Lo primero al llegar a las Vegas es lógicamente ir a ver el cartel de Welcome Las Vegas, y por ahí hemos querido empezar, como tenemos tiempo de sobra hasta poder hacer el Check in en el hotel nos acercamos, hay un aparcamiento para dejar el coche, hay que tener cuidado porque el aparcamiento está en el centro de la calzada y se accede a él por la izquierda pero está bien señalizado.
El cartel tiene hasta su cola para hacerse la foto, si bien es que hay unos fotógrafos allí y uno disfrazado de Elvis, nosotros nos ponemos en un lado, nos hacemos nuestra foto y nos marchamos, ya habrá tiempo de excentricidades.
Como nos sigue sobrando mucho tiempo nos acercamos a los Outlets, en las Vegas hay dos muy famosos el situados al sur y al norte de la ciudad, Las Vegas Premium Outlets, nos acercamos al sur ya que están muy cerca del cartel, y nos damos una vuelta.
Son como un centro comercial, con tiendas de las diferentes marcas, además de las más conocidas, Tommy Hilfiger, Columbia y Calvin Klein, fue donde más tiempo echamos, y los precios en comparación con España son bastante buenos, se puede encontrar de todo y casi todas las tallas, no parecen Outlets la verdad, todo muy ordenado, clasificado por tallas, la verdad que nos sorprendió en ese aspecto.
Aprovechamos para comer algo en la zona de Food Court, y ya nos dirigimos a nuestro hotel, el Stratosphere Casino, ubicado en el Main Street, o Las Vegas Boulevard, también llamado Strip, que significa desnudarse. Esta avenida la llaman así por el peligro que siempre se corre en perderlo todo y salir a la calle sin camisa, está un poco alejado de los que es el centro, donde se encuentran los casinos más importantes, pero todo está lejos, los hoteles son enormes y de uno a otro se tardan 10 minutos andando, por lo que estar en el mismo centro tampoco te evita los transportes.
Entramos con el coche por el Self parking que está situado en uno de los laterales, este aparcamiento es gratuito y te apañas tú, que era lo que nosotros queríamos, estacionamos cerca de los ascensores y entramos en el inmenso salón que es el casino, y alrededor de este se encuentran los diferentes servicios del hotel, la Caja para cambiar las fichas, la conserjería, la oficina de seguridad, bares, Starbucks y la recepción para hacer el Check in, todo ello inmenso, oscuro y lleno por las luces de neón de cientos de máquinas tragaperras que te quieren atraer con sus luces y sonidos, flanqueadas por las mesas de juego habituales, ruletas, Black Jack, dados etc.
Encontramos la recepción y aunque hay gente no tardan ni dos minutos en atendernos, pedimos que lo hagan en español y ningún problema, nos acompañan a otro de los mostradores donde un chico nos atiende en un spanglish bastante aceptable, nos ofrece la lógica mejora de habitación, que no nos parece mal ya que por 60 dólares las tres noches nos da habitación alta (piso 24), con vistas al Strip, con cafetera y nevera, lo que nos viene de escándalo para tomarnos nuestras Budweiser fresquitas cuando nos apetezca.
Subimos a la habitación y está perfecta, grande con una cama enorme, y orientada al Strip, aunque pierde un poco de visión por la inmensa torre que es el estandarte del hotel, con sus 108 pisos de altura, y al que además tenemos acceso ilimitado (vale 20 $ subir), así que subimos nuestro equipaje y tomamos posesión de nuestro hábitat para los próximos 3 días.
Una vez todo colocado salimos a dar una vuelta por el hotel para conocerlo un poco, ya que necesitas un plano para ubicarte, conseguimos el mapa de los autobuses de transporte, que es el medio que queremos utilizar para desplazarnos, porque si bien antes los aparcamientos de los casinos eran gratis, esto ha cambiado, y ya prácticamente todos cobran, cantidades que van desde los 7 $ las dos primeras horas y luego subiendo, hasta 22 $ por estancia/día, así que preferimos los buses.
Una vez con el plano localizamos las paradas más cercanas, hay 2 líneas, aunque prácticamente hacen el mismo recorrido el Strip de Norte a sur y viceversa, una que podemos llamar express, SDX, que tiene menos paradas y va más rápido, pero que sólo circula hasta las 12 de la noche, y la otra DEUCE, que para en todas las paradas y tiene servicio 24 horas.
Una vez con el plano localizamos las paradas más cercanas, hay 2 líneas, aunque prácticamente hacen el mismo recorrido el Strip de Norte a sur y viceversa, una que podemos llamar express, SDX, que tiene menos paradas y va más rápido, pero que sólo circula hasta las 12 de la noche, y la otra DEUCE, que para en todas las paradas y tiene servicio 24 horas.
Hay que tener en cuenta que aunque el recorrido es el mismo no comparten nada más que unas pocas de paradas, el resto no paran en el mismo lugar por lo que es conveniente hacerse con un plano que te facilitan en los mismos hoteles o te lo puedes bajar de internet. Hay billetes de 2 horas 6$, pases de 24 h. 8 $, y pases de 72 horas 20 $, eso si estos últimos sólo se pueden comprar en las maquinas nuevas, que no hay en todas las paradas, hay menú en español, y están muy claras, las pequeñas no dan cambio, y aceptan tarjetas de crédito y monedas y billetes, y las grandes dan cambio, nosotros usamos la tarjeta de crédito y nos la aceptó sin problemas.
Con el tema del transporte aclarado nos acercamos a la tienda de souvenirs más grande que hemos visto nunca, como todo en las Vegas, Bonanza, en la esquina de Av. Sahara con el Street, enorme con miles de recuerdos de las vegas, a unos precios razonables, porque en el resto de los sitios los souvenirs son artículo de lujo. Una vez provistos de recuerdos, nos volvemos al hotel a preparar la salida nocturna para empezar a conocer las Vegas, la ciudad del pecado.
Con el tema del transporte aclarado nos acercamos a la tienda de souvenirs más grande que hemos visto nunca, como todo en las Vegas, Bonanza, en la esquina de Av. Sahara con el Street, enorme con miles de recuerdos de las vegas, a unos precios razonables, porque en el resto de los sitios los souvenirs son artículo de lujo. Una vez provistos de recuerdos, nos volvemos al hotel a preparar la salida nocturna para empezar a conocer las Vegas, la ciudad del pecado.
Cuando anochece salimos en dirección al Downtown, de las Vegas, y su atracción más conocida la Fremont Street Experience, una calle cubierta con una inmensa bóveda de 12 millones de leds de bajo consumo y 550.000 vatios de potencia para formar una pantalla gigante. A partir de las 18:00 horas y cada hora en punto se emite un espectáculo de luz y sonido que dura 6 minutos, mientras el show está en proyección, el resto de casinos y hoteles apagan sus luces, incluso paran los diferentes escenarios con actuaciones que hay a lo largo de la calle, desde Dj´s hasta un imitador de Elvis, todo se da cabida en esta loca calle, en la que puedes encontrar de todo, actuaciones callejeras de hip hop, estatuas humanas, chicas medio en bolas dando abrazos “gratis” (no hay nada gratis jejeje), mucho colgao, mucho borracho, mucho homeless, desenfreno y ganas de fiesta aderezado por la pantalla gigante, las luces de los casinos, y una tirolina gigante que cruza la calle entera se llama Slotzilla, y tiene que ser autentico para los amantes de este tipo de atracciones cruzar por encima de toda la gente de una punta a otra de la calle.
Estuvimos dando una vuelta viendo el ambiente, y luego entramos en el Golden Nugget, uno de los casinos con más solera de toda la “Sin City”, allí se puede contemplar la pepita de oro más grande del mundo, con casi 30 kg de peso, pero estuvimos dando vueltas por el casino y no fuimos capaz de encontrarla, por lo que decidimos marcharnos que todavía teníamos mucho que ver esa noche.
Cogimos el Bus de nuevo, y nos marchamos a la zona con más solera del Strip, a ver el espectáculo de las fuentes de Bellagio, un espectáculo con una de las fuentes más famosas del mundo ubicado en un gran lago en la parte frontal del casino, uno de los más lujosos del mundo, con casi 4000 habitaciones, el espectáculo se sucede cada 15 minutos, dura unos 5, y se puede ver desde todo el frontal que mira al casino.
Desde ese lugar las vistas del Strip, son fabulosas, con todos los casinos iluminados y la calle llena de gente, entramos en el Bellagio, y aparte de inmenso, es puro lujo y sobriedad, y lo del tamaño solo te lo puedes imaginar si lo ves por ti mismo, estos casinos son de un tamaño descomunal, solo el lago tiene más de 30.000 m2, y en el interior te pierdes con bastante facilidad por la sala de juego y los diferentes espacios, restaurantes, bares y hasta el teatro donde está de forma permanente el espectáculo “O” del Circo del Sol. En el Lobby una parte de su techo tiene un diseño con más de 2.000 flores de cristal creadas a mano, que cubre 185 m².
Nuestra siguiente visita fue el Caesar Palace, y si el Bellagio es enorme este es descomunal, la fachada que tiene en el Strip puedes tardar en pasearla más de 15 minutos, parece que no se acaba nunca, y sólo estás viendo la fachada, los edificios que componen el complejo se extienden hacia la parte trasera, con más de 3400 habitaciones, y 15.500 metros cuadrados de sala de juegos, su decoración basada en el Imperio romano, es fastuosa, lleno de estatuas, con una posición privilegiada para el Cesar, te traslada a la Roma Imperial, nos llamó la atención lo llenísimas que estaban las mesas de póker, no pudimos ver el centro comercial de tiendas de lujo que está en un lateral del complejo con entrada desde el Strip porque habían cerrado el acceso por la hora, pero si pudimos contemplar la cantidad de estatuas y edificaciones que tienen junto al Strip, incluyendo una imitación a una escala considerable de la Fontana de Trevi, para quedarse con la boca abierta.
Desde aquí y viendo que eran más de las 12 de la noche, con el largo día y que ya se empezaba a vaciar de gente “normal” decidimos volvernos a descansar que ya tocaba y mañana había que seguir con todo lo fuerte de los casinos.