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Punta Cana nos volvía a recibir con ese abrazo fraternal entre amigos de verdad que hacía tiempo que no se veían. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, craso error, sinceramente no sabría decir cuál de las dos experiencias me gusto mas, las dos tuvieron cosas muy buenas y distintas a la vez, no sabría con cual quedarme.
Ya comente en mi primer diario que los destinos caribeños me gustan mucho por la histórica relación que tienen con nuestra patria, por el idioma, el carácter de su gente, etc.. y también por algo que va en mi adn, crear amistades en el viaje. Es incuestionable que son destinos en los que a poco que ponga uno de su parte estableces relaciones con muchas personas que al final se convierten en tus amigos, y el prisma de un viaje en solitario comparado con hacerlo con un grupo de gente enrolla media un abismo.
Punta cana es un destino muy demandado por los españoles y en el Palladium se dan cita un buen número de ellos, con lo cual se propician esta especie de hermanamientos que tanto me gustan.
Como ya dije en mi segundo bloque este año íbamos con Cesar, Ana, Graciela y José (Ceyan, Ibiza y Sinita, Vigo), además de con Ramón y Manoli (Aljarafesur, Sevilla), con Aida, Aurora y Angel, (Barcelona) con Loli y Jaime (Loli47, Figueras), Manuel y Cris (Almería) y con Angeles y Felix (Angeles50, Sevilla). A algunos los conocía personalmente y a los demás a través del grupo de wasap creado con anterioridad al viaje y prácticamente es como si los conociera.
Fuimos un grupo muy dinámico y no había compromisos de nada, unos días nos pasábamos el día en la playa con los sevillanos y los catalanes, otro día cenábamos con los gallegos e ibicencos, otros días almorzábamos todos juntos, los planes surgían a diario y como dije la compañía siempre se agradece y mas llevando a mi niño, fue una ayuda, también hay que decirlo.
La tónica diaria solía ser desayunar los tres en el Behique preferentemente y si no en las torres, por cercanía con el niño, ya que los buffets tienen lo mismo. Sigo destacando la calidad de los zumos naturales y luego era un buffet completísimo, con huevos de todo tipo, tortillas, fiambre, salchichas, bacon, tostadas, creps, tortitas, de todo..
Luego nos dirigíamos a la playa, preferentemente a la zona del Palace, aunque también estuvimos en las demás zonas, Bavaro y Punta Cana, lo que pasa que como nuestros amigos solían parar allí pues haya que nos íbamos casi siempre para poder compartir. Los sevillanos y catalanes solían estar en la playa, los ibicencos en la piscina del tiburón y los demás solían pasear por la playa y nos veíamos durante el día.
Como dije antes, a esas horas solíamos ir a la playa y coincidir con Ramon, Manoli, Angel, Aurora y Aida, donde compartíamos charlas, risas, ahogadillas, de todo un poco… a eso de las 11h ya caía la primera cerveza, cubata o coctel, lo que se terciara, el Palito (Trabajador de animación) allí con nosotros intentando que la Aida y la Aurora participaran en los juegos, algunas veces lo hicimos y solo Angel gano un día a los dardos.
Eran horas de relax en la hamaca con tus amigos, con tu copita en la mano, horas de disfrutar con Darío en la playa, cosa que le encantaba, meterse dentro no tanto pero el experimento de la orillita dándole en los tobillos era una de sus dedicaciones favoritas, pero había que tener cuidado porque las olas lo zarandeaban de vez en cuando demostrando mi primogénito un equilibrio envidiable…..ha salido a mí.
Excepto un par de días que hubo algunas algas los demás días estuvo bastante despejado el mar, y si de lluvia se trataba, justo antes de llegar Loli, Jaime y su familia tuvieron una racha de 4 ó 5 días diluviando, nos enseñaban fotos y videos, madre mía la que caía, y claro aunque vayas al paraíso, si te cae ese aguacero tantos días el viaje se desluce quieras tu o no quieras. Fue llegar nosotros y todo cambio, solo nos cayó un leve chaparrón una noche y fue de 20 minutos, el resto del tiempo un sol espectacular.
También observe que había más vendedores por la playa, por el hotel, pasaban constantemente y bueno, resultaba un poco mas pesado pero no pasaba nada.
Los ratos que echamos debajo de aquella viña de mar de la zona del palace fueron de lo mejor del día, daba gusto estar allí, el mar lucia en todo su esplendor. Un día pusieron cerca un toro mecánico y participamos casi todos, mi señora y Aida las dos juntas las que mas aguantaron, Ramón, Angel y yo por separado poco menos que hicimos el ridículo, jajaja…
También a esas horas las copitas las solíamos pedir en el chiringuito de madera de playa a la derecha del palace, ya he comentado que son un gran acierto del Palladium, han quedado guapísimos y la música que tenían muy buena también, justo al lado Ramón y Angel iban al asalto de la paella que acababa de salir, que comilones me han salió estos dos, Angel en particular era la sensación de la playa por sus bañadores paqueteros, pero Aurora que no es celosa se lo toleraba….
También a estas horas cuando Ramón se despistaba y con la complicidad de Manoli, me gustaba coger el bote de spray solar y pegarle un buen latigazo por la espalda a mi amigo Ramón, se ve que cuando el spray esta frío provoca en mi amigo una reacción a modo de gritito inesperado que aquello era para verlo, jajaja, la Aida siempre atenta grabando para inmortalizar el momento, hasta tres grabó. Todos al unísono menos Ramón claro, nos partíamos, aun hoy mi mujer y yo nos meamos de risa cada vez que los vemos.
Decir también que la playa fue el mejor lugar donde estar con el niño, aparte que de vez en cuando echaba su cabezadita, el se entretenía en la orilla y en la arenita, subiendo y bajando la hamaca, allí lo teníamos mas controladito.
Ya después de estos ratos de playa o bien antes del almuerzo o bien justo después pues nos dirigíamos a la piscina del palace donde trabaja Tiburón, fue la norma, aunque también visitábamos la piscina del Behique y la del Bavaro. La verdad que a diferencia del 2014 donde puse el énfasis en visitarlo todo concienzudamente en esta ocasión y contando con la experiencia anterior, pues me centre más en las zonas que más nos gustaban y que contaban con la compañía del grupo de Puntacañeros, por tanto la barra del tiburón volvió a ser diariamente el epicentro del seísmo.
Allí nos solíamos encontrar con Cesar y Ana, Jose y Graciela también aparecían a menudo, al igual que Manuel y Cris y Loli y Jaime alguna vez se dejaban ver por allí también. Fue muy emotiva la quedada del 7 de mayo en dicha piscina, Aida y Aurora que habían confeccionado una pancarta muy currada que rezaba “Puntacañeros” y las banderas hermanadas de España y la República Dominicana, fue un poco el primer encuentro de todos y resulto una tarde de lo mas entrañable, como ese anuncio de “vuelve a casa por navidad”, pues así nos sentíamos todos ante el reencuentro o primer encuentro según se mire.
La verdad que hicimos muy buena piña y el viaje subió de calidad de manera exponencial, el Palladium se convertía en tu pueblo en el que cada vez que sales a la calle ibas saludando a conocidos, a amigos, a trabajadores del hotel a los que sientes tan cercano, una experiencia muy familiar.
Y volviendo a la tarde del 7 de mayo y al reencuentro comentado, ni que decir tiene que los brugal extra-viejo con cola, los cocteles, las cervezas, etc.. pues volaban, el buen rollo era palpable, hasta te volvías un poco niño y de vez en cuando te aparecían dos pulpos marinos con la cara de Cesar y Ramón, o de Manuel y Angel, intentando en ambos casos hacerme ahogadillas utilizando recursos tan barriobajeros como una llave karateka para hacerme desequilibrar, no siempre lo consiguieron aunque como esta mandao las veces que lo hicieron me tome cumplida venganza….
Fue una tarde también de disfraces, las mujeres de sevillanas con peineta y todo, y los hombres alternábamos sombreros de guardia civil o con brillantina, y todos con las camisetas de Puntacañeros que Ramón encargo con anterioridad, y los bañadores rosas, se lo que estaréis pensando: dimos el cante…. Pues sí, lo dimos.
Algunas bailaron sevillanas y a los hombres nos dio por hacer una coreografía antes de tirarnos al agua, la típica de: a la derecha, a la izquierda, al centro y culito culitoooo, pero sin hacer calvete, ojo,.. en fin, poca vergüenza que gastamos algunos….. la piscina la teníamos un poco paralizada y todos los guiris pendientes entiendo que sorprendidos de que algunos pudiéramos tener la capacidad de hacer el payaso mas que ellos… fue la mejor tarde, las demás nos calmamos un poco.
En esta barra aparte de Tiburón, había buenos camareros también aunque no recuerdo todos los nombres, estaban Jorge, Vidal, Maria, Crisnely, Felix, etc.. siempre también queriendo agradar…
Otro día en dicha piscina coincidió la fiesta de la espuma que se centra en la zona de barra húmeda y también lo pasamos muy bien aunque nos quedamos al otro lado, hicimos fotos muy chulas con los palitos selfi. Mis amigos estuvieron en otra fiesta de la espuma en la playa del Bavaro y nos dijeron que estaba mejor que en la piscina, yo no lo vi.
También como anécdota a todos nos contrario mucho la novedad de poner una dj en esta piscina poniendo música electrónica o así, aquello era no apto para gente sensible….. un horror, a ninguno nos gusto absolutamente nada….
Ni que decir tiene que no faltaron en esta piscina los aturuxos de Jose, y un nuevo tema que hizo furor muy galego que decía algo como así: mi Oudiña mi Oudiñaaaaa, que traigo una borracheiraaa de viñooo, que ahora non bebo mira, mira Marusiña mira, mira como eu veñooooo….. jajajaja, lo he escrito lo mejor que he podio José…. Graciela y Ana se meaban… y es que José le pone empeño, hay que admitirlo, como en los chistes..
También en dicha piscina entre todos nos echaban una mano con el tsunami Darío y la verdad que se agradece, el crio iba rotando de brazo en brazo, no se aburría, mas bien nos aburría a nosotros….
Después de estos ratos de mediodía pues tocaba almorzar y el grupo solíamos hacerlo en las Torres, el Bohío estaba cerrado porque la cocina había sufrido un percance por las lluvias de los días anteriores y hasta 4 días antes de partir no se aperturó para así cerrar las Torres.
Tengo que destacar que es una de las cosas que para mi gusto ha mejorado bastante, los buffets son muy abundantes y se hacen menos repetitivos, una novedad era que había en una vitrina varios tipos de pescado y varios tipos de carne para hacértelas a la plancha en el momento, guisos muy buenos, y varios de ellos especiales del día, o bien paella, o guiso con camarones, o chocos en su tinta….
Un día comí hasta callos a la madrileña, mucha pastelería, había una vitrina de helados para echarte varias bolitas en cono o en tarrina que te servía una camarera, guisos caribeños como el sancocho, ingredientes para fajitas o burritos, completísimo este año, sí señor. Una de las cosas que casi siempre cogía era nachos con cheddar, a mi mujer le pirraban y salmorejo que lo había normal y de sandia, me hinché….
Para los almuerzos como las cenas pues había veces que comíamos en grupo o en mini grupos separados porque entrar 14 ó 15 personas del tirón para comer juntos suponía un trastorno para camareros y gente de organización del comedor, así que nos dividíamos.
Algunos como eran clientes royal pues se quedaban a comer en el gourmet y eso, yo de estos pues no tengo referencias pero la norma era almorzar en las torres. Como anécdota, un día no sé de quién del grupo era el aniversario de pareja o algo por el estilo y como estábamos todos en grupo pues los “vivan los novios” no cabían en las torres, con el lógico estupor del resto de respetable.
Después de los almuerzos pues casi todos nos íbamos a la piscina del palace a tomarnos unos roncitos-cola, ¡que buenos! a veces de brugal extra-viejo, otras de brugal xv o barcelo dorado, o añejo, en fin…. El cubateo solía ser la norma a estas horas porque los cocteles cuando uno prueba los de los lobbys comparado con los de las piscinas pues estos últimos no están tan conseguidos está claro, el mojito si estaba muy bueno.
Eran horas de tomarte tu copita, charlar un poco, hacer un poco el ganso en la piscina, recordar viajes pasados, hablar de viajes futuros, hablar de lo agusto que estábamos allí, sufriendo vaya…
Ya cuando mi Darío hincaba el pico con su siestecita pues la madre a veces se iba a la habitación con el a descansar, las pocas veces que eso paso y que yo me quede pues convencía a los que allí quedábamos y nos íbamos a tomar algo a la piscina de adultos, el Secreto, porque con mi bebe pues no podía ir y aprovechaba esos pocos momentos para disfrutarla un poco.
Es una piscina muy chula y está abierta hasta las 12 de la noche. Estuvimos un par de veces y se estaba agusto, estaba muy tranquila, poca gente y ya con la acumulación de copitas pues las risas y las ahogadillas eran la norma. Como anécdota uno de los días que fuimos estaban unas parejas americanas creo, de chavales y chavalas, con un ciego sobre todo estas últimas un poco considerable. Estaban en top less y por cojones querían que Manoli, Aida y Aurora lo hicieran también, la respuesta fue negativa claro…. ¡Que morao!
Recuerdo que un rato después una salió gateando de la piscina literalmente y no sabíamos si iba a vomitar o se iba a desmayar allí mismo, con la pasividad de los que supuestamente eran sus amigos, luego se sentó en una hamaca con claros síntomas de necesitar un ventilador industrial que le echara aire y con gesto como de que a su parecer unas fuerzas invisibles le estaban moviendo el hotel. La verdad que entre una cosa y otra nos reímos bastante esa tarde también.
Después de las horas de piscina justo después de los almuerzos ya nos solíamos batir en retirada a nuestros aposentos para descansar, poco eso sí, y ya ducharnos y prepararnos para enfocar la cena. Yo a estas horas poca siesta dormí y me dedicaba o bien a ver algo la tele, había muchos canales, españoles 3 ó 4, pero a esas horas la programación era malísima, yo solía ver mas discovery channel que echaban buenos documentales.
En la habitación tienes un tríptico con todos los canales al igual que otro folleto con las actividades de la semana. También solía escuchar música con el móvil ya que el wifi en la habitación iba como un tiro o bien le ponía videos a mi enano. Otra de las cosas que hice era, como estábamos tan cerca de la playa, pues me iba para allí a grabar y a estar un rato allí cuando anochecía, la playa se muestra solitaria y con un cubatín que previamente me pedía en el lobby bar del Punta Cana nos os podéis hacer una idea de lo agusto que se estaba allí, me podría llevar horas mirando el mar y la línea de playa inundada de cocoteros.
Y ya a la hora de las cenas pues tenía intención de probar casi todos los temáticos y ver como habían evolucionado, únicamente no quise probar el bamboo porque ya en el viaje anterior pues lo probé y la comida no está mal pero tampoco destacaba y a mí la comida oriental tampoco es que me disloque, por tanto lo descarte para centrarme en los que mas me suelen atraer y me serví de mi experiencia anterior para hacer hincapié en lo que mas nos tira.
Al final tampoco probé el Cheff Raffaele, en 2014 no me gusto y quería ir pero la experiencia de mis amigos este año me lo desaconsejó, con lo cual tampoco lo visite, fueron los únicos.
Bueno pues al grano con los que probé: el japonés comí a la carta, siempre tengo la sensación de que no me va a gustar mucho lo que coma pero del mismo modo siempre salgo contento de lo ingerido. Tome de primero una sopa de pollo que me gusto mucho, era simple y picaba un poco pero me sentó de lujo y luego pedí un salmón con verduras creo, que estaba muy bueno, en su punto (medalla de bronce para el japonés).
Luego estuvimos también en el tapeo, el español, pedimos algunas tapas de carne como osobuko, estofado de ternera o algo así, huevos de codorniz creo, croquetas, algo de fiambre, algunas cosas no estaban mal pero las carnes me resultaron muy pesadas de digerir, como muy gransientas, no me hicieron mucha gracia.
También probamos el mejicano, yo tome jalapeños rellenos de atún que no estaban mal pero tarde un poco en tragarlos porque picaban lo suyo, pero le eche cojones, también cochinita pibil que era una carne como la carne de ternera del puchero, igual, no me gusto mucho. Volví a comprobar al igual que la experiencia en 2014 que tardaban muchísimo tiempo en servir, como una hora o así.
Luego probé el boghali, el nuevo hindú que sustituye al antiguo mare nostrum, fue uno de los que mas nos gusto, íbamos con los gallegos y los ibicencos y lo que se probo fue el salmón, el cordero, algunos langosta, sopa de pollo, etc.. todos coincidimos en que estaba todo exquisito, platos elaborados y la decoración del restaurante es una maravilla (medalla de plata para el Boghali).
También probamos hasta en 2 ocasiones el steakhouse o parrilla que fue el que mas me gusto en la experiencia anterior, la primera vez pedi el rib-eye y me gusto, estaba bueno, la segunda pedí el new-yorker y estaba la carne durita para mi gusto, también pedí una vez de primero sopa de mariscos creo y parecía un pisto, súper espeso, no lo recomiendo.
Me gusto bastante menos que en la anterior visita, ya no tenían solomillo que tan rico me supo hacia tres años y fuimos una tercera vez y a la hora y media nos tuvimos que levantar porque no habían puesto nada, ha sido la única vez que me ha pasado en Palladium, íbamos con los catalanes y los sevillanos.
Como era tarde nos fuimos al sports bar y a base de nachos y perritos y demás cenamos bien. El sports bar ha cambiado radicalmente de estética y en cuanto a comida, superior, os lo recomiendo.
También cenamos en el Rodizio Brasileño, en 2014 no me encanto, cortes buenos y cortes de relleno, en esta ocasión me propuse no caer en tentaciones y probar solo los cortes que mas me gustan habitualmente, como ternera o cordero, rechazando pollo o cerdo y demás, porque tanta carne cansa rápido, acerté de pleno, mi señora si comía de todo pero yo me centre en la picaña y el cordero y madre mía como estaban, la mejor carne del complejo, tierna y en su punto. También ponían piña asada que no probé pero mis amigos me dijeron que estaba de vicio. Si recomiendo el puré con perejil que te ponían en el plato donde te iban sirviendo la carne, vaya como estaba el poquito de puré, podría comer solo eso, riquísimo. Cenamos dos veces en el brasileño (medalla de oro para el Rodizio).
Y ya para finalizar el capitulo cenas decir que hubo algunas noches que cenamos en buffet, que también con el niño pues nos era mas cómodo y con ibicencos y gallegos fuimos 2 veces a la catedral y la verdad que se cena de maravilla aquí, de los buffets de cenas fue el que mas nos gusto y los probamos todos. Tiene una variedad inmensa y unos postres que están riquísimos, recuerdo que grabe en video todo el buffet una noche y me pude llevar 3 minutos grabando bandejas y platos y no se acababa, extraordinario.
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