canutillos rellenos de queso ricota y alguna fruta confitada, típico y recurrente en todos los
postres de la isla . El vino como siempre blanco, es este caso de la casa. Continuamos hacia Taormina por el camino mas largo , pero tal vez mas agradable que es de la costa. Al llegar aparcar en el primer parking disuasorio, si no lo hacéis , daréis vueltas sin conseguir sitio, pues la ciudad es peatonal, y acabareis en el que dejasteis pasar. La belleza de Taormina radica principalmente en su situación privilegiada , con unas vistas espectaculares sobre el mar Jónico y la vista privilegiadas del Etna. Emplazada a doscientos metros de altura, sobre el Monte Tauros, en una espléndida terraza natural . Por supuesto que hay adicionalmente mas cosas , pero esto es lo principal. La explotación turística ha derivado en una aglomeración de curiosos extranjeros que agitan la vida de los 10.000 habitantes de la ciudad., no obstante pasear por sus calles , sentarse a comer un helado o un polo sin hielo en la plaza de la Chiesa de San Agustín , contemplando el paisaje , merece la pena y a pesar de lo que provocamos el turismo. El recorrido se hace lo largo del corso Umberto I desde la plaza del Duomo a la de Santa Caterina. Antes en la Piazza de IX Aprile se puede para para obtener unas buenas vistas de la costa .
Mención especial e indispensable de ver, es el teatro griego con sus maravillosas vistas. Nosotros llegamos ya cuando cerraban y el precio de 10€ , nos hizo desistir. Cogimos la autopista , de peaje pero muy barata, y nos dirigimos a nuestro hotel en
Siracusa . Nos duchamos y salimos a dar una vuelta , tomar unas cervezas y cenar. En este caso la cena fue en Sicilia in Tavola , lugar pequeño y encantador en Vía Cavour 29. Fuimos muy bien atendidos y la comida excepcional : mozzarella con tomates, mejillones al vino blanco y pasta artesanal fettuccine allo scoglio, spaguetti a la ragusana, a la norma y spaghetti caserecci V G P (vongole, gamberi, pistacchio) . El vino fue de la variedad Grillo, algo mas seco que el Inzolia pero muy bueno. Las cervezas también han sido variadas : Peroni Nostro Azzurro, Moretti, Becks , en
todos los tipos y tamaños, sobre todo el de 66 cc.
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