Aviso previo:
Realizamos este viaje en julio de 2015, pero por razones que no vienen al caso, hasta ahora no he podido publicar el diario. Dos veranos es mucho tiempo y soy consciente que habrá cosas que han cambiado; aún así estoy seguro que la gran parte de la información seguirá siendo útil. Para cualquier duda, quedo a vuestra disposición.
Introducción y preparativos
Guardábamos un gran recuerdo de nuestro último gran viaje, Vietnam y Camboya (https://www.losviajeros.com/Blogs.php?b=11523), así que intentamos buscar algo de sabor parecido…esto es sureste asiático. Leyendo comentarios y hablando con conocidos nuestros nos decidimos por Indonesia.
Indonesia es un país transcontinental a caballo entre Asia y Oceanía, con gran diversidad cultural y natural. Tiene nada más y nada menos que 260 millones de habitantes, siendo la mayoría de ellos musulmanes, aunque en función de la isla el porcentaje varía mucho. En Bali por ejemplo, la mayoría de habitantes son hinduistas. En un principio tuvimos alguna preocupación por coincidir nuestro viaje de pleno con el Ramadán. Habíamos leído que en algunas zonas rurales y aisladas el Ramadán para del todo la actividad, siendo complicado encontrar sitios para comer o para gestionar excursiones. Nada de eso ocurrió, salvo alguna anécdota que se contará más adelante.
Se trata además de un país de los llamados emergentes, que ha gozado de un buen impulso económico los últimos años debidos al petróleo y a una democracia joven y en progreso tras la caída de Suharto en 1998. Las desigualdades existen, sí, y el país tiene carencias de todo tipo, pero por lo que vimos la gente vive dignamente bien vestida, alimentada, con su moto y su teléfono móvil. Subrayo, al menos por lo que vimos y por lo que hablamos con los locales.
Indonesia es un país enorme formado por unas 17000 islas, aunque sólo pretendíamos recorrer algunas de ellas . Bromas aparte, lo que implica tanta isla y en un país como Indonesia es que se pierde mucho tiempo en los desplazamientos, ya sean en avión, barco o por tierra. Ya que el viaje sería de dos semanas, tuvimos que reducir lo que nos hubiera gustado hacer:
-Borneo: recorrido en barco a través del río Sekonyer que se adentra en el Parque Nacional de Tanjung Puting (https://es.wikipedia.org/wiki/Parque_nacional_de_Tanjung_Puting), donde se pueden ver orangutanes.
-Java: Isla donde se encuentra la prescindible capital, Yakarta, pero con un montón de sitios interesantes que ver. Ahí estaríamos en Yogyakarta (la capital cultural) para ver los templos de Prambanan y Borodubur así como los volcanes Bromo y Kawah Ijen.
-Bali: Evitando zonas turísticas como Kuta o Seminyak, nos centraríamos en Ubud desde donde visitaríamos templos y arrozales.
En un principio nos reservamos la posibilidad de alterar nuestra estancia en Bali y desde ahí ir a Labuan Bajo en Flores para visitar el Parque de Komodo, pero al final lo descartamos por ser demasiado apretado en la agenda.
Para ahorrarnos un desplazamiento interno nos decidimos por el recorrido Barcelona-Yakarta y la vuelta Bali-Barcelona. Por la buena experiencia que tuvimos con Qatar Airways y ya que la escala es más lógica geográficamente que Frankfurt o Amsterdam buscamos los vuelos en Qatar de nuevo, aunque al final nos decidimos por Emirates. El precio de los vuelos comprados a principios de abril fue de unos 600 EUR por cabeza, nada mal. La escala en Dubai, de 4 horas en la ida y 3 en la vuelta, sin ser perfecta era correcta.
Para visitar Indonesia no hace falta visado. Simplemente se requiere un pasaporte con validez mínima de seis meses y a la llegada a un aeropuerto principal se gestiona el llamado Visa on arrival: se paga 35 USD o el equivalente en EUR en función del cambio y listos. En el aeropuerto de Yakarta se puede pagar con tarjeta; nosotros no lo sabíamos y cambiamos unos USD sólo para este propósito, perdiendo algo en la operación. Así que la recomendación es que paguéis con Visa/Mastercard.
En relación a las vacunas recomendadas, tras la visita al CAP nos confirmaron que es necesaria la hepatitis A y B, la fiebre tifoidea y la antitetánica. Todas ellas ya las teníamos y la única que nos faltaba era la profilaxis contra la malaria. No es necesaria para toda Indonesia, pero para Borneo o Gili sí, así que nos recetaron Lariam.
En estos momentos hay dos opciones como profilaxis contra la malaria: Malarone y Lariam. La primera de ellas es más común y utilizada, se trata de una pastilla diaria empezando una semana antes de entrar en la zona de riesgo y acabando una semana después de salir. Lariam es una pastilla semanal empezando una semana antes y acabando cuatro semanas después. Ojo con la malaria porque es una cosa seria, así que seguid las instrucciones y no abandonéis las pastillas. La malaria o paludismo es una enfermedad MORTAL (si no hay tratamiento) transmitida por el mosquito anopheles que habita en zonas tropicales. A parte del fármaco conviene ir vestido con prendas largas de colores claros (pantalón y camiseta), no usar perfumes y rociarse con repelentes.
El botiquín
Nos llevamos: antidiarreico, analgésicos, antibiótico, suero, vendas, esparadrapo, tiritas, y líquido limpiamanos para poder limpiarnos si no teníamos acceso a un baño. Crema solar y repelente de mosquitos también imprescindible. Compramos también un citrobiótico de extracto de semilla de pomelo que nos tomábamos cada día mezclado con agua como prevención de la diarrea. Entre esto y la dieta de arroz, verduras y pescado no tuvimos ningún problema estomacal. Eso sí, el agua toda embotellada, incluso para lavarse los dientes, nada de hielo en las bebidas y la fruta y la verdura toda pelada o cocida.
Material
En un viaje tan largo y desconociendo si era posible adquirir según qué, nos pensamos muy bien lo que llevaríamos y lo que no. Finalmente optamos por dos mochilas grandes y dos medianas. Descartamos las maletas con ruedas porque el suelo no siempre es el más adecuado para rodar y en según qué transportes (por ejemplo un minibús) es mejor una mochila. Las mochilas pequeñas van bien para el día a día y para meter ropa de emergencia por si se pierde alguna maleta en los trayectos con avión.
Más cosas: el contenido. No sé vosotros, pero yo no tengo ropa para dos semanas, o al menos el tipo de ropa que queríamos llevar, así que optamos para llevar ropa para más o menos una semana y usar las lavanderías. Y además, llevamos ropa a la que teníamos un aprecio medio, por si se perdía o se estropeaba. Así que la maleta estaba formada por camisetas, pantalón largo, pantalón corto, un jersey y un chubasquero. El calzado, uno de trekking, otro abierto pero sujeto para poder caminar cómodo y chanclas. Para hacer las maletas, Laura y yo cruzamos algo de equipaje con la idea que si se perdía alguna maleta en los aviones (llegamos a coger hasta seis), al menos tendríamos algo de repuesto.
En Bali me hubiera gustado ir menos mochilero, al menos para ir a cenar en Ubud…pero todo no se puede tener y el espacio en las mochilas es oro. No tanto el peso, ya que con el tipo de ropa ni de lejos llegamos a los 18 quilos que permite Emirates. Tirando largo, nos quedamos en unos 11 quilos por mochila facturada.
Más cosas (moneda o gadgets)
Hicimos un presupuesto del efectivo que deberíamos llevar y lo llevamos en EUR repartido entre los dos, un total de 1000 EUR, que podríamos cambiar fácilmente en multitud de sitios. Es más o menos habitual poder pagar con Visa, pero no siempre, y cuando se puede se suele añadir un recargo de entre 1 y el 3%, que no es mucho pero todo suma.
Los enchufes son igual que los que usamos en España, así que no hacen falta adaptadores. Para las comunicaciones, buscamos hoteles con WiFi y casi todos los restaurantes tienen también, así que si no sois capaces desengancharos del mundo, no tendréis problemas. Finalmente no compramos ninguna SIM, aunque vimos buenas ofertas por si tenéis un móvil libre: si no me falla la memoria, se podían comprar SIM con 10 GB de datos por unas 20000 IDR (poco más de 1 EUR). Eso sí, lo que no sé es como era de buena la cobertura.
Por cierto, el seguro de viaje. No tenemos seguro privado (creo que según qué seguros médicos privados te dan algunas coberturas cuando estás fuera), así que sobra decir que para ir a según qué sitios un seguro de viaje es imprescindible. Hablo por supuesto de coberturas médicas y ya que estamos puestos, alguna que otra de viaje. En España estamos muy bien acostumbrados a que si nos pasa algo te vas a tu CAP o a Urgencias (en función de lo que pase) y ahí te atienden estupendamente, pero si estás en otro país….ya podéis ir preparando la Visa por un simple yeso de una pierna rota. Y si es algo peor como por ejemplo una lesión ocular o una apendicitis ni os cuento (ya no vale la pena hablar de repatriación de cadáver o lesión grave). Otras cosas más mundanas pero molestas como robo o pérdida de equipaje también pueden pasar. Encontraos una buena cobertura por unos 40 EUR que cubrían más o menos lo típico. En Internet hay buenos buscadores y comparadores, y si no, seguro que otros foreros os podrán ayudar.
Hoteles, transporte y desplazamientos
Nos movimos por tierra, mar y aire. Hay que tener en cuenta que Indonesia no tiene los mismos estándares que los países europeos, así que hay que estar prevenido cuando se calculan los tiempos necesarios para según qué desplazamientos. A modo de ejemplo, desde Yogyakarta hasta Probolingo (unos 360 quilómetros), estuvimos 13 horas en la carretera.
Sólo cogimos un avión, el que iba de Java a Borneo y volvía, y lo hicimos con Trigana Airlines. Habíamos oído cosas espeluznantes de las líneas aéreas indonesias y que ninguna de ellas superaría los controles europeos, pero salvo los retrasos tolerables en los dos trayectos (unos 40 minutos), nada más pasó. Como comentario, el único modo de comprar los billetes fue a través de http://ticketindonesia.info , que es un buscador tipo Atrápalo. En las webs de las compañías no se puede pagar con tarjetas emitidas en bancos europeos, así que hay que usar el portal mencionado.
Hay que acostumbrarse también a la informalidad de según qué transporte público. Salvo en los buses urbanos de Yogyakarta, nunca supimos cuál era el precio de un trayecto y tuvimos que creernos lo que nos decía un amable señor sin ningún distintivo que nos cobraba en efectivo dentro del bus y no nos daba ningún recibo. Ya hablaremos de eso más adelante.